11 de Mayo de 1998
Ya hace 1 semana que terminó la batalla de Hogwarts. Hay mucha gente festejando, me felicitan por ser el salvador del mundo mágico. Nadie se preocupa por enterarse de que mi meta no fue jamás ser un héroe de guerra. Siento una responsabilidad parcial sobre cada una de las muertes, especialmente las de mis seres amados. ¿Cómo mirar a los ojos a Teddy, mi ahijado, y decirle que sus padres están muertos, en parte, por mi culpa? Sigo sin estar seguro de qué pude haber hecho para cambiar la forma en que se dieron las cosas, sé que no podía salvarlos a todos… pero el remordimiento y la culpa no me abandonan.
La tristeza se ha vuelto una constante en mi vida. La única persona que puede salvarme de ahogarme en un vaso de agua se ha escapado de mi pequeña nube negra. Sólo me quedó una nota.
Al caer Voldemort, fui capaz de ver una tenue luz iluminando mi vida. Entre tanto caos y devastación, entre tanto dolor y pérdida, algo que me impulsaba a seguir adelante: Draco y yo finalmente podríamos estar juntos. Él llevaba unos meses trabajando junto con Snape como doble agente para la Orden del Fénix. Él también había sobrevivido a la batalla. Él y yo nos amábamos, por ende, sin restricciones ya, estaríamos juntos ¿No?
Razonamiento erróneo. La tenue luz que me pareció ver tras la caída de Voldemort no era el sol saliendo para un nuevo comienzo, era desapareciendo por completo de mi vida. Nada más dejar a su madre en un lugar seguro, tras un abrir y cerrar de ojos, Draco había desaparecido.
Cada una de las muertes que presencié fue una pequeña fractura a mi corazón. Cada pérdida se había llevado una parte de mí. Pero su nota fue como ser arrollado por el tren. El comprender que no sólo no estaríamos juntos como yo deseaba, sino que había desaparecido por completo de mi vida, se llevó toda mi capacidad de sonreír, de sentir, de procesar información. Hay algo en mi interior que quema, y no soy capaz de apagarlo. Hay un vacío en mi interior que pone a mi estómago a bailar como si cada paso fuese una caída en picada en una montaña rusa. Llegué a la cúspide tras una larga subida pensando encontrarme con él ahí... pero sólo llegué para caer.
“Never let me go. If this night is not forever, at least we are together. Anyway, whenever, appart but still together. I know I’m not alone”
Esa era la nota. Que me sacaba de quicio por múltiples motivos, que les pienso enumerar a continuación:
Fue escrita la última noche que estuvimos juntos. Luego de tanto tiempo soñando con nuestro “felices para siempre” ha empezado a hablar de esa como la última vez que nos veíamos. Me rompió el corazón. Enfrentarme a Voldemort me aterraba menos que perderle. Fue una discusión poco agradable en la que pude ver por primera vez lo cobarde que era. Tenía miedo de que le lastimase, tenía miedo del futuro, tenía miedo de hacer las cosas correctamente y ser lastimado, que saliesen mal. Lágrimas y gritos fueron y vinieron, hasta que nos prometimos que estaríamos juntos para siempre: Yo jamás le dejaría solo. Hicimos el amor intentando expresar con nuestro cuerpo todos los sentimientos que querían estallar nuestros corazones. Estábamos asustados por lo que vendría, emocionados por la posibilidad de empezar una nueva vida juntos, preocupados por el bienestar del otro y tantas otras cosas.
Pero sólo yo le había prometido no dejarle solo. Él prometió únicamente que estaríamos juntos para siempre. No estoy muy seguro de cómo él pueda pensar que está cumpliendo con su promesa, pero sé que ese descarado, de aparecer algún día, tendrá una muy lógica y clara razón por la cual se alejó mientras seguía cumpliendo con su palabra, que me va a dejar a mí como un histérico. Deseo que ese día llegue más que nada.
Volviendo a la nota. Luego de esa noche llena de emociones, él tuvo la cabeza lo suficientemente fría como para saber que me dejaría luego de la batalla final. Sé que él no sabía que perdería a tantas personas ese día. Sé que no es su culpa que yo asuma la responsabilidad por cada vida perdida. Sé que esa carta no es un adiós, es un hasta luego. Porque no puede ser que simplemente se despida de mí así, ¿Verdad? El amor verdadero no se puede acabar con una estocada por la espalda y no me puedo permitir que entre nosotros no haya un amor verdadero.
En segundo lugar, ¿EN SERIO DRACO? ¿PODÍAS PENSAR COMO PARA ESCRIBIR EN PERFECTO INGLÉS Y NO COMO PARA COMPARTIRLO CONMIGO?.., Un poco ridículo que pelee mentalmente con alguien que no me oye y que ya no forma parte de mi vida, ¿No?
Por último, el significado ambiguo de la nota. ¿Es porque no sabía si los dos sobreviviríamos a la guerra? ¿Por qué no pensaba regresar conmigo? ¿Cómo me pide que no le deje ir, cuando es él quien me ha abandonado? La sola idea de ver sus ojos ante el camino abierto para el resto de nuestras vidas me levantó del suelo, de mis heridas, del dolor que sentía a buscarlo. Cada vez que gritaba su nombre sin respuesta se abría un poco más el vacío en mi interior. Eventualmente, en el bosque prohibido, la nota cayó en mi mano.
“Never let me go. If this night is not forever, at least we are together. Anyway, whenever, appart but still together. I know I’m not alone”
La leo constantemente, buscando alguna pista de su paradero. No puedo dormir preguntándome si pensará en mí, si en realidad me ama, si me necesita como yo a él, por qué se fue… ¿Por qué se fue?
Discutíamos constantemente sobre nuestros futuros hijos. Los nombres, la casa a la que irían, qué deporte practicarían. ¿Y todo para qué? Si se iba a ir igual. ¿Nuestra pequeña boda privada sólo con los amigos cercanos que conocían nuestra relación? No le interersó. ¿Sirius, Albus Snape, Scorpius, Lily Narcisa? Ninguno de nuestros futuros hijos le interesó. ¿El apartamento donde viviríamos juntos en Diagon Alley mientras yo estudiaba para ser auror y él para ser maestro de pociones? Tampoco le importó. ¿Qué le importó?
Camino bajo la lluvia hacia el cementerio donde están mis padres. Me paro frente a las lápidas y les pido perdón si en algún punto los he decepcionado. Una lágrima resbala por mi rostro, la soledad por la ausencia de Draco me asalta de nuevo. Él podría estar aquí dándome apoyo en este momento tan difícil. Él podría estar aquí, sosteniendo mi mano con sus largos dedos, de piel tersa y cálida. Cierro los ojos mientras imagino la sensación, y es tan real. Hasta puedo sentir como si me diese un apretón…
- Hola, cara rajada – Escucho de repente. Abro los ojos sorprendido mientras siento como disminuye la cantidad de lluvia que golpetea sobre mí: Draco está junto a mí. Con uno de sus brazos ha pasado a rodear mi cintura, con el otro sostiene un paraguas que nos protege a ambos. Me le quedo mirando fijamente con los ojos abiertos de par en par. Le oigo carraspear, dirige la mirada a la lápida de mis padres y comienza a hablar de nuevo: - Estimados señor y señora Potter. Estoy aquí en primer lugar para pedir perdón delante de ustedes por haber sido un completo idiota. Los aurores querían retenerme para realizar un juicio en mi contra por mi papel como mortífago, y yo rechacé mi derecho a una llamada para avisarle a Harry. Con un juicio en mi contra, con todo lo que me vi obligado a hacer como mortífago, no me sentía digno de estar con él.
Estaba completamente sorprendido, no tenía idea. Le dejé continuar.
- En el juicio me declararon inocente, se descubrió que estaba trabajando para ayudar a la orden. Yo sabía el resultado de antemano realmente, estaba todo conversado con el viejo loco de Dumbledore, llevo varios meses sabiéndolo, pero no me vi capaz de contarle. Me sentía sucio. Pero me terminé de dar cuenta de algo en esta semana de soledad: No puedo vivir sin su hijo. Es lo más increíble que me ha pasado. Sólo espero que pueda perdonarme por lo idiota que he sido.
En mi interior, algo quería hacerle sufrir una parte del dolor que me había causado. Hacerle rogar, como mínimo. Compensar. Fue una idiotez completa que me hizo sufrir, me pudo haber dicho. Para algo está la comunicación en la pareja.
- Juro aquí ante ustedes que no volveré a omitir información. Y ante ustedes, quiero hacer la pregunta más importante de mi vida. – Sacó una caja de terciopelo del bolsillo, se arrodilló frente a mí y preguntó – Harry, ¿Quieres casarte conmigo?
Y me perdí. Me perdí en sus ojos grises, me perdí en su sonrisa, me perdí en el futuro que prometían sus palabras y que tanto anhelaba. También cometí errores, estábamos en guerra, ninguno de los dos supo actuar. La amargura que había pasado me hizo un nudo en la garganta y un “no” que era más venganza que un deseo quiso aflorar de mis labios. Pero no, ya esta guerra me ha quitado demasiado, no voy a dejar que el rencor nuble mis posibilidades de ser feliz. Se notaba que se ponía cada vez más nervioso mientras transcurría el tiempo que me tomaba contestar su proposición. Le cargué en mis brazos como a una princesa, al fin y al cabo una pequeña venganza sí es saludable, y le besé.