El Baile Oscuro
¿Cómo nuestra vida cambió tan drásticamente?, ¿cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que hablamos? El sonido de tu voz aún me persigue, me tranquiliza en esas noches de soledad y pena, angustia y miedo... Te extraño como no sabes, te deseo junto a mi cama nuevamente... Sentirte como las veces en que nos amamos. Cuando me decías “Te amo”, en cada entrega tuya, en las mías... Juntos hasta el amanecer, dulcemente abrazados y cariñosamente nos hablábamos en el silencio de cada palabra nuestra. Ahora te haz alejado de mi, para siempre... Pero no tengo miedo de no volverte a ver.
Te amo, te amo, te amo.... ¿cuántas veces más tengo que repetirlo? Y aun así no puedo acercarme a ti. Imposible, inalcanzable. En el piano compongo pequeñas partituras dedicadas a ti, cada balada, cada tecla tocada. Recuerdo los veranos en que pasábamos en aquella enorme habitación, cuando me tocabas las melodías que surgían de tus dedos. Aunque no sea tan bueno como tu, aun así te dedico cada canción que escribo.
Sé muy bien que estás aquí, aun te siento junto a mi. Tu memoria, tu risa, tu voz, tu recuerdo siguen en mi corazón y como cada pétalo que cae en esta tierra santa, sé que me miras y me llamas por mi nombre; también quieres estar junto a mi, pero nuestras manos no se pueden juntar, nuestra piel no se puede tocar nunca más. Pero nuestros pensamientos dicen mucho más, juegan, recuerdan nuestras noches de pasión y cómo no había espacio en nuestra piel que no se haya tocado o besado.
Una lágrima mía cae. Lo recuerdo bien, una de esas noches... una de las tantas veces que no nos cuidamos. Fue mi culpa, por ser tan necio, incluso cuando me desmentías yo sabía que tenía razón. Por mi necedad te contagiaste. Intenté recompensarte, buscar los mejores médicos. Pero no lo permitiste, no querías sufrir ¿por qué? ¿No sufriste demasiado en ese estado? Me dolía verte moribundo en esa cama, me reconfortaste cuando lloraba por ti. Me relatabas tus sueños donde las muñecas cobraban vida, danzaban alrededor de aquella melodía de cuna. Las bailarinas les acompañaban moviéndose como los cisnes y las lluvias de estrellas que les cubrían, daban un aire de elegancia. Me decías que allí la enfermedad no te alcanzaría y podrías acompañarles en su eterna danza.
Mi querido y dulce Eloy, mi vida, mi mundo, todo para mi... Lo siento tanto, si tan solo hubiera sido más cuidadoso, si tan solo me hubieran importado más tus sentimientos no te habrías contagiado de aquel virus...del VIH... ahora no estuvieras en esa fría tumba y yo no estuviera llorándote.
Un susurro se escucha, ¿eres tú? Te escucho sollozar... No te preocupes, pronto estaremos juntos nuevamente. Y dejando ese ramo de rosas en aquella lápida, me dispongo a retirarme. Los pétalos caen, se dispersan. Tal como la sangre que se derramará pronto. Ya no llores, por favor. Sé que no dolerá. Pronto muy pronto, solo unos minutos más, no te desesperes. Solo espero que vayas a mi encuentro, para no perderme. Escucho esa bella melodía, me esperas ¿no es cierto?
Y ante la mirada de las llorosas estatuas, saco mi pistola. La sangre corre mientras mi cuerpo yace en aquel lugar. Te miro, estás aquí conmigo. Por fin, amor...por fin podremos visitar aquel lugar de tus sueños. Seguiremos el baile oscuro de las muñecas...para siempre.
FIN
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Bueno, esta es otra de mis locuras, ya sé que tengo que actualizar las otras, pero tengo una pequeña racha de falta de inspiración...pero ya, les aseguro que pronto actualizo....SO, gracias por leer...
JA NE!!!!!!!!