Estaba harto. Harto de soportar el circulo vicioso en la que se encontraba.
Hace tiempo que la relación se había jodido.
Si bien tenían una larga duración de ella, las cosas ya no eran como al inicio, y le dolía, claro que le dolía. Pero no podía no hacer nada, no a esta altura de la situación.
Eran del mismo año, y había una corta distancia entre sus cumpleaños, él era el mayor. Aunque no se trataban en una relación de mayor-menor, como se acostumbraba hacer ahí, no cuando los límites de formalidad pasaron a segundo plano luego de perder su primera vez con el contrario.
Pensaba que iba a tener un amorío de esos que duran hasta sus días finales, y aun así mantenían su amor vivo, aquel en el que hacían valer la promesa de un "juntos para siempre". Pero supongo que ese no era su caso.
Él había cambiado, los dos lo habían hecho a medida que se convertían en adultos, abandonando la etapa de la adolescencia.
Después de escuchar la puerta del departamento cerrarse, anunciando la salida de su pareja, quien iba de camino a su universidad, en la cual estaba seguro que lo engañaba con su estúpido "mejor amigo" que tenía una sonrisa que admitía, aun en contra de su orgullo, que era atractiva. No era estúpido, sabía que ese tipo le tenía ganas a su novio ni bien se vieron por primera vez, cuando el otro lo trajo para hacer su condenado proyecto de vaya saber que materia. Esa mirada que le dirigía, era la misma que él ponía cuando lo observaba desde el pasillo cuando iban a la secundaria, y le jodia como el infierno. Y encima el otro parecía no darse cuenta, y si lo hacia lo disimulaba bien.
Después de un rato se levantó de la cama, esa que era testigo de las noches en las cuales se entregaban mutuamente, pero que hace varias semanas que no lo hacía. Soltó un suspiro frustrado, metiéndose al baño para tomarse una ducha, planeaba salir.
Planeaba salir y volver a su viejo yo, quería comportase de forma irresponsable, de todas formas, cualquier cosa que hiciera era de poca importancia para él.
No importaba si limpiaba departamento, si cocinaba o le regalaba algún detalle que compraba con su dinero, ni cuando se arreglaba lo mejor posible, esperando algún cumplido su parte, ni nada. Solo recibía su estúpida mirada inexpresiva y sus jodidos monosílabos, demostrando que o no se había dado cuenta o de verdad ignoraba todos sus esfuerzos para hacerse notar.
Y durante el último mes, no habían hecho más que pelear, gritándonos cosas hirientes, incluso llegando a la violencia, terminando con algunos rasguños y moretones en el rostro haciéndose presente al día siguiente. Y era tal su frustración y dolor, que solía meterse en problemas en su trabajo o en su universidad, provocando peleas innecesarias y ganándose el odio de la mayoría de sus conocidos. Logrando así que todas sus amistades terminaron alejándose de él, sin preguntarle la razón de sus acciones, había uno que, si se preocupaba, pero no se trataba mucho ya que su novio se ponía de mal humor cuando hablaban entre ellos. Se llama Minghao, y la razón del porque no le agradaba al otro era porque cuando se reunían, hablaban en su idioma natal, el chino. Y como no le gustaba estar mal entre los dos, se alejó pidiéndole que no se le acercara, pero aun así el otro le hizo una escena de celos cuando se encontraban a solas y entonces decidió cortar toda relación alguna con el chino, bloqueándolo de sus redes sociales.
Pero al diablo con sus celos.
Se vistió con sus mejores prendas, aquellas que se ponía para provocarle en el pasado, pero que ahora lo usaría para lucirlos con otro propósito. Arreglo su cabello y se maquillo levemente, resaltando sus ojos principalmente. Se puso el perfume que mejor le sentaba, de entre todos los que tenía, y tomo su campera de cuero junto con su celular saliendo de ahí.
Era temprano para salir con esa apariencia, pero no planeaba regresar hasta bien entrada la noche o tal vez aparecería a la mañana siguiente, quien sabe.
Sabía que su horario finalizaba alrededor de las 21 o 22hs, esperaba para ese entonces perder la consciencia dejándose llevar por los efectos del alcohol y lamentar sobre su patética vida amorosa.
Se dirigió a la dirección del chino que era un año menor, para arrastrarlo con él, rogando internamente que lo aceptara.
Toco su puerta, y espero un rato, cuando se abrió observo como el contrario alzaba sus cejas sorprendido.
"Jun hyung. Que sorpresa verlo, ¿Qué hace por aquí?"
Trago saliva ya que después de todo paso un largo tiempo desde que charlaron.
"Pues me preguntaba si te encontraba libre, y tal vez, acompañarme a salir por ahí. No sabía con quién ir ¿Asique, que dices, aceptas?"
Llevo su mano, rascando su nunca, mientras pensaba lo que le dijo.
"No lo sé... no quiero que te metas en problemas con tu novio. Soy consciente de que no soy de su agrado hyung."
Se mordió el labio, pensando que decir para convencerlo.
"No te preocupes, él ya sabe de esto, además de que no tengo que andar pidiendo permiso para divertirme. Además de que ya paso un tiempo de eso y entendió que solo tenemos un lazo de amistad. ¿Así que, serias tan amable de pasar la tarde con tu hyung?"
Soltó un suspiro y le sonrió. - "Esta bien, deja que me cambie y salimos ¿sí?" -Lo invito a pasar, mientras esta iba a su cuarto a arreglarse.
Luego de unos minutos, vio como la menor venia bastante arreglado, casi compitiendo con él.
"Listo, ¿A dónde iremos?"
"Ya veremos donde, por el momento vayamos al centro comercial."
Cuando llegaron al lugar, pasearon por las tiendas, jugaron en un arcade y fueron a comer en un lugar de comida rápida.
Ya se encontraba oscuro y estaba seguro que su novio ya se encontraba en su departamento. Prendió su celular viendo si tenía alguna llamada perdida preguntando su ausencia, pero tenía solo un mensaje. Un puto mensaje.
Mensaje donde le avisaba que no le esperaba ya que se iba a la casa de su estúpido "mejor amigo" de Kim Mingyu. Imbécil
Frunció el ceño y dejándose llevar por sus emociones le contesto enojado.
"Espero que disfrutes su compañía, ya que yo si lo hago al lado de mi amigo Minghao, así que no te sorprendas si no me ves al llegar. Y si es que llegas, claro."
Y volvió apagarlo, soltando un suspiro, llamando la atención del menor.
"Oye, ¿Te apetece ir a alguna discoteca?"
Se levanto sin esperar su respuesta y empezó a caminar, buscando el primer lugar en donde pudiera olvidarse de si mismo por un rato, escuchando como el otro le pedia que se detuviera.
Llegaron a una, donde nos pidieron nuestras identificaciones, logrando pasar con éxito. Cuando escucho la música empezó a mover su cabeza al ritmo de ella, lo llevo hasta la barra invitándole una ronda de tragos fuertes, para luego empezar a bailar. Saltando y riendo junto a las personas, no sabe en que momento termino en medio de una ronda, solo que veía como el menor lucio sus pasos de b-boy mientras tomaba unos tragos que iban pasando de mano en mano entre ellos.
Al cabo de unas horas, ya se encontraba completamente borracho, incapaz de sostenerse a si mismo. Su acompañante no estaba mejor que él, como pudieron llegaron al baño ya que quería ir a hacer sus necesidades, pero ni bien entro al cubículo se inclinó a devolver todo lo consumido. Minghao se sentó en el suelo al lado suyo, mientras le acariciaba la espalda, y solo ahí recordó su situación, provocando que se soltara a llorar como un niño.
Aceptando finalmente que su relación con Jeon Wonwoo ya había acabado. Y que tal vez, el menor, ya había encontrado otro que lo complaciera mejor que él.
"Nada dura para siempre
Al final, vos también cambiaste
No hay razón, no hay sinceridad
Debo olvidar esa cosa llamada amor
Esta noche voy a ser un chico malo
Déjame solo
De todas maneras, ya estaba solo
No tengo a nadie, todo es tan insignificante
Debo olvidar esto
Esta noche voy a ser un chico malo"