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TÚ NOMBRE por 691396

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Notas del capitulo:

¡Yey!

Para quienes lo pidieron, aquí su Dios generoso les regala el comienzo de la segunda temporada.

 

 

 

TU NOMBRE

 

 

 

Prólogo

 

 

 

Las estaciones pasan lento, tan lento que olvido que he crecido, que mi cuerpo ha cambiado, la alarma y las felicitaciones no dejan que olvide el día que es hoy, lo que se celebra; es tan deprimente pensar que en este día nevado vine al mundo, ya dieciséis primaveras, no… ya dieciséis inviernos en esta tierra sin motivo alguno ¿Por qué nací?

 

 

El licor me sabe simple, la compañía fastidia, el sexo ya no es placentero, las peleas, los conflictos, los duelos, las riñas ya perdieron lo emocionante, queda el conocimiento, los estudios, pero hasta eso se volvió aburrido.

 

 

Estoy solo, ya sea física o de forma sentimental, justo ahora, estoy solo en esta mansión ¡Los lujos no son compañía! ¡El dinero no es compañía! ¡La servidumbre no es compañía! ¡Solo! ¡Completamente solo desde que tengo memoria! Tal vez ya he tenido sexo con toda la servidumbre y aun así, la soledad no se quita ¡Maldita!

 

 

Hay una cosa que me gusta contemplar, que me hace sentir vivo, algo oculto en este hogar casi abandonado por su dueño, algo resguardado de forma celosa por mi padre –sonrió – miro el reloj y luego el espejo, un traje robado que se ajusta a la perfección, debo de estar como un Dios cuando me vea, debo ser perfecto, un rostro idéntico a la persona que el odia, a la que yo temo, faltan seis horas para que él regrese, seis horas en las que podré estar con el tesoro.

 

 

Me apresuro por los pasadizos, nadie debe verme, nadie debe percibirme, nadie debe saberlo; las escaleras se me hacen cortas por la emoción, como si bajara al campo de flores en el infierno; silencioso como un ratón me aseguro de llegar a tiempo, las grandes puertas, tan gruesas como un libro antiguo confinan lo que quiero, la llave, la copia de ésta cuelga en mi cuello con una cadena de lo que le aprisiona, mi corazón late con fuerza, estoy nervioso, solo puedo verle una vez al año, solo en este día, cuando la nieve cae con fuerza, cuando el viento hiela.

 

 

El rechinar de las puertas al abrirse se amplifica con el eco de este lugar, lo ignoro, lo único que escucho es el canto de los ángeles a la entrada del paraíso, mis manos sudan…la habitación al final del pasillo, allí está lo que busco, debo ignorar las demás puertas, no son importantes si no está él.

 

 

El sonido de los zapatos robados hace eco en el mármol, las pisadas apresuradas se detienen justo frente al único portón, a la única puerta ornamentada; la contraseña, los botones son presionados, la huella que no es suya es detectada y las puertas se abren, trata de imitar los gestos de su padre, trata de ser alguien diferente, alguien, quien sea, pero no el verdadero él, está hambriento, su cuerpo pide algo que no le han dado, algo que no está en tiendas, algo que no encuentra en el sexo ni en el dinero y ese algo, está frente a él, a unos metros, durmiendo en la inmensa cama bajo tenue luz.

 

 

Cierro las puertas y me dirijo hacia él, a obtener lo que necesito, lo que ansío, lo único que quiero, la cama es suave, las sabanas no van con su personalidad pero si con las de su carcelero, no, me riño, no debo pensar en él ahora, en este momento solo existimos mi tesoro y yo.

 

 

Él no despierta aunque me refugio en sus brazos, me aferro a él con fuerza, sonrío sintiendo nuestros cuerpos juntos, su respiración es pausada, me quedo embelesado viéndole, su rostro es hermoso, los moratones y heridas son los que dañan la pintura de un ángel durmiente, más sé que no es su culpa, su expresión es dolorosa, tal vez esté teniendo una pesadilla o recordando algo de su pasado, se calma con mi cercanía, él me junta a su cuerpo, él huele mi cabello, él besa mi frente, él me deja escuchar sus latidos, él me deja dormir a su lado, él… me brinda lo que tanto necesito, él es mi hogar.

 

 

“Reiji…”

 

 

Él dice mi nombre en susurros como una oración al despertar, él, quien está apresado con cadenas de oro está en este lugar desde que recuerdo.

 

 

Las sonrisas apagadas, los ojos tan tristes y aun así él me da lo que quiero ¿Habré nacido para él? Me aferro con fuerza, no quiero que el tiempo corra, quisiera encadenarlo igual que como está mi tesoro para que no se mueva.

 

 

Su cuerpo es mi templo, mi zona de confort, sus caricias hacen que me quede dormido, su voz en mi oído cantando nanas y arrullos me transporta a una tierra sonde siempre es primavera, donde puedo estar con él, donde ni padre, ni las cadenas, ni la prohibición de una vez al año existen, donde puedo recibir el “algo” necesario cuando quiera, donde sus sonrisas son dulces, sus ojos luminosos y su voz tiene vida, donde este apellido, esta sangre que recorre mi cuerpo no puede alcanzarnos.

 

 

“…”

 

 

Confieso –como todos los años –recibiendo una risita como respuesta, la calidez aumenta, me quedo dormido por completo, ese algo necesario me inunda los sentidos, ese algo me mantiene vivo a pesar de mis errores, codicia y pecados, ese algo que solo puedo conseguir aquí, ese algo que me hace dormir con una sonrisa, ese algo que me abraza, ese algo que me da fuerza, ese algo…

 

 

 

…Amor.

 

Notas finales:

¿Y bien?

¿Quieren más?


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