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:Nuestro camino: por DionSan_95

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Notas del fanfic:

Alerta Spoiler

 

Bienvenidos, no estoy muerta solo bastante ocupada, pero me tome un tiempo para esto, por que quede bastante infartada del final de extra game de kuroko no basuket, porque no me espere que Kagami se fuera y Kuroko se quedara solito (lamento a los que leyeron esto y no han visto la película)

El punto es que escribí esto para expresar ese sentimiento de vacío que me dejo el cierre de esta serie y puse en práctica uno de los concejos que me dio una vez una lectora. Así que matando a dos pájaros de un tiro, espero que lo disfruten XD

Lemon explícito y groserías.

Notas del capitulo:

No eh hecho un fic de un solo capitulo, suelo volverme loca con una idea y la desarrollo de más, así que este corto es para practicar y por qué me salió la inspiración... espero que les guste. Alerta, saldrán personajes de extra game, así que les recomiendo que lo vean si quieren no quieren spoilers.

Los personajes de kuroko no basuket no me pertenecen, son del mangaka Tadatoshi Fujimaki y esto lo hago sin fines de lucro.

Ahora si, a leer

Nuestro camino

 

 

Hacia demasiado calor, y aun que no era muy deferente de América, era jodidamente molesto pasearse por las calles de Tokio a esta hora. Kagami Taiga, un hombre joven de unos veinticinco años, alto y con apariencia de chico malo paseaba por las calles mientras se quejaba mentalmente del calor que hacía.

 

- no contesta… ¿para qué tiene un celular? – refunfuño mientras tomaba asiento en una banca del parque. Acababa de llegar de América y no sabía qué hacer con exactitud. Su hermano le mando un mensaje de bienvenida al igual que sus ex compañeros de equipo y algunos miembros de la Kiseki. Cuando recibió un mensaje de Akashi de que se vieran para jugar una partida amistosa esa misma tarde supo que era algo más como una orden, al principio se preocupó de como ese sujeto había conseguido su número, pero la única respuesta posible que llegaba a su mente era “porque soy absoluto”. – ja… de seguro Kuroko se lo dio –

 

Dio un suspiro justo frente al aparato, todos se habían comunicado, felicitándolo por su éxito en la NBA, por su gran fama y por ser uno de los mejores jugadores a nivel mundial… todos menos él. Frunció el ceño y término guardando el celular antes de molestarse aún más.

 

Cuando se fue de Japón en realidad estaba muy nervioso, tenía bastante miedo… pero siempre recordaba las palabras que Kuroko le había dicho esa vez, que dejara ir el pasado, que estaría bien, y lo estuvo, al menos por un tiempo. Se recostó contra la banca, mirando al despejado cielo azul…

 

- maldición, ese enano… ¿Cómo estará? – no sabía nada de Kuroko desde hace más de cinco años y de verdad tenia curiosidad de que había hecho con su vida, si había visto alguno de sus partidos, si estaba feliz por él.

 

- ¿Quién te crees que eres?... ¡basura! – el grito de un niño lo desconcertó.

 

- ya te lo dije… los niños como tú no pueden jugar en la cancha… vete de donde viniste, yanqui – miro feo al niño mayor que lo menospreciaba y bufo con frustración.

 

- no son dueños de la cancha – refunfuño y los otros tres se rieron.

 

- pero somos más grandes que tú y podemos sacarte si queremos – se voltio al menor y lo empujo, tumbándolo al piso - ¿Qué vas a hacer al respecto?... ¿llamar a tu mami? –

 

Kagami se levantó un tanto molesto y apresurado, no solía meterse en problemas ajenos, pero le pareció muy injusto que esos niños agredieran a alguien menor por no querer ceder la cancha. Estaba dispuesto a parar la pelea, confiado de que huirían de tan solo ver su presencia… pero.

 

- no, pero tu si lo harás – el niño que había sido tirado al piso se levantó y con el impulso tacleo al mayor que lo había pateado, dándole un golpe tras otro.

 

- ¡oye no!... espera ¡para! –

 

Al final Kagami termino defendiendo a los mayores del enano delincuente.

 

- ¡suéltame mono gigante! – grito el menor que estaba siendo sujetado por ambos brazos y lanzaba patadas en el aire en contra de los más grandes, que terminaron por huir.

 

- espera… no tienes que pelear así – regaño el mayor pero el chiquillo solo le saco la lengua, lo que hizo que una vena saliera en la cien del pelirrojo - ¿sabes? pude haber dejado que te magullaran –

 

- yo me las se arreglar solo… un minuto, eres ¡Kagami Taiga! – De la nada el niño dejo su ceño fruncido y admiro con asombro al mayor – eres el jugador japonés de la NBA –

 

- ¿así que sabes de mí? – el niño asintió varias veces emocionado.

 

- eres el jugador más joven al entrar al equipo profesional… y tu marca está muy cerca de superar la de Michael Jordan… ¡eres muy genial! – le decía con estrellas en los ojos y brillitos a su alrededor, haciendo avergonzar un poco al Kagami. – Eres más genial que Aomine Daiki o Kise Ryota –

 

- lo sabía – dijo por dentro el mayor – bueno niño, entiendo… entiendo me admiras – se agacho al nivel del menor y desordeno los rubios cabellos que este tenía – por eso te dijo que no debes meterte en peleas, es peligroso, especialmente si son más grandes que tu – el niño rio con gracia.

 

- pero los iba a enfrentar con esto – dijo mientras que saca su escuálido brazo.

 

- allí no hay nada – puso los ojos en blanco, ese niño sí que era testarudo.

 

- jejeje… eres gracioso, Kagami Taiga… ¿podrías firmar mi…? – menor miro a su alrededor buscando algo, comenzando a desesperarse – mi balón, esos analfabetas… - rugió con molestia, dándose la vuelta con intenciones de ir por esos niños.

 

- oye, espera, espera… tengo algo mejor – sujeto al niño antes de que siquiera pusiera un pie y rápidamente busco entre su bolso, ese chiquillo le había caído bien – toma te la regalo –

 

El niño abrió sus ojos verdes hasta más no poder, eso no podía estar pasando… Kagami Taiga le estaba regalando un balón.

 

- ¿en… en serio? – sus pequeñas manos sostuvieron el balón algo nervioso y miraron que era prácticamente nuevo.

 

- sí, pero ya sabes no te metas en problemas, enano… - asintió una y otra vez mientras abrazaba el balón para si - ¿quieres que te lo firme? –

 

- ¡si!... si, si… si, por favor –

 

- bien… cuál es tu nombre –

 

- soy Nao -                      

 

 

-.-                                                                                                                             -.-

 

  

- llegas tarde, Kagami – la mirada de Akashi hizo que a Kagami le diera temblor en su espalda.

 

- lo siento… tuve un percance –

 

- ¿Qué acaso te dio miedo enfrentarme de nuevo? – los ojos filosos de Aomine lo fulminaron con arrogancia.

 

- claro que no, además que yo sepa gane el último partido –

 

- fue solo suerte –

 

- ya lo veremos –

 

- Kagamicchi tienes que jugar un uno contra uno – Kise se afinco del hombro del recién llegado.

 

- je, crees que puedes ganarme –

 

- oye Kise, no te entrometas – el moreno salió a la delantera no queriendo quedar atrás.

 

- Mine-chin y Kise-chin son muy ruidosos – Murasakibara apareció tras de ellos comiendo una botana – los aplastare si no se callan –

 

- además, vinimos aquí a jugar un partido no un uno contra uno… - el peli verde se ajustó sus lentes mientras regañaba al par.

 

Kagami aún no entendía como ese grupo de locos aun podían levarse después de tantos años.

 

- es verdad, somos seis, así que podemos jugar un tres a tres – recomendó un amable y político Akashi – pero antes… ¿Kagami por qué trajiste a un niño? – el pelirrojo alzo una ceja sin entender lo que decían.

 

- wow… son la Kiseki no Sedai – sus ojos verde mentas se abrieron grandes del asombro. Kagami quería saber cómo el chiquillo lo siguió sin que lo notara – eres Aomine Daiki… el Ala-pívot de los Thunder, eres el mejor de los mejores, incluso mejor que el Ala-pívot de los Lakers – Aomine sonrió mientras sacudía la cabellera del niño.

 

- me agrada este niño –

 

Kagami pensó que era un condenado bribón, pues él era el ala-pívot de los Lakers.

 

- oye Nao ¿no tienes que irte ya para tu casa? – Regaño al niño – además porque seguiste a un extraño… es peligroso –

 

- no es un extraño si es un famoso de televisión – el niño sonrió, no quería despedirse tan pronto de su héroe – además, no dijiste que conocías a la Kiseki no Sedai –

 

- no es algo que debas saber… ya vete para tu casa –

 

- ¿me podrías firmar mi balón? – Nao parecía ignorar la orden el pelirrojo, ofreciéndole a Aomine su regalo para que lo firmara.

 

- ya que – dijo como si nada el moreno.

 

- Kagamicchi, de donde conoces a este niño –

 

- no es un conocido –

 

- ¿lo robaste? –

 

- ¡claro que no! –

 

Kise se acercó al niño un tanto curioso, parecía un mini fanático del básquet y el también quería tener un admirador.

 

- hey… Nao-kun… ¿sabes quién soy yo? – Kise se apuntó a sí mismo, esperando a que el niño soltara también algo de él, después de todo si conocía a Aominecchi y a Kagamicchi, era muy lógico que a él también lo conociera.

 

- claro, eres el alero de los búfalos de Chicago, te veo en la televisión todo el tiempo, aunque mi mama dice que eres pretencioso y muy llamativo para su gusto – el comentario de Nao sale de manera inocente pero lastima el frágil corazón de Kise hasta dejarlo azul y oscuro en una esquina.

 

Que madre tan cruel.

 

- era de esperarse – Midorima se acomoda los lentes mientras le pone sal en la herida.

 

- tu eres Midorima Shintaro, juegas de escolta en Boston… me gusta tus tiros, eres el mejor jugador de tiro libre que eh visto jamás – se apresura a agarrar su balón una vez que Daiki termino con él para ofrecérselo al de lentes – firma, firma… por favor – sonrisa encantadora aparte.

 

Midorima se sonrojo ante tal emoción, se acomodó los lentes y sujeto el bolígrafo… era un niño muy insistente.

 

- Mido-chin ha sido superado – el más alto se burló de el de lentes a sus anchas.

 

- oye niño, ya deja de recolectar firmas y vete para tu casa – le regaño Kagami - ¿acaso tus padres no se preocupan? –

 

Nao miro un tanto dubitativo, ya era bastante tarde y capaz su mama lo estaba esperando, pero no quería volver a casa en ese momento, no sin al menos la firma de todas esas celebridades allí.

 

- me iré… si todos me firman mi balón – Kagami maldijo el momento en que tuvo la idea de darle el objeto a ese bribón.

 

 

-.-                                                                                                                             -.-

 

 

- bueno con eso ya es suficiente – dijo Akashi una vez que termino de poner su firma en la esfera, sonriendo de lado al ver la emoción del niño reflejada en esos ojos infantiles.

 

- Murasakibacchi exagero en su firma – lloriqueo el rubio el ver que la letra del gigante era la que más predominaba.

 

- mi nombre es largo y soy el más grande, es lógico –

 

- no tiene lógica para nada – le regreso Kise.

 

- un gusto conocerte Nao – Akashi se agacho a su nivel y le extendió la mano con amabilidad. – sabes muchos de nosotros, sí que eres un pequeño fan… ¿Cuántos años tienes? –

 

- soy así de grande – extendió ambas manos, alzando seis dedos – aunque casi cumplo los siete – explico.

 

- ¿quieres ser un basquetbolista cuando grande? – el asintió con energía.

 

- quiero ser como Kagami… ustedes son muy buenos, pero él es mi favorito –

 

- toma eso Aomine – Kagami sonrió con sorna, mientras Aomine bufa.

 

- es obvio que el chico no piensa muy en grande –

 

- ¿y no quieres ser como yo? – le pregunto Kise.

 

- no creo poder ser tan llamativo – afirmo el menor.

 

Todos rieron ante eso, en definitivamente era un niño bastante cómico. El tiempo se había pasado entre charlas y peleas absurdas por quien era el que más admiraba Nao, incluso Murisakibara, Akashi y Midorima hacían comentarios a ver si el niño se ponía a su favor. Pero a pesar de todo, el niño seguía prefiriendo a Kagami, lo que le hincho el orgullo al pelirrojo.

 

- ¿Nao? – la dulce voz de otra persona hizo que los demás guardaran silencio, mirando hacia la entrada de la cancha y observando sorprendidos quien llamaba al pequeño niño.

 

Todos estaban sorprendidos de ver allí al mismísimo Kuroko, con una ropa casual. Los años habían pasado por él, pero él seguía viéndose igual que en la preparatoria. Al menos para Kagami era como si no hubiera pasado el tiempo. Iba a decir algo cuando el pequeño fue corriendo hacia el peli celeste, abrazándolo…

 

- ¡mamá!... mira mamá… Kagami Taiga y toda la Kiseki no Sedai me firmaron mi balón – canturreo emocionado mostrándoselo a su mamá. Kuroko le sonrió como lo hace una madre.

 

- ¿y cómo se dice? – el niño se queda mudo, acabando de darse cuenta que no había agradecido todo eso.

 

- muchas gracias – hizo una reverencia con mucho respeto.

 

Ya a nadie le parecía una sorpresa que el niño supiera tanto de ellos.

 

- Kurokocchi ¿Nao es tu hijo?... jaja que sorpresa, no se parece a ti para nada, nunca lo íbamos a adivinar – Kise fue el primero en romper el incómodo silencio que se había formado ante la presencia del sexto miembro desaparecido.

 

- si bueno…Se parece mucho a su papá – comenta como si nada. Y es porque en realidad si no decían que eran parientes ninguno iba a creerlo, el niño era subió de cabo a rabo, incluyendo sus pestañas, con unos grandes ojos verdes mentolados y una actitud desenfrenada, para nada se parecía a Kuroko.

 

- claro que no… me parezco a mi mamá en la sonrisa, la sonrisa – sonríe de oreja a oreja. Eso definitivamente lo hacía muy tierno. – Mi papá es un amargado – afirma sin tapujos, haciéndolo ganador de un apretón de mejillas.

 

- no hables así de tu padre –

 

Muchos no podían ni creer lo que estaban viendo, era Kuroko, el mismo que jugo con ellos en la segundaria, que amaba el básquet más que nada, el mismo que los había rescatado de su propio orgullo, que los había unido. Ahora había formado una familia… y no era con ninguno de ellos.

 

Ya era demasiado tarde para llorar algo así, pero jamás esperaron enterarse así de esa manera, que el hijo de su preciado compañero les llegara así y les cayera tan bien a todos, incluso Murasakibara le dio uno de sus dulces.

 

- oye, Kurokocchi yo no soy pretencioso, ni llamativo – al recordar lo que había dicho Nao.

 

- lo dije en el mejor sentido Kise-kun –

 

Kagami se sintió más que confundido, a pesar que todos parecían contentos el sentía abrumado, no había visto a su compañero desde hace años, no sabía absolutamente nada y ahora se venía enterando que tenía un hijo y de paso un esposo. Que si se sintió como si su corazón se partiera, tal vez.

 

Todos se quedaron de piedra cuando Kagami paso de largo al grupo de locos y abrazo sin pena alguna a Kuroko, este se dejó hacer por la sorpresa y luego sintió algo húmedo en su hombro, entonces entendió que no era el único que extraño a su compañero.

 

- tu… bastardo, no dijiste nada – sintió su cabello rebelde pegado a su rostro, olio su aroma, extraño demasiado a su pequeña sombra – eres una sombre desconsiderada –

 

- lo lamento Kagami-kun… creí… creí que si Kagami no sabía de mí, las cosas iban a ser más fácil para ti – mintió descaradamente y el pelirrojo se dio cuenta, Kuroko no quería ser la razón por la cual Kagami renunciara a su sueño – pero me alegra que Kagami-kun lo lograra… veras, Nao y yo no nos perdemos ningún partido de Kagami-kun – Kuroko desata un poco el abrazo, sin soltarse por completo en realidad.

 

- es verdad… mamá y yo nos vemos toda la temporada de la NBA –

 

- ¿en serios ves los partidos de Kagami?... Tetsu debes aburrirte bastante – Aomine sonríe en broma.

 

- los de Aomine-kun también son buenos – sonríe y el moreno no puede evitar sonrojarse - pero siendo sincero me impresiona las jugadas que hacen Akashi y Midorima – el Tsundere se había quedado sin habla de la vergüenza al saber que Kuroko miraba también sus juegos.              

 

- cuando quieras vernos en vivo te daré unas entradas, Tetsuya – Akashi sonríe con prepotencia al ver que el peli celeste estaba emocionado por la propuesta.

 

- Kurokocchi si has visto las temporadas de la NBA, también me has visto en las revistas ¿no es así? –

 

- lo siento Kise-kun, no tengo tanto tiempo de ocio –

 

- eso fue duro, Kuro-chin -   

 

En definitiva todos estaban contentos de ver de nuevo a Kuroko, aun así parecía que Kagami quería acaparar toda la atención del peli celeste, pues aún no lo soltaba del todo. Ni le quitaba la vista de encima, queriendo decirle tantas cosas. Planeando invitarle una malteada e ir al Magi Burger, o cualquier sitio al que el peli celeste quisiera ir.

   

Con cuidado paso una mano por su costado e intento sujetar la mano del más bajito cuando fue detenido por otra mano de manera brusca.

 

- será mejor que quites tus asquerosas manos de mono de mi esposo – su expresión era tranquila pero su mirada era otra cosa muy diferente.

 

Allí presente estaba nada más y nada menos que Nash Gol jr con una cara de culo a mas no poder y mirando muy mal Kagami.

 

- ¿esposo? – pregunto Kagami un tanto en shock.

 

- ¿además de idiota sordo?... quita tu mano de mi esposo – sus ojos mentas miraron furioso a Kagami y este estaba que no se lo podía creer.

 

- papá, Kagami Taiga no es tonto – refuto el niño y el rubio tan solo bufo.

 

La sorpresa de Kagami se convirtió muy pronto en furia y con muy mala actitud se separó de Kuroko, el más alto miro a su sombra pidiendo una muda explicación a todo eso… entonces algunos engranajes dieron vuelta en su cabeza, Nao era rubio y de ojos mentas, como Nash-mal nacido-Gold jr…

 

El mayor sonrió con toda la prepotencia del mundo y sujeto de la cintura a Kuroko, como si marcara territorio miro por sobre la cabezas de todos ellos. Sintiendo jodidamente superior y gozando de ese momento más de lo debido, fue entonces que Kuroko decidió aclarar todo eso.

 

- lo siento por no decirles antes, él es mi esposo, Nash y él es Nao Gold… -

 

- mucho gusto – completo el niño a pesar del segundo bufido del padre.

 

- no es necesario esto, presentarte con estos tipos – comento el rubio de mala gana, le caían de la patada las personas que le ganaron. – Vámonos Tetsuya – le ordeno y Kuroko pudo notar que había puesto esa expresión de niño pequeño, parecida a la de Nao cuando no le dan su chocolate, así que aguanto la risa.

 

- Akashi-kun me gustaría jugar un partido con ustedes alguna vez – dijo ignorando las ordenes de su esposo, quien estaba poniendo los ojos en blanco ante la rebeldía del peli azul.

 

- claro… claro, cuando quieras Kuroko – a penas articuló el capitan de la Kiseki no Sedai y es que ni con su ojo del emperador pudiera predecir una situación así.

 

- no te reunirás con esos monos – dijo finalmente para tomar la delantera – vamos Nao – El pequeño Nao miro el balón y luego al grupo, no quería tener que irse, pero debía hacer caso al fastidioso de su padre.

 

- adiós –

 

- nos vemos – Kuroko sujeto de la mano a su hijo y se despidió con una mano. Resistiendo a mirar hacia atrás como lo había hecho tantas veces, sus amigos habían decidido sus propios rumbos y el había hecho lo mismo, si había arrepentimientos o no, ya era demasiado tarde para eso.

 

- ¿mamá, si los volveremos a ver? –

 

- claro… ¿qué te hace pensar lo contrario? –

 

- déjalo… solo está en una fase de malcriadez –

 

Entonces Kagami no dijo nada más, simplemente sujeto un balón de básquet y comenzó a jugar. Aomine fue el primero en unírsele al pelirrojo, estaban allí para jugar después de todo, nadie comentaría nada, ni de la sorpresa que les produjo ver de nuevo a Kuroko, ni los sentimientos que sintieron al verlo con su hijo, ni el dolor de garganta y la impotencia al verlo con su esposo. Después de todo, nadie se sentía peor que Kagami en ese momento.

 

Por qué él lo tuvo tan cerca, tan cerca de ser él el que estuviera en el lugar de ese desgraciado, en cambio eligió otra cosa, eligió su sueño, sobre Kuroko. Esa noche nadie pudo detener a Kagami Taiga de barrer el piso con toda la Kiseki no Sedai.

 

 

-.-                                                                                                                             -.-

            

  

- ¿en verdad pretendes desobedecerme? – rugió con molestia mientras intimidaba a Kuroko con su tamaño.

 

- Nash no es desobediencia, soy tu esposo… no tengo ni que obedecerte – el rubio alzo una ceja y sonrió con malicia.

 

Si había algo que le gustaba de ese condenado enano era su rebeldía. Así que con facilidad sujeto al menor por los muslos y lo alzo a su altura, haciendo que lo mirara a los ojos, Kuroko no pudo evitar soltar una risa.

 

- ya te dije que no los veras… es mi jodida última palabra – parecía que el Americano lo primero que hubiera aprendido en japonés fuera esa palabra.

 

- ¿celoso? – Nash pasó su nariz por la majilla de Su esposo, por si ese sujeto era todo suyo. Kuroko lo sujeto del cuello y lo beso, suave y romántico y para Nash eso no estaba mal, pero no era su estilo.

 

Apretó al peli azul para sí, su olor lo estaba volviendo loco, expedía una esencia exquisita, de seguro esa época se estaba acercando. Choco la espalda del menor contra la pared con brusquedad y sujeto la nuca controlando el beso que había pasado de dulce a uno muy erótico, sentía la pequeña lengua de su esposo investigarlo… y quería más de él.

 

- ese mono… te abrazo, demasiado – siseo, recordando eso.

 

- así que lo viste… -

 

- y te castigare por no hacer nada – Kuroko podía sentir el aliento del hombre en su oído, tibio y seductor, se mordió el labio para no soltar un gemido cuando sintió como la pelvis del otro choco contra la suya. Si algo debía admitir, era que su esposo era demasiado guapo para su bien.

 

- si… me porte mal… ¿cuál será mi castigo? – Kuroko pronuncio eso de manera sugerente mientras se comenzaba a frotar contra el otro y a Nash se le levanto como mástil.

 

Los ojos mentas del rubio brillaron con deseo.

 

- te lo meteré tan profundo que no podrás caminar mañana – y Kuroko no podía negar que le encantaba que su esposo hablara mal.

 

- ¿Cómo… lo harás? – sus ojos azules se abrieron en sorpresa cuando el mayor lo volteo contra la pared y lo puso en cuatro. ¿Acaso estaba?...

 

- sin condón… - lamio sus labios con gula al ver ese trasero una vez que bajo los molestos pantalones. – a la mierda esa cosa de látex –

 

- no Nash… espera, si lo haces quedare… ¡ah! – el mayor no le dio tiempo de hablar cuando sintió como lo penetraban sin preparación.

 

- entonces simplemente tendremos más monitos por la casa -  

 

 

 

Fin

Notas finales:

Tengo mucha afinidades con los malos, y aceptémoslo, Nash esta jodidamente bueno, no me culpen por querer que Kuroko se quede con lo más sabroso XD además que siempre me pareció que a Nash le llamaba mucho la atención que Kuroko no tuviera filtro

Espero que este experimento les haya gustado y espero me perdonen si no puse las parejas en el resumen, si lo hacía les decía todo de lo que iba el fic, y esa no es la idea, en especial por que tiene un solo capitulito.

Talvez me envergue en hacer más one-shots como este de Kuroko y distintas parejas, pero eso si este puede llegar a los cincuenta comentarios, eso y que bueno... de verdad me gustaría escribir de Kuroko y todas las parejas posible en el universo de este anime.

Pero eso queda a cuenta de ustedes... nos vemos cuando vuelvo oficialmente 


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