-Y yo que creía que no podía haber alguien más idiota que Deidara.- Se rasco la frente de su cabeza. –Qué remedio. Iré a buscarlo.-
Y así lo hizo el rubio se abrió paso por la sala a medio llenar de personas. Tomo algunos dulces y subió las escaleras para llegar al segundo piso de la casa donde por extraño que pareciera la persona a quien había estado buscando toda la noche estaba perdido.
Caminaba por aquel enorme pasillo lleno de puertas de madera. Valla que aquella casa tenía muchas habitaciones.
-Deidara.- Escucho los gritos de su hermano que provenían desde una de las habitaciones.
Fue tocando picaporte por picaporte tratando de encontrar el estudio o habitaciones abiertas. Una tras otra estaban cerradas. Suponía por las conversaciones y gemidos que se escuchaban tras las puertas que sus ocupantes estarían muy ocupados.
-Bingo- dio un con un picaporte que giro. Por fin una habitación vacía. Abrió la puerta para contemplar la escena.
Sasuke arqueaba su cabeza hacia atrás sobre las almohadas permitiendo que el pelirrojo besara su cuello. Mientras el pelinegro sujetaba el trasero de este a la vez que Gaara lo embestía delicadamente. Los jadeos del Uchiha eran claros estaba disfrutando de aquello y la espalda arañada de Gaara era prueba de ello.
Naruto contemplo aquello estupefacto y antes de cualquier cosa una ligera sonrisa se dibujó en él. Si no fuera porque lo estaba mirando nunca se lo habría creído. Luego de su sonrisa de satisfacción comenzó a sentir como contemplar aquella escena comenzaba a excitarlo y quizá por ello o por morbo no había cerrado la puerta inmediatamente.
Miro una última embestida del pelirrojo y reacciono saliendo del estado de trance en el que había entrado. Tratando e causar el menor ruido posible fue cerrando la puerta lentamente para no causar ruido o quizá para seguir observando. Hasta que esta por fin se cerró completamente. Sin que los dos chicos se dieran cuenta o al menos eso creía el rubio.
-Eso te éxito mas ¿Verdad Gaara?- Sasuke pronuncio con su débil hilo de voz. –Eres todo un exhibicionista.-
-Tú no te detuviste cuando el abrió la puerta – Sonrió.
-Somos unos enfermos.- Sonrió. -¿Aun tienes más para mí?-
-Esto apenas comienza.- Gaara intercambio la posición con Sasuke mientras el azabache se burlaba.
-Sí que se la están pasando bien. Me alegro por ellos.- Sintió su agitado corazón mirar a ese par sí que lo había alterado. Trataba de controlarse pues no quería sentir que ver a sus amigos lo había logrado evitar. –Sera mejor que baje-
Se disponía a regresar a la fiesta. Cuando escucho una puerta muy cercas de el que se abría. No hubo tiempo de mirar quien la había abierto. Sin previo aviso y sin esperársela fue tomado de las muñecas las cuales fueron llevadas a su espalda y en hábil movimiento se encontraba encorvado sometido con sus muñecas esposadas. No podía mirar nada estaba completamente sometido.
Lo próximo que miro fue como el piso del pasillo cambio por el piso de la habitación y escucho como la puerta de esta se cerraba nuevamente pero esta vez con el adentro. Escucho el cerrojo de la perta ser colocado. Y sin más fue tumbado y sometido al suelo. Podía sentir el paso de una bota en su espalda que hacia fuerza por evitar que se pudiera incorporar pudiendo mirar solo el piso y el otro pie de su atacante. Unas botas de policía y un pantalón azul marino era todo lo que pida mirar.
-Inspección sorpresa- Le dijo una ronca voz que al principio no pudo identificar. –Esta es la policía de Konoha. Quédese quieto y no se mueva o disparare.- Naruto escucho como la funda de un arma era desenfundada y el cartucho de esta cargado.
-Suélteme no he hecho nada esto debe ser un error- Naruto hacia fuerza por moverse pero el pie del policía lo tenía completamente pecho contra el suelo. –Esta es una fiesta privada ¿Qué hace aquí?-
-Recibimos un reporte de inteligencia. Menores bebiendo alcohol, drogas, sexo y de más. Están en muchos problemas jovencitos.-
-¿Yo? No es mi fiesta.- Trato de excusarse.
-¿De quién es entonces?-
-Las personas en cuestión están follando a tres puertas de aquí. Valla a preguntarles estoy seguro de que se divertirá con ellos.- Se burló del policía.
-Muy gracioso jovencito. Veamos en que tantos problemas estas.-
Comenzó a revisar el disfraz del rubio. Cuando inspeccionaba deslizo su mano por el muslo del rubio y después apretó una de las pompis del rubio y dio una nalgada.
-Oiga no creo que pueda hacer eso.-
-Silencio.- Siguió buscando y entre las vendas descubrió los restos de un sobre. -¿Qué tenemos aquí? Polvos, baya. Estas en muchos problemas, jovencito te esperan varios años de arresto- Se burló.
-Eso es, es…-
-¿Qué es? ¿Coca?-
-No, es, es. Es viagra señor.- Admitió apenado ante el susto de que el oficial de la ley pensara que era una droga prohibida y pudiera meterse en problemas.
-¿Viagra? En ese caso. No me vendría mal probar un poco.-
-¿Qué?-
-¿Pensabas hacerle una broma a alguien? Pues ya lo veras jovencito. Esta noche serás mi prisionero Naruto. Te has portado mal y mereces un castigo. Yo soy el policía, el juez y el inquisidor.-
-Oye de ¿Qué habla….?-
Sintió como bruscamente lo tomaban de las esposas, lo incorporaban y una palma tapaba su vista. Imposibilitado de mirar y de mover sus manos, se dejó llevar y sintió como era tumbado boca abajo sobre lo que parecía una cama.
-Veamos ¿Por dónde empezar? Niño malo.-
-Podría dejarme ir.-
-Si. Es una buena idea dejar ir a un adolecente con drogas. Nada, mereces un castigo. Tengo una idea.-
Naruto estaba a punto de argumentar algo cuando sintió lo que parecía una nalgada al tiempo de que el peso de alguien que se sentaba sobre una cama hundía el colchón. Y así una tras otra, tras otra, hasta que el golpeteo lo hizo empezar a soltar ligeros gritos y gemidos, pues no perecían nalgadas normales, si no más lentas y ¿Sexuales?.
-¿Qué haces?- Dijo algo agitado.
-Castigándote. Has sido muy malo.-
Naruto escucho como la persona que lo tenía sometido tosía como tratando de irritar su garganta para que su voz sonara más grabe.
-No eres un policía. ¿Verdad?- Pregunto incrédulo. -¿Quién eres?.-
-Me gusta tu disfraz Naruto. Muy original y sensual.
Dio la vuelta al rubio para poder contemplar a este de frente y que por fin el rubio descubriera a su captor.
Observo el disfraz del chico. Naruto estaba visiblemente desnudo a excepción del calzoncillo que llevaba puesto para cubrir su intimidad. Todo su cuerpo estaba parcialmente vendado con vendas blancas, pero de tal manera que franjas de su piel canela pudieran mirarse por todo su cuerpo, piernas, manos, espalda, pecho etc. podían dar fe de que la piel del rubio era uniformemente de ese color. La verdad se veía muy atrevido. En su cuello rodeándolo completamente relucía algo parecido a un collar con piedras azules que combinaba con un tocado que llevaba en su cabeza que consistía en una tiara egipcio dorada con una cobra en la mitad y justo en la frente del rubio descansaba una cruz egipcia y un par de piedras a cada lado, un par de aretes en cada oído con piedras azules y quizá lo que más llamaba la atención un par de aretes más en los pezones de chico que llevaban piedras del mismo color. Todo este tocado dorado y de piedras azules combinaba perfectamente con la piel cabello y ojos del chico y si semi marcado cuerpo al cual se ajustaban perfectamente las vendas del cuerpo. Aunque Deidara se había vestido igual al rubio menor le había quedado mejor el disfraz.
-Estas hermoso y sensual- Tomo el vendado mentón del rubio y ajusto sus miradas.-¿Pero quién te dio permiso de usar tan pocas vendas esta noche? Mi señor.
-No creí necesitar permiso. ¿Estoy rompiendo alguna ley señor justicia?-
-Si. La de asustar a los niños con tu disfraz.-
-El disfraz no es para los niños.-
-Es verdad. Es para mí- Sonrió mostrando su peculiar sonrisa.
-Puede ser-