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El anhelo de la eternidad por chibibeast

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Notas del fanfic:

En un one shot anterior (DISPERSO) puse un "reto": Enumerar 7 (mínimo 5) datos reales usados en dicho fanfic. Cuyo premio era: Un drabble o OS escrito según las especificaciones del lector con las respuestas acertadas.

Creí que sería una buena idea para animar a los lectores a participar, pero sólo dos personas respondieron y una dio las especificaciones de su premio.  

¡Felicidades a la ganadora, Shima_Suzuki!  

 

Notas del capitulo:

Shima_Suzuki, no sé qué clase de brujería utilizas o si tienes una bola de cristal para ver el futuro(?), pero ganaste.   Fue lo que pediste, pero... el fluff no es lo mío jajaja al menos, no escribirlo, porque leo mucho de eso. Quise que fuese especial, ya que nunca cumpliré con... «Un frágil corazón ha sido lastimado» :'(  Si otros han leído el fic que mencioné, este one shot es tipo "¿Qué hubiese pasado si Kouyou no conociera a los Amano?" Es una versión muy rosita jejeje

 

Es increíble la velocidad con la que el tiempo trasciende, permitiendo superar los hechos ocurridos, suprimiendo situaciones oscuras que una vez infortunaron los acompasados pasos de una vida. Una lista de episodios que no podrá ser eliminada, pero sí ser almacenada en un lugar recóndito, con la seguridad de una no repetición.

 

Abrazar el futuro, aferrarse a aquella mano extendida tácitamente para entrelazar su destino y recorrer juntos el camino que han elegido. Siempre hacia adelante, reparando baches, ascendiendo colinas y coronarse en la cima.    

 

 

 

 

 

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Soy una persona de corazón blando, a pesar de mi apariencia indiferente. He perdonado lo que algunas personas podrían considerar imperdonable, el abandono. Sin embargo, esto viene de ambos lados; por parte de él, el sacarme de su vida sin consideración alguna y, por mi parte, abandonarme a mí mismo, dejándome caer en el abismo. Ambos nos sobrepusimos a las circunstancias, nos tomó seis años reunirnos, nuevamente.

 

Fue un reencuentro emotivo, sin dudas.

 

Mis ojos expresaron lo que mis palabras no pudieron, al momento en que reconocí aquellos brazos ansiosos rodear mi torso y aquella voz grave sollozando escondida en medio de la curvatura de mi cuello. Afligidos "Perdón" emergieron de entre los labios del ser que no dejé de amar, del ser que no sólo lastimó mi corazón, también al fruto de nuestra unión.

 

Nozomi y Kazumi, nuestras gemelas, los amores de nuestras vidas... "La bella esperanza del sol", como Akira empezó a referirse a ellas luego de identificar el significado de sus nombres.

 

Meses transcurrieron para yo recuperar siquiera un poco de la confianza que antes tenía en Akira y en quienes eran mis amigos. Cuando demostraron real y sincero arrepentimiento por haberme rechazado al enterarse de mi embarazo, entonces, decidí aumentar el nivel de esta relación. Les permití el acercamiento a mis hijas, a quienes hasta ese momento crié como padre soltero. El primero en presentarles fue Akira, por obvias razones, necesitaban saber que su otro progenitor es consciente de su existencia, que les profesa tanto amor y cariño como yo. Luego, conocieron a sus proclamados "tíos": Yutaka, Takanori y Yuu; quedaron encantados con ellas.

 

No les llevó mucho tiempo adaptarse a su nueva gran familia.

 

Akira y yo tuvimos conversaciones incomodas, fuera de contexto, tal vez. Hubo un proceso difícil de transición para sanar heridas, borrar cicatrices y reconstruir el lazo roto, que alguna vez creímos irrompible; lo reparamos con sumo esfuerzo y dedicación.    

 

 

 

 

 

 

 

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«La felicidad es efimera», leí una vez en cierto libro, tiene razón... hasta cierto punto. Depende del punto de vista del que lo veas.

 

En este instante, soy feliz de ver a mi esposo corretear tras nuestras hijas en el patio trasero de nuestro hogar. Nozomi es feliz corriendo de un lado a otro, cargando en sus manos una masa de lodo, que lanza de vez en cuando hacia su hermana y papá. Kazumi es feliz escondida detrás del escudo humano que la protege de los ataques de su hermana mayor. Akira es feliz compartiendo estruendosas risas, cargando una niña en cada brazo, dando vueltas sobre su mismo eje y cayendo al suelo, debido a su propia torpeza, manteniendo cuidado en que las niñas se posen encima de su abdomen. Nada preocupante, más que el trabajo que costará lavar las prendas del trío dinámico.

 

Una vez puestos en pie, Zomi y Zumi deciden tomar una ducha, pasan a mi costado sonriendo, debido a sus travesuras; mi cónyuge, se acerca hacia la banca en la que me encuentro sentado, bajo la sombra de un frondoso árbol.

 

—Tú te encargarás de quitar las manchas de sus vestidos.— es lo que digo, cuando está lo suficiente cerca.

 

—Claro. Después, tú limpiarás el desastre que yo cause en el cuarto de lavado.— una curva boba, típica de él, se dibuja en sus labios. Doy un gruñido de desaprobación.— ¡Vamos! No te enojes, le hará daño al bebé.

 

—Es verdad.— poso la palma de mi mano sobre mi abultado vientre de siete meses.— No permtiré que tus tonterías afecten a Hiroaki*— inhaló y exhalo, relajándome.

 

—¿Hiroaki? ¡No!— se arrodilla frente a mí, casi entre mis piernas.— ¡Me refiero a mí! Yo soy el bebé al que dañará tu enojo.— se apunta, finge estar amurrado.

 

—Sí, obvio.— río sarcástico.— Ni se te ocurra, Akira Suzuki.— advierto, al darme cuenta de su intención.

 

—¿A qué te refieres?— se hace el desentendido, puedo ver claramente sus manos llenas de lodo aproximándose a mi barriga.

 

—No me ensucies. Mejor, vete a bañar, de paso, te aseguras que el par de tornados no destrocen el lugar.

 

—Sólo quiero saludar a mi hijo... — levanta con cuidado la camiseta azul que traigo puesta, posa sus labios sobre mi piel expuesta e inicia una "plática" con el bebé. Rodo los ojos ante su infantilismo de decir que estoy siendo cruel con él.— Además, quiero darle un gran y fuerte abrazo.— Pude ver maldad esplandeciente en sus iris, previo a abalanzarse contra mi torso, rodea mi cintura, restriega su cara y sus manos en la tela. Mientras, mis intentos de soltarme de su agarre son inútiles, él ríe, apretándome más.— Ahora, tendrás que bañarte, también.

 

—¡Aki, no!  

 

 

 

 

 

 

 

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Sentir el agua tibia limpiar la suciedad de mi cuerpo, aunado a los toqueteos subidos de tono de mi esposo, me hacen olvidar de lo ocurrido anteriormente. Me derrito bajo el tacto de Akira, conoce perfecto los sitios necesitados de su atención. Un, penas audible, lamento aflora de mi garganta y es cazado por su boca.

 

Nos besamos lento, profundo. Estoy a punto de ser atrapado en mi propia lujuria, tan... Uh, sí... Gritos agudos provenientes de la sala de estar nos distraen.

 

—Están peleando por el control remoto de la televisión.— gruñe molesto.

 

—Será mejor apresurarnos.— suspiro, frustrado.

 

Salimos de la ducha, secamos la humedad con las toallas. Entramos a la alcoba compartida, nos vestimos rápido, siendo pants y camisetas las prendas elegidas.

 

Arribamos a la sala de estar, encontrando a Zumi acostada boca abajo contra el sofá negro y a Zomi sentada encima de la espalda de su hermana menor.

 

—¡Nozomi Suzuki!— exclamamos su nombre, a modo de reproche.

 

Se levanta veloz. Kazumi es acomodada en los almohadones junto a su papá.

 

—No debes hacer eso, hija. Podrías lastimarla o lastimarse las dos.

 

—Disculpame.— Nunca he podido resistirme a su carita de culpa, no creo algún día poder.

 

Ya resuelto el asunto, los cuatro nos sentamos a ver una película animada, cuyas canciones entonamos con voces desafinadas. Cenamos pizza, capricho de mi amado.

 

—¡Alcen las manos quienes tengan nueve años!— grita Aki, muy animado.

 

—¡Nosotras!— responden de igual manera.

 

—¡Qué bien!— aplaude— Porque es hora de dormir, los menores de  edad no deberían desvelarse.

 

Muchas quejas se oyen durante casi veinte minutos hasta que van a sus habitaciones, gracias a la promesa de ir al parque de diversiones al día siguiente.

 

—Las consientes mucho.— no es reclamo, sólo una afirmación.

 

—Me gusta consentirlas, igual a ti. Este pequeño también será muy mimado.— acaricia mi vientre, a la vez, tararea una melodía sin letra.

 

—Quisira saber, ¿qué dices en ese tarareo?

 

—Digo lo que hay en mi corazón.

 

—¿Qué hay?

 

—El anhelo de permanecer una eternidad unido a ustedes, mi familia.  

 

 

Notas finales: Well, ojalá te halla gustado, Shima. No estaba segura si hacerlo así, el fluff me paraliza a la hora de escribirlo y no pude evitar poner pensamientos... ¿tristes?
 
Puedes hacerme preguntas por inbox, ya sabes xd 
 
Aclaraciones:
*Nozomi y Kazumi-> el primero significa "Esperanza", el segundo significa "Bella esperanza".
 
*Hiroaki-> literal, " Gran brillo". Los nombres de OC's los elijo más por cómo suenan que por su significado.
 
¿Este OS podría tomarse como un B-side de «Un frágil corazon»? Yo creo que sí.
 
Si no lo han leído, los invito a pasarse por mi pefil. (No puedo poner links desde el celular ;;)

 


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