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Silk & Lace por MarLe514

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Notas del fanfic:

Seda & Encaje 

Es una historia que realmente queria escribir~

Disfrutenla, por favor~

Notas del capitulo:

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¡Hola, chicas! Este es un One-shot, al igual que el anterior Kaisoo. Tenía que hacer mi contribución al nuevo estilo de cabello de mi adorado D.O, espero que lo hayan disfrutadod85;

Para las chicas que leen mis historias como: 100 Reason for why y GLORY, temo decirles que ambas están en haitus. No será por mucho tiempo, pero por lo menos no habra actu hasta que termine el mes. Ya que son proyectos grandes, tengo que pensar bien en los sucesos y la trama, por eso me lleva más tiempo que simples one-shots, de todos modos, este es un regalo para mis seguidoras, ya que en un tiempo no han tenido nada mío que leer. 

Para que vean que no soy mala o cruel, también les he preparado una sorpresa a mis lectoras más viejas, justo para el 31 o  tal vez 30 de Oct. No diré más, pero creo que les alegrará un poco. Espérenlo con ansias. 

d85;Los adoro y amo. 

By: Alejandra d49;

 

Silk&Lace

 

La campana de la gran escuela resonó en un eco, a unas calles más alejadas. Habían terminado las vacaciones de invierno, el clima era fresco y algo frío, pero el sol en Seúl siempre se hacía tenuemente presente. En los salones ya se habían empezado a dictar las clases, y el momento para saludarse y contarse lo que había hecho en las vacaciones ya había terminado.

 

—El trabajo se hará en grupos de dos, y el proyecto final deberá ser entregado el 30 de Abril. Esfuércense al máximo, ya que valdrá el 50% de la calificación.

—¡¿Ehhh?!

—Sin replicas, ahora vengan a escoger sus números...

Jongin suspiró cansado, no había vacacionado lo suficiente como para volver ya a la escuela, y sus sentidos aun no estaban del todo al corriente.

Jongdae, su amigo pateó el respaldar de su silla, para que vaya a recoger su número, el moreno se puso de pie de mala gana. Caminó arrastrando los pies hasta el escritorio y cogió un número, era el 26.

Oh joder...

 

"No, no, no bromees."

 

Jongin miró rápidamente al profesor, e intentó dejar el papel para cambiarlo por otro, pero el maestro fue mucho más rápido.

—¿Oh? No puedes hacer eso. — Le cogió la mano rápidamente y leyó el número con una sonrisa.

Jongin pudo sentir el escalofrío recorrerle la nuca.

Menuda suerte.

¿Se supone que debía estar pegado a ese bicho raro hasta Abril? Joder, joder, recién iniciaban enero.

 

¡¿Alguien podía disparar ya?!

 

El maestro aplaudió atrayendo la atención. —Esta es la última pareja, tomen asiento.

 

Jongin tensó la mandíbula. —Quiero cambiar de pareja. — Dijo en tono enfadoso.

 

Un ceño fruncido apareció inmediatamente en el rostro del adulto, cuando se cruzó de brazo. —¿Por qué? La suerte ya ha hablado, Kim Jongin y Do Kyungsoo, no hay cambios.

 

Jongdae soltó una risa burlona desde atrás, que intentó cubrir con su mano, pero fue imposible no estallar.

 

Jongin se enfadó aún más, dirigió su mirada al muchacho junto a la ventana que tenía una expresión inmutable y enormes ojos fríos.

Al verlo sintió su enfado crecer más.

 

El moreno no era del tipo que se llevara mal con las personas, en realidad le gustaba tener muchos amigos, hacer chistes y ser carismático, no había alguien que lo odiara, y él no odiaba a nadie... a nadie salvo a Do Kyungsoo.

 

Ese muchacho tan extraño y solitario, que desde el primer día que se conocieron se odiaron.

 

Jongin era nuevo y no tenía amigos en ese lugar, por lo que se había propuesto llevarse bien con todos, pero, su intento había sido frustrado por ese chico de cabello rapado, que no hablaba en absoluto y que le observaba como si quisiera asesinarlo.

 

Kai había sentido un escalofrío aterrador recorrerle. ¡¿Qué le había hecho para que lo mirara de esa forma?!

¿Había pateado a su perro? ¿Acaso había deshonrado a su padre o algo?

No tenía idea, pero, cada día era igual, Kyungsoo lo observaba con sus ojos entrecerrados y una expresión furibunda, aterradora. Fue inevitable, que Jongin en algún momento correspondiera su odio, con más odio.

De todas formas él no había hecho nada para recibir esas miradas, estaba enfadado con ese chico con cabeza de huevo.

 

Era tan extraño.

 

En los tres años que habían estudiado en la misma clase, nunca le había visto hablar de más o reír con su grupo de amigos. Lo único que sabía de él, era que su padre enseñaba Karate en un Dojo. Joder, su familia y él eran tan jodidamente raros.

 

¿Qué clase de fanático nombra a su hijo como a su Dojo?

 

Porque Do Kyungsoo tenía el nombre del Dojo de su padre. Así como lo oyes.

 

DO JoKyungsoo.

 

Oh, sí, eso debe ser completamente atractivo para las mujeres.

 

Kai chascó la lengua con fastidio, esperando una reacción del chico rapado, pero su expresión ni siquiera cambió, vamos, ni siquiera estaba prestando atención.

 

—Ugh, no quiero hacer grupo con él, me rehúso. Quiero cambiar. —Masculló mirando con ansiedad al profesor.

 

El adulto se cruzó de brazos mirando la situación con criterio. —Ya veo... — Murmuró intercalando su mirada de Kyungsoo a Jongin, para luego asentir.

"Este disgusto mutuo debe terminar."

 

—Lo siento, eso no se puede, si te lo permito, luego todos querrán cambiar. Esfuérzate. — Le dio una palmadita en la espalda y le envió a sentarse.  

 

Kai parpadeó patidifuso. —Esto... no puede estar ocurriendo...

 

◌●◌◌●◌

 

—HAHAHA, no puedo creerlo, justo cuando empezaste a decir que hoy sería tu año. —Chen continuó burlándose mientras sostenía con sus dientes apretados, el Yogurt de fresa. —Es algo así como una maldición de Dios.

 

Kai pateó una piedrita que se hallaba frente a él, con el afán de discernir en su mal humor. —Cállate...

 

Sehun apareció sudoroso y agitado, con la pelota de futbol entre sus brazos. —Oye, Jongin, ¿vienes? Nos faltan jugadores. — Dijo señalando la cancha con su pulgar.

 

El moreno se encogió de hombros. —No tengo ganas. — Murmuró.

 

Sehun los observó a ambos y suspiró apoyando su hombro en el muro. —Lucen terribles, ¿pasó algo interesante? — Preguntó sin demasiado interés. Sehun era un amigo de Kai, no estaban en la misma clase, pero siempre que podían jugaban con el balón.

 

Chen se le adelantó. —Kai es pareja del chico que lo odia a muerte... ¿Deberíamos preparar las malditas flores? —Se burló.  

 

Sehun silbó. — ¿El chico Dojo? — Preguntó. Si había oído algo así, de hecho Jongin se lo había comentado un par de veces. Y lo comprendía, pues habían rumores, de que Do Kyungsoo era llamado: La bestia de Shimoza, que había derrotado él solo a una pandilla. Y joder, no lo dudaba, pues su padre tenía un Dojo en el que seguramente practicaba, además de ser el capitán del equipo de Karate en la escuela.

 

Kai asintió furibundo. —Si... ¿puede ser peor?

 

Sehun se rascó la nuca con un intento de expresión preocupada. —Ten cuidado. —Dijo palmeando su cabeza.

Kai frunció el ceño apartándolo. —Eso no me ayuda en nada.  

Jongdae asintió pensativo aun tragándose el yogurt. —Ahora que lo recuerdo, hoy hiciste un gran alboroto en clase porque te cambiaran de pareja... Probablemente ahora quiera arrancarte las uñas.

 

—Ugh. — Kai se abrazó así mismo recreando la escena. —Joder, cierra la boca...

 

Jongdae se encogió de hombros. —Aún puedes arreglar tu situación...

 

Jongin agrandó los ojos. — ¿Ah sí?

 

Asintió. — ¡Claro! Si llegamos a un acuerdo podemos cambiar discretamente de equipo. Solo nos quedaría encontrar alguien que quiera liarse con Kyungsoo...

 

El moreno negó. —Es imposible, él no tiene amigos en la clase. Siempre está comiendo solo y yendo al club de karate.

 

Chen chascó la lengua. —Tienes razón... En ese caso, deberías ir al club e intentar hablar con él.

 

—¿Enloqueciste? Él va a matarme.

 

—Claro que no. Bueno por lo menos se contendrá un poco porque estamos en la escuela.

 

—Eso definitivamente no me tranquiliza.

 

—Está bien, está bien, puedes con eso. Eres el Dios del carisma, solo sedúcelo con tus increíbles habilidades para socializar.

 

Kai mordisqueó su labio completamente indeciso. —No lo sé... Él realmente me odia.

 

Chen suspiró. —Ve y discúlpate, o te arrancará la cabeza con una patada ninja, así... — Levantó su pierna como si pateara. —Como Naruto...

 

Kai puso los ojos en blanco.

 

Sehun asintió. —Bueno, tener a tus enemigos cerca, es una buena estrategia.

 

Jongin suspiró. —Joder... Si muero...

 

—¡Si mueres me quedaré con tu Xbox!

 

—Maldito, aleja tus manos de mi XBox. — Jadeó.

 

Chen sonrió. —Buena suerte, idiota. —Sacudió su mano.

 

—Si, como digas, imbécil. — Se despidió, cumpliendo su ritual. —Adiós, Sehun. — Le miró de soslayo y se encaminó a su muerte segura... digo al club de Karate.

 

◌●◌◌●◌

 

Jongin se tocó el pecho sintiendo su corazón acelerado, no quería admitirlo, pero estaba algo asustado. Iba a encarar a la bestia en su propio habitad, estaba en clara desventaja.

 

Cerró los ojos y respiró profundamente.

 

Desde muy chico había trabajado muy duro para agradarle a todo el mundo, y ese Kyungsoo no sería una diferencia, aún podía convencerle de cambiar de pareja, solo debía intentarlo.

 

Entró en el pequeño Dojo de la escuela, jamás había ido allí. Estaba muy limpio y ventilado.

El sonido sordo de alguien cayendo al suelo le hizo brincar en su sitio, la atmosfera era densa y competitiva.

Tragó saliva caminando hasta un rincón y se sentó a esperarle.

 

Kyungsoo no era el más grande de todos, tampoco parecía ser el más intimidante, pero definitivamente su técnica era increíble, pues había derribado a dos tipos que eran más grandes que él con un solo movimiento.

 

Jongin lo observó sin parpadear, con su traje blanco y su cinturón negro atado a su cintura, parecía ser el más fuerte en el lugar. De alguna forma, un sentimiento de admiración floreció ligeramente, pero al notarlo, Kai carraspeó desviando la mirada.

No podía ser cierto, al final, el que estaba siendo seducido era él. ¡Por Dios!

 

Al cabo de unas horas, los muchachos se despidieron de su capitán, y por supuesto Kyungsoo como el gran líder que era, se quedó hasta el final, guardando todo.

Jongin se puso de pie resoplando, sus piernas se habían entumecido de tanto esperar.

Sacudió el polvo inexistente de sus pantalones y metió las manos a sus bolsillos acercándose precavidamente al calmado Kyungsoo que caminaba de un rincón a otro guardando todo.

 

—Ah... — Se aclaró la garganta. —Oye, esto, Kyungsoo, acerca de hoy...

 

Pero el más bajo no se detuvo, continuó con su deber sin siquiera ofrecerle una mirada.

 

Jongin tensó la mandíbula, pero forzó una sonrisa. —Lo que trato de decir, es que, tal vez fui un poco brusco, hoy... verás...

 

El traqueteo no se detuvo. ¿Estaba ignorándolo? ¿Tan descaradamente?

 

Jongin se enfadó, mierda, no podía evitar perder los estribos cuando se trataba de ese imbécil cabeza de huevo.

 

—Estoy hablando. — Masculló, cuando lo vio cruzar frente a él, Kai extendió su mano, cogiéndole por la tela de la espalda, y tirando con fuerza para detenerle. Y ladeó la cabeza, al sentir cierta cosa entre sus dedos, algo... extrañamente familiar...

En ese segundo sintió todo el cuerpo del bajito tensarse bajo sus palmas. Jongin frunció el ceño y abrió la mano liberándolo, pero, el sonido de "splash" resonó en toda la habitación creando un eco. Había sido como un latigazo contra su piel desnuda. Ahora estaba más esclarecido que nunca.

Y lentamente su cerebro proceso la información.

 

"Eso... que toque... era..."

 

Desvió su mirada patidifusa a la espalda del rapado, y notó sus orejas rojas.

 

"¿Era un brasier?"

 

◌●◌◌●◌

 

—¿Bueno? ¿Tierra a Kai? Oh, Hounston, tenemos un problema... —Dijo Chen, como si sostuviera un radio. —Nuestro Sargento Kai, fue golpeado severamente en la cabeza, y se ha vuelto un estúpido...

 

El moreno permaneció exactamente igual que en el Dojo, con la boca y los ojos abiertos, ni si quiera parecía parpadear. Continuaba en shock.

 

Era definitivamente lo que él creía.

 

Lo sabía, joder, lo sabía. Porque en su corta vida había desajustado por los menos cuatro brasieres para ver los pechos de algunas chicas. Sabía cómo se sentían entre sus manos, lo sabía.

Pero...

Se sentó estilo indio sobre su cama mirando atentamente a Chen, que por un momento se preocupó. —Oh, mierda, no me digas, ¿te violaron en grupo, verdad? Oh Dios... una orgia…

 

Kai lo miró. —Joder, cállate, no te tomas nada en serio. —Masculló.

 

Chen soltó una risa. —Imbécil, pusiste una cara tan seria, que hasta me dio miedo... Ya ¿vas a contarme como te fue, o no?

 

Kai abrió la boca pero la fugaz escena de Kyungsoo temblando con las orejas tan rojas como un cartel llegaron a su mente, y su garganta se secó.

Miró a Chen quien esperaba expectante.

¿Se lo contaría? ¿Debía hacerlo?

 

Bueno... no estaba del todo seguro, que se trataba de eso... Tal vez debía cerciorarse de la situación, y guardar silencio hasta entonces.

Carraspeó desviando la mirada. —Por supuesto se negó. —Mintió. —De todas formas, no será tan malo trabajar con él... —Murmuró.

 

Chen encarnó una ceja, pero luego se encogió de hombros. —Suerte con eso, compadre.

 

◌●◌◌●◌

 

 

Cuando Chen se fue a su casa, ya pasaban las once de la noche. Y ni siquiera había podido concentrarse en su juego, jamás había sucedido que perdería contra Chen...

 

Estaba muy desconcentrado, y es que no era para menos. Cada que cerraba los ojos revivía ese momento intentando encontrarle alguna explicación lógica. Pero, volvía al mismo punto.

 

¿Realmente era un brasier? Y si lo era... ¿Por qué jodidos demonios el chico que odiaba usaba ropa interior femenina?

 

Se dejó caer en la cama, ahogando su rostro con la almohada. Ni siquiera había tenido tiempo de preguntar algo porque Kyungsoo había escapado.

 

—Él está ocultando algo extraño.... y voy a descubrirlo.

 

◌●◌◌●◌

 

Era un nuevo y brillante día de escuela, el invierno casi había terminado para dar paso a la radiante primavera, pero de vez en cuanto el frio acariciaba sus mejillas recordándole que aún estaba presente.

 

Kai hizo unos estiramientos, no usaba el uniforme cotidiano, pues ahora estaba con unos shorts azules y una camiseta blanca, propia de la escuela, pero en vez de colocarse la camiseta reglamentaría, traía puesto un bivirí que dejaba ver sus fuertes brazos bronceados y parte de su pecho trabajado.

 

—Kim, no estás en un maldito desfile, ve a ponerte la camiseta. —Acusó el profesor de gimnasia.

Las chicas sonrojadas miraban atentas cada movimiento del moreno.

 

Él sonrió descaradamente. —Vamos profe, no va a privarles de la vista a estas lindas muchachas. —Alegó con soberbia.

Ellas gritaron sonrojadas.

 

El profesor viró los ojos. —Esta es la última vez, Kim, la próxima darás 100 vueltas a la cancha, ahora ve a tu lugar. —Ordenó.

 

Jongin se posicionó junto a Chen que le miró de reojo y silbó. —Increíble, luces igual a Max Steel, wah, que envidia. — Murmuró en tono burlón.

 

—Cállate... — Dijo sin mirarlo pues su atención estaba en el chico de ojos asesinos en la fila contraria. Se sorprendía de verlo, pues no había asistido a clases el día de ayer, y le preocupaba que no volviera, pero era un buen estudiante así que no había aguantado a ausentarse sin razón más de un día.

Jongin sonrió ante aquello. De alguna forma, ya cogía el ritmo, y empezaba a predecirle.

 

"No creas que podrás escapar de mi..." Pensó, sin apartarle la mirada. Quería que sus ojos se encontraran, quería ver que expresión ponía cuando eso pasara, pero en toda la primera hora, Kyungsoo evitó su mirada a toda costa.

Definitivamente el moreno no se rendiría, ahora estaba más seguro que nunca que él escondía algo.

 

—Bien, se acabaron los estiramientos, 20 vueltas a la cancha. ¡Corran, Corran!

 

Todos reanudaron el paso, el sol estaba sobre sus cabezas y el sudor empezaba a empapar sus cuerpos.

 

—No se les ocurra parar a descansar o serán 20 vueltas más. —Amenazó el profesor, soplando su silbato, sentado en la jodida comodidad de su silla, junto a su bebida helada y un abanico.

 

Kai casi había olvidado su importante propósito, debido a que el sol freía sus sesos, pero cuando fijo su agotada mirada en el cuerpo del pálido lo notó. Un atisbo. Casi imperceptible.

En su camiseta blanca algo húmeda, se traslucía la forma acorazonada de un brasier. Solo un poco, casi nada, pero él lo había divisado.

 

Era... un brasier rosa.

 

De pronto Kai detuvo su paso abruptamente, y se encogió sobre su estómago.

 

"¡¿Qué... es esto?!"

 

Los que estaban detrás de Jongin también se detuvieron algo alarmados.

 

Jongin tensó su cuerpo y llevó sus manos a su estómago bajo, encogiéndose aún más. ¿Por qué estaba pasándole esto a él?

 

—¿Que sucede Kim?

 

Kai se sonrojó aún más violentamente al notar a todos con sus miradas fijas en él.

"Esto no puede estar pasándome... ¿Por qué justo ahora?"

 

—¿Te duele el estómago?

 

Kai asintió vergonzosamente.

Estaba mintiendo.

 

"¿Por qué... estoy duro?"

 

Esto es un gran problema.

 

◌●◌◌●◌

 

Okay, recapitulemos.

 

El sujeto solitario de su clase que odiaba, porque creía que el sentimiento era mutuo, que además era el hijo de un instructor de Karate y con nombre de Dojo, capaz de derrotar a una pandilla completa, ahora resulta que usa lencería femenina como pasatiempo.

 

¿¿Eso tiene sentido??

 

¿Estaba en una especie de manga?

 

Y más importante... ¿Por qué se había excitado por eso?

 

Jooooder.

 

Debía ser un error.

Kai se revolcó en las sabanas de la cama de la enfermería. Se talló la cara e intentó recordar como lucía.

La tela blanca adherida a su pecho, por el sudor, y la suave sensación de la tela del brasier contrarrestando un poco debajo de la camiseta, ajustándose a su pequeño pecho...

 

—¡Aaaaaaaaah, mierda! — Chilló volviendo a cogerse las bolas. ¡No era malditamente posible!

 

—Woah, sí que debe dolerte mucho. — Chen entró corriendo las cortinas, de pronto. — ¿Quieres cagar? — Preguntó como buen amigo comprensivo.  

 

Kai lo miró con ojos abiertos y sorprendido. —¿Qué... qué haces aquí?

 

—La clase terminó, el profesor me envió a comprobar tu estado... Ugh, las duchas están atestadas, ¿sabes? — Masculló Chen jalando su camiseta que estaba pegajosa. —Todos pelean por ser los primeros, justo como animales. — Dijo soltando una carcajada.

 

Kai pensó rápidamente.

 

"Duchas."

 

—Ya... ya me siento mejor... —Se puso de pie y caminó a paso seguro.

 

—Hey, espérame. — Gritó Chen.

 

"Si tiene eso puesto... todos lo notaran en las duchas..."

 

Cuando llegó empujó la puerta con ambas manos sorprendiendo a todos.

 

—¿Ya te sientes mejor?

 

—¡Lo sabía! Solo querías cagar, ¿no?

 

Caminó por el pequeño corredor de las duchas mirando cada una, e ignorando a los chicos de su clase. No había rastro de él.  

 

—¿Kyung... soo? — Preguntó en un murmullo. Se había preocupado por nada.

 

Pero logró ser oído por el presidente de la clase. —Oh, ¿hablas de Do? Es cierto, dijo que iba por allí. — Baekhyun se envolvió la toalla rascándose. —Es extraño, debería estar aquí, o se quedará sin un baño. —Murmuró recordando que cerraban las duchas luego del entrenamiento.  

 

Jongin frunció el ceño. ¿Dónde está?

 

Pero rápidamente una repuesta llegó a su mente. Hoy las chicas no tenían gimnasia, sino canto en la sala de música.

 

"Baño de chicas."

 

—¡Gracias! — Empezó a correr en dirección de los baños femeninos.

 

"Haha, lencería femenina, baño de mujeres... ¿Quieres ser una mujer?"

 

Una sonrisa apareció en sus labios cuando llegó a las puertas, estaban juntas, y el sonido de la ducha se oía tenuemente.

"Esto... ¿está bien si veo un poco?"

 

El que el temible Do Kyungsoo usara lencería no quitaba el hecho de que pudiera arrancarle las uñas con facilidad.

 

¿Estaba realmente dispuesto a morir en el intento?

 

Aah, pero realmente todo aquello le estaba robando el sueño. Se sentía algo emocionante hacerlo, se sentía extrañamente estimulante. Suspiró y echó un vistazo por las rendijas.

 

Kyungsoo apareció en su campo visual, su cuerpo estaba empapado y tenía una toalla envolviendo su cintura. Era la primera vez que miraba su cuerpo desnudo.

Sus músculos eran increíbles. Era delgado y no había grasa en ningún lugar, solo músculos definidos, y su pecho... Su pecho se veía algo protuberante pero definitivamente era el de un chico.

Kai prestó más atención en su pecho.

En sus pezones...

 

No aparto su mirada, su cuerpo lentamente iba calentándose, mientras solo le veía colocarse la ropa, primero la parte inferior de la lencería. Oh Dios.

Era una tela de encaje de color rosa, era pequeña y se ataba a los costados con cuerdas, a las que ató como lazos.

Kai tragó saliva.

Solo había visto ese modelo en las AV* y jooooder era sorprendente ver aquel modelo en Kyungsoo, le había parecido extrañamente fascinante.

Cuando terminó de atar las cuerdas, a sus caderas, notó como la corta tela se alineaba a su trasero, metiéndose entre sus glúteos formados y redondos.

 

Jongin tuvo que sostener sus manos a la pared para evitar caer de cara. ¿No le parecía incómodo? ¿Porque usaba ese tipo de lencería tan reveladora?

¿Siempre... había estado aquello debajo de su ropa...?

 

Era tan increíble que parecía un sueño alocado.

 

Do Kyungsoo. El chico solitario, sin estilo, que además tenía una mirada aterradora... lucía increíblemente erótico aquellas prendas.

 

En un segundo, Kyungsoo se colocó el brasier y lo sujetó con habilidad en su espalda, la tela ajustó su pecho firme, y Kai se inclinó un poco más para notar como sus pezones rozaban con el encaje.

Una palpitación severa fue directo a sus pantalones.

 

Todo pasó mucho más lento y sin sonido, cuando se colocó la camisa y los pantalones volviendo a su aspecto Moob de siempre. Con aquel corte de huevo espantoso, con esa mirada asesina y su postura demasiado rígida.

 

Kai tuvo que saltar sobre un arbusto escondiéndose, cuando Kyungsoo salió de los baños refrescado y oliendo a limón.

 

¿Por qué estaba actuando tan tranquilo? ¿Acaso no le importaba que Jongin le hubiera descubierto ese día?

 

¿Por qué continuaba usando ropa interior femenina?

 

Odiaba esa actitud tan despreocupada del pálido. ¿Creí que Jongin no esparciría el rumor...? O ¿acaso no le interesaba que todos lo supieran?

 

Kai se jaló los pelos. Ya no podía seguir en esa situación, iba a volverse loco pronto.

 

◌●◌◌●◌

 

—Chicos, espero sus primeros avances la próxima clase. Tengan un buen fin de semana. —Se despidió el maestro tomando sus cosas.

 

—Woah, luces asquerosamente mal. ¿Qué sucedió? ¿Tu mamá descubrió tu porno? —Chen se acercó a Jongin, masticando goma de mora.

 

Kai tenía ligeras ojeras bajo sus ojos. ¿Por qué pensaba en la ropa interior de Kyungsoo todo el día?

—No es nada. — Masculló, tomando su maleta y colgándola en su hombro, y antes de salir desvió su mirada hacia el asiento de la ventana, donde el aburrido Kyungsoo alistaba sus cosas, dispuesto a salir.

 

—Heh, Jongin oppa... — Pero una mano femenina le retuvo. Era Kristal. —¿Qué harás este fin de semana? Sabes, mis padres estarán de viaje y haré una fiesta increíble...

 

Y aunque era una oportunidad fascinante, Jongin no se interesó en lo más mínimo, pues siguió con los ojos a Kyungsoo, y cuando este pasó a su costado, él le cogió del antebrazo frenándolo. —No puedo. El fin de semana debo reunirme con él para avanzar el proyecto. — Alegó dejando mudos a todos. Incluyendo a Kyungsoo.

 

Chen escupió su chicle. —¡No hay forma! — Jadeó al ver a Jongin pasarle el brazo por los hombros a un rígido Kyungsoo.

 

Todos desviaron sus miradas hacia ellos, atónitos.

 

En ese momento el más bajito se tensó poniéndose aún más pálido.

 

—Lo sabía, Jongin siempre ha sido tan caritativo con los menos afortunados...

 

—Wow, ¿cómo puede soportar estar con alguien tan frívolo?

 

Kai fue borrando su sonrisa al momento de oír los murmullos, ladeó el rostro para notar la expresión de Kyungsoo y supo, que tal vez... lo había arruinado.

 

Kyungsoo se quitó el brazo de Kai dispuesto a marcharse, pero Jongin lo atrapó nuevamente, en ese instante, Kyungsoo le hizo una llave poderosa levantándolo del suelo y luego lanzándolo como peso muerto; casi había sido una respuesta involuntaria de su cuerpo.

 

Kai jadeó intentando recuperar el aire de sus pulmones. —Mier—

 

—¡Kyaa! ¡Es tan agresivo!

 

—¡Como un perro loco!

 

—¿Jongin, estas bien?

 

—Joder, eso me dolió hasta mí.

 

El moreno recuperó el aliento poniéndose lentamente de pie. —Estoy bien..., estoy bien— Aseguró. —Me adelantaré... Él es algo susceptible, nos vemos... — Y corrió hasta el pasillo siguiendo a Do Kyungsoo.

“¿Dónde crees que vas?”

 

◌●◌◌●◌

 

Kai lo detuvo fuertemente del brazo, y el chirrido de sus zapatos advirtieron que le había hecho frenar en seco, pero cuando Kyungsoo se giró, Kai dio un salto hacia atrás, casi por supervivencia, no deseaba ser lanzado nuevamente por los aires.

 

—Escúchame, lo siento... No quise... oye, escúchame... —Pidió.

 

Kyungsoo ni siquiera lo miró.

 

Kai suspiró exasperado. —¡Me lazaste como a una bolsa de basura! ¡Claro que los ibas a asustar! —Alego. —¡Hey, ¿estas escuchando?! ¡Estoy intentando disculparme!

 

Kyungsoo se giró cursándose de brazos. —Ahora no quiero oírte. —Dijo con su voz gruesa y sentenciaste.

 

Viró los ojos, en serio era un cabeza dura, pero justo cuando iba a protestar, notó una delgada tira rosa colgar fuera de sus pantalones. Frunció el ceño.

—Esto... —Murmuró jalando la tira, con sus dedos.

 

—¿Eh? N-no..., no toques... — Kyungsoo se alarmó intentando apartarlo.

 

Pero Kai jaló más fuerte, con una sonrisa, y las cuerdas de la sensual lencería se desataron, dejando a Kai con la prenda en la mano. —Mier...da... —Susurró al tenerlo entre sus manos.

 

—Ngh... No... de-devuélvemelo... — Tartamudeó.

 

Kai sintió la textura de la prenda entre sus dedos, pero cuando lo vio acercarse, alejó su brazo levantándolo. —¡N-no te lo daré! Escúchame primero... —Exigió, sintiendo el poder al notar la expresión asustada del rapado. Sus enormes ojos ya no le miraban con amenaza, ahora estaban llenos de lágrimas, mientras temblaba. Se sentía... increíble.

 

Kyungsoo se encogió ligeramente, la incomodidad de no tener ropa interior no le permitía pararse recto.

 

Y el moreno disfrutó de aquel regalo, porque Kyungsoo por primera vez no estaba parado rígidamente, sino que encogido, con las mejillas tan rojas y una expresión tan... extraña.

 

—Lo sabía. — Murmuró Kai escondiendo la pequeña prenda tras su espalda lejos de Kyungsoo. —Todo esto es muy confuso para mí... Pero ahora vas a escucharme.

 

—Jong—In... dámela... por favor... — Sollozó.

 

Kai tragó saliva, un latido fuerte le hizo dudar, pero sacudió la cabeza. Estaba cayendo ante esa nueva faceta débil que mostraba el bajo.

—No. Te la devolverá mañana, cuando vayas a mi casa para avanzar el proyecto.

 

—Es... aah, no puedo... espera... —Pidió en un susurro, extendiendo su mano hasta el moreno. —De vuelve... nhg...

 

Kai guardó la prenda erótica en su bolsillo y dio media vuelta. —Mañana tendremos mucho que de hablar. —Y sin más corrió hasta la estación de buses dejándolo abandonado y sin ropa interior.

 

"Oh Dios mío, el definitivamente va a matarme"

 

◌●◌◌●◌

Kai subió rápidamente las escaleras y se encerró en su habitación, ignorando el llamado de su madre, y anunciando que no cenaría.

Apoyó su espalda contra a puerta mientras intentaba calmar su respiración. ¿Qué… había hecho?

Metió la mano a su bolsillo, algo indeciso, y cuando sus dedos rozaron la tela la tomó, acercándolo a sus ojos. El bonito color rosa le hizo temblar, sus rodillas perdieron la fuerza y termino sentado en el suelo, sin apartar la vista de la pequeña prenda. La cogió con ambos pulgares estirándolo frente a sus ojos.

—Así que… usa esto… bajo su ropa…— Murmuro descansando su nuca contra la puerta, de pronto un sonrojo se instaló en sus mejillas. —Qué tipo tan lascivo…

 

“Hoy incluso… le arrebate esto… eso quiere decir…”

 

Exhaló profundamente sitiando un hormigueo en el estómago bajo.

 

“El volvió a casa sin ropa interior…”

Suspiró cerrando los ojos. Las imágenes pervertidas no dejaban de aparecer en su mente.

 

—En ese momento, hizo una expresión bastante linda…—Murmuró con la vista nublada, recordando el momento en que le arrebató la pequeña tanga. —Ah… me estoy…

 

Llevó su mano temblorosa, con la prenda hacia su entrepierna. Estaba mal… estaba muy mal.

 

Tomó su pene entre sus dedos presionando la tela contra su erección húmeda y la sensación le enloqueció. Tensó la mandíbula, y cerró fuertemente los ojos empezando a mover su mano más rápido.

“Kyungsoo… ngh, Kyungsoo… Kyungsoo…”

Continuó con movimientos rápidos, empapando la lencería delicada, y gruñó profundamente cuando se vino, quedando sin aliento.

“Dios…”

Cuando vio el desastre y la pequeña prenda arruinado, golpeó su cabeza contra la puerta dos veces. —Soy una persona terrible...

◌●◌◌●◌

 

—¿Hoy viene tu amigo, no es así? ¿Debería hacer algunos bocadillos? — Una mujer guapa y morena salió de la cocina con algo de harina en la mejilla. —¿Qué tal unas galletas? ¿Le gustan las galletas?

 

Kai bajó las escaleras, y empujó a la mujer por la espalda. —No, no galletas, no bocadillos, y definitivamente: No mamá. Por favor, no me avergüences, prometiste que iras con la tía EunNa.

 

—Lo sé, pero si tienen hambre...

 

—Pediremos una pizza. —Le cortó llevándola hasta la puerta.

 

—Per-pero... — Intentó convencerlo, pero Kai le lanzó su abrigo y su bolso.

—Que te diviertas jugando a las cartas, mamá. —Y sin más cerró la puerta.

 

Cuando la soledad del departamento lo saludó pudo respirar en paz. Era un tema muy importante y nadie debía interferir, tenía muchas preguntas y deseaba todas las respuestas.

 

Fue a su habitación y ordenó un poco, lo que normalmente limpia un chico de su edad. Cuando pasaron las cuatro, el timbre de su hogar sonó y Kai sintió su presión arterial estallarle. De pronto se sentía ansioso y extraño.

Bajó las escaleras dudoso y el en camino resbaló cayendo de culo, fue solo el dolor lo que le hizo despertar de su temporal retardo. —Mierda, vamos. —Se animó golpeándose las mejillas.

 

Abrió la puerta tomando una gran bocanada de aire. La imagen de Do Kyungsoo se avistó frente a sus ojos.

 

Tenía una camisa a cuadros, y unos jeans normales. Demasiado común. No era muy brillante, tampoco tenía un estilo increíble, solo.... Moob.

 

Kai sonrió forzadamente.

"Adiós mundo cruel."

 

—Hola. — Dijo Kyungsoo casi en un murmullo sin mirarle la cara en ningún momento.

 

Jongin se hizo a un lado dejándole entrar.

 

"Esto es como: Dejar pasar al asesino."

 

Cerró la puerta y carraspeó, preparándose para algún gancho derecho o alguna patada ninja, cualquier cosa sacada de Killer Bee de Tarantino, pero nada sucedió, solo un silencioso Kyungsoo esperando que el moreno le indicara el camino.

 

Y así lo hizo, muy extrañado, levantó la mano hacia las escaleras.

 

Si había pensado que todo era raro, se había confundido. Era más allá de raro.

 

Los dos sentados, él sobre la cama y Kyungsoo en la silla del escritorio sin decir una palabra, en un silencio completamente incómodo y rígido. Jongin sentía que se ahogaría en cualquier segundo.

 

¿Cómo debía empezar?

 

—Haz tus preguntas. — Dijo de pronto, el más bajo rompiendo el frio hielo.

 

Kai parpadeo patidifuso pero asintió. —Cl-claro... —Intentó buscar alguna en su cerebro pero todo estaba en blanco. —Esto... tu...

 

Kyungsoo movió sus manos sobre su regazo pareciendo impaciente, y eso ponía más nervioso a Kai.

 

Todo estaba pasando muy rápido.

—Es... — Se aclaró la garganta. No tenía nada en mente, ahora mismo sus dudas habían desaparecido y no sabía con que empezar.

 

—Si no dirás nada, me iré. — Dictó, intentando ponerse de pie.

 

—Espera, espera... —Kai se levantó. —Me siento algo nervioso, ¿bien? Ten un poco de paciencia conmigo... —Pidió tocándose el pecho.

 

Kyungsoo desvió la mirada. —¿Vas a chantajearme? — Preguntó, ya que el moreno no parecía decir nada.

 

El frunció el ceño y luego negó fervientemente. —¡¡Cl-claro que no!! — Gritó.

 

—¿Entonces, qué quieres? —Preguntó serenamente.

 

Kai tensó la mandíbula. Nuevamente esa expresión tranquila, tan indiferente. Completamente lejana.

"Quiero... quiero verte... tan desesperado que no puedas contener las lágrimas."

Pero en ese mismo instante sacudió la cabeza, sorprendido de sus propios pensamientos. Se frotó la cara y murmuró. —Solo quiero saber un poco... de ti.

 

El pálido frunció el ceño. —¿De mí?

 

—¿Por qué continuaste usándolo, después de ser descubierto por mí? —Preguntó directamente.

 

Kyungsoo desvió la mirada, intentando que el más alto no notase su rubor, pero fue inútil. —No puedo.

 

—¿No puedes? ¡Tienes que responder!

 

—Dije.... No puedo... evitarlo. —Siseó.

 

Kai frunció el ceño consternado, no estaba entendiendo.

 

Kyungsoo cubrió su rostro con su mano derecha, intentando ocultar su expresión llorosa. —No lo entenderías... es... algo intimo...

 

Jongin se quedó sin aliento en ese instante, y no supo cómo había llegado hasta ahí, pero ya estaba frente al más bajo, apartando su mano e inclinándose a su altura, para ver de más cerca. —Quiero saberlo. Dime por qué.

 

Los enormes ojos cafés de Kyungsoo se llenaron de lágrimas. —Yo... amo la lencería. —Confesó.

 

Kai vio las gotitas escapar por sus parpados y resbalar por sus mejillas. Sus pestañas eran tan largas, y bonitas.

 

—Debo... parecerte tan desagradable…—Sollozó.

 

—No es así. —Le cortó, tomándole de las mejillas y mirándole con tanta atención que se sintió incómodo. —Esto es realmente… fascinante. —titubeó.  

 

—¿Fa-fascinante? —Repitió confundido.

 

Kai desvió su mirada a su pecho, e inocentemente se relamió los labios. —¿Que traes puesto? —Preguntó con voz ronca y profunda.

 

Kyungsoo se tensó cubriéndose con sus manos. —¿Intentas burlarte de mí, verdad?

 

Kai apartó sus manos. —Nunca lo haría. Yo... solo quiero ver. —Pidió—Muéstrame..

 

—Quiero irme. —Tartamudeó sonrojado.

 

—Perdón, me excedí. Deberías volver a casa… — Murmuró completamente avergonzado de su comportamiento.

La tensión en su cuerpo empezaba a transformarse en calor.

 

El pálido lo vio darle la espalda y el sentimiento de desesperanza le acogió. No quería decepcionar a Jongin, era la primera vez que hablaban y encima, había estado siendo tan amable…, mordió su labio inferior, indeciso, pero después de un segundo asintió, con la vista en el suelo. —Es-está bien… Lo haré.

 

Kai lo encaró, demasiado sorprendió para creer lo que había oído. Le dio su espacio sin apartar la vista.

“¿Realmente está pasando…?”

 

Kyungsoo bajó la mirada avergonzado, y comenzó desatando los botones de su camisa, el escote verde limón con encaje fue lo primero que sus ojos detectaron.

Era tan... sexy.

 

Dejó la camisa ligeramente abierta. —Ya... ya viste... ¿cierto? —Murmuró volviendo a cerrarla.

 

Pero Kai le detuvo. —Todo. —Dijo demandante, aunque no había planeado ser tan rudo.

 

—¿Eh?

 

—Déjame verlo todo. Por favor.

 

Kyungsoo sintió su pecho agitarse, pero por alguna razón asintió. Sus mejillas estaban tan calientes y rojizas. —No... No puedes voltear hasta que te avise, es la condición.

 

Kai asintió dándose vuelta.

 

Kyungsoo llevó ambas manos a su pecho sintiendo su corazón desembocado, y miró de reojo la espalda de Kai. Suspiró y desato su camisa dejándola caer al suelo, e hizo lo mismo con sus pantalones, quedando únicamente con el conjunto de lencería. Se avergonzaba mucho y el frio empezaba a hacerle sentir desnudo.

—Está bien... puedes ver. —Murmuró con voz entrecortada.

 

Kai se giró y la respiración se le cortó tan pronto como observó la imagen. Caminó uno pasos hasta él, y Kyungsoo se alejó otros dos pasos, pero Jongin avanzo rápidamente parándose frente a él.

—¿Desde cuándo? —Preguntó en un susurro, ya que se encontraban muy cerca.

 

Kyungsoo cerró los ojos suspirando. —Cuarto... escuela media.

 

Kai se odio por excitarse con la imagen de un Kyungsoo de doce años vistiendo algo como eso.

 

—¿Por qué?

 

—Yo... fui obligado por una amiga de mi padre, pero... luego, yo quería volver a intentarlo. —Murmuró sintiendo su aliento sobre su cuello. —Me siento... bien con esto... me hace sentir completo. Yo amo la lencería... —Confesó triste. —¿Soy un bicho raro?

 

Kai sintió el aroma de limón en su piel y aquello lo estaba desconcentrando pero al oír aquello último, volvió en sí. —No, no lo eres. Yo no voy a juzgarte... es algo increíble de creer, pero... yo no voy a divulgarlo. Lo prometo. —Aseguró.

 

—¿Por qué eres tan agradable conmigo? Creí que me odiabas.

 

—Pues yo creí que tú me odiabas. Siempre estabas mirándome de una manera muy amenazadora.

 

Kyungsoo bajó la mirada, avergonzado. —Es... eso fue un malentendido.... Ya que tengo mala vista, te miraba de esa forma, pero en realidad pensaba: Él es tan resplandeciente. —Dijo con tono suave. —Yo no pretendía ser grosero, lo siento... —Se disculpó. 

 

Kai sintió todo su cuerpo vibrar ante aquella confesión.

"El... piensa que soy resplandeciente..."

 

—Siempre eras atento y amable con todos, pero, yo no podía socializar, eras lo opuesto a mí. Te admiraba mucho... — Murmuró con una pequeña sonrisa. —Incluso ahora eres amable con alguien como yo...  

 

Kai no le dejó hablar, lo empujó sobre la cama y apoyó su peso encima. —Yo... no te disculpare... a menos que me muestres un poco más. —Dijo con voz temblorosa y un suave sonrojo. ¿Estaba bien.... aprovechar esa oportunidad?

 

Kyungsoo le observo confundido. —¿M-más?

 

—Solo quiero entender... esto... —Susurró, llevando lentamente su índice a su pecho. —¿Esto... no te molesta cuando roza ahí? —Murmuro con la mirada eclipsada, en sus pezones, mientras sus dedos frotaban la tela con diseños, sobre él.

 

 

—Aah, nag... no, no hagas eso... —Pidió estremeciéndose.

 

Kai tragó saliva. —Se ha puesto duro. —Señaló tocando su pezón. —¿Duele?

 

—Nhg, no...

 

—Si lo hago más fuerte... — Presionó sobre la tela con más fuerza retorciéndolo ligeramente.

 

Kyungsoo se removió, soltando un gemido agudo. Sus caderas temblaban sin fuerza y sus ojos derramaban lágrimas. —Bas—basta... se siente extraño.

 

—Solo un poco más... —Susurró envuelto en la apasionante sensación, ni siquiera pensaba con claridad. Deslizó ambos tirantes por sus hombros, dejando su pecho desnudo. —Es tan pequeño... ¿cómo encuentras tu talla en estos modelos?

 

—¿Ah...? Eh... hay una tienda muy buena... ahí puedo encontrar mi talla.

 

—¿Que número eres?

 

—38... Ah... no.... ¿qué… haces? ¡Ngh!

 

Kai puso sus manos abiertas, notando que cabían en sus palmas, estaban bien formados y además al contrario de lo que pensaba eran suaves. Masajeó tanteando. —Increíble... caben por completo en mis manos... ¿Es porque usas brasier? Se han puesto calientes…

 

—Ngh, no hagas eso... ah... ah... se siente... ah....

 

Kai se inclinó a la altura de su pecho. —Lo siento por esto... — Dijo y un segundo luego atrapó en su boca su pequeño pezón, removiéndolo con su lengua.

 

Kyungsoo gritó con ojos llenos de lágrimas y mejillas tan rojas como calientes.

 

Llevó sus manos ansiosas sobre sus caderas, luego un poco más abajo, moldeando sus redondas nalgas.

 

—Ah, Jongin... no... ngh, nghm....

 

Kai cerró los ojos chupando con más fuerza disfrutando de los gemidos y sonidos eróticos que salían de su boca. Relamió la punta sintiendo su saliva escurrir por sus comisuras, mojando su pecho por completo. Era tan erótico, era tan jodidamente erótico.

 

"Rápido... quiero meterlo..."

 

Y en ese instante se apartó cayendo de bruces al suelo.

 

¡¿¿Qué??!

 

Kyungsoo se alarmó mirándolo desde la cama preocupado. —¿E-estas... bien? —Preguntó recuperando el aliento.

 

—Yo... creo que sé lo suficiente. Gra—gracias.— Jadeó evitando ver su pecho, que se había tornado rojizo e hinchado. —Dios, vístete por favor. —Pidió con la palpitante erección en sus pantalones.

 

Kyungsoo asintió colocándose la ropa. Era tan despistado que ni siquiera había notado sus sucias intenciones. Eso era realmente preocupante. ¡¿Que pasaba si otro idiota intentaba aprovecharse de él?!

 

 

Cuando todos estuvieron vestidos, Kai le acompañó a la salida.

 

—Hoy... fuiste muy amable... yo no se lo había dicho a nadie. —Kyungsoo mantuvo su mirada en el suelo tímidamente. —Es bueno poder compartirlo con un amigo. —Y cuando dijo la última parte levantó la vista con una sonrisa de corazón y las mejillas sonrojadas. —Adiós. —Hizo una leve venia y se marchó, dejando a Jongin con una nueva erección y la cabeza confundida.

 

—Estoy... acabado... —Jadeó deslizándose por la puerta. 

 

◌●◌◌●◌

 

En la escuela, Jongin caminaba como si estuviera en un campo minado. No sabía lo que pasaría luego del primer toque de la campana, estaba algo ansioso, se sentía tan extraño que le emocionaba.

 

De alguna forma lo había logrado. Ahora había conseguido agradar también al infranqueable Do Kyungsoo. Y estaba ansioso por que todo el mundo lo viera.

 

Cuando entró a clases, la armonía y la atmosfera fueron las mismas de cada día. Tomó asiento fijándose en el sitio junto a la ventana, Kyungsoo aún no había llegado.

 

Suspiró.

 

—Mira, ¿quieres jugar una partida? — Chen apareció dejando sus cartas poker con temática AV* sobre la mesa.

 

Jongin sonrió forzado. —¿Cómo demonios traes eso a la escuela, bastardo loco? —Masculló barajándolas.

 

Chen se encogió. —Se las robé a mi tío... Por otro lado, ¿cómo te fue tu fin de semana de estudio? —Preguntó burlón.

 

Kai abrió la boca para refutar algo ingenioso, pero en ese momento Kyungsoo apareció por la puerta y una sonrisa se ensanchó en los labios de Jongin.

"Ya verás"

 

Levantó la mano e hizo su mejor sonrisa de comercial. —¡Hola, Kyungsoo! —Saludó amable.

 

Pero el pálido pasó de frente, sin siquiera darle una mirada de vuelta.

 

Kai se paralizó con la mano en alto y la sonrisa desvaneciéndose lentamente.

 

Chen estalló en una carcajada jocosa. —Vaya, sí.... Que linda relación amical, completamente mutua y correspondida....

 

—Cállate... —Masculló Kai, sintiéndose... herido y avergonzado. Pero esos sentimientos fueron suplantados rápidamente con los de enojo. Mucho enojo.

 

Chen continuó repartiendo las cartas, pero Jongin tenía la mente en otra parte, y sinceramente no podía concentrarse. Se puso de pie rápidamente casi tirando la silla en el proceso, y sin más fue donde Kyungsoo y lo arrastró fuera del salón bajo la mirada atenta de todos.

 

Se sentía humillado. ¿Acaso el mismo no había dicho que eran amigos?

¿Por qué le ignoraba peor que a un mueble?

 

Estaba enfadado... estaba decepcionado...

 

 

—¡¿Por qué estas actuando así?! — Le reclamó, cuando se detuvieron frente al salón de biología.

 

Kyungsoo desvió la mirada. —Debemos volver a las cla—

 

—¡Dijiste que éramos amigos! ¡Te prometí que no divulgaría nada! Entonces por qué...

 

—Lo siento...

 

—¡No te disculpes! ¡Quiero que me trates amablemente! — Le exigió. Deseaba mucho más que eso... pero... eso no era posible. —Yo te dije que no te juzgaría, ¿no? Te dije que podías confiar en mi... ¿Acaso me odias?

 

Kyungsoo apretó los puños a cada lado. —¡No! Es... solo...

 

—¿Qué es? Realmente me estás haciendo enfadar. — Se llevó el pelo atrás, exasperado. —¿Debería actuar como un patán? ¿Debería decirles a todos tu afición? ¡¿Debería solo dejar de preocuparme por ti y ser un maldito patán que si merece ese trato?! —Jadeó.

 

—Yo... Yo no quiero que todos te desprecien por hablar conmigo. —Tartamudeó con lágrimas en los ojos. —Solo... no quiero ensuciar tu nombre... Discúlpame.

 

Kai quedó con la garganta seca. ¿Ensuciar?

 

Pero solo un segundo después recordó los comentarios tóxicos de los chicos del salón la última vez que Jongin se acercó a él. Negó con la cabeza. —No tienes que hacer nada. Eres increíble en el Karate, también eres un responsable capitán, y eres cálido... ellos tienen que notarlo algún día. —Prometió. —Pero me enfadaré si me ignoras nuevamente... Volvamos a clases.-Sonrió y le paso el brazo sobre los hombros.

 

Cuando volvieron al salón, Jongin dejó su brazo rodeándole intencionalmente, dejando a todos atónitos. Kyungsoo se sentía un poco avergonzado.

—¿Quieres jugar? —Preguntó el moreno señalando las cartas. Chen simplemente se hizo a un costado dejándole un espacio.

 

Todos observaban en silencio, esperando expectantes la respuesta del pálido.

 

Kyungsoo miró a Kai buscando su aprobación y al ver su sonrisa, el asintió.

 

Jongdae silbó sonoramente. —¡Bien! Debo decirte que soy increíble en el poker, así que no llores mucho cuando pierdas... —Alardeó como si hablara con un amigo.

 

Kyungsoo se relajó y se sentó junto a ellos. Kai era tan amable siempre. El más bajo se sintió agradecido de tenerle como amigo.  

 

◌●◌◌●◌

 

—Hoy ¿puedo verlo?— Preguntó en un susurro, Kai. Ambos estaban en la sala de música, en la hora de almuerzo. El eco suave del exterior, servía como música de fondo.

 

Kyungsoo dejó su sándwich sobre la mesa, tensándose al oír la proposición tan pronta. No estaba seguro de volver a hacer aquello, pues, su cuerpo se ponía muy extraño cuando las manos del moreno le tocaban. — Ah... eso... — titubeó sonrojado.

 

—¿Por qué no lo hacemos ahora? —Pregunto ansioso Kai, mirándole con ganas. Su cuerpo pedía un bocado. Se había dado cuenta que no alcanzaba con masturbarse en su habitación, y de alguna manera, siempre lograba convencerlo de hacerlo.

 

—Esto... ¿a—ahora? Yo no... — Intentó retroceder, sintiendo su pecho sobresaltarse. No quería que Jongin notara lo alterado que se había tornado su pulso.

 

—¿Eh? ¿Por qué? —Se acercó desabrochando su camisa, sin demora. La vista de la lencería en tonos verdosos pastel llevó a sus pupilas, y sonrió casi inmediatamente.  

 

—Que... ¡¿Qué estás haciendo?! — Jadeó cuando sintió el tacto frio de sus dedos callosos.

 

—Si no me dices porque, no me detendré... — Suspiró, jugueteando con sus pezones, frotándolos.

 

—Ngh... Y si alguien viene... — Se excusó, apretando los ojos, y aferrándose a los hombros del moreno, pues sus rodillas habían perdido fuerza. Apoyo la frente en su pecho y jadeó. —Aah… Jong… mhm…

 

—Está bien, solo echare un vistazo, como siempre... —Le aseguró, inclinándose para lamer el sudor que resbaló por su cuello. —Wow, este color es tan bonito… En tu piel se ve tan bonito... —Susurró un cumplido, empujándolo contra el escritorio.

 

—Por favor... no digas esas cosas. — Pidió avergonzado, pero ladeando la cabeza, dándole todo el acceso que demandaba.

 

Kai se inclinó sobre su pecho y esnifó su olor, era limón, sacó ligeramente su lengua y lamió su pecho, mientras sus dedos pellizcaban sus pezones, teniendo la sensual lencería en el camino.

 

"Es tan erótico... es tan malditamente erótico..."

 

—Aquí abajo, ¿de qué color es? —Preguntó con voz trémula, y respiración agitada. —Déjame ver. — Exigió colando su mano en la parte trasera de sus pantalones. —Está súper lindo... me gusta ese color... eres súper lindo... — Murmuró juntando en un roce sus labios.

¿¡Un beso!?

En ese momento Kyungsoo se apartó con ojos llorosos y mejillas tan rojas como dos letreros incandescentes. —Aah... yo.... ya debo irme. ¡Lo siento! —Se excusó huyendo, mientras se aferrada a su camisa.

 

Jongin lo observó confundido y avergonzado. —Mierda... ¿cruce la línea? —murmuró preocupado. —Hoy lo hice llorar.

◌●◌◌●◌

 

Se sentía tan culpable, quería remediarlo pues Kyungsoo no respondía sus mensajes por KaKao, no quería perder, de ninguna manera todo lo que había logrado. Además se acercaba el día de San Valentín. Sentía que podía hacerle un regalo de disculpas. Pero no sabía que regalarle.

No conocía muchos de sus gustos...

Se revolcó sobre su cama, mientras navegaba en la red.

 

"Oh... tal vez..." Una idea brillante llegó a su mente.

—Él dijo que había una tienda con su talla... —Murmuró. Se puso de pie de un salto, tomo su billetera y se calzó. Hoy iría a una tienda de lencería y no podía estar más emocionado por ello.

 

◌●◌◌●◌

 

Cuando llegó fue una sorpresa al notar la cantidad de mujeres presentes. Tenía una vaga idea de que hacían tantas féminas en ese lugar. Comprar algo atrevido para satisfacer a sus novios en el día tan especial.

Ignoró las miradas curiosas que le pegaron a su nuca, se encogió de hombros y fue a la sección de ropa sensual. Realmente quería el modelo que había elegido anteriormente por Internet.

Era un pequeño conjunto rosa y negro, de seda y encaje. Completamente sexy.

Ya deseaba verlo en el cuerpo de Kyungsoo.

 

La encargada del piso lo vio divagando y se acercó con una sonrisa. —¿Buscas algo en específico, muchacho? —Pregunto amable.

 

Kai asintió y le mostró su móvil. —Quiero esto... en talla 38 y copa A. —Dijo simplemente.

 

Ella frunció el ceño. —¿38? Eso es algo grande, ¿no prefieres un 32?

 

Kai negó fervientemente. —Debe ser 38. —Aseguro.

 

Ella asintió algo confundida, pero lo guio gustosa. —Ven por aquí. ¿Deseas que lo envuelva por ti?

 

—¿Es este? — Admiró el diseño, era exactamente igual a la imagen, y al imaginarlo en Kyungsoo... de pronto empezaba a hacer calor. —Envuélvelo por favor.

 

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No había tenido el valor de entregárselo, por lo que lo había dejado en su casillero. Había estado tan avergonzado, pero esperaba que realmente le gustara mucho.

 

Fue una sorpresa cuando Kyungsoo le envió un texto esa misma noche, diciendo lo mucho que le había gustado. Y se había tentado y pedirle una foto caliente, pero se había contenido para no ser malinterpretado.

 

Realmente estaba siendo duro guardar el secreto de Kyungsoo, sin aprovecharse de eso, pero consideraba que el tiempo que pasaban juntos lo valía.

 

Resopló lazándose sobre su cama.

—Quiero verlo... quiero tocarlo... —Murmuró mirando el mensaje de texto. —¿Qué has hecho conmigo?

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Kai lo citó en el parque, había comprado una nueva prenda, era un babydoll genial que había pedido por eBay. Y ya ansiaba mostrárselo. De alguna forma también había descubierto su afición por comprar lencería para Kyungsoo.

Se había arreglado, incluso había comprado una nueva camisa, estaba algo impaciente, por lo que mirada la hora cada dos minutos.

Había llegado media hora antes, pero ahora se arrepentía pues la espera lo estaba matando. En el momento que volvió a fijarse en su reloj de pulso, un sujeto tropezó descuidadamente con él, haciéndole soltar la bolsa de regalo. Jongin maldijo.

—Mocoso, no te pares en medio del maldito camino. —Masculló el delincuente tensando la mandíbula y sujeta entre sus dientes su cigarrillo.

 

Kai guardó silencio, cuando se inclinó levantando la prenda, pero cuando esta llegó a la vista del sujeto este, intervino poniendo su pie encima. — ¡No jodas! ¿Qué es esto? —Soltó una risa divertida. —Que mocosos tan libertinos…

 

Jongin estaba de rodillas y cuando vio su suela pisotear su regalo, la ira furibunda invadió su cuerpo. Levantó su mano y tomó el pie del tipo apretando con fuerza aterradora. —Tu asqueroso zapato…—alzó su mirada amenazante. —Quítalo. —Masculló.

 

El hombre se tambaleó cuando Kai le soltó bruscamente, pero su irá le dominó. —Voy a matarte, niño. —Gritó furioso lanzando su puño a Jongin, pero, a una velocidad impresionante, Kyungsoo apareció mandando al suelo al hombre con una llave de karate.

El sonido del peso muerto aterrizar en el duro concreto hizo sonreír como un bobo a Kai.

—¿Estas bien? —Preguntó alarmado Kyungsoo.

 

El moreno asintió, pero al tomar la prenda casi destruid su mueca desapareció.

 

Kyungsoo lo notó, y se sonrojó furiosamente. —No… no importa… aún podemos subirnos a los juegos…—Titubeó avergonzado.

 

Jongin asintió desanimado, realmente quería que Kyungsoo usara ese babydoll.

 

◌●◌◌●◌

 

En la escuela, lentamente los demás también se animaron a hablar normalmente con Kyungsoo. No era aterrador como todos decían, tampoco era un frívolo. Era cálido e incluso tenía un lado maternal, pues cuando podía cuidaba de ellos, ofreciéndoles bebidas o toallas mojadas en la hora de gimnasia.

 

Rápidamente Kyungsoo fue integrándose, y lentamente, Jongin fue desprendiéndose de él. Pues ya no hacía falta la presencia del moreno para que Kyungsoo pudiera interactuar con los demás.

 

Y de alguna manera... eso le ponía algo... enfadado.

 

—Hahahaha ¿quién lo diría? — Chen regresó agitado de la cancha de baloncesto. —Kyungsoo se está robando toda la atención. —Murmuró picando la mejilla de Kai, quien estaba sentado en un rincón, solitario.

 

El moreno chascó la lengua. —¿De qué hablas?

 

Chen se dejó caer exhausto. — ¿No lo sabes? Oí que la guapa Kristal le regaló una rosa en el Día blanco... — Chismoseó con una voz aguda intentando hacer reír al moreno, pero el efecto fue el contrario.

 

Kai aplastó la botella de agua entre sus dedos. —¿Lo dices en serio? A Kyungsoo no le gustan ese tipo de chicas. — Murmuró con la mirada oscura. —Kristal es tan fácil... me libre de alguna enfermedad rara cuando la rechace... estoy seguro que Kyungsoo no caerá en una tentación tan barata...

 

Chen le examino con ojos. —Ah, ya veo...

 

"El... no debería hablar con nadie salvo de mi..." Pensó.

 

Chen apoyó su mentón sobre sus rodillas mirándole con sus ojos afilados. —¿Te arrepientes de volver a Kyungsoo alguien popular, eh? —Preguntó.

 

Kai reaccionó sacudiendo la cabeza. ¿Qué?

 

—Yo...

 

Chen se puso de pie. —Está bien, no soy quien para juzgarte. Voy a anotar algunas canastas. —Rebotó el balón y volvió a la cancha.

 

Jongin se frotó la cara, quitando esos pensamientos estúpidos. No podía ser verdad... ¿qué estaba haciendo? Desvió la mirada hacia el pálido, quien estaba rodeado de chicos que hablaban animadamente de alguna estupidez, seguramente. Pero Kyungsoo siempre mostraba una expresión calmada.

 

"El solo muestra sus expresiones lindas conmigo..." Pensó con orgullo el moreno, pero en algún momento, esa satisfacción se acabó. "Oh... él sonrió." Era extraño verle hacer otra expresión a parte de la seria y rígida. Pero de alguna manera se había sentido agrio, era... un sentimiento molesto.

 

¿Por qué él estaba mostrándole esa expresión a alguien más? 

No sabía porque, pero su cuerpo se había movido hasta las gradas, donde se encontraba Kyungsoo conversando animadamente, y sus celos fueron tan incontrolables que no creía lo que había pasado por su mente, hasta que lo dijo.

—"Kyungsoo da miedo. Es tan frio y aterrador. Nunca sabes lo que está pensando." Fue lo que dijiste una vez, ¿verdad? ¿Cómo puedes reír y actuar como si nada, mientras te sientas junto a él? —Preguntó a Baekhyun, el presidente de la clase. —¿No eres un poco hipócrita?

 

—Hey... — Chanyeol le miró desde su lugar.

 

—Eso fue antes de conocerle. ¿Por qué estas actuando así? —Baekhyun le miró con interrogación.

 

Kyungsoo bajó la mirada incómodo, y sin hacer algún comentario se puso de pie y se fue.

 

Kai maldijo. Estaba comportándose como un idiota de ligas mayores. —Chicos... lo siento, hoy fue un mal día. —Murmuró siguiendo al bajo.

 

Cuando lo encontró en el corredor le obligó a detenerse. —Espera, Kyungsoo, escúchame...

—No quiero verte ahora. —Dictó sin mostrarle su rostro.

Kai resopló sintiéndose aún peor que la escoria. —Estaba enfadado, yo... fui un chiquillo, lo admito. ¿Feliz?

 

—No, feliz no, decepcionado. — Se dio media vuelta, pero Kai no soportó verlo marcharse.

 

—Espera... yo... estaba celoso. Celoso de que le sonrieras a otras personas, celoso de que... otros vieran tu sonrisa... Perdón, fui un estúpido, no sé lo que pasaba por mi cabeza. ¿Me perdonas? —Se a sinceró, luciendo realmente apenado.  

 

Kyungsoo observó su rostro, y detecto en su expresión que decía la verdad. —Lo que dijiste fue muy grosero, debes disculparte con Baekhyun. —Pidió.

 

El moreno tensó la mandíbula. —¿Lo ves? Me estas poniendo celoso otra vez. —Admitió algo sonrojado. Estaba comportándose como una chica.

 

 “¿Está celoso? ¿De mí? ¿Yo… tal vez le gusto un poco?” Pensó con anhelo Kyungsoo.

El pálido sonrió. —Hoy... ¿de-deberíamos juntarnos para avanzar el proyecto? —Preguntó con un suave rubor, y una mirada suplicante.

 

Kai parpadeó patidifuso.—¿Eh?

 

◌●◌◌●◌

 

Estaban en la habitación de Jongin, pasaban las seis, y ya tenían un buen avance de su proyecto. Pasar el rato y conversar, o jugar con la consola era divertido.

 

—Esto sería lo último. — Aseguró Kai, pegando la torre a la maqueta. Tenía los dedos con goma y algo de pegamento en el cabello.

 

Kyungsoo sonrió por eso.

Había sido un tiempo desde la última vez que había estado en la habitación del moreno, y de alguna manera, le fue inevitable recordar los sucesos de ese día. —¿No... Volverás a hacerlo? — Susurró con las mejillas rojas.

 

—¿Eh? — Kai levantó la vista confusa.

 

Kyungsoo se sonrojo furiosamente, desabrochando su camisa. —Ver... debajo de mi ropa... —Murmuró.

 

Kai casi cayó de la silla giratoria, cuando su mirada distinguió la seda en el brasier revelador y jodidamente erótico. Era traslucido y tan corto. —Espe—... Espera... —Pidió con voz ronca y excitada. Esta vez no creía poder detenerse y estaba preocupado.

 

Pero el más bajo no le escuchó. —No... No puedo dejar de pensar en lo que sucedió la última vez. Es... como si faltara algo. ¿Es desagradable?

 

Kai tragó saliva negando.

 

Kyungsoo bajó sus pantalones, y solo en ese momento Kai notó que ese era el conjunto que le había regalado el día de San Valentín. Y vérselo puesto...

 

—Puedes... pensar que soy la chica que te gusta. —Susurró sonrojado, y temblando. Realmente le gustaba Jongin.

 

Jongin fue por él, levantándolo del suelo y empotrándolo contra el escritorio. Kyungsoo gimió aferrándose a su espalda. —Do Kyungsoo. — Gruñó Kai. —Ese es el nombre de la persona que me gusta. —Confesó.

 

Kyungsoo parpadeó y una lágrima broto de su ojo izquierdo. ¿Acababa de oír bien?

 

Kai llevó sus manos hasta su trasero y acaricio la suave zona de sus glúteos, colocó su dedo incide entre la tela y siguió la línea del encaje que se metía entre sus nalgas.

—Esto... es tan sexy. —Masculló. —Tú eres el único que me parece increíblemente sexy.

 

—Ngh.... ah... Jongin... —Jadeó el más bajo. —No... Toques ahí... — sollozó.

 

Kai se alejó un poco para verlo con más calma. —Hay algo que he querido hacer... ¿Puedo? —Preguntó mirándole de forma seductora.

 

Kyungsoo asintió perdidamente.

 

Le tomó de la mano y se recostó en la cama incitándole a seguirle.

—Aquí... siéntate. — Pidió palmeando sus rodillas.

 

Kyungsoo pareció confuso pero lo hizo. Posicionándose sobre sus rodillas.

 

El moreno le acarició la nuca, con los dedos fríos, el más bajo se estremeció. —¿Que...?

 

—Muéstrame los lugares que te gustan... — Susurró suavemente acariciando todo su cuerpo, dejando besos húmedos por su torso y se detuvo en su pecho cogiendo entre sus dientes sus pezones. —¿Oh? ¿Qué es esto? — Preguntó con una sonrisa pervertida al ver las cintas medicas sobre sus pezones hinchados.

 

Kyungsoo sollozó excitado. —Es... por la forma que los chupas y muerdes todo el tiempo... se han puesto muy sensible— Murmuró avergonzado.

 

Kai no pudo ser más feliz por ello. —Voy a mojarlos todos. — Prometió. Le cogió de las axilas impidiendo que se apartara y chupo con fuerza sabiendo que era una de sus zonas erógenas.

 

Kyungsoo se removió gimiendo fuerte. —Ngh, aah...

 

—Mira... ya está todo empapado. — Kai llevó sus manos hacia el frente frotando su erección sobre la lencería. —¿Te gusta cuando los muerdo?

 

Kyungsoo se abrazó a su cuello. —Me gusta... me gusta. —Admitió.

 

Kai tragó fuerte, tomando las caderas pronunciadas de Kyungsoo y empujando hacia su polla dura. —Kyungsoo... mueve tus caderas, presiona tu trasero contra mí...— Pidió en un susurro sensual. —Por favor... hazme sentir bien...

 

El de ojos grandes mordió su labio inferior completamente cegado por la excitación, e inició un suave vaivén con su pelvis encajando su culo contra la polla erguida de Kai, que latió contra su trasero.

—Agh... se está haciendo grande... — Murmuró Kyungsoo excitado, sin dejar de moverse. —Está latiendo en mi trasero... quiero tocarlo. — Pidió llevando su mano dentro de los pantalones de Kai.

 

El moreno se sobresaltó cuando sintió los dedos de otro rodeando su polla.

—Kyungsoo... Kyungsoo... — Kai cogió entre sus dientes la tela del encaje y tiró con fuerza dejando a la vista su pecho. —Esto es tan erótico... eres tan lindo... — Confeso.

 

El más bajo echo la cabeza hacia atrás mientras saliva escurría de su comisura, en ningún momento había dejado de masturbarle, su trasero estaba mojado por el líquido pre seminal del pene de Jongin y la viscosidad en sus muslos no hacía más que encenderlo.

 

Kai le besó en los labios introduciendo su lengua y frotándola con ansia.

 

Kyungsoo siguió el ritmo torpemente. —Ah... me gustas... me gustas Jongin...

 

Kai le abrazó moviendo sus caderas. —Me gustas también, Kyungsoo... Se mío, por favor.

 

—Si... lo soy, si...

 

"Siento que me voy a venir solo por ver el rostro de Kyungsoo..."

 

—¿Puedo meterlo, por favor? — Pidió cogiéndole las nalgas con fuerza.

 

El pálido asintió. —Yo... lo afloje por mi cuenta antes... 

 

Kai sintió una descarga potente ir directo a sus testículos. ¡¿Podía ser aún más caliente?!

 

—¿Tu mismo...? — Jadeó notando como su dedo entraba fácilmente, y aquello no pudo excitarle más. Se imagina a Kyungsoo preparándose en la soledad de su habitación mientras se ahogaba en su propia ansia. —Eres mío, Do Kyungsoo.

 

◌●◌◌●◌

 

El día de la entrega llegó, y Kyungsoo y Jongin eran oficialmente novios.

 

Ambos llevaron los materiales para el proyecto final y luego de una agradable exposición, el maestro aplaudió encantado.  

 

—No espere este resultado pero me alegra que ambos se lleven tan bien, ¿lo ves Jongin? Te dije que podrían llevarse bien. — Alegó feliz. —También me alegra que puedas relacionarte con los demás Kyungsoo, si tienes algo que pedirme, puedes hacerlo.

 

Pero en ese momento Kai rodeó la cintura de Soo. —Descuide, profesor, si hay algo que necesite Kyungsoo, puede pedírmelo a mí... — Y con ello avanzó, y solo después de un momento ladeo el rostro mirándole de soslayo.

 

No supo porque pero el profesor sintió que él había ocasionado una relación extraña entre sus estudiantes.

 

 

El Dojo es la casa sagrada donde estamos invitados a entrar, pero siempre será porque su dueño les permita entrar.

Y Jongin contempló una faceta jamás vista de Kyungsoo, porque él se lo permitió. Una linda faceta que venía con seda y encaje. 


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