Jinx se recogía parte del sudor de su cuello con su chamarra, el sol le daba en todo su rostro y la sombra amarilla de la chamarra bañaba el top negro que llevaba abajo puesto. Su piel blanca se perlaba por el sudor, el cabello rojo se le pegaba al rostro, y su mirada se posaba en ella; en su Lux.
Se recogía el cabello en una cola, y se pasaba la mano por el cuello, se le pegaba todo el cabello al cuello y el sol la tenía roja como un tomate. Sudaba mucho cuando hacía ejercicio. Nadie notaría aquel pequeño chupetón que le había dejado…
...Unas horas antes de ir al patio...
—¿Qué hacemos en el armario de educación física Jinx?— Lux Miro la puerta, abierta por Jinx hace unos momentos con las llaves del entrenador.
— Me enviaron a ordenarlo, ¿Pero no lo ves muy ordenado ya? Me parece que fue como una broma, muy mala —. Se ríe, y le da un pequeño codazo a Lux, que se ríe apenada.
Jinx adora como saca la lengua cuando algo le duele, como una especie de puchero, y como se acaricia el brazo donde recibió el toque. Es, adorable.
— Bueno sí, está muy ordenado y limpio… ¿De veras esta fue tu tarea?—.
— Lo juro — Dice Jinx cruzando los dedos por detrás.
— Bueno, ¿cómo te ayudo?—.
Pero Jinx la toma de las caderas y la empuja con toquesitos detrás de sus rodillas hasta meterla dentro del armario con ella, cerrando la puerta detrás de sí, y quedando encima de los colchones de gimnasia, la luz entraba por las ventanas del armario y le daba una iluminación tenue al pequeño espacio en el que estaban confinadas. Las mejillas de Lux se encendieron en bermellón. Y aflojo los hombros.
— Jinx… ¿Por qué el armario de gimnasia?—.
— Porque la última vez en casa Janna casi nos descubre y no quisiste besarme durante un mes—.
El recuerdo solo enciende más las mejillas de Luxana, recordaba la escena a todo color, Jinx le besaba los muslos mientras buscaba quítarle la ropa interior, pero Janna entonces había tocado a su puerta preguntando si Lux podía ayudar a Lulú con algunas cosas. Y hasta ahí quedó su momento íntimo. Luxana no sabía cómo reaccionarían las chicas al enterarse que finalmente, su tensión con Jinx había acabado del mejor modo.
Después de todo, ¿Cómo iban a enterarse que se gustaban si ninguna de las dos hablaba sobre ello? Un problema tan bobo había llevado a errores, disgustos y unas cuantas lágrimas. Cuando pudieron haberse dicho eso hace tanto. Cómo había ocurrido ahora. Eran felices siendo novias. Y Jinx respetaba que permanecieran aún en secreto. “Enclosetadas” se reía entre bromas a veces la pelirroja solo para hacer sonrojar a Lux.
— Vamos lucecita —. Jinx la toma de las caderas y la abraza. La besa en las mejillas— Hace rato no probamos del melocotón— y es imposible para Lux no reírse, es una mezcla de vergüenza y coquetería. ¡Jinx dice Siempre esa clase de cosas!
— ¿No querías solo desordenar esto?—.
— Tal vez tal vez… podemos ordenarlo luego si quieres—
— Solo lo dices para convencerme—.
Jinx se ríe, y solo la besa. Lux corresponde al beso, y cuando la posición se le hace incómoda, se gira en sus brazos para besarse mejor. Sus labios se rozan dulcemente hasta que terminan sentadas encimas de los colchones de gimnasia, sus zapatos quedaron afuera a un lado del gimnasio, si alguien entrara, sabría que habría alguien ahí. Tal vez sí buscaba mucho, encontrarían a dos novias entusiastas en calcetas besándose dentro del armario.
Los pechos de Jinx no eran enormes. Pero Lux se había encontrado fascinada con ellos, le encantaba manosearlos, su novia insistía que no crecerían más, pero que no pretendía detenerla, le encantaba como se sentía. Sobre todo cuando tímida le desabrochaba el sostén y quedaban libres al aire. Y como Jinx era dada un poco -Muchísimo- al exhibicionismo, su camiseta no tardó en hallarse en el suelo de su pequeña morada. Jinx le sonríe satisfecha, y Lux se llena de confianza, el momento la enciende. Jinx adora eso.
Lux se sienta sobre una de las piernas de Jinx, es sugerente. Jinx lo es aún más al mover su pierna para empujar un poco la entrepierna de su novia, Lux cobra más color.
— Ough no tan fuerte—.
— Oh, uh, lo siento lucesita—. Con un beso tierno en los labios se disculpa. Y vuelven a besarse.
Las manos de Lux atrapan los senos de Jinx de nuevo. Y vuelven a lo suyo. Jadean, gimen suave cuando entre beso y beso encuentran un ritmo cuidadoso de piernas. Jinx la coacciona con besos por todo el cuello para quitarle la chamarra, pero Lux siempre ha sido recatada y solo deja que le quite el sostén. No importa. A Jinx le encanta manosearla por debajo de la camiseta, su novia es tan tímida en ese aspecto, tan, sensible. Que aún le apena que enciendan las luces. Jinx solo la besa y le dice lo hermosa que es. Siempre ha tenido una personalidad muy difícil, pero por Lux, hace muchas cosas que no haría. Se hacen rodar en los colchones evitando golpear las paredes del armario, y Jinx se apura en acostarse y quitarse los pantalones. Lux se mete entre ella para solo besarle las piernas y deslizar su extravagante panty color verde chillón. Esta un poco manchada, Jinx está tan húmeda como ella.
Le desordena la cola, y los mechones rosados caen por sus hombros. Lux se queja por que desciende lentamente entre besos hasta su intimidad. La acaricia con sus dedos, su clítoris desea que lo toquen, y sus labios están húmedos, el golpe de pudor le da en todo el rostro a Lux, pero el deseo es lo que la empuja a avanzar; no es la primera vez que lo hace. Son solo nervios comunes. Con ambos pulgares abre su intimidad como una flor y la lame.
— ahh….—
Jinx se muerde los labios, y atrapa de los hombros a Lux. Qué recoge con su lengua su sabor, y juega con sus zonas favoritas solo para sentir a Jinx temblar entre ella, a veces la aprieta con sus piernas. Lux igualmente siente como se humedece cada vez más.
Jinx golpea sin querer una pared del armario cuando Lux hace más que lamer, se la quiere comer con toda la lengua. Se asustan por un momento con el ruido, los corazones les palpitan a mil. Jinx quiere más, pero su lucecita también. Y se levanta. Solo para sentarse sobre sus rodillas, al igual que su novia a quien guía, mientras la besa y la baja el pantalón y las pantys. Lux mueve como puede una pierna para sacarse por un lado todo, asi puede abrir mejor las piernas para Jinx. Que no tarda en examinarla con sus dedos. Y hablarle cochina en su oreja.
— Estás toda mojadita lucecita — Una mofa coqueta, acompañada de un chupetón a su lóbulo.
— Tu igual...— Lux le responde con besos, tiene sus dedos en ella ahora. Siente como su sexo la succiona, y eso que aún no la penetra.
— Pero tú más, preciosa —
Puede ser cierto. Sobre todo cuando ella se recuesta sobre su hombro cuando Jinx no pierde tiempo en acariciarla en el clítoris, bajando y lentamente ir metiendo un dedo, penetrándola. Lux se agarra de ella, y solo gime.
El chapoteo de los dedos se hace escuchar. Sus bocas tienen hambre de cada una, Jinx mete un dedo más, y Lux mueve las caderas a un ritmo cómodo que aun le permita satisfacer a su novia. Qué también mueve las caderas, la besa, sonríe encantadora, y se lame los labios de una manera sensual, hinchados de tanto besarse. Gimen, ahogadas en ese armario tan pequeño ahora que lo piensa. Pero no se detienen, no.
—Lux~— Jadea, gime.
Sabe que pronto acabará. Jinx siempre acaba un poco más rápido, y lo hace cuando mueve más rápidos sus dedos dentro de ella. Le encanta verla retorcerse en sus brazos, como su dedo es succionado por su sexo y como palpita a su alrededor, y lo retira lento para no lastimarla cuando por fin la baña con su esencia. Le encanta también cuando Jinx la toma de nuevo y la tumba al colchón. La besa en el cuello, Lux abre más las piernas y Jinx profana su intimidad. El sonido húmedo aumenta, su lucecita no puede acallar más ya sus gemidos. No puede no dejar de mover sus caderas.
— ¡JINX!— El armario resguarda aquel grito.
Y se corre tanto como Jinx lo hizo. Llenando sus dedos de su propia esencia. Jinx solo disfruta de la sensación palpitante, su coño tan lindo, comiéndose sus dedos. Y de su Lux, con la expresion más erótica del munod. Jinx tambien disfruta de como luego terminan enrrolladas de piernas y muslos. Llenándose de sí mismas y besándose.
Es ahí cuando Jinx le hace un chupetón, y Lux le reprende con unos golpecitos y un gemido que la traiciona.
Limpian el desastre del armario entre risas, y usan las duchas del gimnasio como excusa de haber hecho aquella tarea. Jinx solo se ríe.
— Al armario le hacía falta solo que lo desorganizaramos un poco—
Lux solo le la un golpecito en el hombro. Y la apura para ir al patio.