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Secretos por Kichi Hikari

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Notas del fanfic:

Quiero aclarar, no quiero que piensen que Beyazit esta loco, creo que simplemente demuestra sus sentimientos de manera libre.

Notas del capitulo:

Disfrutenlo, dedicado a Fer e Ichigo en FB

La sangre seguía en su mejilla, solo sentía incomodidad ante eso, después de todo, ya estaba seca, pero no podía sentir asco, aun cuando su ropa también estaba llena de sangre, se sentía bien.

Su diestra recorrió su pecho y la poca sangre aun fresca mancho sus dedos, de un rojo tan profundo como el cabello de su hermano, que ahora se encontraba recostado en sus piernas, se había negado a que lo alejaran de él, no de nuevo.

Era obvio que tendría que enterrarlo en algún momento, pero quería disfrutar de la paz que gozaba en ese momento un poco más.

-Como pudiste dudar que te amaba?, acaso no te lo demostraba cada que podía?, cada que Ayse pedía un poco de mi tiempo para jugar, pero tú me dabas esa mirada con tu sonrisa, prefería ir a ti que quedarme atrás con ella- otra vez las lágrimas salían y caían en el rostro relajado del mayor.

Los sollozos volvieron a llenar el silencio creado mientras que el manto de la noche, iluminado solamente por las estrellas y la luna los cubría, Beyazit no sabía que hacer, entendía que el cuerpo de su hermano y gran amor tenía que ser enterrado en su tierra, pero no soportaba renunciar a todo de él, así que sacando una daga de sus ropas tomo un mechón del rojo cabello para poder cortarlo.

-Seguramente te enojarías si supieras lo que hice, pero esto será nuestro pequeño secreto, el ultimo que ambos tendremos y que nos llevaremos a la tumba-

Volvió a acariciar la mejilla de Baraban y se acomodó a su lado abrazando ese enorme cuerpo por última vez.

Sabía que era tonto pensar en eso a estas alturas, pero cuanto le gustaría que las cosas hubieran sido de otro modo, aun cuando ellos dos nunca hubieran podido estar juntos de manera oficial, pero ambos vivos y aun amándose era el sueño perfecto, aun cuando fuera algo secreto.

-Recuerdas aun cuando éramos jóvenes e ignorábamos todo?- seguía hablando con el cadáver, no estaba loco, al contrario, entendía perfectamente que Baraban estaba muerto, pero quería calmar ese dolor en su pecho -amaba verte tan serio y concentrado, y también admito que me gustaba tu actitud arrogante, a veces-

Se levanto, separándose del cuerpo, y recargándose en el muro de piedra, el mayor se enfriaba, y eso solo significaba que pronto debería pedir ayuda para trasladarlo.

-También recuerdo cuando nos juntábamos para hacer travesuras, aunque siempre que nos descubrían tú te echabas la culpa- sonrió suavemente.

Recordaba perfectamente la voz de su hermano, siempre incitándole a hacer algo y cuando salía mal o tenía como consecuencia un regaño, esos ojos tan fieros y dorados se llenaban de protección y aceptaba el castigo para el solo.

Claro que había momentos en los que Beyazit no aceptaba los castigos que le eran puestos y burlaba la vigilancia para acercarse a su hermano y llevarle comida, o leerle un cuento, incluso simplemente tener la compañía del otro.

Ambos siempre habían sido opuestos, lo sabían, había momentos en que la gente no creía que fueran hermanos, pero Baraban siempre le defendía cuando alguien comentaba que el menor no parecía ser digno de pertenecer al linaje, ambos siempre habían estado ahí para el otro.

E incluso en algún momento los ojos azules de Beyazit habían sido alagados por su hermano mayor, diciendo que eran mucho más hermosos que el mar y el cielo.

-El día que me dijiste que me amabas, también fue el día de nuestra primera vez, recuerdas?, y yo fui tan feliz que no me importo que fuéramos hermanos, sabía que nuestro amor era real y puro-

Un ruido le alerto, y se mantuvo callado, el hecho de que ambos habían mantenido una relación romántica y sexual a espaldas de todo el mundo era su mayor secreto y pecado, pero esa relación se había terminado al poco tiempo de la visita de los hombres del Imperio, a los cuales nunca perdonaría por arrebatar a su amado Baraban de su lado.

-Tío, es hora de volver-

-Prenshes, lo entiendo, has traído ayuda para mover los cuerpos?-

La joven negó delicadamente, no creía que fuera buena idea enterrar a los soldados y a su familiar, pero si su tío terminaba convenciendo al resto de ayudarle, ella le apoyaría, así como siempre, después de todo, apoyar al hombre que amaba era su deber.

-Ve por ayuda, no podemos dejar que se pudran aquí- la chica le miro antes de dar media vuelta para cumplir con el pedido.

Solo cuando volvió a estar seguro de que no había nadie, fue que se acercó por última vez al de cabello rojo y beso sus labios, dando una despedida silenciosa y guardando el mecho de pelo en su cepken de color azul, lo más cerca de su corazón, se alejó del cadáver, esperando la ayuda para poder moverlo y darle un entierro digno.

Notas finales:

El capken es el chaleco que trae, por lo que investige, espero les haya gustado.


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