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ECOS DEL PASADO por Starfugaz

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Notas del capitulo:

Hola a todos, desde ya muchas gracias por tomarse el tiempo para leer esta historia, omegaverso au McDanno. Prometido para la página

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Espero que les guste, y por el momento las actualizaciones seran cada 15 dias, a un mes todos los  jueves en la noches.

Gracias por su compresión.

 

Los Vientos Del Cambio 

 

Si era sincero,  no deseaba estar ahí en ese lugar pero qué más podía hacer luego de un matrimonio fracasado,  sin un alfa pero sobre todo solo en una sociedad que se creé superior,  el jefe en escoger tu vida solo por el único hecho que naciste siendo omega,  lo has visto a lo largo de tu vida,  un omega podría ser ultrajado a la luz de día y ningún alfa correría ayudarlo,  los únicos que a veces tenían consideración con ellos era los betas y los su clase trataban de ayudarse mutuamente pero era muy pocos los casos en que salían sin una herida.  Si bien las omegas femeninas tenían un poco de trato preferencial un omega masculino era tratado como una aberración, solo por el hecho de poder engendrar en su interior.

 

Él tuvo la suerte de nacer en un hogar lleno de amor,  compresión, un hogar en que sus padres amaron a todos sus hijos por igual,  uno en que su padre un alfa casado con una omega trato por igual a su compañera y él desde niño soñó con eso, casarse por amor,  que un alfa lo viera como un igual pero desgraciadamente su matrimonio fue vivir el mismo infierno.  Danny se juro jamás dejarse pisotear, no de nuevo,  no cuando desde niño lucho contra su naturaleza y el grupo de estudiantes de su establecimiento lo miraban como el bicho raro; siendo el elegido para ser el foco de toda clase de bromas crueles. 

 

La marca lo más preciado que puede tener un omega,  es la prueba que tienes alguien que te protege, cuida y ama si de verdad te casas con amor de lo contrario se vuelve tu calvario.... Siempre obediente, sumiso,  sin voz ni voto,  casado solo para dar crías a tu alfa y si llegará la separación por divorcio este se quedaba con tus hijos; un omega no podría tenerlos, sí bien te iba te permitía tener la custodia compartida,  en casos de mucha suerte la custodia total.  Ahora bien,  eso era sólo si te separadas en un papel,  lo peor,  lo más doloroso y horrible que podía pasar un omega era la marca. 

 

Un omega es reclamado por medio de una marca, aroma de un alfa pero si este deseaba podía botarte como basura en cualquier momento que nadie le importaría,  pero ¿cómo podía quitarse una marca de posesión?  existen dos formas: La primera forma es cuando tu alfa muere,  y quedas viuda,  esa desvaneció de marca es especial porque tu cuerpo sabe que perdiste a tu otra mitad y te acompaña con tu duelo,  desvaneciéndose conforme aceptes la pérdida de tu amor,  te dolerá pero no se compara con el dolor de un marca por separación.

 

Una marca por separación: está se da cuando el alfa utilizando su voz de alfa rompe la conexión de alfa-omega. El omega interno se rompe,  y como un bebé busca el calor de su gestante así pasa con el omega busca el calor de su alfa en ese momento lo más seguro es que el hombre haya dejado botado a su omega fuera de su territorio,  entonces la marca empieza a quemar, tanto así que la persona reclamada sufre las peores torturas, síntomas como: fiebres altas,  insomnio,  depresión,  pensamientos suicidas,  dolor muscular,  nervioso y de los huesos,  pérdida de peso,  anemia,  vómito,  debilidad, sangrados.  Cada síntoma se incrementará hasta que la marca desaparece eso es de un año y medio. Muchos omega reclamados y luego botados mueren en el proceso de desvanecimiento de la marca,  se recomienda que si esta embarazado y si es hombre omega,  pierda el producto o deberá pasar un embarazo de alto riesgo,  siendo una gran probabilidad que ambos mueran en el proceso de parto.  Hay pocos casos de omegas que logran sobrevivir una marca de separación y un embarazo sin que este pierda la vida. 

 

Danny solo pudo reír de medio lado cuando recordaba su condición de omega,  nunca odio su naturaleza de hecho siempre soñó con tener un bebé,  estar casado pero la vida le enseñó que este mundo gobernado por jerarquías jamás iba a ser feliz,  no cuando todos sus sueños se vieron truncados,  con esfuerzo se graduó como chef,  pero la mala suerte le seguía ya que no duraba mucho en sus trabajos y por problemas financieros de sus padres,  como hermano casi estaba en la bancarrota,  muchas veces tenía que trabajar con lo que pudiera, siendo el actual mesero pero Danny esperaba que su suerte cambiará un día.

 

Entonces era de esperar que su día libre, se encontrara en su hogar disfrutando su momento de relajación, olvidarse de todos los problemas y solo dedicarse a él y a su más preciado regalo que la vida le pudo dar, estaba feliz y él creía que nada podría quitarle esa felicidad, con un silbidito estaba empezando a sacar todos los ingredientes que utilizaría para preparar los alimentos, pero su atención se vio abruptamente interrumpido por el sonido del timbre, creyendo que habían llegado antes de tiempo solo se alistó, con una toalla se encamino  a su puerta, abriéndola con una sonrisa e iba hablar se quedo estático en su lugar, su rostro palideció por unos segundos, tuvo que pestañar varias veces creyendo que todo era una maldita broma, no podía, no era posible que él estuviera ahí, quiso cerrarle la puerta en la cara pero el otro se lo impidió y por auto reflejo solo retrocedió unos pasos atrás, los ojos abiertos como su cuerpo en tensión esperando cualquier ataque de parte del otro sujeto.

 

— ¿Qué haces aquí? —Cuestionó cruzándose de brazos, regañándose mentalmente por su actitud, pero sea lo que sea que quiere el otro tipo no sería nada bueno para él. Trataba de controlarse, de verdad que si, esconder el miedo que sola la presencia del alfa le daba, su omega se rebelaba dentro de él, pero debía ser fuerte, ya no era ese adolecente que solo bajaba la mirada en señal de sumisión  con ese tipo.

—Hola,  a ti también cariño.

—No me digas así nunca más hijo de puta y lárgate de mi vista. —respondió mordaz viendo en todas las direcciones, sabía bien que ver a ese tipo enfrente de su casa sólo traería problemas a su hogar,  y maldijo a su corazón por latir por él, tenía miedo de que su mayor secreto saliera a la luz y rogaba que su amiga no apareciera en eses momentos con su tesoro.

—Cuanto amor me das cariño,  y vine por la deuda que tienes conmigo, ¿no lo has olvidado,  verdad? —responde serio viendo al otro hombre con superioridad y no puede evitar ver que sigue siendo tan hermoso como la última vez que se vieron, maldijo por un momento su debilidad, ese hombre que estaba enfrente de él, era un lobo disfrazado de oveja.

— ¿Deber? ¿Qué yo te deba?  Es un chiste verdad,  es a mí, con quien tú tienes una deuda.   No te he pedido ningún centavo luego de nuestro divorcio,  sí a eso llamamos matrimonio.  Así que vete y déjame en paz. — respondió con un nudo en la garganta porque todavía recuerda los momentos que estuvo casado con ese hombre, se habían casado muy jóvenes, habían sido muy ingenuos de creer que su amor duraría toda la vida pero luego de unos meses el tipo de enfrente se volvió su pesadilla andante ¿A dónde se fue el hombre tierno, que conoció? No lo sabía pero se había jurado nunca más volver a verlo, no cuando lloró sangre, sufrió humillaciones y su corazón lleno de amor se marchito. Lo único que le quedaba era su orgullo, uno que no se dejaría pisotear nuevamente.

— ¡No juegues conmigo! —exigió tomando el brazo del contrario y estrellarlo en la pared,  al ver que el otro le iba a dar con la puerta en la cara, se desconocía pero su corazón estaba herido, lo amó como ninguno y su dulce ángel era un demonio disfrazado y se juro hacerlo sufrir; que sufriera lo mismo que él sufrió, no caería con lindas palabras,  ni ver el rostro herido del que fue su esposo. Esta vez no caería y tampoco permitiría que se saliera con la suya,  la ley le favorecía ya lo había dejado libre ocho años,  años que trabajo arduamente en su pequeña empresa luego que su dulce esposo lo dejara en bancarrota pero, aún así por el amor que le tuvo lo dejo ir tantos años,  porque aborreció el hombre que se estaba convirtiendo,  nunca le levantó la mano pero sí lo torturó psicológicamente,  disfruto ver el miedo a su presencia como lo estaba sintiendo en ese momento. Una ola de excitación le sobrevino,  deseo besarlo,  desnudarlo y hacerle el amor en la alfombra pero un puñetazo en su rostro lo alejo de sus deseos.

— ¡Nunca más, Steve!  Nunca más. Estamos divorciados, así que déjame en paz.

—Danny,  Danny nunca firme el divorcio,  cariño.  Vine por ti porque te necesito,  no te equivoques que me importas o que te siga amando. Así que empaca tus cosas nos vamos en la noche a Hawái.

Al escucharlo todo su mundo se vino  abajo,  era imposible que siguiera casado con ese hombre,  con su alfa cuando este rompió su conexión, fue lo más doloroso que vivió, romper ese lazo, sentir como la marca desaparecía y ahora este neandertal le estaba tirando en cara que en términos legales estaban casados. Temió más y  no sabía hasta dónde McGarrett conocía su vida, sus ojos viajaron en todas las direcciones de su humilde hogar deteniéndose en la foto de su tesoro. Iba a reprochar, gritar, exigir su liberación, cuando la puerta fue abierta.

—Danno ya venimos. ¿Papi estas asustado? —cuestionó una pequeña corriendo en dirección donde estaba su padre,  con ojos curiosos miraba a los dos hombres,  y con una sonrisa se presentó al amigo de su papi, para darse la vuelta había dejado a su tía Rachel con las bolsas de compras.

— ¿Tienes una hija?

—Sí.—responde con un hilo de voz, su mente piensa rápido porque no puede, no quiere que Steve sepa la verdad su hija,  su monito es hija también de él y conociendo al hombre nunca le daría el divorcio,  por eso debe buscar una solución —Es mía y de Rachel.

Siente que la sangre hierve por la furia, su Danny se metió con otra persona,  con otro alfa tuvo una familia,  pero no hará nada al respecto necesita a su esposo para obtener al fin su meta. No existe amor sólo una sed de venganza.

—Llévatela contigo Danny,  pero de que se van conmigo,  se van, es una orden —hablo serio McGarrett dándose la vuelta para caminar en dirección a su auto último modelo,  el omega solo podía ver la espalda del alfa, su corazón palpitaba erráticamente, agradecía mentalmente que su hija haya decidido estar lejos de esa conversación que solo le enseño que su libertad había sido una falsa desde el principio, al menos tenía el consuelo que Steve no sabía que era padre, no podía saberlo, él se moriría si le quitaban a su pequeña, esa criatura que lucho hasta hacerse sangrar los dedos para cuidarla, era cierto que estaban pasado una  mala  época economía pero le luchaba con tener todo lo necesario en su hogar, pero la llegada de su antiguo alfa era señal de que algo malo iba a pasar.  Se dejo caer en el suelo abrazándose de rodillas, no podía, no quería volver a vivir ese infierno, no solo por él sino por su hija, una pequeña que era inocente de todo ese caos que vivieron su padres.

 

Rachel no tuvo que ser una genio, al darse cuenta de lo que había pasado, el tipejo que paso con aires de superioridad era el antiguo alfa de Danny, ella todavía recuerda esa etapa oscura de su amigo, y juro guardar el secreto del omega, pero no sabía cómo ayudarlo.

 

—Rachel, me voy hoy a Hawaiia —susurro con voz apagada Danny, sea lo que sea que lo espera en ese lugar, el lucharía, tendría la frente en alto y no lo bajaría por nadie, ni por el alfa que lo abandono, no señor él era un luchador, se libraría de Steve y también de ese amor que lo lastimaba…

 

CONTINUARA…

 


 

Notas finales:

Espero sus comentarios, tomatazos, amenazas de muerte.

Hasta la próxima ;3


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