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Everything Black por Endway

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Notas del fanfic:

La tabla es netamente de adjetivos negativos sacados de tumblr, por ende no tengo en mente cuantos serán, algunos serán más largos o más cortos. No seguirán un orden, pero tampoco están en la misma línea de tiempo (se escriben sobre la marcha). Sobre el emparejamiento, la mayoría tendrá a Damian tanto arriba como abajo.

 

En fin, lo de siempre. Perdón por el exceso de comas, puntos y errores de ortografía.

 

DC no me pertenece, sin fines de lucro.

Agresivo ─ Propenso a faltar el respeto o provocar a los demás.

Voy a romper tu mundo, tu cuerpo… Tu corazón y serás el perdedor. ─ Jaydami.

 

Era cuestión de verlo, su forma de moverse o esa mirada afilada y penetrante que lograba en la mayoría un ligero escalofrió, aunque para muchos solo era la mirada de un niño arrogante, engreído y carente de emociones. Para Jason era más orgullo en los ojos color jade de Damian y él amaba destrozar el orgullo ajeno. La idea de ver al hijo de Bruce Wayne atado, sucio y desesperado era una fantasía recurrente cada vez que se masturbaba en su casa de seguridad. ¡Tenia quince años! Y él era un maldito enfermo por pensar en su propio libido y lujuria recorrer su cuerpo cada noche, pero su mente al parecer no tenía intenciones de parar.

 

Había empezado con curiosidad y recolección de información para lograr  hacer rabiar al mocoso, le parecía divertido ver como Tim lograba burlarse del chico y Jason no pensaba quedarse atrás. Joder a la ‘joyita’ de Grayson hacia que Jason incluso lo considerara como una forma de matar su tiempo y al mismo tiempo fastidiar al ex chico maravilla. Sin embargo, las cosas no siempre iban por el rumbo que trazaba y odiaba sentirse parte de un ciclo donde uno termina perdiendo hasta la cordura una vez que caía en la realidad, pero Jason jamás ha sido alguien que siga el camino. ¿No se suponía que debía estar muerto? Pues no, con la mierda de los al Ghul y el pozo de lázaro había regresado. Era estúpido al haberlo notado muy tarde.

 

Sus ojos se deleitaron con el movimiento de piernas de Damian ¡Bendito sea quien le hace las rutinas! Porque Jason no puede dejar de maravillarse con cada demostración de flexibilidad, está seguro de que el mocoso ha sabido sacarle provecho a las enseñanzas del ex robín.

A veces se toma un tiempo para mirarlo como si quisiera simplemente encontrar la causa al reciente malestar que está corriendo en su sangre, que lo obliga a fumar más de lo normal y rechazar algunos trabajos donde sabe que puede encontrarlo, aun si es fugaz.

 

Hace una mueca torcida y agria en cuanto escucha la risa del primer robín; Jason ha empezado a odiar la forma en la que Dick dice el nombre de Damian, cada palabra que sale de esos labios es un sonido obsceno a sus oídos, pero como siempre no dice nada y solo observa a regañadientes como Damian intenta ocultar esas miradas, los gestos y sus toques. El mocoso no es precisamente sutil.

 

Jason se ríe en cuanto Damian lo observa, sus ojos azules reflejando la sonrisa burlona de sus labios. Ama cuando el chico se centra en él y Jason responde con gestos obscenos con su lengua y labios arrogantemente ignorando la presencia de Grayson. Damian es demasiado predecible o quizás Jason lo ha estado observando lo suficiente como para conocer a profundidad al niño sabiendo que puntos tocar para obtener reacciones que lo acompañaran en sus noches más calientes.

─ No puedes ser más evidente ─ suelta relajando sus hombros. No hay mascaras ni cascos, solo su voz burlona, agria y brutalmente honesta─. Eres el chico sutileza.

─ Cierra la maldita boca, Todd ─ Damian responde sin pestañear. Detesta cada vez que Todd parece querer manipularlo para que haga lo que desea, las provocaciones son solo parte de ese sucio juego. No hay reglas, solo ellos dos y un silencio tácito que tiene más valor que las palabras.

Jason puede ver el ceño fruncido, los puños apretados y el movimiento de sus labios, ha conseguido que Damian responda como él lo quería. Relame sus labios sabiendo que en este punto las cosas se pueden salir un poco de control, más cuando Grayson está en la sala aparentemente concentrado en su rutina.

─ ¿Por qué debería? ─responde Jason altaneramente. Sus ojos observan con detalle cada acción del chico, la mirada llena de ira, ojos azules capaces de consumirlo todo y el maldito movimiento de sus labios, como si intentara reprimir su deseos de sangre.

Jason sonríe tan abiertamente  porque ha ganado, lo sabe cuándo Damian lo empuja al suelo retándolo a algo que ambos saben que es peligroso─. ¿Herí tus sentimientos, petirrojo? ─exclama con cinismo, el tono de su voz es lo suficientemente bajo, un susurro lento y caliente que deja en claro sus intenciones.

Damian lo observa con fastidio, sus manos están sobre su cuello y puede sentir las ganas de Jason por joderlo, sabe que ha caído en el juego de provocación de Jason. No hay marcha atrás.

─ Te quedaste sin palabras ─murmura suavemente para que solo Damian lo escuche; son cinco segundos en los que su mente se pierde y las manos de Jason están sobre sus caderas moviéndolo hasta sentirlo cerca, muy cerca─, puedo darle otros usos a esa adorable boquita tuya, Damian─ murmura dejando que su libido hable por él. Es cociente de lo incomodo que se sienten sus pantalones en la entrepierna y al mismo tiempo quiere demostrarle a Damian que el maldito juego que ambos tienen empieza a fastidiarlo. Ya no le son suficiente esos aparente encuentros violentos en los callejones, las amenazas obscenas y el toque de sus puños sobre su piel.

 

“Has perdido” le repite su mente a Damian como el viejo eco de una canción escucha meses atrás. Lo sabe, es consciente de esa vocecilla que le recuerda porque Jason esta al final de la lista de contactos a llamar cuando el mundo se va a la mierda,  porque no se ha opuesto a los avances de Jason, porque ha sido consiente de cada mirada, cada expresión y lo sabe, porque ha jugado con el los últimos meses. Un jugador constante.

Damian se ríe en silencio, mueve su pelvis frotándose contra el miembro de Jason. Relames sus labios y lo mira retadoramente. Jason es demasiado evidente, Damian lo conoce perfectamente bien, es evidente por la mirada hambrienta y el brillo en los ojos de Todd cada vez que lo deja con las ganas como ahora. Sus ojos se mantienen fijos sobre su rostro, pero su cuerpo se ha movido cortando la distancia entre ambos.

Es sucio, desesperado y violento. Los labios de Damian se aferran a los de Jason y el ligero sabor a oxido recorre su lengua una vez que se aleja. Hay un libido escondido entre el tono verde de sus ojos. Sin esperar a una respuesta se levanta de un solo movimiento dirigiéndole una mirada a Grayson.

 

─ Todd ¿Te quedaste sin palabras? ─habla con un ligero tono de burla en su voz.

─ ¿Por qué huyes, Damian? ─preguntado con tranquilidad. Su cuerpo a dado un salto rápido levantándose del suelo─ ¿Tienes miedo? ─. Vuelve a picar, sabiendo que ya no puede detenerse. Jason no espera a que Damian se vaya, tampoco se detiene cuando Grayson concentra su mirada en Todd. Damian solo ha movido su ficha y ahora debe acepar las consecuencias, ya que Todd no piensa detenerse… Esta noche va a tomar el premio.

 

Damian no retrocede, pero tampoco avanza. Jason rompe la distancia tomando el brazo de Damian y encarándolo completamente. Hay un choque de miradas, de pronto la existencia de Grayson desaparece y solo son ellos dos en aquella fría cueva.

Jason se muerde el labio y lo besa. Desesperación, palabras rotas y vacías. No se detiene, presiona con fuerza su lengua sobre los labios ajenos, demandante, ansioso. Damian se mueve a regañadientes y abre su boca. Jason entra saboreando cada pequeña parte mezclando su saliva con la del mocoso. No hay palabras hermosas, solo agresividad, mentiras y ganas por demostrar quien tiene el control.

Para cuando ambos se separan, todo se ha ido a la mierda. 


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