Shun caminó junto a Kuroko y Kagami a lo largo de la tienda, mientras el pelirrojo seleccionaba muchas cosas y repasaba varias veces la lista que llevaba entre las manos.
—Será una gran fiesta, maestra. —Izuki quiso sonar gracioso, pero su comentario había sido todo lo contrario, logrando que ambos muchachos se quedaran mirando al moreno con gesto de pregunta. —Okey, okey, entiendo, mis bromas no son buenas.
Kuroko se quedó en silencio, mirando al otro, mientras Kagami arrastraba el carrito con las cosas que iban a comprar; Shun por su parte, había sacado de la estantería un pequeño osito de peluche, quien traía pegado un letrero de Felicidades, sonriendo simplemente al mirarlo.
—¿No lo notas diferente? — Tetsuya le habló al pelirrojo, esperando que el notase lo mismo que estaba viendo — Sé ve un poco triste.
Kagami y Kuroko se quedaron observando por un segundo a Izuki, notando por primera vez en mucho tiempo, una mirada que podía decirse fácilmente que era nostálgica y ansiosa, como si desease algo de manera profunda, el peliceleste no perdió tiempo y sacó su celular, encontrándose con la respuesta que estaba buscando, el cumpleaños de Shun había sido tres días atrás, el más bajo se alejó por un par de minutos y simplemente marcó un número, esperando que le diesen todas las respuestas pertinentes.
Shun se había acercado a Taiga, al notar como la sombra se había alejado del tigre, pero rápidamente llegó de vuelta, sin que ellos si quiera lo notasen, sin decir mucho, simplemente esperando, cuando se separaron, el más bajo, simplemente tomó la iniciativa y le contó todo lo que sus superiores le habían dicho.
Kagami Taiga no comprendía realmente todo lo que decían relacionado, Kuroko le había tratado de explicar que en Japón había distintas costumbres, pero por mucho que lo meditaba no le parecía completamente justo.
El tigre dejó salir un nuevo suspiro, logrando que su hermano lo mirase con un gesto de preocupación en el rostro, se había quedado esa semana, aprovechando que no tenían escuela, en casa del menor, quien había ofrecido su departamento para la fiesta de cumpleaños de Tatsuya. —¿Bro? —Tatsuya se acomodó frente al tigre y lo miró fijamente, logrando que este se concentraba en él. —¿Ocurre algo?
—No, si, bueno, no lo sé. — Kagami se pasó la mano por el rostro y comenzó con la larga explicación y la molestia que estaba sintiendo, ante las costumbres; Kuroko le había dicho que es costumbre que si un familiar muere, ese año, se evitan muchas celebraciones y que no se le desea un feliz año nuevo a una persona que pierde un familiar, pero que según Hyuuga les había confirmado, el abuelo paterno de Shun había muerto en día en que este había llegado al mundo y por ende, ese día se hacían las oraciones en nombre del patriarca familiar, pero no se celebraba el cumpleaños del ojo de águila.
—Es difícil para nosotros Taiga, hemos estado lejos de Japón siempre, pero debemos valorar su cultura y su forma de ver a los ancestros y antepasados.
—Ese no es el problema. — Taiga se sentía sulfurado.
—Explícamelo entonces…
—Izuki estuvo de cumpleaños hace un par de días, nos acompañó por las cosas para tú fiesta y por un segundo…—el tigre dudó y se cuestionó si debía continuar.
—por un segundo ¿qué? —Tatsuya se quedó preocupado, así que simplemente guardó silencio.
—Sentí que nos acompañó a mí y a Tetsu, como si en algún punto fuese una fiesta para él.
—Crees que Izuki…
—Si, demonios, parece que creo que Izuki está loco, solo siento que el parecía ilusionado y emocionado, como si en algún punto, demonios, suena bastante estúpido de mi parte, hermano, realmente no prestes atención son solo niñerías de mi parte, estúpidas especulaciones. — Kagami se puso de pie y caminó a su cuarto, aun molesto por lo que había dicho minutos antes, por su parte Tatsuya tomó su móvil, notando la llamada de su padre, la que simplemente devolvió.
—Hola.
—Campeón, qué tal la vida mi muchacho, pronto estarás cumpliendo años.
—Bueno hasta ahora todo bien papá, pareces muy animado.
—Mis negocios van tremendamente bien y tú ya corregiste todos los problemas con Taiga, en realidad parece que mi vida es bastante buena.
—tienes mucha suerte entonces.
—Ocurre algo muchacho, no pareces muy feliz, pensé que estarías más alegre con cómo están las cosas en tú vida.
—Hoy supe algo que me dejó bastante inquieto, uno de mis amigos estuvo de cumpleaños hace unos días, pero no celebraron ya que su abuelo falleció el mismo el mismo día que nació y bueno, sé lo que es perder a alguien que se quiere, pero siempre estuviste para mi, no recordando a un mue…
—No es recordar a un muerto hijo, es diferente, los ancestros son importantes en Japón, pero tú habías perdido a tú madre, para mí lo más importante es que pudieses crecer como un niño feliz
—Nadie buscó que Shun fuese feliz.
—¿Shun? Hijo hay algo que no me estás diciendo, dime que está pasando Tatsuya.
—Papá, sé que el dinero que me diste es para mí fiesta, pero quiero hacer algo diferente. — Tatsuya tenía los labios curvados, dejando ver una amplia sonrisa.
Dejó pasar los días, en los cuales, con ayuda de algunos miembros de Seirin terminó por cambiar sus planes originales, buscando las cosas que necesitaba para su nueva sorpresa.
Su padre lo había llamado varias veces en esa semana, pero Tatsuya simplemente se negó a decir algo más, ya que ni el mismo podía estar seguro de que era lo que lo llevaba a hacer las cosas como las estaba haciendo, pero simplemente siguió el impulso de su corazón, aunque en el fondo estaba claro su interés.
La noche del sábado era la fiesta, pero fue esa misma mañana, que Shun despertó con el fuerte sonido de móvil.
—Hola, ¿quién habla?
—Izuki, ¿Izuki Shun? ¿verdad? Soy Himuro Tatsuya, sé que no hemos hablado en estos días, en realidad no hemos hablado nunca, pero bueno, es mi cumpleaños y pensé que sería un buen regalo. — Tatsuya se sintió como un idiota, estaba diciendo tanto, pero nada a la vez. — vale dejaré de ser un idiota y lo diré, quiero invitarte a salir, así que pensé en que podríamos tener, bueno tener algo así como una cita…— Himuro terminó la frase y solo pudo escuchar una respiración al otro lado de la línea, imaginó que era un idiota, después de todo Shun no parecía tener interés en los hombres, y él lo invitaba a salir. —Shun lo lamento, puede que no te sientas cómodo con esto, yo bueno…
—¿Eres quien está fuera de mi casa? — Himuro levantó la cabeza, encontrándose con un despeinado Izuki, que lo miraba desde la venta. — realmente eres valiente, sabes, si quiero salir contigo, pero debemos desayunar, que te parece si entras y me dejas felicitarte como corresponde por este día.
Tatsuya no pudo evitar sonreír complacido, Izuki no solo era asequible, además era una persona agradable y cómica, su familia por su parte además de ser un lugar predominantemente femenino, era tremendamente agradable.
Desayunaron y salieron, a pesar de Shun quiso pagar varias veces, Himuro se negó, diciendo que estaba feliz de pagar las cosas en su cumpleaños, que tenía en el dinero ahorrado para un día especial y que esa era la oportunidad.
El cine, el almuerzo y luego la cena, todo había sido parte del plan que Himuro había tenido para ese y a pesar de ser su cumpleaños, el celular del moreno no había sonado ni una sola vez.
—Tatsuya…— Fue durante la merienda que estaban teniendo, en la que Izuki decidió hablar y preguntar lo que llevaba tiempo inquietándolo. — Sé que es tú cumpleaños y que después de todo, el cumpleañero es quien debe decidir que hacer en su día especial, pero tú y yo no somos amigos, no somos más que conocidos por adherencia, por decirlo de alguna manera.
—Bueno, creo que es un poco obvio…— Himuro dejó de actuar como un niño y tomó la mano del moreno, agregando. —Vale no es obvio, al parecer, creo que puedes gustarme un poco y quería saber si realmente estaba, bueno interesado en un chico. —Himuro esperó que lo golpearan, pero distinto a eso, solo sintió algo sobre su hombro, logrando que este abriera los ojos, mirándolo sorprendido. — Shun…
—Eres persuasivo y elegante, como un elefante.
—¿Gordo?
—Majestuoso. — Shun lo miró y se quedó en silencio, esperando que el otro acortara la distancia.
Tatsuya no perdió el tiempo y devoró la boca del ojo de águila, perdido en sus ojos y en el dulce sabor que sus labios dejaban, el contacto no fue muy largo, pero simplemente fue profundo, algo romántico y cálido.
—Feliz cumpleaños Himuro Tatsuya. — Shun agregó, tocando la mejilla del otro, tratando de acercarse para un segundo beso, pero el sonido del móvil del otro llamó la atención.
—Tenemos que movernos…— Himuro no perdió tiempo, simplemente entrelazó sus dedos con los del otro y lo obligó a correr.
Shun se dejó llevar, hasta que estaban frente al departamento de Taiga, pero antes de cruzar la puerta, un pañuelo cubrió los ojos del joven, haciéndolo estremecer. —¿Tatsu..?
—Confía en mi…— Shun se dejó llevar hasta cruzar la puerta, cuando la venda bajó por su rostro y un estremecedor grito de felicitaciones, lo hizo brincar y tomar la mano del otro. — Feliz cumpleaños Shun. — Himuró sonrió, llevándolo al centro del lugar, donde un pastel descansaba, con su nombre y el del moreno estaba escrito.
Miró a su alrededor, notando como sus amigos también estaban presentes. — ¿Tatsuya?
—Supe que no pudiste celebrar, quería hacer algo por ti, Feliz cumpleaños Izuki Shun.
El moreno no dijo mucho, todos celebraron bastante, hasta que cerca de media noche, con una cerveza en mano, Tatsuya puso una chaqueta sobre los hombros del otro. —Hace un poco de frío, es otoño.
—El beso, fue solo por esto…
—No, el beso fue real, pero si te sientes mal por esto, no necesito una respuesta.
—Fue lastima, por no haber celebrado nunca mi cumpleaños.
—No fue lastima, pero no pude evitar pensar como sería ver a mi padre recordando la muerte de mi madre, en el único día en que deseaba ser el centro del mundo.
—Hoy no fuiste el centro del mundo.
—Fui el centro del tuyo…— Tatsuya sonrió, quitando el flequillo que descansaba sobre la frente del rubio, para simplemente acortar la distancia. — aún es mi cumpleaños, que te parece si me regalas algo que deseo.
La distancia nuevamente se acortó entre sus cuerpos, Shun rodeo el cuello de Tatsuya, mientras este, simplemente ponía las manos en su cintura y ambos, cerrando los ojos, simplemente se dejaron llevar por lo que estaba pasando, por ese frío y a la vez, cálido momento.
Shun pensó, que frente a sus ojos y entre sus brazos, estaba uno de los hombres más orgulloso y amable que pudo nunca conocer, mientras que Tatsuya sabía, que ese calor era más de lo que el mismo debía desear y que sobre todo, le debía una explicación a su padre, pero por ahora, ese minuto era solo para Shun y para él, solo para cada uno de ellos y para crear sus propios recuerdos de eso.
Ese era un cumpleaños, perfecto y para dos.
Fin!!