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NECROMANTIC PERFUME || TAEGI por sugasslxve

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Notas del fanfic:

Universo alternativo - Vampiros.

Personajes (por orden de cantidad de apariciones):

-Kim Taehyung 

-Min Yoongi

-Park Jimin

-Jeon Jungkook

-Jung Hoseok 

-Kim Seokjin 

-Kim Namjoon

 

Es una historia narrada en tercera persona desde el punto de vista de Taehyung. Los vampiros son el tema principal y todos los miembros lo son, a excepción de Taehyung, quien es humano. Drama, tragedia y suspenso. La trama es algo pesada, por lo que recomiendo leer con mucha atención y cuando tengan tiempo.

Notas del capitulo:

¡Bienvenido, espero sea de tu agrado!

¿Y de noche se da de alta a los locos? ¿Por qué no? El individuo está curado, tan sano como usted y como yo. Por lo demás, si reincide, lo que es de regla en estos vampiros, a estas horas debe de estar ya en funciones. Pero estos no son asuntos míos. Buenas noches, señores. 


 


-Horacio Quiroga. 


 


En el silencio reinante los murmullos maliciosos que los labios de las pocas personas presentes dejaban escapar se escuchaban como gritos ensordecedores, haciendo eco entre las paredes blancas e impolutas hasta acabar en sus oídos y dentro de su cabeza. Escuché que descubrieron el cuerpo después de una semana. El olor era insoportable y el perro no dejaba de ladrar. Creo que el cartero fue quien llamó a la policía. ¿Pero que no el hombre tenía un hijo? Era su sobrino. Estaban distanciados, el chico ya no vivía con él. Siento pena por el muchacho, escuché que sus padres murieron cuando éste era un bebé, ahora si se ha quedado solo en el mundoLas palabras de la gente se repetían en su cerebro como un tornado que no deja de girar y de destruir todo a su paso, haciéndolo sentir miserable y culpable.


El féretro frente a él se encontraba sellado porque el cuerpo ya estaba en proceso de descomposición cuando fue hallado, así que no pudo ver a su tío por última vez, lo único que pudo hacer fue llorar sobre la madera de roble mientras sollozaba perdones ahogados en lágrimas. Era cierto que él y su tío se habían distanciado por un motivo que ahora le parecía estúpido e infantil, pero que la comunicación entre ellos hubiese desaparecido no significaba que él hubiese dejado de querer al hombre. Lo adoraba como un niño adora a su padre, pero el orgullo siempre es más poderoso que el amor y ya era demasiado tarde para remediar los daños.


—¿Taehyung-ssi?


El sonido de su nombre pronunciado por una voz que no reconoció fue lo que lo sacó de ese bucle de pensamientos depresivos que le estaban pudriendo el alma. Con parsimonia levantó la cabeza para encontrarse con un hombre bien vestido y de zapatos brillantes que lo miraba con una sonrisa de simpatía.


—Soy el Sr. Oh, era el abogado de tu tío, mi más sincero pésame —El hombre dijo con una ligera inclinación. Taehyung sólo asintió intentando poner una sonrisa en su rostro. —Debemos hablar sobre el testamento de su tío y su herencia, pero entiendo que éste no es el momento. Voy a dejarle mi tarjeta, por favor no dude en buscarme cuando se sientas listo.


Taehyung volvió a asentir y cuando ningún sonido salió de su boca el Sr. Oh optó por retirarse y dejar al muchacho ahogarse en su dolor. Horas después, cuando abandonó la pequeña habitación destinada al féretro sólo se encontró con un puñado de personas en la sala del comedor hablando sobre lo irrespetuoso que él era por no seguir la tradición fúnebre como debía de ser, pero no veía el motivo par seguirlo al pie de la letra cuando ni él ni su tío no tenían amigos o familia alguna. Lo mejor era terminar con el asunto tan pronto como el cuerpo fuese enterrado.


Al llegar a la pequeña casucha en la que solía vivir con su tío en su niñez y primeros años adolescentes Taehyung sintió un hueco en el estómago. El lugar estaba más descuidado de lo que él podía recordar, con la pintura de las paredes descascarándose y con algunas tejas del techo colgando peligrosamente. La huerta que solían tener en el enorme terreno estaba seca y abandonada, al igual que los sembradíos de fresas. La valla de madera que circundaba la propiedad estaba apolillada y en algunas partes podrida. Era un desastre, nada de aquel paraíso campirano en el que jugaba y se divertía cuando era un niño. Pero la verdadera sorpresa se la llevó cuando ingresó al hogar; el olor a humedad y moho lo dejó mareado por unos segundos y el polvo lo hizo estornudar un par de veces. Los montones de libros en libreros, estantes y el suelo no era ninguna novedad, su tío era un amante de la lectura y coleccionaba tantos como le fuese posible, hasta que la sala de estar era más libros que cualquier otra cosa, lo verdaderamente sorprendente eran los montones de cajas con fideos instantáneo acumuladas en la diminuta cocina, las probablemente cientos de botellas de agua, las latas de comida no perecedera en todos los estantes y en la mesa, algunas abiertas y ya echadas a perder.


Todas las ventanas estaban cubiertas con periódicos y otros materiales que impedían el paso de la luz, además de estar protegidas con gruesas tablas. Era una locura, como si el hombre hubiese convertido de la casa un bunker del que, tomando en cuenta lo que escuchó en el funeral, no salía nunca. Taehyung sabía que su tío siempre fue un tanto paranoico, desconfiaba de todos, niños y ancianos, pero nunca creyó que su paranoia llegaría a tales niveles.


Él debió haber estado ahí, o al menos debió haber llamado al hombre de vez en cuando sólo para asegurarse de que estaba bien, pero fue inmaduro. Por años intentó convencerse a sí mismo de que odiaba a su tío, que siempre fue sobre-protector, demandante y estricto. Taehyung, en su niñez, no tenía permitido dejar la propiedad sin permiso y cuando la autorización se le era concedía siempre debía ser en la compañía del hombre, debía pasar horas inhumanas estudiando y no sólo aquello relacionado con la escuela, su tío también lo hacía leer cientos de libros sobre mitología griega y egipcia, además de tantas otras estupideces que nunca le habían servido para nada, pero la regla que más le había causado problemas y sufrimiento era la de no tener amigos. No puedes confiar en nadie, Taehyung, no necesitas amigos. Y era sometido a duros castigos cuando una de las reglas era quebrantada, así que con el tiempo dejó de intentar de hacer amistades, a pesar de ser una persona sociable, se mantuvo solo. Y aún cuando se mudó por su propia cuenta le fue imposible tratar de hacerse de un amigo, aquella regla se había arraigado muy dentro de él. A pesar de todo eso nunca odio al hombre que lo crió.


Cansado y con un dolor de cabeza desgastante se dirigió a la que alguna vez fue su habitación. Sin siquiera encender la luz se dejó caer sobre la cama llena de polvo y con sábanas rasposas al tacto, enterró la cara en las almohadas con ácaros y lloró un poco más. Entre lágrimas y lamentos recordó al abogado y aquella herencia que mencionó, pero él y su tío nunca fueron adinerados, por lo que probablemente lo único heredado en el estamento era la propiedad que no podía conservar. Taehyung estaba haciendo su vida en Seúl, ahí asistía a la universidad y ahí es donde tenía su trabajo a medio tiempo, no podía regresar a Daegu a hacerse cargo de una casa casi en ruinas, pero tampoco tenía el corazón para ponerla en venta, además de que dudaba que alguien en su sano juicio quisiera comprarla.


Se quedó dormido poco después, su cerebro y cuerpo completamente drenados de energía le pedían a gritos algo de descanso y no pudo evitar cerrar sus ojos y dejarse llevar por el cansancio. La sensación de estar siendo observado fue lo que lo sacó de su sueño y lo hizo abrir los ojos, pero se mantuvo inmóvil en la cama por un tiempo. Aún se sentía cansado, por lo que supuso que tan sólo había dormido un par de minutos; se giró sobre su espalda y paseó los ojos por la habitación, pero como era de esperarse no había nadie más que él, pero la sensación de que alguien estaba ahí, observándolo, no desapareció. Tal vez era el fantasma de su tío que había regresado del más allá a torturarlo, tal pensamiento le causó miedo y escalofríos. Suspirando sacó su teléfono móvil del bolsillo de su pantalón y lo encendió para observar la hora, casi se atraganta con su propia saliva cuando se dio cuenta de que eran las tres de la mañana y que había estado dormido por casi diez horas.


Con el celular aún en su mano se puso de pie y corrió a encender la luz, asustado gracias a las numerosas películas que había visto en las que afirmaban que las tres de la madrugada era la hora en la que fantasmas y demonios se manifestaban, pero no había nada fuera de lo normal en la habitación. Con una risa nerviosa salió del cuarto y se dirigió a la cocina, de pronto consciente de la sensación acartonada en su boca, pero antes de que pudiera tomar una de las botellas de agua se escuchó un sonido que hizo eco dentro de toda la casa.


Alguien tocaba la puerta.


Taehyung se paralizó al instante, y pudo sentir con total claridad como una noche calurosa de Julio se transformaba algo frío y pesado. Era su tío, el hombre había vuelto de la tumba a vengarse, no cabía duda. Su respiración se agitó y tragar le estaba pareciendo una tarea imposible, todos los vellos de su cuerpo se erizaron y una sensación de peligro inminente le invadió el cuerpo, haciendo que su corazón latiera más rápido de lo habitual. Después de lo que a él le pareció una eternidad volvieron a tocar la puerta, un poco más fuerte la segunda vez.


—¿Qui-Quién es? —preguntó con voz estrangulada, casi como un chillido.


Silencio fue su única respuesta, lo que hizo que su miedo se convirtiera en terror. Volvió a preguntar de quién se trataba y esta vez una voz serena y amigable le respondió:


—Uh... lo siento, sé que es muy tarde, pero mi auto tuvo una avería y ahora estoy varado aquí, ¿crees que podrías ayudarme?


Taehyung, que aún tenía el celular en su mano, retrocedió un par de pasos. A pesar de que la voz no era amenazante su tío le había enseñado a desconfiar de todos, en especial de aquellos que se presentaban a tu casa a las tantas de la madrugada pidiendo ayuda. Con manos temblorosas buscó el número de la policía entre sus contactos, demasiado asustado para recordar los tres números que tal vez tenía un dos entre ellos para marcarlo por sí mismo, dejando su dedo pulgar en la tecla de llamar.


—Sabes, aquí afuera está muy oscuro, además estamos en medio de la nada, te mentiría si te dijera que no tengo miedo. Por favor, sólo necesito hacer una llamada, prometo que no te quitaré mucho tiempo.


Taehyung no iba a comprarle esa, ¿quién en pleno siglo 21 no tenía un celular? Con miedo observo las ventanas, todas protegidas, y la puerta tenía al menos diez cerrojos, era casi imposible que alguien encontrara la manera de entrar si no era porque él habría la puerta, aún así se sentía vulnerable y en peligro, como si alguien ya estuviese dentro, observándolo desde algún lugar.


—¿No tienes tu propio celular? Además no sé quien eres, no puedo sólo abrirte la puerta.


—Tienes razón, lo siento. Soy Park Jimin, iba camino a Busan, de ahí soy, pero mi auto se detuvo haciendo unos sonidos extraños y ya que no sé nada de mecánica debo llamar a alguien que venga a recogerme. Oh, y la batería de mi teléfono murió.


No debía confiar en un extraño, abrir la puerta era demasiado peligroso y todo su cuerpo le gritaba que llamase a la policía de inmediato, pero también se dijo que tan sólo era el miedo que su tío se había encargado de infundir en él durante años al decirle siempre que todos lo querían lastimar, tal vez ese tal Park Jimin sí necesitaba de su ayuda, ¿y qué clase de persona sería si dejaba al pobre desdichado a su propia suerte? Una persona viva. Taehyung sacudió la cabeza, debatiendo la idea de dejarlo hacer esa llamada, pensando en que si esa persona en realidad resultaba ser un asesino nadie podría ayudarlo, los terrenos eran demasiado grandes y sus vecinos más cercanos vivían a al menos un kilómetro de distancia, nunca lo escucharían gritar por ayuda.


Se lamentó de haber regalado al perro de su tío a los vecinos, que desde el descubrimiento del cadáver del hombre se habían estado haciendo cargo del pobre animal, y aunque ya era un viejo rottwailer de algo lo pudo haber protegido.


Por favor —El extraño rogó en un lloriqueo.


Taehyung suspiró derrotado, consciente de que no podía dejar a su suerte alguien que lloriqueaba en su puerta por ayuda. Abrió cada cerrojo de la puerta rezando por no ser asesinado, y cuando su mano llegó al picaporte lo pensó una vez más, pero al final su lado humanitario fue el vencedor y maldiciendo mentalmente abrió la puerta.


Se sorprendió al ver a la persona del otro lado, definitivamente no era el asesino que se esperaba encontrar. Su rostro era afable, con ojos brillantes y mejillas regordetas y rosadas, además de una sonrisa amigable. Era más bajo que Taehyung, aunque mucho más musculoso —aunque cualquiera que levantara pesas una vez por día podía ser más musculoso que él, la antítesis del ejercicio.


—Gracias, comenzaba a temer que un gwishin apareciera allá afuera, está jodidamente oscuro. ¿Cómo puedes vivir aquí tan tranquilo? —El extraño preguntó con una sonrisa y fingiendo un escalofrío.


—No vivo aquí, en realidad. —Taehyung le extendió su teléfono móvil, aún un poco renuente a dejarlo entrar, pero el extraño no lo tomó y logró entrar a la casa sin invitación alguna por un pequeño espacio entre su cuerpo y el marco de la puerta. Las ventajas de ser una enano.


El tal Jimin borró la sonrisa de su rostro al escuchar eso y se detuvo a mitad de la sala, sus ojos de repente muy abiertos.


—Por favor dime que no eras un ladrón y que no te atrapé en medio de un robo. —Su tono se podía percibir casi bromista, pero Taehyung fue consciente de cómo su cuerpo se tensó y de la mirada con ligeros tintes de pánico que le dedicó.


—No, no. —Taehyung respondió rápidamente con una sonrisa, un poco más relajado. —Quiero decir, es mi casa y solía vivir aquí antes, pero mi residencia actual se encuentra en Seúl.


No era típico de él dar esa clase de información a desconocidos y se sorprendió un poco al escucharse decirlo, pero Jimin no parecía una amenaza e incluso se le miraba tan asustado como lo estuvo él mismo antes de abrir la puerta. Nunca confíes en nadie. Escuchó con claridad la voz de su tío diciéndole esa que parecía ser una de sus frases favoritas.


—¿De verdad? —Jimin preguntó, volviendo a sonreír. —¿Y que te trajo de vuelta a Daegu?


Taehyung no era un experto en protocolos sociales, no cuando su tío siempre le prohibió cualquier tipo de cercanía con otros seres humanos, pero algo en esa pregunta y en el tono que Jimin utilizó le hicieron sentir que no era lo adecuado para la ocasión. Tal vez Jimin sólo quería ser amable y hacer conversación, pero algo dentro de él, algo parecido a su sentido de supervivencia, le comenzó a gritar corre, en especial después de ver como Jimin paseaba la mirada por la habitación, tan intrigado como sorprendido.


—Asuntos familiares. ¿No necesitabas el teléfono? —Taehyung intentó parecer calmado, pero el ligero temblor de su voz delató su creciente ansiedad ante el extraño.


Jimin sonrió con suficiencia mientras comenzaba a caminar alrededor de la sala, de vez en cuando deteniéndose a leer los títulos de algunos libros, pero por su mirada Taehyung dedujo que parecía estar buscando algo más que un buen libro para leer en una tarde soleada junto a la playa.


—¿Qué clase de asuntos familiares? Escuché que un hombre murió en extrañas circunstancias hace un par de días, completamente drenado de sangre, pero insólitamente sin rastros o manchas de sangre en el lugar que murió. Trágico. ¿Era familiar tuyo? ¡No me digas que aquí fue donde lo encontraron!


Taehyung sintió pánico. Daegu no era tan grande como Seúl y Busan, pero ciertamente no era tan pequeño como para que un foráneo que decía estar sólo de paso supiera sobre la muerte de su tío y de la manera tan extraña en la que murió, algo en lo que ni siquiera él mismo quería pensar detenidamente. Se le revolvió el estómago de sólo recordar cómo encontraron a su tío en la misma sala de estar en la que ahora ellos estaban parados. Pero las nauseas eran el menor de sus problemas, algo en Jimin había cambiado, su semblante afable se había transformado en algo oscuro, era un cambio sutil, pero podía sentirlo.


—Si no necesitas el teléfono es mejor que te vayas —Taehyung demandó, aunque su rudeza era sólo superficial, en su interior quería echarse a llorar.


—Oh no, aún lo necesito. ¿Puedo? —Jimin señaló el teléfono posado sobre una pila de libros al otro lado de la habitación, todo sin borrar la sonrisa peligrosa de su rostro.


Taehyung asintió lentamente, tragando y sujetando con más fuerza el celular en su mano. Lo único que tenía que hacer era presionar la tecla de llamar y gritar que estaba a punto de ser asesinado para tener una patrulla fuera de su casa en cuestión de minutos, pero estaba tan asustado que su cuerpo no respondía a las órdenes de su cerebro, dejándolo a total merced del asesino.


Jimin presionó los números con lentitud, alargando a propósito la tortura de Taehyung, llevando la bocina a su oído con una sonrisa casi burlesca. El silencio era tal que podía escuchar claramente el sonido de marcado, y con cada pi su miedo y ansiedad aumentaban. ¿Así era como su vida iba a acabar? ¿Asesinado por un enano musculoso? Taehyung quería llorar, correr y gritar, pero sus extremidades estaban ancladas al piso de madera, su garganta estaba cerrada y sus ojos ya secos por el llanto de antes. Debió haber escuchado a su conciencia y seguido las enseñanzas de su tío, no debió confiar en un extraño que toca la puerta en la madrugada.


—Sí, creo que es él. —Jimin lo miró significativamente y ensanchó la sonrisa. —No, estoy bastante seguro de que lo tenemos. Por fin lo encontramos, hyung.


Taehyung logró mover sus piernas y retrocedió un par de pasos, comenzando a balbucear incoherencias que pretendían ser ruegos por su vida. La policía había desestimado el caso de su tío por la falta de evidencias y aunque las circunstancias no eran normales los forenses declararon una muerte natural, ¿pero, y si en realidad fue un asesinato? ¿Y si el asesino de su tío era el mismo hombre que ahora estaba parado frente a él? Respirar le era más difícil con cada segundo transcurrido y comenzó a pensar que no iba a ser necesario que ese tal Jimin lo asesinara, el dolor en su pecho le indicaba que tal vez moriría antes de un infarto provocado por el terror que estaba sintiendo.


—Escucha con atención, Taehyung, porque no lo voy a repetir. Voy a darte dos opciones, tú eliges lo que más se te acomode —Jimin comenzó a acercarse a él, muy lento, como quien trata de acercarse a un animal herido. —Vienes con nosotros o vienes con nosotros, tú decisión.


¡Que considerado al darle opciones! Aún así no pudo elegir ninguna de las dos, su rostro desfigurado en una mueca de horror le hacía imposible la tarea de hablar, además estaba hiperventilando, sus pulmones no estaban funcionando correctamente así que tampoco tenía el aliento para hacerlo. Jimin había detenido sus movimientos, sólo lo observaba con una ligera sonrisa burlona pintada en el rostro. El fin estaba cerca y nunca pensó que de esa forma acabaría su vida, aunque después de todo tal vez lo merecía.


—Okay, creo que decidiré por ti, vienes con nosotros. —Jimin suspiró melodramaticamente, después sonrió, pero Taehyung pudo percibir que esa sonrisa no estaba dedicada a él. —Lo siento, Taehyung, pero esto va a dolerte un poco.


¿Qué asesino maníaco se disculpa antes de matar? Pero eso no importaba, en realidad ya nada importaba. Iba a morir y probablemente de una forma horrible, descuartizado y enterrado en una zanja. Nunca debió abrir la puerta. Logró balbucear un por favor, pero antes de poder decir cualquier otra cosa sintió un golpe en la parte trasera de su cabeza y un dolor que se esparcía por todo su cuerpo, después de eso no supo nada, cayó en una profunda y pesada oscuridad que se sentía infinita.


 

Notas finales:

Fanfic igualmente publicada en Wattpad, la versión en inglés es publicada en AO3 bajo el mismo nombre. ¡Espero que les haya gustad!

PD: ¿Alguien sabe como agregar personajes? Soy nueva aquí y no le entiendo mucho. xD


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