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Huyendo con una Bestia por Tomoe SA

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Notas del fanfic:

Pues nada, otro fanfic para ustedes. Esta vez ya no es un One-shot todo tristón, ahora nos vamos por algo más cómico o mejor dicho más dulzón.

Que quede claro escribí este Fic para cierta personita que fue especial para mi y una vez tuvimos ciertos gustos por está shipp. Pues no digo nada más, esto es para una bestia verde ^^U Espero en algún momento leas esto y esto va para ti. 

"Huyendo con una bestia" By: Tomoe 

Y por aquí dejo en claro que todo el crédito es para Oda, que creó a estos inigualables personajes. 

Notas del capitulo:

Pues empezamos con la discusión y termino de una de las parejas más recientes del fandom y que todos quieren.

Pero algo inesperado para ustedes sucederá en este peculiar fic, espero que les guste la pareja en la cual me inspiré y nada, disfruten del caítulo. 

-        Capitulo uno: Conociendo a la bestia.

 

Parpadeó un par de veces, claro que no estaba entre sus planes del día terminar como mediador de una pelea crucial, tenía los nervios a flor de piel porque él era completamente ajeno a que estaban al borde la ruptura, ambos chicos que lo sofocaban entre sus gritos eufóricos y cargados de recelo.

-¿Y, qué dices? – al unísono le reprocharon a un azabache que trataba de calmarlos.

Se quedó pensando un poco, la verdad lo que se gritaron toda esa media hora era irrelevante decían cosas sin sentido alguno, que uno se esforzaba más que el otro, que ya no lo tacaban y otras cosas que trato de ignorar, porque tenían que sucederle estas cosas a él y no a su otro hermano. Un largo suspiro fue una respuesta parcial de su veredicto final.

-Saben… Los conozco hace una maldita media hora y eso me bastó para decirles que su relación es una rotunda mierda… Me sofocaron, me están haciendo perder clases por algo tan reverendamente estúpido y sin arreglo, sólo terminen y ya. – dijo con aburrimiento aquel moreno y se abrió paso entre ambos chicos que se quedaron perplejos.

Después de ese incómodo momento, su silencio reinó ya ni sus miradas chocaban, estaban lo suficientemente claros de mente cómo para no aceptar lo evidente, en efecto tras casi tres años de relación… Era suficiente o eso decían todo y ellos dos también lo gritaban no se soportaban ver o cada que se veían eran peleas interminables y uno o dos beso más a halla del sexo sin sentimiento que se profesaban. El más alto entre los dos solamente negó tal vez, era porque su novio era muy quisquilloso o porque solamente lo quiso por su cara de princesa hermosa.

-Cavendish… - por fin se atrevió a romper un silencio inundado de pensamientos lastimeros – Creo que lo que dijo ese chico es cierto. – ahí iba otra vez, haciendo temblar al de rubias hebras.

-¿Le harás caso a ese desconocido? – trató de hablar con demanda pero ahí se notaba su voz un tanto quebrada que lo delató, él ya sabía cuál era la decisión de ambas partes – Está bien… Después de todo creo que también ya era tiempo… - susurro con aires de dolor.

-Creo que después de mucho tenemos algo en que coincidir… Princesa – dijo con cierta gracia dejando ese mal ambiente, haciendo reír con pena al rubio – Y supongo que aquí es donde acaba todo esto de nosotros… - finalizó el mayor.

-Cómo tú dices, Bartolomeo… Aquí acaba todo. – ni bien terminó de decir esto lo volteó a ver con dejo triste y se retiró de ahí justo al son de la campana de cambio de hora, exactos para que llegara a su clase que le hizo perder aquella dramática ruptura.

Sus pasos fueron sosos hasta al bajar las escaleras del último piso hasta el tercer piso donde era su salón de clases, aún divagaba sobre si era correcto haber terminado con ese rubio, no era lo correcto sabía que si seguía así sería dañino para ambas parte, cuando vio el letrero de “3-B” entró disimuladamente, viendo que no aún no llegaba su siguiente profesor y eso era lo que deseaba con todas sus fuerzas, odiaba la filosofía y eso era lo que le truncaba uno de sus sueños más grandes de su vida, entrar con beca a la universidad en la facultad de música, se sentó con resignación en uno de las mesas vacías y se puso a divagar en su mente.

Por otro lado cierto pecoso, estaba más que de sorpresa… Recién se daba cuenta de que esa cresta de gallo tan llamativa estaba en su clase, ¿cómo no fue más idiota para omitir que existía una especie de bestia en su clase? Sólo fue capaz de notarlo tras su pelea con su aparente exnovio, porque por sus vagos y dubitativos movimientos, lo suponía aunque su última relación fue a sus nueve años con su mejor amigo. Tampoco esperó que se quedara cómo estúpido viendo al vago peliverde, siendo despertado por uno golpecitos en sus costillas, que lo hizo dar un ligero salto, en esos momentos hubiese querido hacer sabido que fue uno de sus ataques habituales de narcolepsia pero fue negativo, la sonrisilla gatuna de su compañero de clase era otra cosa.

-Ocasionas que una de las parejas más controversiales de “Grand Line” terminen… ¿Y ya te quieres lanzar por el gallo? – ese ojeroso otra vez se inmiscuía en asuntos que tal vez no lo incumbían.

-No es eso… Sólo que creo que sí me hizo caso y le obligué a algo que tal vez… - fue cortado por el ruido chillón de la puerta falta de aceite, el profesor había llegado – Después hablamos. – susurró y puso atención en una de las clases que le gustaban a él.

Aparte… ¿Por qué no prestar atención a la clase cunado tu profesor es tan sexy y tan ridículo al mismo tiempo? Fuera de eso era que esa clase era una de las pocas en las que su trastorno no lo atacaba, también muy aparte del su piña favorita… Un amor tan platónico por que el muy bueno ya tenía a otro azabache a quien complacer. Pero eso tampoco le prohibía pensar o fantasear en el pero prefirió dejarlo ya que era en gran parte penoso, pero verlo todos los jueves y viernes a las últimas horas, era un goce en tanto doloroso, al menos dos sufrían de amor cosas en común que tenían con un extraño.

Ese timbre, lo sacó de sus cavilaciones y solamente, con disimulo volteó a ver a su nuevo conocido, qué aún no acaba de copiar la clase, sonrió con gracias y se fue con su amigo a buscar a sus hermanos. Mientras trataba de evitar los halagos sarcásticos de su ojeroso favorito, que estaba aludiendo que pronto, caería en un sinfín de coincidencias y este sólo le decía que “sí” con algo de relajo, hasta que se toparon con un rubio sonriente que los abrazó ni bien los vio, a lo que estos le correspondieron.

-Rápido tenemos que ir por Luffy o sino, Rosi nos dejará… - alegó el rubio que los llevó a rastras porque de verdad que le daba repelús ir en transporte público y que mejor manera de chantajear a su enamorado para eso.

Entre pláticas triviales y un ojeroso que se guardaba la mejor noticia cuando dejasen a Luffy en sus prácticas de karate, pero cuando llegaron a la puerta con un cartel que anunciaba su salón “2-C” donde una sorpresa le cayó cómo café caliente en sus pantalones… Era una broma, ¿siempre fue amigo de su hermanito, ese matón? ¿Acaso siempre lo había omitido? Estaba más que sorprendido, por ello… Ahora comprendía lo que decía ese moreno con las coincidencias. Fue casi cómo un acto reflejo el corresponder un efusivo abrazo que nunca vio venir y que terminase en el suelo, por ello.

-¡Aceeee! – gritó ese monito con una gran sonrisa y ese fue la lucecita que lo volvió a despertar.

-Ho-Hola, Luffy – le regresó una gran sonrisa para poder ponerse de pie, para que puedan saludarse entre todos, dejando de lado a un muchacho de grandes caninos.

-Oh… Chicos, chicos… El mi nuevo amigo, lo conocí en mis clases – ahora él fue quien integró a un ajeno que saludó a todos y cuando llegó a cruzar miradas con su antes mediador y abrió sus ojos con sorpresa, una sorpresa que el mundo fuese exageradamente pequeño para juntarlos a los dos.

Ahí fueron otra vez, a un mundo donde se perdieron un segundo que les hizo sentir un día entero, al parecer sólo necesitaban juntar de otra manera sus ojos para ver que un frustrado corazón, podría escapar de ahí, del planeta con otro frustrado corazón para sentir una fatigante calidez que les podría dar un ataque en cadena de idiotez cursi.

-Bartolomeo.

-Ace.

Y todos de miraron entre todos, menos el moreno menor que estaba que se reía ajeno a lo que los otros entendieron aunque sea un poco, lo bueno era que todos o la mayoría se habían ido y eso se les facilitó, para no recibir quejas o mantener como confidencial que tal vez la desocupada bestia tenía una nueva princesa, en está ocasión una pecosa princesa que en un instante logró olvidarse de que tenía otro adonis por cual babear.

-Chicos… Fue una alegre presentación, pero Rosinante me espera y tenemos que dejar a Luffy en su clase o sino se la perderá, a menos que deseen vérselas con Garp – sólo bastó para mencionar a ese viejo loco para que el azabache mayor despertara y viera a todos.

- Bueno, nos vemos Bartolomeo-ya – se despidió con su típico dejo el aspirante a cirujano pero un grito de reproche se dejó escapar por el monito.

-No sean malos y llévenme con Barto a mis clases, después de todo vamos al mismo sitio – protestó con un puchero el más bajo.

Un cansado rubio se dejó engatusar por las miradas de cerdito en matadero y le hizo una seña al de copete extravagante para que viniera, sin reprochar nada, así que a rastras lo llevaron donde un coche plomo los esperaba ahí parado fumando con poco estilo se hallaba el caótico cariño de Sabo que se lanzó a besarlo ni bien lo vio. Después de un par de quejas y una corta pelea que la resolvieron al instante ya estaban listos para ir a dejar a Luffy a sus clases, sólo que un pecoso pagaba sus malos actos aplastando al próximo cirujano por venganza propia.

Cuando dejaron al duo de karatekas fueron más cómodos, a excepción de Ace que estaba frente a un campo minado de preguntas por parte de su amigo y su hermana.

-¿Y? ¿No dirás nada? – exigieron ambos al unísono.

-¿Decir qué? Qué hoy acabé con una relación por ser mal mediador y que el mundo se ensañe en que coincidamos en todos los lugares… Esto es frustrante, ¿saben? Ni un día a pasado y quiero conocer más de ese grandulón. – reprochó cruzándose de brazos dejando a los dos cómplices con una sonrisilla en sus labios tenían de que hablar hasta las cinco.

 

~ Continuará ~

Notas finales:

Como les dije arriba, espero les halla gustado y si veo que les gusta dejen sus comenterios, por favor... Para poder sentirme inspirada a seguir con este fanfic tan especial que he escrito con mucho amor. Ugh... Sonó muy fresa, pero bueno eso es cierto ^^U 

Hasta el próximo capitulo. 


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