Jeonghan no sabía que estaba haciendo en esa fiesta donde solo conocía a una persona, la cual lo había dejado solo, hacía ya 10 minutos. Aunque la música era de su agrado, estar sentado en un sillón solo, con un trago en la mano y viendo como otras personas se reían y hablaban sobre temas triviales, no era precisamente su idea de diversión. ¿Dónde carajos se había metido su prima? Se sentía incómodo y quería irse a su casa ya, intentó llamarla, pero se encontró con el sonido del timbre justamente en el sillón que ella había estado sentada antes. Resopló para sí mismo, molesto por haber caído en la trampa de su prima cuando le comentó esta le comentó que en esa fiesta podría encontrarse con chicos guapos y libre para pasar una noche de pasión despejar una semana antes de su boda. SongAh, sabia su mayor secreto, a él le gustaban los hombres desde su adolescencia, si se estaba casando era por la amenaza de su padre de cortarle los recursos por completo y dejarle en la calle, literalmente, con una mano adelante y la otra detrás. Cada vez que pensaba en eso, se sentía sucio, se estaba casa no por dinero, y no por amor, como siempre había soñado, pero el mayor de todos sus sueños era abrir una compañía de entretenimiento, donde hubieran grupos de música, bailarines y actores, una que fuera famosa a nivel mundial y para eso lo hacía falta dinero y mucho en realidad , el cual solo podía conseguirlo si se casaba con la Barbie hijita de papi a la que odiaba con oda sus fuerzas y que se hacía llamar EunJi.
- Hola Hani.- una voz irrumpió a su lado.
JeongHan no había mirado aun, pero sabía sin temor a duda quien era exactamente la persona dueña de esa voz. Solo existía en el mundo una persona que lo llamaba así, con ese tono suave pero varonil. Su corazón comenzó a latir demasiado rápido y fuerte para su gusto, tanto que creyó que de no ser por la música alta, hasta su prima que estaba quien sabe dónde, podría escuchar sus latidos. Levanto la vista lentamente, y se dio cuenta que era real, sus oídos no lo habían engañado, ahí estaba SeungCheol, con su radiante risa, sus brillantes ojos y sus largas pestañas. Algo en su interior se estrujó, y una lágrima quiso escapar, pero la trató de aguantar lo más que sus ojos podían, no quería pasar por agua el reencuentro con el amor de su vida luego de 2 años sin verse.
- SeungCheol, q…que ha….ces a...aquí? Creí que estabas en Londres.- dijo tan bajito que casi no se podía escuchar el mismo.
- Si, era así, solo que ahora estoy disfrutando unas merecidas vacaciones.- respondió sonriente el otro.
- No, aquí en la fiesta – pregunto confundido.
- Ah… en la fiesta?, me invito SongAh.
- SongAh??!
¿Qué estaría planeando su prima? Ella que sabía su secreto, también sabia más que nadie que si su debilidad tuviera nombre, ese sería Choi SeungCheol. Fue el primer hombre en su vida, al que más amó, el que tenía el poder de que con una sola palabra, un solo toque, una mirada le hacía hacer cualquier cosa y al que a pesar de haberle hecho mucho daño y llorar demasiado, y de haber tenido otras relaciones, seguía amando como la primera vez. Sus labios aun sentían el sabor de su primer beso, su mente recordaba cada palabra, cada coma, cada respiración y cada suspiro la confesión que con la cara sonrojada que este le había dado 5 años antes. Habían pasado 2 años de la última vez que se vieron, había besado otras bocas y había sido tocado por otras manos, pero seguía amándolo con todo su corazón.
- Te ves igual- dijo JeongHan con un tono suave recorriendo el cuerpo del otro con la vista.
- En cambio, tú has cambiado demasiado, te queda bien el pelo corto. - Respondió el otro en un intento de pasarle la mano por el cabello negro.
- No, sigo siendo el mismo. – dijo esquivando el roce.
- He oído que te casas con una chica, ¿es en serio?
- No me queda más remedio.
- Siempre hay otro remedio.- habló el más alto, pero cerró los ojos al instante, sabía que había dicho algo que no debía, y ya se estaba arrepintiendo por eso.
- ¿Tú me dices eso? ¿irónico, verdad?- respondió el chico aumentando su tono y mostrándose molesto.- en serio, ¿a qué viniste? No a Corea, ¿a la fiesta? Y ¿por qué me estás hablando como si nada?
- Es que yo……
- Oh, se encontraron!!- apareció SongAh.
- SongAh ,nos vamos .- dijo el más bajo recogiendo sus cosas y levantándose.
- ¿Nos vamos? No no no – dijo la chica empujándolo de nuevo a su asiento- yo me voy y tú te quedas. ¿SeungCheol? Cuida bien a mi primo. ¡Primo bye!
JeongHan se quedó mirando la espalda de su prima que se alejaba con un chico cogida por la mano por unos segundos para luego volver a mirar a SeungCheol.
- ¿Y , a que viniste?
- A verte, -JeongHan soltó una carcajada- Es que yo…. Yo aún te amo y no quiero que te cases.
JeongHan no dijo nada. Recogió su móvil , se levantó y salió camino a la puerta. SeungCheol lo llamó varias veces pero no respondió, ni siquiera volteó una vez a mirarlo, solo apretaba el paso. Ya estaban en la acera cuando logró alcanzarlo, lo cogió por el brazo y lo giró para quedar frente a frente. Le rompió el corazón verle así, estaba deshecho en lágrimas, y no paraba de repetir una y otra vez por qué ahora y no antes . No pudo hacer otra cosa que abrazarlo y acurrucarlo en su pecho, pasando su mano por el cabello. Estuvo abrazándolo así durante todo el tiempo en que el más bajo lloró y cuando ya se había calmado lo tomó por el brazo y lo montó en el auto que había alquilado a su llegada a Corea. Sería mentir si dijera que no se sorprendió cuando este le dijo que lo llevara al apartamento donde solían vivir antes de su partida.
Al entrar por la puerta pudo percatarse que ahí todo seguía igual prácticamente. Los únicos cambios notables a primera vista eran una nueva mesita entre el sofá y el televisor y la ausencia de todas las fotos donde aparecían juntos . En realidad seria mucho para él pedir que incluso eso se mantuviera igual. Siguió su camino detrás de JeongHan , quien caminaba como si fuera un zombi , hasta su curto, e incluso todo estaba igual ahí, era increíble como la sobrecama seguía siendo el mismo que había dejado el día que se fue. El del pelo largo se acostó en la cama sin decir una sola palabra, de hecho no había dicho nada después de haberle dicho donde debía ir. Él se acostó también, en su lado de la cama, porque seguía siendo suyo , la casa sin cambios se lo había dicho, lo abrazó, le dio un beso en el cabello y pudo sentir su olor nuevamente, ese que había extrañado con todas sus fuerzas durante todo este tiempo lejos, y se sintió en casa, relajado, completamente a gusto, por primera vez en 2 años. No quería dormir, quería atesorar este momento, porque no sabría cuánto fuera a durar. No supo cuando se durmió, pero se despertó al sentir como el pelilargo se movía para intentar salir de su agarre.
- Buenos días, Hani.- le dijo y le dio un beso.
- Buenos días, Cheol. – respondió con una sonrisa. Ninguno de los dos se percató que estaban actuando como antes hasta después de 5 minutos.
- Disculpa.- dijo SeungCheol soltando el agarre – estuve fuera de lugar.
- No importa.- respondió el otro dándole un beso que él no dudó en responder .
SeungCheol profundizó el beso y comenzó a desvestirlo. JeongHan lo siguió y se amaron otra vez, con las ansias de los amantes que no se han visto en demasiado tiempo pero que siguen sintiendo el mismo sentimiento. Cuando terminaron, ambos se sentían satisfechos, felices y enamorados.
- ¿ quieres darte una ducha?- dijo el más bajo acariciándole la mejilla.
- No tengo ropa aquí para cambiarme.
- Si, si tienes, en el otro cuarto están todas las cosas que dejaste, en una caja
El del pelo negro se levantó de la cama y caminó hacia el otro cuarto, se sorprendió demasiado al encontrar en una caja todo lo que significara un recuerdo de su relación, sus fotos, los regalos, todo. Esa caja era u verdadero baúl de recuerdos, miró cada cosa con detenimiento, riendo por momentos y luego solo llorando, maldiciéndose internamente por no haber sido lo suficientemente fuerte como para atesorar aquello que realmente amaba, por no haber sido lo suficientemente valiente como para confesarle a sus padres que estaba enamorado, de un hombre, sí, pero que era la persona más importante de su vida. JeongHan entró al cuarto y se encontró con la imagen de SeungCheol llorando en el suelo mientras agarraba varias fotos y cartas, se acercó a él y lo volvió a besar.
- Ya, ya pasó- le pasó una mano por la cabeza.
- Aun te vas a casar?- preguntó en un susurro
- Sí – respondió suave- seamos sinceros, que hayas vuelto y dicho que me sigues amando, no cambia el hecho de que necesito el dinero de mi padre para formar mi compañía.
- Es verdad.- asintió
- ¿ por qué no buscas tus cosas y te quedas aquí hasta que te vayas?- sugirió JeongHan- que por cierto, ¿ cuándo es?
- El 25. – oyó un bufido- ¿ qué pasó?
- Ese día es mi boda.
Los días pasaron rápido, demasiado rápido y llegó el día que menos esperaban, pero esta vez sí se despidieron con besos, abrazos y lágrimas. Jeonghan lloró en el auto mientras iba hacia su boda y en el cuarto de espera en brazos de su prima.
- SongAh,¿ para qué lo trajiste? Todo estaba bien sin él.
- Para detenerte, respondió esta muy calmada.
- Sabes que lo necesito, que necesito esta boda para poder realizar mi sueño.
- Y te parece bien casarte con alguien que no amas, dejando atrás al amor de tu vida? JeongHan por dios, ni siquiera te gustan las mujeres! Piensa en toda tu vida, quien estaba a tu lado en cada momento importante, en cada risa y en cada lágrima, piensa en como serás más feliz, si con tu compañía o al lado de SeungCheol.
SongAh no tuvo con quien seguir hablando, JeongHan se había ido corriendo hacia su apartamento, dejándola sola en aquel cuarto. Al llegar a su destino SeungCheol ya se había ido pero le había dejado un boleto para ese mismo día hacia Londres y junto una pequeña nota: ¨Te amo y te amaré por siempre, y ojalá pudieras tener el coraje que yo no tuve para luchar por nuestro amor.¨ Una lágrima le rodó por la mejilla y tomó su decisión final, lucharía por su amor hasta el final. Recogió todo lo que cupo en su maleta y corriendo detuvo el primer taxi que encontró. Al llegar al aeropuerto entró corriendo y pudo escuchar el último llamado para su vuelo.
…
- Hola Cheol.
- Jeong… JeongHan.- respondió un sorprendido/ alegre SeungCheol. Creí que a esta hora ya estuvieras camino a tu Luna de Miel.
- Sí, así debía de ser, pero cambié un poco los planes y ahora estoy camino a Londres con el amor de mi vida.- No tuvo ninguna respuesta- Te amo – susurró.
- ¿ Y tu sueño?
- Eres y siempre serás tú.