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Horizonte por aiculpp

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Notas del fanfic:

I M P O R T A N T E

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Primero que nada debo dar una enorme disculpa por todo el tiempo ausente, ocurrio una situación personal que me afecto mucho y seriamente no me sentia con el animo para escribir algo.

La situación me pego tanto que estuve a punto de eliminar mis cuentas en Fanfiction y Amor Yaoi, sin embargo mi hermana me pidió que se las pasara, no sé si porque ella quería escribir algo o solamente para que después no me estuviese arrepintiendo. No hace mucho le pedi que me regresara la cuenta y de hecho note que ella no subió nada, pero si lleno mi sección de Favoritos con historias de Marvel XD.

Ahora bien, como dije, no borre las cuentas, sin embargo si borre las historias de mi compu, entonces TODO se perdió, de hecho actualmente estoy copiando las historias de Fanfiction : ( para volver a tenerlas como documentos. Dicho esto, la historia La luz de otro mundo, de la cual solo subí un capitulo también quedo perdida, Ya hace casi dos meses decidí que volvería a empezar a escribir (de hecho escribir un WinterIron para mi hermana que cuido la cuenta), lamentablemente la “La luz de otro mundo” ya no puede ser completada, las notas con las ideas para la historia también fueron eliminadas y solo pude encontrar unas notitas perdidas en mi celular.

Todo nos lleva a esto. Por sugerencia nuevamente de mi hermana,  me dijo que tratara de volver a escribir la historia desde cero, para ver si poco a poco lograba recordar como la quería, si bien tengo presente las ideas básicas de como queria la historia, cuando comencé a escribir se creó algo completamente diferente, es en esencia la misma idea, pero ya no es lo mismo.

Por lo que, aviso oficialmente que la historia “La luz de otro mundo” queda SUSPENDIDA. Lamento mucho para los que lo seguían, aun si bien deje de de checar Amor yaoi, si me llegaban al correo las notificaciones de Fanfiction, por lo que aunque no lo crean, me subían el ánimo cuando las leia.

Lamento mucho lo que hice, y agradezco que mi hermana no me permitiera cometer una tontería.

Ojala pudiesen darle una oportunidad a la historia e igualmente pido una para mí. Lamento las molestias.

Notas del capitulo:

Agradezco al grupo en Facebook The Labyrinth Of Magic YAOI, Yuri, Hetero por recomendar mis historias.

PARTE 1

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El comienzo del día era marcado en Alma Toran a través de los primeros rayos de Sol que comenzaban a iluminar el reino, por lo que todos los habitantes comenzaban con sus jornadas diarias. Esto no era diferente para los reyes de aquel magnifico reino, quienes también comenzaban sus labores para que la prosperidad del reino perdurara.

El rey Solomon y la reina Sheba junto con los líderes de otras tribus y sus amigos, lograron derrocar la dictadura del Rey David, esto llevo a muchos sacrificios y lágrimas, pero al final se obtuvo la recompensa. El viejo David había muerto y con él, la idea de que el ser humano era superior a las otras especies.

Se había llegado a un acuerdo entre todas las tribus para que ninguna atacara a otra, de esta forma, cualquier problema interno debía de ser discutido primero con los reyes de Alma Toran y de ser necesario se realizaría una audiencia entre los demás líderes de las tribus para poder llegar a una solución.

Todo se había logrado mantener en paz y orden después de la muerte de David, los reyes Solomon y Sheba por fin pudieron ser un matrimonio de verdad como la pelirosa siempre deseo, y esto quedó reflejado a través del nacimiento de su amado hijo Aladdin.

El príncipe nació rodeado de amor, cosa que se vio reflejada en su carácter dulce y bondadoso, así como en las acciones que proponía para poder ayudar al reino. De esta forma el príncipe se volvió también una persona amada, no solo por sus tíos, si no también por los habitantes de su reino y de las diferentes tribus.

Sin embargo, el príncipe había heredado no solamente el físico de su padre, si no también la curiosidad y el ansia de obtener conocimiento, por lo que, a sus 16 años, ya había vivido un sinfín de aventuras. A veces las vivía con su hermano Tess, otras veces lo hacía solo, pero era innegable lo mucho que disfrutaba viajando y explorando por todo el mundo.

Para nadie era sorpresa que de repente el príncipe desapareciera por días y semanas y solo dejara atrás una nota en la que explicaba vagamente hacia donde se dirigía.

Era un enorme disfrute el poder oír las historias de sus aventuras relatadas en las cenas o reuniones entre los jefes de las tribus. Todos decían que oír las historias del príncipe Aladdin, era como si las estuvieran viviendo en persona.

Pero Aladdin no opinaba lo mismo, sus aventuras habían sido increíbles, todas y cada una de ellas, sin embargo, no sentía que su modo de contarlas de verdad reflejara los sentimientos que vivió cuando ocurrían.

Para su suerte, conocía a alguien que si podía hacerlo.

Apenas salieron los rayos del sol, también comenzó con la rutina en el castillo, la cual consistía en desayunar, realizar un entrenamiento de esgrima con su tía Arba, ir al laboratorio de su tío Ugo para platicar acerca de los avances de su investigación, a veces su padre lo consultaba para algún asunto del reino, o su madre le pedía que la acompañara a alguna tribu para hablar con los jefes de la tribu.

Sin embargo esa mañana, ninguno de sus padres lo solicito para algo, por lo que se dio cuenta que ese día podía escabullirse del palacio.

A pesar de que quería mucho a toda su familia y le gustaba hablarles sobre todo lo que veía, existía algo que no le había contado a nadie, ni siquiera a Tess. Era su secreto.

Sus pasos atravesaron el reino en donde muchas personas lo reconocieron y saludaron con respeto y otras le obsequiaban alguna fruta. De ese modo llego hasta la plaza central, en donde se encontraban la mayor cantidad de mercaderes, pero aun así había un espacio que algunas personas rodeaban y parecían entretenidos con lo que veían.

El príncipe se acercó.

-…entonces él dijo: “¡Conviértete en mi mano derecha!

Un jadeo general se escuchó entre el público asombrado, el príncipe sonrió al visualizar a quien hablaba.

-y el príncipe se sorprendió, porque jamás pensó que le pediría algo así, era el hombre que había cambiado su reino al grado de perder todo lo que lo hacía ser una nación independiente, pero por otro lado…

Aladdin observaba con agrado la manera en que esa persona relataba la historia. Era joven, de su edad probablemente, su cabello rubio y ojos dorados hacían que las personas se acercaran al principio solo por curiosidad, sin embargo la manera en la que se movía cuando contaba la historia así como sus expresiones, eran las que cautivaban al público que se reunía cada semana para oír sus historias.

-… el primer príncipe imperial estaba a punto de salir del cuarto, sin embargo el príncipe se armó de valor y dijo…

En ese momento los ojos del narrador se encontraron con los del príncipe y dejo de hablar.

-¿Qué dijo? – hablo un hombre del público.

-Je- despego sus ojos del príncipe – lo sabrán la siguiente semana – dijo al tiempo que les guiñaba un ojo.

La desilusión quedo marcada en el rostro de todos, quienes comenzaron a retirarse del lugar y algunos dejaban monedas en una pequeña canastillo que estaba a pocos metros del narrador.

Aun cuando todos se alejaron, Aladdin se acercó más al chico quien ahora pasaba las monedas de la canastilla a una bolsa de piel.

-Veo que tuviste una buena mañana Alibaba-kun

El nombrado alzo la vista con una sonrisa.

-Si el príncipe de Alma Toran lo dice, es porque de seguro así es.

Aladdin rio.

-Yo también quería saber que contestaba el príncipe. – dijo al tiempo que seguía a Alibaba quien comenzaba a alejarse de la zona.

El otro sonrió con inocencia – lo siento, pero eso lo tendrás que saber para la próxima semana, la regla es clara.

-¿no puedes hacerlo por el príncipe? – interrogo divertido

-No

-¡¿Qué?!

El rubio rio divertido.

-No te preocupes, si te vas a algún viaje después te la contare toda completa – los pasos de Alibaba los estaban guiando a las afueras del reino – Hace tres semanas que no venias, ¿paso algo interesante en tus viajes?

-¡La tribu de los ermitaños tiene cosas increíbles! – dijo el príncipe mientras sus ojos brillaban con emoción. – Sus costumbres son un poco duras para una persona normal, pero ellos no tienen problemas en alejarse de bienes materiales para estudiar a fondo el entorno, - se puso un poco nervioso - de hecho te traje un recuerdo.

El rubio paro en frente de una casa que era muy pequeña y sencilla, resaltaba, pero no por algo en especial, sino porque era la única casa que se encontraba por esa zona.

-¿enserio? – Giro el rubio con emoción – entonces espera, tengo que preparar algo de té, para que me cuentes todo-

El príncipe entro en la casa y tomo asiento en una silla de las dos que había, Alibaba era alguien simple, decía que no necesitaba más porque nadie lo iba a visitar excepto el. Observo el resto de la casa y no veía nada diferente desde la última vez que estuvo allí, sin embargo en la mesa noto varios pergaminos extendidos. Se acercó y observo que se trataban sobre unos mapas, curiosamente no lograba reconocerlos.

-Aquí está él te – llego el rubio con una charola y dos vasos – es un nuevo té que me regalo una señora por ayudarle a cargar su mercancía. Dijo que era especial.

El príncipe observo el vaso y noto que se veía color azul claro.

-Tiene bonito color – dijo mientras sorbía – y un buen sabor.

-¿Verdad que si? – Dijo emocionado el rubio – ahora mira esto – Alibaba había llevado también un limón del cual corto una rodaja y lo metió en el vaso del príncipe, el cual observo como el color del te cambiaba a rosa.

-¡Esto es increíble Alibaba-kun! – Dijo impresionado el chico - ¿Cómo lo hiciste?

-mmm no lo entiendo bien de hecho, pero lo descubrí por accidente así que me pareció un lindo truco, y no te preocupes no pasa nada malo, ya llevo tomándolo de esa forma durante algunas semanas.

-Deberías de invitar a alguna mujer Alibaba-kun, esto les encantaría.

-Ja ja, ¿te burlas de mí? – Dijo el chico con sarcasmo – sabes que mi suerte es pésima con las chicas. Y lo peor de todo es que incluso algunos hombres me confunden con una.

El príncipe para de beber - ¿Qué?

-Sí, bueno, no es que pase siempre pero dicen que porque mis ojos son muy grandes y brillan mucho con el sol – dijo un poco hastiado el rubio- yo que sé, incluso parezco más bajo que los hombres promedio de aquí, ¡incluso tu eres más alto! – concluyo dramáticamente.

Aladdin comenzó a reír.

-Bueno, pero… - comenzó Alibaba observando a su amigo - ¿me contaras como te fue en tu último viaje?

El príncipe lo pensó un momento y volvió a darle un sorbo a su te. Ciertamente era delicioso, pero para él, ahora era especial, porque su amigo logro mostrarle algo increíble a través de un simple té.

Era por eso que, a pesar de que todo el mundo siempre le encantaban sus aventuras, a él le gustaba más escuchar alguna anécdota de Alibaba, porque él tenía el don de hacer una historia fantástica en algo realmente épico, o podía convertir algo cotidiano en algo sorprendente, justo como lo había hecho con el té.

Las historias que contaba Alibaba eran inventadas, pero para él, sonaban mucho más extraordinarias y parecían contener un mayor significado que las aventuras que vivía. Por eso le gustaba estar con Alibaba

-Mejor cuéntame que son esos mapas – señalo los pergaminos que se encontraban en la pequeña mesilla.

A la mención el rubio fijo su vista en ellos y se dirigió con calma a enrollarlos.

-Solo son garabatos para algunas de mis historias. Por cierto como te ausentaste tres semanas te perdiste las historias de esos días ¿quieres oírlas ahora?

El príncipe comprendió que no quería hablar sobre eso y asintió a la propuesta de Alibaba.

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Aun recordaba la manera en que ambos se conocieron, el apenas estaba regresando de uno de sus tantos viajes, para su regreso había decidido no utilizar su magia, ya que quería experimentar lo que era recorrer un largo camino por sí solo.

Si bien el viaje fue en realidad bastante disfrutable, se dio cuenta de que tan lejos estaba de su hogar, talvez hacia que la distancia se sintiera en una proporción diferente, si bien la gran mayoría de comerciantes contaban con artefactos que facilitaban el rápido transporte de mercancía, aun existían unos cuantos que preferían recorrer esas distancias a pie.

De alguna manera lograba cierta satisfacción al llegar al destino.

En esa ocasión, cuando iba llegando al reino ya estaba a punto de anochecer, por lo que había muy poca gente entre las calles.  Era lindo observar el reino con ese tipo de tranquilidad, cuando las personas terminan un día de arduo trabajo y se disponen a descansar para un siguiente día. Solamente podían verse unos cuantos niños en las calles que todavía jugaban.

Fue precisamente un pequeño grupo de ellos los que llamaron su atención, ya que se encontraban sentados en el suelo mientras rodeaban a otra persona (esta parecía mayor) quien también estaba sentada en el suelo.

-… entonces la entidad de ese magnífico lugar le dijo: “¿¡Cual es tu deseo?! ¿Riqueza? ¿Poder? ¿Vida eterna?”

Los niños parecían realmente intrigados y el príncipe que pasaba a lado de ellos y que había escuchado sus palabras se detuvo a escuchar.

-Pero el niño con desesperación y con lágrimas en los ojos grito alto y fuerte su deseo: “¡Se mi amigo!”

La emoción con la que el chico que hablaba de alguna manera hizo que el príncipe se estremeciera.

-¡¿Qué?!

Pero los niños no parecían pensar igual

-¡Yo hubiera deseado riqueza! – dijo uno de los niños mientras se levantaba, así no tendría que sufrir cuando saliera de ese lugar.

-¡No! – le interrumpió otro -¡ser muy poderoso habría sido mejor!

-¡Claro que no! ¡Mejor hubiera deseado salir de ese lugar!

Los otros continuaron hablando mientras que se levantaban y comenzaban a alejarse del lugar. Sin embargo el príncipe se quedó parado.

-He, que niños tan insensibles – dijo con algo de gracia el que previamente les contaba la historia. Mientras se levantaba noto que alguien más estaba enfrente de él. – lo siento, pero por hoy ya he terminado, si quiere puede volver dentro de una semana.

-¿Llevaba mucho tiempo ese niño encerrado?

El otro se detuvo y pareció no entenderle.

-El de la historia

-¡ah! si, llevaba toda su vida encerrado – dijo a la vez que recogía las monedas que le habían dado.

-En ese tipo de situación yo también querría un amigo

El otro le observo por unos segundos.

-Sí, estoy seguro de que así es.

El príncipe al ver que el otro estaba dispuesto a irse, pensó con rapidez que sin duda se merecía una moneda, por lo que busco rápidamente entre sus cosas, lamentablemente no tenía monedas a la mano, probablemente estaban escondidas entre el equipaje que había llevado. Por lo que se sintió mal por no poder darle nada.

El otro pareció notar su conflicto por lo que se acercó a él y tomo sus manos.

-No se preocupe, siempre puede volver la siguiente semana – le guiño el ojo – aparte, parece demasiado cansado, debería irse a casa.

El príncipe no dijo nada al ver de cerca al otro. Era joven, demasiado a su parecer, y por alguna razón que no sabía, se sintió increíblemente nervioso cuando vio sus ojos que parecían ser oro derretido. No reacciono hasta que sintió que soltaba sus manos, sintió algo en ellas, por lo que bajo la vista y encontró una manzana.

-¡Sabe deliciosa, y le hará bien comer algo dulce después de un largo viaje! – le dio la espalda y se comenzó a alejar. – Por cierto – llamo su atención – Mi nombre es Alibaba.

Aladdin no supo cuánto tiempo se quedó parado en ese lugar hasta que dejo de visualizar la espalda del otro, no podía creer que se hubiese quedado callado sin poder decir nada. Volvió a observar la manzana en sus manos y le dio una mordida.

Dulce

Incluso si al principio se dijo que no era para tanto, se sorprendió de encontrarse un poco emocionado una semana después, al dirigirse al lugar en donde había visto al chico.

Rápidamente comprendió que el chico era una especie de cuentacuentos, sus historias eran increíbles y mágicas, no solo les gustaban a los niños, sino también a los mayores. Al principio iba nada más para escuchar las historias, sin embargo después de tres semanas seguidas de escucharlo, pensó que era buen momento en acercarse al chico.

-Me sorprendí un poco de que el príncipe de Alma Toran viniera todas las semanas sin falta – fue lo primero que le había dicho Alibaba cuando por fin decidió acercarse.

-¿Sabes que soy el príncipe?

El otro rodo los ojos

-¿Quién no lo sabe?

No pudo evitar reírse, ese chico era bastante particular.

-Quería agradecerte por la manzana del otro día

-Nah, no te preocupes, tu parecías necesitarla más que yo.

-Incluso si ya sabes quién soy, me gustaría presentarme adecuadamente, mi nombre es Aladdin.

El chico estrecho su mano y le sonrió ampliamente.

-Siempre es bienvenido Príncipe Aladdin.

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Tenía entendido que Alibaba era en realidad un viajero, o al menos eso le dijo poco tiempo después de que se habían conocido hace 5 meses, sin embargo había dicho que necesitaba algún lugar al cual pudiese regresar. Sin embargo, durante esos cinco meses jamás había visto que saliera, o al menos no cuando él estaba en el reino.

A veces se preguntaba si las historias que contaba a la gente para ganar unas monedas eran en realidad cosas que había visto, ya que, a veces era incluso capaz de describir el paisaje o los encuentros como si él los hubiera visto.

Pero era ilógico, porque el también había viajado bastante y nunca había oído o visto nada parecido a esas historias.

-Aladdin

Talvez en realidad era una persona bastante creativa, porque algo le decía que los mapas que había visto en la mesa, eran los reinos que a veces describía.

-Aladdin

De ser así, entonces el chico era alguien brillante.

-¡Aladdin!

El grito lo saco de sus pensamientos y observo a su madre, quien lo observaba un poco molesta.

-¿Qué pasa madre? – ahora recordaba, se encontraban en medio de una reunión con sus tíos y los reyes.

La reina lo miro con desaprobación y carraspeo un poco

-Bueno, por si no escuchaste hijo, preguntábamos acerca de que te parecía una celebración por tu 17vo cumpleaños.

A él no le importaría que no le celebraran como siempre acostumbraban, lamentablemente, incluso el reino y las otras tribus parecían entusiasmadas cada vez que se acercaba su cumpleaños.

Apreciaba el gesto, pero a veces le parecía un poco excesivo.

-Por mí, no hay problema – sabía que no tenía caso llevarles la contraria a sus tíos (porque estaba seguro que fueron ellos quienes sacaron el tema), en otras ocasiones lo intento y eso solo parecía ser incentivo para que exageraran más.

-¡Bien! – Celebro su tío Wahid – tiene que ser la mejor celebración de todos los tiempos.

-Lo será – hablo Seta – así como lo han sido las 16 fiestas previas.

Todos rieron, incluso aunque Solomon y Sheba no querían al principio, sus amigos estaban seriamente empeñados en que cada cumpleaños del príncipe tenía que ser recordado. No solo como el nacimiento del mismo, si no también como celebración de los años que llevaban viviendo esa libertad de la que David les había aislado.

-Tendremos que comenzar a invitar a los líderes de las tribus, de hecho creo que sería bueno que fueras tu príncipe Aladdin.

El mencionado no ocultó su sorpresa ante las palabras de su tía Arba.

-¿Por qué?

-Porque si planean hacer esta celebración como lo imagino, nadie tendrá tiempo para ir a invitarlos – hablo su padre – y tú madre y yo también nos tenemos que encargar de unos asuntos que han estado aquejando al reino, por lo que no podemos ir.

Esas palabras despertaron el interés del príncipe, ¿algo estaba aquejando al reino? Esperaba que no fuera nada malo, aunque si su padre decía que él y su madre podían arreglarlo, entonces talvez no era algo tan complicado.

-Está bien, aunque creo que podríamos simplemente mandarle unas invitaciones.

-Sabes que hay ciertos líderes que prefieren las invitaciones personales – dijo su madre con pesadez – al menos con ellos trata de ir personalmente.

El príncipe asintió y se quedó pensativo, los líderes que generalmente siempre eran invitados personalmente por sus padres eran: Focalor, Leraje, Belial y Astaroth. No sería difícil ir a cada tribu por medio de su magia.

-¡Aladdin, si quieres puedo acompañarte!

Su hermano Tess fue quien hizo tal ofrecimiento, de hecho ya lo esperaba.

-¡Tess, no seas desconsiderado! – la voz de su tía Falan lo interrumpió antes de poder contestar - ¿¡Qué tal si Aladdin quiere aprovechar esta oportunidad para poder viajar con su novia?!

Esperen ¿Qué?

-¿De qué novia hablas tía Falan?

-Vamos Aladdin no seas tímido – hablo Ithnan – pues la novia que vas a ver cada que regresas de algún viaje, desde hace unos meses te escabulles después de pasar algún tiempo fuera de casa y cuando eso pasa te desapareces todo el día.

¡¿Qué?!

-Es-¡Esperen! ¿Novia? ¡¿De qué hablan?!

-Aladdin – esta vez fue Seta quien hablo – ¿no me digas que aún no se lo has pedido?

¡¿Pedir que?!

-¡Perdón Aladdin, no quise ser desconsiderado! – Lo tomo por los hombros su hermano -¡Utiliza esta oportunidad para pedirle que sea tu novia!, solo imagínate esto: los dos solos, viajando, conociendo nuevas tierras que de seguro ella no conoce, y en una muy hermosa noche estrellada ¡Declárate!

¡Dios, no podía ser posible!

-Escuchen – trato de hablar pacientemente – creo que están malinterpretando algo.

-¡Así es! – Exclamo su madre - ¡No permitiré que dos jovencitos se queden SOLOS durante tanto tiempo!

-¿Pero que no la reina tenía la edad de Aladdin cuando comenzó a salir con Solomon? – dijo pícaramente Falan

El rostro de la reina se coloreo por completo de rojo

-¡No estamos hablando sobre mí!

Mientras su madre trataba de defenderse de los comentarios de sus tíos, Aladdin pensó que lo mejor era emprender la huida. Sus tíos se ponían pesados cuando querían, y si ahora tenían la idea de que tenía una novia, nadie se las iba a quitar.

Sin embargo le sorprendía el darse cuenta que en realidad todos habían notado que se escabullía del palacio cada que regresaba de un viaje, al menos no sabían a quién iba a ver, quería que por el momento sus encuentros siguieran siendo un ámbito privado.

Pero se detuvo un poco al pensar en lo que le había dicho Tess, no es que le molestara ir solo en sus viajes, pero se preguntó si a Alibaba le gustaría acompañarlo, estaba seguro de que podría mostrarle fantásticos lugares.

Se emocionó un poco al imaginarlo, sin embargo no sabía si se vería atrevido de hacerle la invitación a Alibaba, estaba seguro de que eran amigos y que a Alibaba le gustaba viajar, pero no sabía si le gustaba hacerlo en compañía de alguien.

En ese momento se dio cuenta que su padre no había dejado de verlo con una mirada burlona

-¿Qué? –interrogo

-Deja de pensar en que te pueda rechazar, simplemente invita a esa persona a ir contigo y ya.

El príncipe se avergonzó

-¡Ah! Aladdin estaba pensando en su novia.

Ahora el grito de Tess volvió a dirigir la atención de todos hacia él.

-¡Ya les dije que las cosas no son así!

Diciendo esto se marchó rápidamente del lugar, sin embargo, alcanzo a oír las risas de todos sus tíos.

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Mentiría si dijera que no le había puesto nervioso invitar a Alibaba.

-¿Estás seguro de que está bien que sea yo quien te acompañe? – cuestiono el rubio cuando se encontraron a las afueras del reino.

-¡Claro que sí!, todos están ocupados y mi hermano dijo que no quería venir.

Silencio

-¡Pero eso no quiere decir que tu hayas sido mi última opción! – Aclaro nervioso- ¡De hecho pensé que sería buena idea que tu fueras conmigo porque tal parece que te gusta viajar.

Vio como el rubio observo el reino y después observo hacia el horizonte, sus ojos reflejaron por un instante un poco de nerviosismo, cosa que no pasó desapercibida para Aladdin.

-¿Estas bien Alibaba-kun?

El otro soltó un gran suspiro y luego le sonrió.

-No te preocupes, espero que nos encontremos con una gran aventura.

Esas palabras emocionaron al príncipe, sin duda el también lo esperaba.

El camino hacia su primer destino ocurrió con relativa tranquilidad, ya que utilizo su magia para poder llegar hasta el lugar, cosa que no les llevo más de medio día. Sin embargo, las cosas se complicaron cuando llegaron a  la tribu de Focalor, ya que al parecer, después de su última reunión, sus tíos se habían encargado de esparcir rumores respecto a su supuesta “novia” y que esta lo acompañaría. Pero obviamente no lo supo si no después de esa primera visita.

Al principio pensó que era un poco extraño que los sirvientes de su tío Focalor lo miraran de forma extraña a él y Alibaba cuando llegaron, eran tan obvios que al rubio comenzó a incomodarle.

-Oye Aladdin – le hablo en susurros - ¿acaso hice algo malo? Todos me miran y cuchichean cuando pasamos.

El príncipe también lo había notado, pero supuso que era porque iba acompañado de alguien nuevo.

-No te preocupes, a lo mejor es solo porque resaltas.

-¿Cómo que resalto?

-Sí, bueno, tus ojos, tu cabello, ese cuerno – señalo.

-¿Qué tienes con mi cabello? – dijo un poco molesto.

-no, no es nada, es solo que nunca había visto a alguien así. – trato de calmarlo.

-¿Qué significa eso? ¿Qué soy raro?

-¡No, Alibaba! – Ese chico era bastante voluble – pero en tal caso – trato de mantener una mirada seria. – No te impresiones mucho cuando veas al líder Focalor.

-¿Por qué? Tiene algo extraño.

Aladdin rápidamente le tapó la boca y corroboro que nadie lo hubiese escuchado.

-Shhh, no digas eso o cualquier mujer que te oiga te matara.

-¿eh? No entiendo Aladdin.

-Mira, es precisamente las mujeres lo que te puede impresionar.

El rubio parecía no entenderle, por lo que el príncipe se dispuso a explicarle, sin embargo, cuando se dio cuenta, ya estaban frente al salón principal en donde los recibiría su tío Focalor. Las puertas se abrieron de inmediato, por lo que pudieron ver al enorme ser que se encontraba sentado y observaba con una sonrisa en su dirección.

-Príncipe Aladdin, es un honor que nos visites y más, el ver que traes compañía

-Yo soy quien me siento honrado de visitarlo, él es Alibaba es… ¿uh?

Noto de inmediato el rostro impresionado de Alibaba y algo le decía que no era porque Focalor era casi del tamaño del salón, no señor, lo que le había impresionado era la cantidad de mujeres desnudas que se pegaban al cuerpo del líder y no escondían su felicidad por estar a su lado. Admitía que a el también le había impresionado la primera vez que lo visito, pero se acostumbró con rapidez, sin embargo noto que el rostro de Alibaba se pintó de un rojo intenso y sin pronunciar palabra cayó al suelo.

-¡Alibaba-kun!

Los sirvientes de Focalor se movieron rápidamente para auxiliar a su amigo quien no parecía que volvería pronto en sí. Cosa que le pareció curiosa a Focalor.

-¿Qué pasa príncipe Aladdin?

-jeje, supongo que le impresiono un poco ver a tantas chicas desnudas.

-mmm, ¿Qué acaso no se han acostado todavía?

La pregunta sobresalto inmediatamente a Aladdin.

-¿¡Que?! ¿Por qué preguntas eso?

-Bueno, si es tu pareja, lo normal es que consuman su…

-¡BASTA! – Ya entendía, probablemente todo era cosa de sus tíos – no sé de donde hayan surgido los rumores, pero puedo asegurarle que esta persona es solo un buen amigo.

-Oh – ahora Focalor lo miro con pesar – lamento mucho eso, puede que incluso ya hayas perdido cualquier oportunidad ahora que me ha conocido.

Si algo admiraba Aladdin, era la confianza que tenía su tío Focalor acerca de su buen aspecto, sin duda el hombre creía que cualquiera que lo conociera se enamoraría de él.

Cuando por fin pudo hablar correctamente con su tío, e invitarlo a su cumpleaños, se dirigió al lugar en donde habían llevado a Alibaba para que descansara. Al entrar noto que ya estaba despierto, pero se veía un poco molesto.

-¿pasa algo Alibaba-kun?

El nombrado volteo a verlo.

-¿Qué si pasa algo? – Hablo calmadamente - ¡Me presentas a ese perfecto ejemplar de hombre y me preguntas ¿si me pasa algo?! ¡No puedo creer que el este rodeado de tantas mujeres y yo ni siquiera he dado mi primer beso!

Ahora el chico se tiro a la cama a llorar dramáticamente.

-Aladdin – llamo – si todos a quienes visitaremos serán igual, vas a destrozar mi hombría.

El príncipe no pudo evitar reír a carcajadas ante el drama de su amigo. El otro lo vio aun con los ojos acuosos y enojados.

-¡No te rías! ¡A ti no te afecta porque eres de buen ver! ¡Pero una persona promedio no se siente contenta de que les presenten personas apuestas!

Ahora el príncipe paro de reír, ¿acaso Alibaba-kun había dicho que era atractivo? Por alguna razón eso provoco un ligero calorcito en él. Carraspeo un poco.

-No te preocupes, Tío Focalor es el único que tiene a las mujeres a sus pies.

-Ja, no sé qué creas, pero eso no me hace sentir mejor- el chico se levantó de su cama y se sentó – Y yo que pensé que Sinbad era alguien único- suspiro con resignación.

-¿Sinbad?

Su amigo lo volteo a ver y dijo aun fastidiado

-Un rey

“Oh”, pensó Aladdin, probablemente se tratara de otra de las historias que contaba Alibaba

-Ese tipo de caía de perfecto, era guapo, inteligente, sabio, con un gran carisma y era alguien realmente confiable- podía notarse en el tono de voz del rubio la molestia que le provocaban todas las cualidades de quien hablaba. A Aladdin le dio risa, era como si de verdad hubiera conocido a alguien así.

-Fue un aventurero que recorrió casi todo el mundo en busca de aliados que lo ayudaran a construir su propio país, también obtuvo mucho poder, ¿¡y sabes que es lo peor?!

-¿Qué?

-¡Que su primer gran logro lo obtuvo a los 14 años! ¡Cuando logro conquistar su primer calabozo!

Nuevamente se echó a llorar a la cama, solo que esta vez de forma dramática, mientras apretaba fuertemente las sabanas con sus manos y trataba de ahogar su voz.

De alguna manera al príncipe le recordó a cuando su madre hacia un berrinche.

“Calabozo” ahora que recordaba, Alibaba solía nombrarlos en sus historias, parecía que quien lograra atravesar uno exitosamente después de ser aprobado por el guardián de los mismos, se podía obtener un increíble poder. Ese tipo de cosas le gustaban de las historias de Alibaba, pero según las historias que contaba, atravesarlos no era algo que cualquiera pudiera hacer, ya que muchos morían o se quedaban vagando en ellos para siempre.

Por lo que sí, que un niño de 14 años pudiera conquistar uno, era sin duda digno de admirar.

Pero a Aladdin se le hacía un poco exagerado compararse con un personaje ficticio.

-Ya, ya, Alibaba-kun, debes de tener hambre, vayamos con el tío Focalor para comer – trato de animarlo.

-¡¿Y tú crees que yo quiero sentarme a lado del señor “Soy tan perfecto que las mujeres vienen a mi apenas escuchan mi nombre”?!

Y a pesar de haber dicho eso, ahora ambos se encontraban sentados con Focalor quien miraba con una sonrisa curiosa a Alibaba quien no paraba de comer mientras refunfuñaba cosas inentendibles.

Al príncipe sin duda le recordaba a su madre haciendo berrinche.

-Principe – le hablo Focalor

-¿Si?

-Creo que elegiste sabiamente, tu pareja es muy linda, aunque parece muy temperamental.

Aladdin se avergonzó de que su tío Focalor dijera eso, después de todo no le había dicho a Alibaba acerca de lo que creían sus tíos; volteo rápidamente hacia el rubio pero noto que estaba demasiado ocupado tratando de ahogar sus penas en la comida.

Suspiro, ya le había dicho a Focalor que las cosas no eran como pensaba, pero este pareció no creerle en lo absoluto, por lo que esperaba que ese extraño rumor no se saliera de control.

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Notas finales:

¿Ya leyeron el final de MAGI?


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