Eh cometido muchos errores a lo largo de mi vida, algunos peores que otros y tarde o temprano termine arrepintiéndome de cada uno de ellos, aún así algo de lo que jamás me retractare es de haberme enamorado de ti.
Durante nuestra relación cometí muchas equivocaciones, te juzgue al enterarme de tus sentimientos, te hice llorar, enojar y dudar de ti mismo, no hay día en que no lamente aquello.
Tu amor hacia mi era tan fuerte y real pero ni aún así fui capaz de valorarlo y cuidarlo como era debido… Tal vez por eso terminaste por cansarte de mi y de la relación que yo podía ofrecerte.
¿Recuerdas ese día? Yo si lo hago.
Recuerdo que me encontraba totalmente estresado y fastidiado debido a mi trabajo, para aliviar mi culpa me gusta pensar que todo paso gracias a eso, mi estrés.
En aquel momento yo estaba sentado en la sala de nuestro departamento planificando las próximas clases que debería impartir en la universidad con una taza de café en la mano y los papeles el la otra, tu entraste a nuestro hogar dando un portazo muy fuerte que logro exaltarme de inmediato.
-¡Miyagi!- exclamaste con aparente enojo y frustración.
-¿Qué quieres, Shinobu? – te pregunte con fastidio tintando mi voz.
-¡¿Dónde estabas?!-caminaste con furia hacia mi- ¡hace dos días que no te veo! -tus reclamos eran ciertos y tu furia estaba justificada pues en aquellos días me la pasaba en el trabajo y volvía al departamento entrada la madrugada evitando así que nos viéramos.
-Estaba trabajando- dije con fastidio al verte en ese estado. Tal vez no sea bueno que te diga esto de esta manera pero ya que, sueles ser insoportable cuando estas enojado. No me malentiendas, mi amor, eres insoportablemente lindo cuando el enojo predomina en ti pero como ya dije ese día estaba demasiado estresado como para ver lo lindo que eres.
-¡Esa no es excusa! -aquel grito fue el detonante de todo.
-¡¿Puedes callarte?! – deje los papeles y la taza en la mesa y me levante de inmediato-¡ lo último que necesito son tus molestos gritos!-te quedaste callado de inmediato a la vez que me mirabas con sorpresa y un poco de miedo, vi con lujo de detalle cómo tus ojos se llenaban de lágrimas antes de que giraras sobre tus talones en dirección a la puerta de salida.
-Lo siento… -fue lo último que escuche de ti para después verte salir con paso rápido del departamento. Fue entonces cuando cometí otro error en nuestra relación, aquel día no fui detrás de ti, ni te busque al siguiente cuando no llegaste a dormir, no te llamé, ni siquiera fui capaz de dejarte un mensaje demostrando lo preocupado que estaba (y aún estoy) por ti.
Volví a verte cuatro días después, apareciste en mi trabajo en la tarde, justo después de que tu horario de clases en la universidad terminará, me levante de inmediato dispuesto a abrazarte con fuerza pues de verdad te había extrañado y necesitaba sentirte entre mis brazos.
-No te levantes-dijiste con expresión sería- no te quitare mucho tiempo.
Me dejaste con la palabra en la boca cuando tu mirada se cruzó con la mía, en ella podía ver la desilusión y el dolor que sentías.
-Yo… Te extrañe en estos días-murmure con una leve sonrisa nerviosa, te vi tensarte ante mis palabras.
-Creo que necesitamos darnos un tiempo-soltaste la bomba de golpe, sin anestesia y sin tapujos dejándome totalmente desarmado ante ti- estos días me sirvieron para meditar y reflexionar sobre nosotros, esta claro que yo te amo eso lo sabes bien-bajaste la mirada evitando así que viera tu expresión- sin embargo me es imposible no preguntarme si… Si acaso tu de verdad sientes lo mismo por mi.
Yo aún seguía en shock sin embargo cuando escuche un leve sollozo ahogado de tu parte volví en mi ,levantándome de inmediato de mi silla dando grandes zancadas hacia ti.
-Es… ¿ Estás bromeando verdad?-te tome por los hombros obligándote a mirarme a los ojos, tus bellos orbes estaban empapados en lágrimas y tus belfos temblaban levemente. -No juegues con cosas así.
-No, Miyagi, estoy hablando enserio-te removiste entre mis brazos incómodo por la idea de mirarme fijamente- estoy… Harto de sentirme tan inseguro con respecto a nosotros y esta es la única solución que veo- negué rápidamente ante lo que dijiste aterrado por la idea de perderte pues la frase “hay que darnos un tiempo” nunca es buena- no está en discusión Miyagi, es una decisión tomada, voy a volver a mi departamento y voy a ir a buscar mis cosas al tuyo hoy mis… -rodee tu cintura firmemente y estampe mis labios contra los tuyos en un intento de callarte, aquel beso fue distinto, jamás te lo dije pero siempre que nos besamos tus labios me saben dulces y cálidos pero esta vez me supieron amargos y fríos. No me correspondiste en su totalidad pero el solo sentir tus manos en mis mejillas me basto para conservar una leve esperanza de hacerte cambiar de opinión.
Nos separamos algunos segundos después y de inmediato me aferre más a tu cintura atrayéndote hacia mi- si esto es por lo del otro día de verdad lo siento, admito que me equivoque y que no debí tratarte tan mal, perdóname-te abrace con fuerza inclinándome para esconder mi rostro en tu cuello.
-No es solo por eso-murmuraste en mi oído haciéndome estremecer, tu voz sonaba tan rota en ese momento- me siento inseguro y necesito pensar sobre que va a ser de nosotros en un futuro… Si es que más adelante aún hay un “nosotros”.- entonces me apartaste de ti privándome de tu calidez y tu adictivo aroma. -No… No es un adiós definitivo, solo necesito un tiempo- antes de que me dejaras reaccionar saliste corriendo de la habitación dejándome con un sentimiento de vacío en mi interior y las lágrimas retenidas en mis ojos. Ahí cometí otro error, no te demostré cuanto me dolían tus palabras.
De eso ya han pasado al menos dos semanas, no tengo miedo de escribir que sin ti estoy hecho un desastre, me haces falta tu, tus besos, tu cuerpo, tu amor… Me dijiste que necesitabas un tiempo y cada día me pregunto cuanto más necesitas para volver a mis brazos. Tal vez pienses que estas son solo palabras pero no es así, me haces falta, me muero sin ti y si, tal vez sea tarde para decírtelo pero aunque lo dudes, te amo, te amo como nunca ame a nadie. Vuelve pronto conmigo, mi cama se siente vacía sin ti.
Miyagi
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