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Bajo la luna por Tsuki no Megami

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Notas del fanfic:

Los personajes de Kuroko no Basket pertenecen a su creador Tadatoshi Fujimaki.

Es el comienzo del nuevo curso y con ello la entrada de jóvenes entusiastas, dos de ellos en particular muy alegres y ruidosos.

— Kurokocchi!! Estoy tan feliz de estar en el mismo instituto que tú. Abrazando a su pequeño amigo y casi hermano Kuroko Tetsuya.

— Kise-kun no grites tanto, todos aquí pueden escucharte perfectamente y hasta el otro lado del mundo también. Volviendo el rostro, saludando a su amigo con una leve sonrisa. — Supongo que ya viste cómo están divididas las aulas y los dormitorios, además del hecho que nos toco la misma habitación.

— Así es Kurokocchi, estudiaremos juntos y por las noches haremos travesuras o contaremos historias de fantasmas.

Ambos chicos se conocían desde pequeños, gracias al trabajo de sus padres, por lo tanto su crianza fue similar e incluso los colegios a que asistían, en esta ocasión fue igual, el instituto Teiko más que un centro educativo, fomentaba el desarrollo profesional en sus diferentes áreas, es decir que al graduarse estarán listos para trabajar, también al ser privado contaba con pocos estudiantes, logrando con ello la máxima disciplina, aplicando un riguroso reglamento interno.

Cómo ya es conocido, el nuevo ciclo viene acompañado del discurso por parte del director y la presentación de los profesores recién ingresados, media hora después de aburrimiento total con las palabras del cuerpo de dirección, tocó el turno de los docentes, cada uno dijo su nombre, como le gusta trabajar y la forma de evaluar, para terminar con los dos profesores del extranjero robándose las miradas de las jovencitas que no tardaron en armar un escándalo por ellos.

— Mi nombre es Kagami Taiga, seré su maestro de inglés, todo aquella persona que no le interese aprender ni se presente a mi clase. De ojos llameantes como fuego intenso, un cabello rojo vibrante, su piel bronceada y un cuerpo torneado, imposible no mirarlo.

El grito de las chicas fue silenciado por la voz del último profesor en presentarse. — Midorima Shintaro es mi nombre y yo les daré clase de anatomía, al igual que mi colega si no están interesados en la materia pueden dejar el lugar a alguien que si quiera aprender. Su rostro serio con ojos esmeralda, los lentes le daban un toque de misterio, de piel apiñonada, atra vez de la ropa se notaba los músculos formados.

Dejando a las jovencitas en su mundo y a los jóvenes algo molestos por la falta de atención, los docentes fueron a la sala de reuniones donde recibieron su programa de estudios y las recomendaciones sobre cómo manejar a los alumnos, ya que la mayoría proviene de familias influyentes y de dinero, por lo cual algunos se quieren pasar de listos.

— Mucho cuidado con la forma de dirigirse a sus pupilos, sobre todo los nuevos integrantes, por aquello del soborno y algo más, las señoritas en ocasiones buscarán subir sus notas con otros medios, después dicen que fue uno quien las sedujo.

— No se preocupe director, tanto Kagami como yo, somos profesionales y jamás cometeríamos ese error.

— Así es, puede usted quedarse tranquilo.

— En ese caso vayan a desempacar y al medio día daremos comienzo a las lecciones. De costumbre las dos primeras clases eran suspendidas para que tanto maestros como alumnos arreglasen sus respectivas habitaciones y se conociesen entre ellos.

— Kurokocchi los nuevos profesores están de muy buen ver, a pesar de lucir muy serios y antipáticos ¿ O no?

— Es cierto, sus ojos eran muy intensos, como si pudiesen atravesarte y ver todo de uno.

— Ya quiero que comiencen las clases, está vez si estudiaré mucho.

— Después del regaño que te dió tu padre no me sorprende Kise-kun, mi padre solo me dijo que espera grandes noticias conmigo.

De padres empresarios con negocios por todo el mundo, realmente querían que sus hijos fuesen exitosos y así heredar sus empresas. Cinco minutos antes de las doce, la mayoría de estudiantes ya se encontraban en las aulas en sus respectivos asientos, clase tras clase tomaban notas, intercambiaban ideas y formaban parejas de estudio para las próximas lecciones, tocando el turno de la materia de inglés el silencio dentro del salón fue roto por el saludo del pelirrojo y su impresionante dominio del idioma, ya que toda la clase no dejo de hablarlo, un rubio con cara de no entender nada, imploro a su amigo que lo ayudase, normalmente nadie lo notaba así que se levantó de su lugar para socorrerle, más grande fue su sorpresa al sentir una miránda penetrante sobre si, al girar su rostro pudo ver cómo el profesor no le quitaba la vista de encima.

— Kurokocchi que sucede, estás más pálido que de costumbre. Siguiendo la vista de su amigo e igual que el se sorprendió pues no era normal que lo notasen. — Será mejor que regreses a tu lugar, me ayudas después de clases.

Con un simple asentamiento de cabeza, camino hasta su pupitre lo más sigiloso que pudo, pero ni eso evitó que el sensei lo dejase de ver. — Joven Kuroko, si necesita discutir algo con su compañero, le sugiero que lo hagan después de clases, lo mismo va para usted joven Kise. La mirada de sus compañeros se posó sobre ellos haciéndolos sentir incómodo y avergonzados, ambos pedían que la lección terminase pronto, necesitaban un descanso.

Cuando por fin sonó la campana que indicaba un receso para comer y estirarse un poco, la mayoría corrió a la cafetería, sólo dos de ellos no se movieron del salón, esperaron a estar completamente solos, cerraron la puerta y comenzaron a hablar entre ellos, sumiendose en su mundo no notaron a los adultos fuera del aula. — Kise-kun no vuelvas a pedir mi ayuda durante clases y menos si es con ese profesor.

— No te preocupes Kurokocchi ya entendí, aunque fue extraño, es la primera vez que te ven, normalmente eres Ignorado hasta que pasan lista o toca revisión de apuntes y esas cosas, hasta yo tuve miedo.

— Si el de anatomía es igual de intimidante, prefiero no entrar a clases, Ryota-kun me puedes pasar los apuntes. Con su carita lo más tierna que pudo implorando que aceptase.

— Waaaaaa!! Debe ser muy serio si me hablas por mi nombre y pones esos ojitos, pero Tetsucchi yo tampoco quiero entrar a sus clases, dan miedo y no entiendo nada, a este paso nuestros padres optarán por darnos un profesor particular e igualar a nuestros compañeros.

— Eso no sería la mejor opción, significaría más tarea para nosotros y cabe la posibilidad que sean peor que ellos, además no necesitamos clases de anatomía o inglés, digo eso no tiene nada que ver con las empresas y negocios que manejan nuestros padres.

— Eso es ... pero recuerdas lo que dijo el abuelo, no heredamos nada a menos que aprovemos todas las materias asignadas en el curso o de lo contrario iríamos a trabajar a las minas. Intensificando su llanto.

— Kise-kun eso era para asustarnos cuando éramos niños y no queríamos ir a la escuela, aunque recuerdas esos días, yo te ayudaba con los trabajos y tareas mientras tú cuidabas de mí, desde esos años hasta la fecha seguimos siendo amigos.

— Así es Kurokocchi, superamos muchas dificultades juntos y lo seguiremos haciendo, debemos hacer frente a los maestros y no dejarnos intimidar por ellos, no importa que tan sexys sean los condenados.

— Eso es, vamos a demostrar que no les tememos y que ... Kise te imaginaste la clase de anatomía con prácticas, tu rostro te delata.

— ¡ Eh! Por supuesto que no, pero tampoco me opongo a ello. Guiñando el ojo a su amigo quien sólo movió la cabeza de forma negativa, con ambos riendo por sus ocurrencias.

Afuera del aula los profesores que escucharon todo, sonreían ante el entusiasmo y la determinación de los chicos, a diferencia de las jovencitas que desde un principio se les habían insinuado hasta los jóvenes que trataron de comprarlos, ellos eran lo primeros dispuestos a pasar la materia de la forma correcta, estudiando duro. Las lecciones de anatomía dieron comienzo en punto de las cuatro de la tarde, siendo así la última  clase, formaron parejas para la práctica de ese día, tal y como lo sugirió su colega y amigo, Midorima no perdió de vista a ese par, notando como cada uno se esforzaba por responder correctamente el cuestionario, admirandolos aún más.

Al término de las clases, los alumnos volvieron a sus habitaciones, comieron, se ducharon, hicieron sus tareas, preparando todo para el día siguiente y así poder dormir tranquilos, quizá no tanto pues siendo el primer día algunos se dieron cuenta de lo difícil que sería el ciclo escolar y más con aquellos maestros que no se dejaban convencer, varios incluso dejaron de asistir confiando en que a final del curso el director sería razonable y fácil de doblegar.

A mitad de año todos estaban conscientes que iban a reprobar tal materia, por lo cual un peliceleste y un rubio pasaban sus noches en vela estudiando en la biblioteca. — Kise-kun mi padre vió mis notas del primer bimestre y casi me corta la cabeza ahí mismo, ni hablar del segundo y ahora con el tercer periodo de seguro me líquida. Cubriendose con el libro la cara.

— Tu solo tienes problemas con una materia, yo llevo dos y si no me apuró serían tres, mi padre me asesina para ahorrarle la humillación.

— Aomine-sama es muy violento cuando se trata de ser el mejor, todo debe salir perfecto, también supe que rechazaste la ayuda del profesor ranita, debo decir que fue muy amable en ofrecertela. Volviendo su atención a los apuntes que hacía.

— Yo escuché algo similar, el sexy tigre te dijo que te ayudaría a pasar su clase, según se Akashicchi-sama no acepta nada que sea inferior a su absoluta voluntad, dime amigo por que te negaste.

— Quizá por la misma razón que tú, nuestros padres hablaron con Miko-san, probablemente fue el quién obligó a los maestros para que nos ayudasen, si acepto sería una derrota ante mi padre y eso no lo pienso hacer, voy a concluir el curso con mi esfuerzo y el de mis compañeros, no por ayuda externa.

— Así se habla, debemos ser capaces de sobreponernos a todo y contra todo pronóstico, no le daré la satisfaccion a ese sujeto de decirme que fue gracias a él que aprobé, aún si repruebo será por que no soy lo suficientemente bueno para hacerlo por mi cuenta.

Sumidos en su conversación y en los libros que tenían abiertos, se asustaron al sentir una respiración detrás ellos, pegando un brinco de su asiento. — Las tres primeras respuestas están erradas Kuroko-kun, debes conjugar correctamente el verbo en pasado.

— Lo mismo va para ti Kise, de diez sólo dos operaciones son correctas, identifica adecuadamente la fórmula para resolver cada problema.

— Además caballeros, ya deberían de estar durmiendo en su habitación o piensan quedarse a dormir en las bancas.

— Andando jóvenes, el descansar bien también ayuda al aprendizaje adecuado. Llevandolos casi arrastras, los guiaron por el pasillo a sus aposentos, más no contaron con el hecho que pasando de cierta hora, las puertas se cierran con llave por seguridad de los estudiantes.

— Obviamente esto no estaba en nuestro plan, pero tampoco podemos ir a pedir las llaves, le dirán al director y serían sancionados, a parte tu pupilo está durmiendo ya y él no tarda en caer.

— ¡Kagami! Sugieres que los llevemos con nosotros, eso es ... puede prestarse a malinterpretaciones por todo el cuerpo docente.

— Tienes una mejor idea, una que no los afecté. Se notaba en sus rostros la necesidad de protegerlos, estuvieron presentes cuando los padres de ambos chicos les gritaron y amenazaron, después de seis meses les tomaron cariño, ya que eran muy diferentes de los otros estudiantes, ellos si se esforzaban en aprender, no fue coincidencia que pasaran por la biblioteca, de hecho sabían de tiempo atrás lo que hacían, se ocultaban ahí y luego de un rato salían a tomar libros y ponerse a estudiar.

— No queda de otra. Cargando al joven de ojos dorados, se despidió de su colega, caminando con pasó ligero a su cuarto al lado derecho del aérea de estudiantes. — Para ser alguien tan hiperactivo debes recuperar bien tus fuerzas. Besándo su frente lo sintió acomodarse en sus brazos, para que luego soltase en un hilo de voz un Midorimacchi-sensei, el mencionado se recargo en la pared tratando de no caerse, respirando agitado hasta su corazón latía como si hubiese corrido un maratón, como pudo llegó a su habitación, colocó al joven sobre el colchón, cerrando su puerta con seguro, se acomodó aún lado del rubio abrazándole con afecto, perdiéndose así en su sueño.

Del lado contrario, un pelirrojo llevo en brazos a su pupilo de ojos azul cielo hasta su cama, asegurándose que nadie lograse entrar sin su permiso a la habitación, acostándose junto a él, lo más sigiloso que pudo para no despertarlo pero fracaso.

— Kagami-sensei que cree que hace con su joven estudiante.

— No es obvio, voy a dormir o quizá algo más, depende de mí lindo pupilo. Tomando su rostro besándo sus labios disfrutando el momento. — No le haz dicho a nadie de nosotros o si.

— No, si lo hago ambos estaríamos en problemas y a excepción de aquella vez en la cafetería no hay razón para que sospechen.

Recordando esa ocasión en la cual casi los descubren en pleno acto sexual, de hecho fue el mismo día que entregaron sus calificaciones, luego del regaño de su padre se escondió en la cafetería, con los ojos llorosos no se dió cuenta que alguien lo estaba siguiendo, entró detrás del chico cerrando por dentro el lugar, ahí se dispusieron a charlar, en un instante se encontraban abrazados y al siguiente se besaban, unos minutos despues la ropa quedó regada en el suelo y ambos recostados sobre la mesa, entre caricias, mordiscos y rasguños, pasaron a otra cosa, el mayor lo preparaba con gentileza escuchando los dulces gemidos de su pequeño amante, con sumo cuidado lo penetró, espero a que estuviese listo para comenzar a moverse, en cada estocada  oía al peliceleste llamarlo "Kagami-sensei" una y otra vez, susurrando en su oído con voz suave " Dime Taiga " sólo lo nombró así una vez antes de correrse, fue entonces que escucharon como trataban de ingresar al lugar.

— Esa vez no fue suficiente para mí, tuve que calmarme para no hacertelo otra vez, pero ahora es diferente, todos duermen solo por si acaso no grites tanto. Devorando sus labios, bajando al cuello y luego a su pecho, despojándole de sus prendas dejando la blanca piel expuesta y a su merced.

— Agh ngh Taiga-sensei agh mng. No lograba completar una oración con tantas atenciones sobre si, sólo concretaba decir el nombre de su profesor entre gemidos.

Ahí bajo una noche estrellada y una luna llena como testigo de los amantes compartiendo un mismo espacio, en otra habitación ocurrió algo similar y al encontrarse ambos amigos por la mañana sé percataron de lo sucedido la noche anterior, sin mediar palabra entraron a su respectivo cuarto, ese día faltarían a clases para recuperarse por completo.

— Kurokocchi ¿ Cuanto llevas con Kagamicchi? Pregunto desde su cama cubriéndose con la cobija.

— Casi cuatro meses y tu ¿ Cuánto llevás con Midorima-kun? Acurrucándose en el colchón  para descansar mejor.

— Más o menos lo mismo, ahora debemos ocuparnos de estudiar y no dar señales de que algo cambio entre nosotros.

— Al menos hasta que termine el ciclo escolar, entonces si podemos gritarlo a todo el mundo.

— Hasta ese día Kurokocchi, dulces sueños.

— Que descanses Kise-kun.

Los jóvenes estudiantes se durmieron tranquilamente, así pasarían los próximos meses, estudiando, comiendo y durmiendo e igual si el tiempo y las circunstancias se los permitían pasarían una noche con su pareja, reforzando el amor que se tienen.

Notas finales:

Gracias por leer y comentar .

 

Excelente inicio de semana.


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