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Los Potter siempre obtienen lo que quieren por Rachel-Sama

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Notas del fanfic:

Lo que esta escrito a la derecha:

Dialogos de Tom- Pensamientos de Tom


Lo que esta escrito a la iquierda:

Dialogos de James- Pensamientos de James


En medio:

es de cualquier otro.

Notas del capitulo:

Este pequeño one-shot nacio de mis meses de inspiración, que recien han iniciado, pronto subire otro, quiza tambien de Harry Potter o quiza no, o incluso podria ser totalmente original~Rachel-Sama

***Época de los merodeadores***

Tom Riddle, es uno de los Slytherin’s más conocidos de Hogwarts y su descripción variaba según a quién le preguntes, si le preguntabas a un Hufflepuff o un Ravenclaw, este(a) te podría decir que era la persona más fría y sanguinaria que hubiera conocido, un profesor diría que era uno de los estudiantes más sobresalientes, un Gryffindor –exceptuando a algunos- te diría que es solo otro bastardo sin corazón al igual que cualquier otra serpiente, su limitado grupo de amigos te dirían que no es de tu incumbencia y por último, James Potter te diría que es la persona más hermosa del mundo, pero -dejando a Potter de lado-, lo cierto es que es una muy buena personificación de su casa.

 

James Potter es, junto a su hermano del alma Sirius, uno de los chicos más codiciados de Gryffindor, el líder de los merodeadores también es una buena descripción de su casa, valiente, leal, osado, caballeroso –algunas veces- y como todo Potter era terco y persistente.

 

¿Cuando estos dos habían comenzado a salir?, no tenía ni la menor idea, bueno… en realidad lo recordaba perfectamente, pero aun no entendía cómo es que había caído tan fácilmente con ese estúpido león…

 

Pero como siempre, cuando se trataba de ese Gryffindor, su mente termino traicionándolo…

 

///Flash back///

 

Se habían visto antes, pero ninguno de los dos se habían prestado atención realmente, sino hasta su segundo año de Hogwarts, justo después de hacerse amigo de Severus Snape y haber frustrado una de sus bromas, justo después de eso había empezado a sentir la mirada avellana sobre él, la cual parecía querer venganza –venganza que nunca llegó a recibir-.

 

En su tercer año cambiaron dos cosas: primero, el estúpido hermano de Regulus intentaba acercarse a Severus, además de que parecía querer matar a cualquiera que estuviera tan cercas de Sev, incluso le había visto pelear con Evans.

 

Lo segundo eran las miradas que le lanzaba Potter, de alguna forma, estas habían cambiado.

 

-Parece que le gustas a Potter- Voltee al escuchar a Lucius y levanté una ceja en busca de respuestas.

 

-Tiene la misma cara de baboso enamorado que ponía cuando veía a Evans- Respondió su platinado amigo con una mirada divertida.

 

En ese momento le había dado igual, es decir, a él no le iba mucho eso del amor, el que haya crecido en un orfanato decía mucho, además no es como si él fuera a fijarse en un estúpido y alborotador Gryffindor, no gracias, amaba su muy tranquila vida.

 

Pero tal parecía que James Potter no pensaba lo mismo, ya que a inicios de su cuarto año, el castaño le había informado de la manera menos sutil –justo en el gran comedor- que planeaba enamorarlo, de igual forma había hecho el mayor de los Black con su amigo de ojos ónix, claro que aquella vez no le había tomado mucha importancia e incluso le molestó más la sonrisa burlona que puso su amigo oji-plata, que se creía, él no iba a echarle en cara las miradas -para nada- disimuladas que se daba con Lupin, así que con una mirada indiferente, salió del gran comedor ignorando las miradas tanto de alumnos como profesores, como hizo Severus antes -claro que el azabache se veía más indignado que nada-.

 

El siguiente medio año había recibido todo tipo de obsequios y cartas –algunas de lo más obscenas y otras de lo más cursis- de Potter.

 

Todos estos presentes le estaban poniendo ansioso, estaba perdiendo su muy amada paciencia, Potter despertaba sensaciones en él que no quería conocer y no deseaba aceptar.

 

-¡Ya basta Potter!, ¡La única forma en que yo salga contigo, es si sobrevives al sauce boxeador!- Eso es lo que le había dicho al castaño para quitárselo de encima, sus nervios estaban a flor de piel y tener al león tan cercas de él no ayudaba mucho.

 

Y tal parecía que funcionó, ya que el de cabellos revueltos se alejó con una mirada pensativa y así lo vio desaparecer por el pasillo en el que lo había arrinconado, por un momento pensó que el de lentes se había rendido –se amonestó a sí mismo al sentirse decepcionado con eso-, claro que esa idea se fue después de unos minutos al ver como una muy apurada profesora Mcgonagall y su jefe de casa el profesor Slughorn iban de lo más apurados hacia los jardines del castillo, detrás de ellos los seguían algunos alumnos que murmuraban cosas como “Potter al fin se volvió loco” o “Espero que el imbécil de Potter quede grave” sin saberlo sus ojos se habían vuelto rojos al escuchar a su compañero de casa –claramente ese comentario le molestó-, pero toda esa molestia se le pasó rápidamente al escuchar a su amigo.

 

-Tal parece que alguien reto a Potter a enfrentarse al sauce boxeador- Le dijo Severus con una mirada analítica sobre él.

 

-¿Estás bromeando?- Preguntó incrédulo, el Gryffindor no era tan estúpido, ¿o sí?

 

El más bajo alzó una ceja, es decir, con todo ese alboroto y no se lo creía, además Severus Snape no era ningún inmaduro como para andar bromeando con la vida de alguien, aun si ese alguien fuera el imbécil de Potter.

 

Y lo supo, supo que eso fue su perdición, porque el comprobar que la noticia era cierta le hacía sentir un tremendo nudo en la garganta, se le estrujaba el pecho y le hacía desear no haberle dicho eso al chico y eso fue su perdición, porque James Potter lo había enamorado, pero en ese momento estaba tan preocupado que no se dio cuenta y menos supo en qué momento empezó a andar hacia la enfermería, donde vio que llevaron al león.

 

Sintió su alma volver a su cuerpo cuando la profesora de transformaciones ahuyentaba a todos los alumnos alegando que el chico se encontraba bien y que si no se iban a sus casas se les bajaran puntos.

 

Nunca había agradecido tanto el ser un prefecto como ahora (N/A: digamos que aquí se puede ser prefecto desde cuarto), estaba encaminándose hacia la enfermería, quería ver con sus propios ojos al Gryffindor, porque diablos, nunca en su vida se había preocupado tanto por alguien, ni siquiera por sí mismo.

 

Entró al lugar con sigilo, por suerte madam Pomfrey no se encontraba, lo busco con cierto desespero, cuando lo encontró su angustia aumentó, tenía vendas en todo el abdomen y el brazo izquierdo y estaba despierto, pero tal parecía que aun no lo notaba, se dio cuenta al ver como jugaba aburridamente con sus redondos lentes.

 

Se sentó en un banquito que estaba al lado de su cama, solo así el castaño se dio cuenta de que había alguien más en la enfermería, lo observó ponerse sus lentes para ver de quien se trataba –porque sin lentes solo veía una mancha borrosa-, al ver a su oji-esmeralda obsesión su expresión pasó de una alerta a una sorprendida y finalmente a su típico semblante de bobo enamorado, tuvo el impulso de levantarse para mirar de frente al Slytherin, pero este le volvió a recostar al solo verlo intentarlo.

 

-Entonces, ¿Saldrás conmigo?- Su pregunta lo tomó desprevenido, sintió sus mejillas arder, ¿es que al estúpido no le bastaba con verlo ahí sentado a su lado en altas horas de la noche para saber su respuesta?, ¿tenía que recordarle que estaba dejando su orgullo Slytherin de lado por él, un Gryffindor?, lo beso, no le iba a dar gusto de oírle, pero ciertamente se sintió muy bien, es decir nunca creyó que alguien llegaría tan lejos por él, ¿esa calidez que sentía en el pecho era por el de ojos avellana?, supo que si cuando esa calidez aumento al sentir al castaño profundizar el beso.

 

///Fin del Flash back///

 

Dejo de pensar en eso, su novio hacía que sus emociones se salieran de control y a nadie le gustaba que eso pasara, menos a una serpiente y aunque usualmente ese tipo de problemas terminaban enseguida, no iba a ser así esta vez, su cuarto año de Hogwarts estaba cercas de terminarse, tenían sus exámenes a la vuelta de la esquina, por lo que muchos estaban estresados.

 

Misma razón por la que en ese momento deseaba no tener novio, en especial cuando este estaba así…

 

-¿Por qué no?- Preguntó el de lentes con ojos y voz suplicantes.

 

-James los exámenes están por iniciar, deberías estar estudiando, que te hace falta- Respondió el de ojos esmeraldas con un suspiro pesado.

 

-P-pero…

 

-Además, el toque de queda está a punto de comenzar deberías irte a tu habitación- Le cortó.

 

Obviamente James Potter no se iba a rendir tan fácil -¡Me niego a irme así!- El de cabellos cual nido de pájaros le había acorralado en la pared sin posibilidad alguna de escapar.

 

-¡Oye!...- No sabía que le molestaba más, que el bastardo de su novio fuera como 10 cm más alto que él, o que…

 

-Con una vez será suficiente- Volvió a insistir.

 

-¿Por qué no te masturbas y ya?

 

-¡No es lo mismo!- Tomo el rostro del de cabellos negros y le hizo verle directamente a los ojos –Con venirme dentro una vez será suficiente... También te haré sentir muy bien- Prometió el león con voz melosa haciendo sonrojar al contrario.

 

-De acuerdo…- He ahí la otra cosa que odiaba de su novio, terminaba cediendo muy fácil ante él.

 

Le había visto sonreír antes de empezar a besarle con pasión y hambre, sentía la lengua del león explorar su boca, apenas y había alcanzado a poner un hechizo silenciador en la sala de menesteres donde le había interceptado su necesitado novio y poner un hechizo anticonceptivo, porque una vez su novio empezara no se iba a detener hasta terminar.

 

Las manos que el león tenía en la cintura ajena, empezaron a explorar el cuerpo del Slytherin después de recostarlo en aquel colchón -que había aparecido a pedido de la serpiente-, le había retirado aquella túnica molesta que no le dejaba ver mucho de su adorada serpiente, luego retiró su chaleco, corbata y desabotono su camisa y pantalón, volvió a besarle mientras acariciaba el miembro del oji-esmeralda

 

…Me siento más excitado que de costumbre…

 

El castaño dejó la boca contraria para empezar a saborear el cuerpo contrario, su mandíbula, su cuello –donde dejo algunos chupones- y llegó a sus pezones donde se entretuvo un rato lamiendo y mordisqueando, Tom soltaba gemidos al aire mientras sus manos se aferraban a la camisa del contrario, James estaba yendo más rápido de lo usual.

 

…Los pezones de Tom…

 

Estaba por replicarle sobre su velocidad, cuando se sintió expuesto, el de ojos avellanas le había sacado los pantalones junto a los bóxers de un solo tirón y había empezado a lamer el miembro del más bajo.

 

El prefecto no podía más que gemir con las mejillas sonrojadas, su novio metía todo su miembro en su boca mientras que con sus manos separaba sus piernas, sin poder evitarlo se vino en la boca del león, este levanto su mirada para verlo complacido, sin dar descanso, James alzó una de las piernas de la serpiente, para tener más acceso a cierta parte sensible del peli-negro, él cual sintió a su cuerpo entero estremecerse al sentirlo.

 

¡Metió su lengua!

 

Solo sentir la lengua del de lentes moverse en su interior le hacía ponerse duro de nuevo, se sintió calmar un poco cuando retiró su lengua de ahí, ahora lo tenía cara a cara.

 

-Lo siento, se que aún no te acostumbras pero voy a entrar- Y dicho y hecho, acomodándose entre sus piernas comenzó a entrar lentamente en el oji-esmeralda, mientras le volvía a besar con pasión para distraerlo.

 

La serpiente apretó más la camisa de su novio entre sus manos mientras jadeaba, nunca lo iba a decir en voz alta pero le encantaba como el castaño le llenaba por completo y tampoco lo pensaba decir, pero el abdomen firme y fornido de su novio también le excitaba.

 

James lo tenía abrazado de las caderas mientras le empezaba a embestir, le había atraído hacia su pecho -sentándolo- mientras seguía embistiéndolo, el prefecto soltaba gemidos y jadeos cargados de placer, su muy condenado novio era excelente cuando se trataba de eso, sabía donde y cuando tocar, estaba a punto de venirse otra vez lo sentía por ese cosquilleo en su vientre.

 

Y se vino por segunda vez, esta vez en medio de ambos abdómenes, por otra lado James - quien se había separado de él sin que se diera cuenta- había salido de su interior y empezaba a dirigir al oji-esmeralda a su todavía duro miembro, aprovechando que su serpiente se recuperaba del reciente orgasmo, dirigió la boca del contrario hacia su propio miembro y se corrió en la boca del sorprendido Tom, quien apenas y alcanzó a tragarse la esencia del castaño.

 

El Slytherin recostó su cabeza en el pecho ajeno para estabilizarse un poco, grande fue su sorpresa al sentir como el castaño le daba vuelta.

 

-Bien… Hagámoslo de nuevo.

 

-¡¿HE?!- Tenía los ojos abiertos de sorpresa, era claro que la mente del de lentes y él nunca iba a estar de acuerdo, apenas y noto cuando el Gryffindor volvió a entrar en él, mientras lo tenia de espaldas y lo sujetaba de su caderas, sacándole un jadeo de sorpresa -¿Por qué?, ¡dijimos que solo sería una vez!- Reclamó -como pudo- el oji-esmeralda, tenía las cejas curveadas, los ojos acuosos y las mejillas encendidas, claro signo de excitación.

 

-Pero no me vine dentro- Le decía con voz cargada de excitación en el oído y con su barbilla recargada en el hombro del más bajo, con un brazo lo tenía firmemente abrazado de las caderas con el otro empezaba a masturbarlo, mientras le embestía, se deleitaba y excitaba más con los gemidos y jadeos que Tom ya no podía reprimir -Por eso hay que volver a hacerlo- “Razonó” mientras le ponía en cuatro consigo mismo apegado a la espalda del peli-negro.

 

-¡Hazlo dentro!- Él no era de pedir este tipo de cosas -prefería cruciarse a sí mismo antes que nada- pero era claro que el otro no iba a parar, y él en ese estado no podía razonar del todo -porque, diablos, ni siquiera podía detener el temblor de sus piernas-, pero en ese momento, en el que estaba a punto de venirse otra vez, no pudo más que soltar esas palabras tan obscenas.

 

Iba a matar a su novio, podía sentir como el semen ajeno resbalaba por sus piernas, pero no porque saliera de su interior, su muy desgraciado novio había sacado su miembro dejando salir su escénica sobre su trasero y piernas.

 

-Lo siento…- Era obvio que lo disfrutaba - Me vine afuera otra vez.

 

-¡Basta!...yo… ¡yo!- El más bajo no podía ni decir una frase coherente, su rostro reflejaba placer puro, inclusive había unas cuantas lágrimas en sus ojos.

 

Pero James Potter aún no terminaba, recostó a su adorada serpiente en el colchón boca-arriba y le sujetaba las muñecas a cada lado de la cara sonrojada ajena, para evitar un posible golpe -Tranquilo, lo haré dentro la próxima vez.

 

Y volvió a entrar en ese interior que lo volvía loco, sintiendo como el oji-esmeralda le rodeaba -por reflejo quizá- la cintura con sus piernas y volvió a las embestidas, fuertes y certeras hacia ese punto que hacía desfallecer al más bajo.

 

¡No es justo, que sexy!

 

El de lentes observó maravillado como el de cabellos negros mantenía sus ojos entrecerrados -estaba demás decir que estos estaban acuosos-, derramaba algunas lágrimas, sus mejillas estaban rojas, tenía sus cejas curveadas y la boca entreabierta, la cual dejaba salir un fino hilo de saliva y por cómo apretaba a su pene seguro iba a venirse otra vez.

 

Se acercó a besarlo, sintiendo como la lengua ajena le recibía con desespero, con una última embestida ambos se corrieron, Tom arqueó su espalda al sentir la escénica del más alto en su interior.

 

Ambos jadeaban, James tenía su frente recargada de la de su agitada serpiente, porque diablos fue de lo más placentero.

 

...Salió mucho...pero…

 

No es suficiente.

 

-D...vo...

 

-¿hm?- El de ojos avellanas se separó un poco de su novio para verlo, había dicho algo, ¿no?

 

-De nuevo…

 

-¡¿He?!

 

-Quiero… más de ti, James.

 

Y ahí estaba Tom Riddle con una expresión que incitaba a cualquiera al pecado.

 

Oh vaya, ¿abre activado su interruptor?- Pensó el león viendo esos esmeraldas ojos cargados de deseos, agradeció a todos los dioses que conocía -ninguno en realidad- por darle un novio así de sexy.

Notas finales:

Si hay algun error me informan y yo lo corrijo, nos leemos~Rachel-Sama


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