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Cor speculum. (Corazón de cristal.) por Cam Rams

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Notas del fanfic:

hola n.n

esta historia salio mientras esperaba Lilium leyera el cap y en los pedasos de papel que sacaba en el trabajo antes de ayer y ayer XD que me vencio el sueño y me dormi con el nothebook en la cabecera de mi cama... 

espero les guste n.n

De camino al aeropuerto no puedo dejar de pensar. Me espera un viaje de más de tres horas para luego tener un viaje de una hora y un poco más en taxi para llegar a mi destino.


He heredado la fortuna de mi abuelo. La fortuna consta con: una cuantiosa cantidad de dinero. Si la sumo con la herencia que tengo de mis padres, viviré tranquilo. La mansión con sus sirvientes incluidos y todas sus obras de arte. El derecho de autor ha pasado a mí.


En sí, me convertí en millonario. Tengo mi profesión claro esta y trabajo, recibo un sueldo y mi vida era tranquila… no me puedo quejar… mi trabajo era diseño empresarial, en resumen hacia dibujos de productos y los presentaba como nuevo proyecto para la empresa, pero mi sueño ahora lo puedo lograr, estudiar arte… y ejercer sin preocuparme por el dinero. Con 25 años no creo que sea tarde. Y lo único que tengo que hacer es, según las cláusulas para poder disponer del dinero, es soportar a mi tío que vive en la mansión.


¿si me pareció extraño que no le dejara a él la herencia? A quien no, pero los ricos son excéntricos y los artistas más y si combinas ambas, tienes a mi abuelo. Y claro, tengo que vivir en la mansión, la verdad, no lo conozco solo sé que es menor que yo. No sé cómo se las arreglo el viejo para poder engendrar o tal vez adopto a escondidas a un niño con facciones similares a las de nuestra familia.    


Cuando bajo del avión, creo que he errado por completo en mi atuendo, la camiseta de cuello ancho gris oscuro, un blazer de manga tres cuarto en tono negro, los pantalones de mezclilla en azul cobalto oscuro y zapatos semi deportivos negros. Con la neblina que me estaba recibiendo en este lugar, creo que me he equivocado… supongo que comprare una bufanda para aplacar un poco el frio de esta mañana. En un mostrados veo una del color de la camiseta que llevo puesta… y la compro sin siquiera preocuparme de quien me atiende. Unos ojos deseosos me miran, le sonrió y se muerde el labio en expectativa… una chica voluptuosa y atractiva, diría en sus 19 años que juega con su cabello caramelo dejándolo que deje entre ver su cuello, pero yo solo tengo una fijación con los ojos de las personas, ellos hablan mucho más que la boca. Y veo a quien me está atendiendo y ha regresado con el cambio del billete con el que pague, este mira con enfado a la mujer, su mujer supongo. Me pongo la bufanda y salgo dejando a la pareja discutir mientras retiro mi cabello platinado de entre la bufanda y quito los lentes de sol dejando ver mis ojos dorados.


Toda nuestra familia tiene los mismos rasgos. Se supone que nuestra familia viene de una especie de brujos antiguos que vendieron sus almas a un demonio, no recuerdo el nombre, pero que gracias a eso en las épocas antiguas fuimos reconocidos y temidos, pues podíamos capturar el alma de alguien y traerlo de nuevo a la vida. Vamos, estamos en el siglo 21 eso no son más que estupideces. Yo ni siquiera pude saber cómo estaría el tiempo en este lugar. Aunque ciertamente mis padres creían en eso y muchas veces me pidieron que jamás volviera a la casa de mi abuelo, solo estuve ahí una vez cuando tenía 4 años, una vez. Mis padres murieron en un accidente cuando yo ya era un joven adulto de 18 años, por lo que no necesite que nadie me cuidara. Bueno, Jaken se encargaba de las labores de la casa, sin embargo ese viejo está jubilado.


Al salir del aeropuerto me di cuenta de que no transitaba ni un solo vehículo, ni un taxi se encontraba aparcado. Comencé a caminar, quedarme quieto no me serviría de nada, adentrándome más a ese pequeño pueblo de casa viejas, que veía a través de la niebla… tenía que encontrar a alguien que me dijera dónde podía encontrar un taxi. Llevaba más de 20 minutos caminando sin ver a nadie… suspire, llevando atravesado un bolso, más jalando en cada mano una maleta, me estaba comenzando a cansar. 


La niebla era densa y no me dejaba ver más allá de 2 a3, metros. Mire la hora en mi reloj y solo eran las 7:30… supongo que están durmiendo aun… es un pueblo pequeño, no muy industrializado, diría que se está quedando un poco en el pasado, pero al menos hay cobertura. Reviso mi celular para cerciorarme, y si, poca, pero hay…


Miro desanimado el camino en nieblas y una silueta que parece correr desde la derecha se detiene frente a mí a unos 4 metros, me detengo, no sé si me observa o me da la espalda, tal vez usa una gabardina de cuello alto… pues no distingo demasiado. Pasando la impresión doy un paso diciendo.


 –Disculpa, me podrías decir…  –sin poder terminar comenzó a correr  –¡hey, espera!


Pero no paro, y realmente por un momento desee seguirlo, si no hubiera sido que la razón volvió a mí habría dejado tirado mis maletas… aunque al seguir caminando desee haberlo seguido no se ve ni un alma por ningún lado… siendo ya las 8 de la mañana esto se hace extraño. Me siento en una banca frente a lo que parece un pequeño restaurant familiar. No he desayunado, mis piernas se sienten un poco pesada, dado el cambio de altitud y que la calle recorrida es en subida, mi condición física no es mala, pero antes de venir he terminado un nuevo proyecto y los días sin dormir pasan la cuenta… bueno he pedido mi renuncia.


El sol cada vez va ascendiendo más y la neblina comienza a disiparse poco a poco. 8:20 y las personas parecen comenzar a salir poco a poco de sus casas… aun queda algo de neblina, pero es delgada. Las casas son pintorescas a pesar de que mi primera impresión fue que estaban destartaladas. Una licorería que parece ser también bar unos negocios de conveniencia entre las casas…es un lugar bastante austero, puede que me acostumbre a esta tranquilidad. Poco a poco comienza a tomar vida.


 –¡¡AAAAAAAAAAAAAAaaaa…!!


¿Qué demonios? El grito que corto mis pensamientos erizo toda mi piel al tomarme desprevenido, pronto vi a la dueña de los gritos, una muchacha de unos 15 a 16 años. Corría cruzando la calle gritando en pánico ¿Qué ocurría?


Una mujer ya mayor salió del restaurant familiar y se acercó a ella que cayó de rodillas abrazándose de ella, parece temblar mientras llora…


 –… señora Kaede… mi hermana… mi hermana…  –repetía sin explicar nada, pero algo malo debe de haber pasado para que esta niña este así.


 –Rin ¿Qué ocurre? ¿Qué le paso a Kagome?  –la chica no hablaba solo se aferraba a la mujer que agachada trataba de que le dijera que pasaba… barios curiosos se acercaron, dos hombres entraron y entonces sacaron algo envuelto en una sábana. La mujer abrazo a la muchacha acariciando su cabeza.


 –otra víctima más… 


 –desde que Taisho murió estas solo han incrementado…


 –es todo culpa de Taisho…


Escuche a mis espaldas ¿victimas? ¿Culpa de mi abuelo?  Esto era un poco molesto, aun si no sabía que era lo que realmente pasaba y no podía decir que conociera demasiado a mi abuelo, que de vez en cuando iba a la casa de mis padres y le decía a mi padre debía heredar su legado, pero dudo mi padre estuviese interesado en el arte, así que solo se negaba una y otra vez. Aun así, era un hombre de respeto.


 –disculpe  –me atreví a hablarle a la mujer que aun tenía entre sus brazos a la niña de cabellera castaña oscura tomada un poco en el costado derecho…


Al verme vi en su rostro la sorpresa y todos los demás dieron un paso atrás… ¿y ahora que pasa?


Los que traían a la “víctima” al verme la soltaron cayendo al suelo destapándose, una anciana que parecía más bien una momia con sus cabellos tan blancos como el papel. La chica presiono su cara en el pecho de la anciana y todos contuvieron el aliento por un momento… yo incluido…


 – era tan joven  –dijo uno de los hombres.


¿Joven? La momia de Tutankamón se ve igual a ella… sin poderlo evitar me acerque para verla mejor y los hombres  retrocedieron a cada paso que di.


 –me pueden explicar ¿Qué tiene que ver mi abuelo aquí?


Múltiples murmullos escuche desde los ciudadanos de este pequeño pueblo, que en sus miradas solo vi odio y temor dirigidas hacia mí.


 – tú… tú eres un Taisho…  –tartamudeo uno de los hombres.


 –así es, mi nombre es Sesshoumaru Taisho y desde hoy viviré en la mansión de mi abuelo.


 –es uno de los malditos  –dijo uno de ellos y todos comenzaron a escupir como muestra de su desagrado por mi llegada.


Deje salir un suspiro si lo pienso un poco mis padre siempre decían que esta familia estaba maldita… bueno en la ciudad, donde nadie presta atención a otros no me percataba y, digámoslo ¿Quién en esta época cree en esas historias tan fantasiosas? Pero en este lugar al ser pequeño y alejado de las grandes ciudades solo tienen estas cosas para hacer sus vidas más interesantes, ahora entiendo porque mi padre odiaba este lugar. No me queda de otra ya que necesito el dinero para poder estudiar en la universidad de arte.


 –necesito un taxi para ir a la mansión…


Nadie se dignó a decir nada… solo hubo una excepción.


 –Kohaku  –dijo la mujer que abrazaba a la muchacha y de entre las personas salió un joven de cabello negro –llévalo… después de todo si eres nieto de Taisho eres dueño de estas tierras…


La noticia me congelo por un momento ¿dueño de estas tierras? El testamento que leí no decía nada sobre eso… debe ser un error…


En el auto que era conducido por Kohaku aun estaba procesando lo que había pasado.


 – ¿Por qué en este pueblo odian a mi abuelo?


 –fue su culpa que los asesinatos comenzaran  –los ojos molestos del joven se reflejaron en el retrovisor, misma molestia que siento yo… mi abuelo era excéntrico no lo discuto, pero asesino… no… era capaz de sacarse los zapatos y de dárselos a un desafortunado, el dolor que siempre mostraba en su mirada  cuando mi padre lo rechazaba era real, pues si se daba cuenta de que lo miraban sonreía cambiando de expresión… a nadie dejaba ver su dolor  –por su culpa murió mi hermana…


 –¿Qué pruebas tienes? Mi abuelo jamás se mancharía las manos con sangre… él…


 –él enfado al demonio y condeno a todo este pueblo…


 –… que enfado a un demonio… eso no son más que sandeces ¿Qué tan atrasado esta este pueblo?


 –son los ciegos de las ciudades los que están atrasados, señor.


¿Qué? Mi sangre hierve al escuchar sus palabras y sin dudas le hubiera pateado la cara si no hubiera visto en sus ojos el vació de la desesperanza. Este niño no le metía a morir por eso era capaz de decir cosas que le podrían llevar a más de un problema. Que desagradable… me acomode en el asiento trasero y mire por la ventana tratando de calmarme. Después de todo tendré que soportar esto por unos años.


Las grandes puertas enrejadas con el escudo de la familia que daba un toque tétrico pues la T de los Taisho estaba formada con las tres cabezas de Cerberos el perro guardián de las puertas del infierno. Se abrieron dejándose escuchar un rechinar molesto. La entrada adornada con plazuelas en los costados del camino… creo que Versalles tendría envidia de esto… las flores de estación estaban hermosamente cuidadas a pesar del mal tiempo de  este lugar, las estatuas dignas y hermosas… a unos 200, metros de la entrada ya se veía la mansión que aun mantenía los toques victorianos. Rodeamos una pileta que en medio tenía a un ángel que miraba al suelo y desde sus muñecas salía el agua como si fuese sangre emanando de cortes y al ver debajo de él… estatuas de niños parecían jugar, pero solo uno tenía la vista en el ángel y era bañado por el agua. Mentiría si dijese que no me remeció un poco esa imagen, pues el agua por un momento la vi roja, el niño siendo bañado por la sangre de este ¿ángel?


Baje sin poder quitar los ojos de aquella pileta.


 –llámeme cuando lo desee… era el chofer de su abuelo, señor Sesshoumaru.


 –creí que odiabas a mi abuelo…


 –lo odio, pero no puedo morir hasta verlos a ustedes morir primero, con su permiso…


Y subió a su auto.


Pero ¿Qué demonios con este crió? Realmente este pueblo es… respiro profundamente, debo calmarme. Vuelvo a centrarme en la pileta y sentado en la orilla veo a alguien. El cabello plata esta amarrado en una cola baja, una deportiva de tirante que dejan ver la trabajada espalda más pequeña que la mía pero de buena constitución, unos pantalones de mezclilla bastante desgastados al igual que las zapatillas sin calcetines… parece sacar algo del agua. No obstante ¿no tiene frió? Si ha salido el sol, pero el viento esta helado.


 –tanto te gusta lo que ves que te has quedado parado.


 –¿Qué? ¿de qué hablas?


 –OH, sabes hablar…  –dijo sonriendo y volteando a mí al pararse dejándome ver sus ojos ámbar, hermosos fue lo primero que paso por mi cabeza.


Es mi idea o sus ojos brillaron por un momento… este debe ser…


 –Inu Yasha ¿no?


 –sí…


¿Qué le pasa a este sujeto? Pienso al ver el silenció repentino, no soy de mucho hablar, pero este sujeto parecía que comenzaría una lucha de palabras en cualquier momento y ahora solo calla.


 –te mostrare tu habitación, sígueme  –comenzó a entrar a la mansión.


El recibidor era amplio y unas escaleras flanqueaban las esquinas a unos diez metro dando al segundo piso.


 –la mansión en la primera planta tiene: dos salones, la cocina, dos comedores, una biblioteca y una habitación que es la mía… la planta alta están las habitaciones, la sala de música, el estudio, un almacén del taller conjunto a este, puedes utilizarlo  –comenzamos a subir la escalera y yendo a la izquierda  –esta es tu habitación  –abrió una puerta…


Los ventanales a mi espalda dejaban entrar la luz del sol al corredor, la puerta de la habitación abierta por quien es mi tío. Es menor que yo, pero en sus ojos veo el brillo de quien conoce más de la vida, un recelo oculto y aun así la fuerza de quien lucha por una esperanza… tantos matices que diría… sería una maravillosa pieza de arte…


 –otra vez te me quedas mirando, no soy de ese tipo…  –me miro molesto.


¡Solo lo miraba con contemplación! ¡ me refiero como se miran las obras de arte! Jamás le vi de otra manera, faltaba más, no me gustan los hombres y si me gustaran no iría por mi propio tío, por el amor de dios…


 –te crees demasiado  –le respondí molesto… y un suave rosa se poso en sus mejillas…


 –je… el desayuno es a las 8, pero por esta vez lo serviré ahora… el almuerzo a las 2:30 a las 6 una ligera merienda y la cena a las 9 de la noche…  –me informo –OH, si desea contemplar obras de arte para dejar de mirarme entre a su habitación  –sonrió al pasar por mi lado.


¡¿Pero qué demonios le pasa?! Tengo que aguantar a este imbécil para estar aquí y hacer uso del dinero, pero si cree que voy a dejar que… mis pensamientos todos y cada uno de ellos se disiparon… en la muralla a la izquierda de la puerta se encontraba un cuadro. Desde la misma oscuridad un ser parecía emerger con sus ojos vendados y sus manos que aparecen desde la misma oscuridad, sangrantes y en su pecho sostenían algo que parecía no quería o no podía soltar… las facciones hermosas solo me hacían pensar en alguien joven… pero esta pintura en matices de grises cuyo único color es el bermellón de lo que corre por sus manos… si tuviera que decir lo que siento al verla… soledad, tristeza… desesperación… y aun así no puedo dejar de mirarla… busque la firma de mi abuelo, pero no estaba… un cuadro sin firmar solo encontré unas palabras en latín: oculi et cor sunt, crystallinam dolo. Lo que sería en español si no estoy mal… “Los ojos y corazón son cristales de engaños” … las letras blancas y finas en un costado se la pintura parece que fuera un recordatorio… mire el resto de la habitación para sacar de mi sistema la resonancia de aquella pintura en mi interior… de alguna manera los ojos de Inu Yasha se verían hermosos en esa pintura…


Una cama de dos plaza centrada a la derecha y frente al cuadro donde debajo de él hay una cómoda de madera barnizada, frente a la puerta unos ventanales que dan al balcón, al lado del cuadro un closet, un velador franquean cada lado de la cama con una lámpara de noche… otros cuadros de hermosos paisajes se ven distribuidos y una puerta justo al lado del ventanal a la derecha… entro y veo tengo mi propio baño… una ducha, tina… el retrete, lava manos… todo de cerámica blanca excepto el espejo de una de sus paredes y el techo… que parece un cielo estrellado…


Me ducho, cambio de ropa y bajo, tengo hambre y deseo desayunar… lo que me recuerda, no he visto a nadie en todo este rato y recuerdo que Inu Yasha dijo “serviré”… es imposible… ¿verdad?… que él se encargue de todo esto… él solo… no lo veo y salgo a buscarlo. No me dijo dónde estaba la cocina… salí y rodee la mansión al no verlo y lo encontré, pero no pude llamarlo… la parte de atrás de la mansión se ve más extensa que la entrada… hay más flores, árboles y arbustos… está haciendo jardinería y parece que las aves no se molestan con su presencia mientras el sonríe… no puedo negar que es atractivo, como modelo para una pintura, claro está… pero creo que ha comenzado a hacer calor, no debí ponerme el jersey azul…


 –seguirás diciendo que no me estas observando.


El brinco que dio mi pecho al momento que hablo me sorprendió hasta a mí, no era como si lo estuviera espiando a escondidas, solo no le hable porque estaba ocupado… solo eso…


 –vine porque no sé dónde está la cocina y deseo desayunar…


 – es al comedor donde tienes que ir…  –repuso él sacando los pétalos y hojas de las flores que saco y tirándolas en la tierra botando solo las ramas…


 –también… no crees que me debe presentar al personal de la casa.


 –todo el personal ya te conoce…


Levante una ceja al no entender, no he conocido a nadie… más que a Kohaku, el chofer que desea ver a esta familia muerta y mi tío… que extraño se siente decirle así cuando es menor que yo… y un fastidio hecho persona…


 –no recuerdo haber visto a nadie…


 –jamás creí que fuera invisible y para colmo tú entonces estás hablando solo…


Irritante, realmente lo es… se dirigió a la mansión y lo comencé a seguir…


 –puedes dejar esa maldita actitud… estoy haciendo un gran esfuerzo para no olvidarme que aun si eres menor que yo eres mi tío…


 – olvídalo si lo deseas, no lo soy…  –dijo serio.


 –lo eres, así te presento mi abuelo…


 –sobre eso lo hablaremos en la cena si no te importa… por ahora pasa  –abrió una puerta donde se vio una larga mesa, por lo menos para unos 20 invitados.


La cabecera estaba servida con un desayuno un tanto ligero con ensaladas, un café… tostadas y huevos.


 –¿tú lo hiciste?


 –¿Quién más? Al terminar deja los platos ahí, ya los recogeré después –dijo corto saliendo del comedor.


Es incomodo tanto espacio. Unos cuantos muebles decoran la habitación de caoba donde los ventanales dejan ver el jardín trasero y soy capaz de verlo regar. Solo admitiré que tiene una bonita sonrisa….


Realmente él hace todo… no lo creo, es imposible para una sola persona.


Cuando termino no puedo más que dejarlos ahí, aun no sé dónde está la cocina. Subo a mi habitación y me encuentro con que no están mis maletas… voy a la cómoda y al abrir, mis ropas están guardadas, mi laptop, cuadernos y demás encima de esta… en el closet mis abrigos y pantalones… y otras cosa… ¿lo hizo mientras desayunaba?… baje molesto de que se haya dado atributos que no debe… tocar mis cosas…


Al bajar lo veo… parece subir pero al percatarse de que yo estoy bajando se detiene.


 –las maletas las deje en el almacén…


 –¿Quién te dio derecho a tocar mis cosas?


 –soy quien mantiene en orden esta mansión es parte de mi obligación…  –parece confundido  –dame una orden y la cumpliré… eres el amo de la casa, así que mi amo también…


 –¿de qué estás hablando?


 –quería que descansaras hoy… y no te acercaras a mí al menos hoy… bueno da igual…


 –¿de qué demonios hablas?


 –sígueme te contare…  –dijo desanimado y fuimos al estudio, me señalo el lugar detrás del escritorio, seguro el antiguo lugar de mi abuelo. Me senté y él del otro lado siendo golpeado por la luz que entra desde los ventanales en mi espalda, comienza a hablar –tu labor es ser el señor de estas tierras y tomar la responsabilidad de tu apellido… mantener cautivo al demonio que tus ancestros despertaron…


 –¿Qué tipo de estupideces son esas?


 –yo soy tu sirviente…


 –te estoy preguntando…


 –y te estoy respondiendo, no saco nada con decirte más si para ti solo son cuentos, solo ten presente que soy tu sirviente y que mi nombre está amarrado al tuyo, por lo que ordena y yo obedeceré…


 –tu voz no parece contenta de ello…


 –eso es lo de menos… tarde o temprano comenzaras a ordenarme como… deseaba al menos hoy ser un poco libre… salgo ahora…


¿Qué era todo esto? ¿Qué quería decir? Apoye la espalda en el respaldo de la silla. Estoy en un lugar de locos… bien, solo veamos lo racional, Inu Yasha se cree mi sirviente y no desea que lo vea como lo que es, mi tío… bien, lo de sirviente es molesto… solo dejare que haga lo que quiera y ya, creo es lo más… normal… lo del demonio y más… haré que no he escuchado nada… por más que suspire no va a cambiar el hecho de que estas personas están locas, pero “deseaba al menos hoy ser un poco libre” mi abuelo fue enterrado ayer y obviamente fue Inu Yasha quien se encargó de todo, sin embargo esas palabras… puede ser posible que mi abuelo lo haya tratado como un sirviente… ¿a su propio hijo?                


Deambule por la mansión tratando de encontrar la cocina, pero parecía no la iba a encontrar… subí y vi las habitaciones encontrando el taller. Entre y lo revise… solo había unos pocos cuadros sin terminar, una estatua también sin acabar que se parecía una mujer… bastante hermosa, sin embargo no estaba terminada.


Mire un lienzo en blanco, lo puse en un trípode y con un carboncillo mis manos comenzaron a trazar líneas, una tras otra y para mi fastidio la única imagen que venía a mí era la de mi tío… aquella mirada, sus facciones… pause mis líneas al sentirme observado, pero no vi a nadie… mire de regreso al lienzo y me levante, dejando el carboncillo “y decías que no me estabas mirando” de alguna manera podía escuchar la voz de Inu Yasha fastidiándome por haberlo dibujado. Lo saque del atril y lo deje volteado detrás de la estatua sin terminar y salí del taller quedándome con la horrible sensación de dejar un cuadro a medio camino, pero no voy a dejar que ese sujeto se haga ideas raras.


Para la hora del almuerzo y la cena, la comida estaba servida en el mismo comedor, no obstante en ninguna ocasión Inu Yasha me acompaño a comer. La biblioteca era extensa y con variados libros… solo dos tipos de libros se encontraba con un distintivo y ordenados en sus propios estantes: arte y ocultismo. En un pedestal un libro macizo estaba abierto, me acerque, pero al estar a unos pocos pasos me detuve, no puedo explicar el estremecimiento que me dio y unas palabras vinieron a mi cabeza: “Dedit primam familiaris filius. Ut lenire fame a cerberus. Et quod primogenitum. erit clavis est ad aperire ostium ad infernum.”


Todo de un momento a otro se volvió negro y caí sin remedio…


Al despertar ya era de mañana y me encontraba en mi cuarto. Quizás Inu Yasha me trajo a mi dormitorio… tendré que agradecerle, supongo. Me enderezo…


¿Qué había pasado? Esas palabras ¿Qué significaban? No es que sea un experto en lenguas, aunque creo era latín, pero ¿Qué quieren decir? Y ¿Por qué estoy escuchando voces? Creo que eso debería preocuparme más. Mis ojos son prisioneros de lo que ven, ese cuadro… tras unos minutos suspiro saliendo de la cama. Lo más seguro es que haya estado demasiado agotado y toda la habladuría de demonios y esta casa han hecho que tenga una alucinación.


Al bajar vi a Inu Yasha con unas flores que estaba poniendo en un florero de cerámica…


 –hey  –volteo solo para verme un momento y luego volver en lo que estaba. De alguna manera me fastidia  –oye…  –me calme, después de todo debo agradecerle  –sobre lo de anoche…


 –no te acerques a ese libro  –dijo seco.


 –¿Qué?…  –¿Qué demonios? Cálmate Sesshoumaru, viniste a agradecerle, pienso a mis adentros  –De todas maneras, por llevarme a mi habitación gracias Inu Yasha.


Volteo con sus ojos abiertos de par en par.


 –yo… solo hice lo que debía…


Parecía nervioso y el tenue rosa en sus mejillas me pareció lindo… aun si a mí mismo me sorprendió el pensarlo… que Inu Yasha tenía un lado lindo que podía hacer que olvidara mi enfado. Me obligue a no sonreír o podía tomarlo como un insulto.


 –si necesitas ayuda, dime…


 –no… yo… es mi trabajo…  –dijo contrariado  –solo has lo que los amos hacen…  –dijo y se retiró.


Este chico… su soledad de alguna manera  me envuelve… una pequeña comezón ha despertado en mi pecho y todo es culpa de sus ojos.  


 


Los días comenzaron a pasar… encontré la cocina el tercer día y fui capaz de ver como Inu Yasha hacia algunas cosas… dentro de tres meses tengo que ir a ver el asunto de la universidad… supongo que tendré que verme un auto, ya que tengo que vivir si o si aquí… de tres a cuatro horas de viaje. Sería mejor quedarme en los dormitorios… y tal vez venirme los fines de semana creo que sería lo mejor… si el abogado no se opone… pero cuando veo a Inu Yasha… ya me he dado cuenta que mis ojos lo siguen, cada línea y silueta de él… de alguna manera no me canso de verle. 


Cuando va a limpiar la pileta me acerco e incluso le ayudo… aunque la primera vez me dijo que no debía, que no era mi trabajo… pero yo termine lanzándole agua hasta sacarle desquicio y que se defendiera… claro, termine completamente mojado al igual que él… la risa que me dejo escuchar, las ropas mojadas apegadas a su cuerpo. Parecía brillar con el sol… tan hermosamente que no pude evitar reír a la par con él… su vergüenza fue notoria… al terminar le ayude a salir y sus mejillas tenían un lindo matiz rosa. Después de eso creo que nos estamos acercando, cuando hace la biblioteca le ayudo a acomodar los libros más altos… le gusta la literatura… me contó que aprendió a cocinar al leer libros de cocina e intentar seguir las recetas… es la primera vez que me siento tan cómodo con alguien al punto de no importarme parecer un adolescente.


Sé que tengo que ver ese tema de estas tierras y la herencia en sí, pero de momento estoy más que cómodo, y no he llamado al abogado. Creí que no me podría llevar bien con Inu Yasha, pero solo tiene una boca torpe y parece siempre va a la defensiva. Y aun así, parece que cada vez se relaja más o se acostumbra más a mí.


En el salón me puse a beber uno de los vinos que encontré en el sótano. Me sorprendí al verlo, Inu Yasha no me dijo de este… el sabor era sin dudas exquisito y diferente a los que había probado en mi vida, y sin embargo algo era raro, pues tengo buena resistencia al alcohol, pero… tras la primera copa caí inconsciente.


Soñé con sombras rodeándome… una bestia que reflejaba tres caras, pero que era uno, teniendo en sus cuellos correas encadenadas fundiéndose en lugar al que caía, en sus pies cientos de miles de brazos manchados de sangre y encadenados trataban de emerger, pero no eran más que aplastados por las patas de el gran can.


Las palabras bailaron en mi cabeza, aquellas palabras en latín y “humanidad” “razón” “control” repetían cada una de las cabezas, al tiempo que esa bestia corrió a mí paralizando mi cuerpo al ser dos o tres veces más grande que yo, emanando de sus fauces el olor de cadáveres en descomposición… de alguna manera me pregunte si ese era el olor de la muerte…


Cuando desperté tuve que respirar profundamente más de una vez para clamar mi acelerado corazón. No sé si era miedo o dolor lo que sentí cuando esa criatura abrió sus fauces frente a mí… me levante, me quede mirando el cuadro unos minutos, no puedo evitarlo… estaba en mi habitación. Me toca agradecerle otra vez a Inu Yasha, sonreí.  


Vi la hora, 7:30… me di una ducha y tras vestirme e iba a bajar, pero desde la escalera vi a Inu Yasha entrar a la casa, parecía sostener su brazo y caminaba encorvado. Lo seguí tratando de que no me viera, ni escuchara…


Entro a una habitación y me puse en la puerta… quede paralizado por un momento al ver la perilla con lo que parecía sangre. Gire la perilla y entre sin siquiera anunciarme y lo vi… la gabardina estaba en el suelo y la camisa resbalaba por su espalda… me daba la espalda y parecía no importarle mi presencia. La figura que bañada por la tenue luz que venía de la ventada, era sin dudas la de un joven fuerte… la silueta delineada por la luz y la sombra de la habitación. Trague, sin poderlo evitar, pues no puedo describir cuan hermoso se veía en este momento que temí parpadear siquiera… sus brazos caían en sus costados y lo recordé… estaba herido.


Entre…


 –¿Qué es lo que qui…?


 No lo deje terminar, tome el brazo y lo examine.


 –¡¡suéltame!!  –se alejó de mí como si temiera ser herido.


 –tu brazo…


 –no es asunto tuyo…


 –¿Por qué estas herido?


 –no tengo porque contestar  –frunció el entrecejo  –no es tu problema.


 –solo contesta  –dije tratando de no perder los estribos, pero con clara frustración. En mi vida he tenido que mostrar tanta paciencia.


 –OH… ahora si me darás ordenes… comenzamos ya…  –sonreía, pero de sus ojos destellaban su odio.


 –no, no es una orden… pero si estas herido me compete, eres mi familia y ayer tú fuiste quien me llevo a mi habitación ¿no?


 –solo… solo hice lo que era mi deber… y yo no soy…  –parecía nervioso…


 –gracias Inu Yasha.


Al escucharme sus ojos se abrieron de par en par y sus mejillas se tiñeron de rosa… se veía… tan inocente…


 –yo… solo hice lo que debía  –dijo bajando su cara…


 –entonces déjame hacer lo que debo   –cuando trato de escapar lo sostuve jalándolo a mí.


 –hey… suéltame  –forcejeo por soltarse, pero no lo deje.


La calidez de su piel desnuda erizo mi piel.


 –déjame ver tu herida Inu Yasha  –mi voz salió baja y lo sentí estremecerse…


 –… bien… bien… pero suéltame…


Su voz se escuchaba tan despacio que creí no deseaba que lo escuchara… o tal vez era yo el que no deseaba escuchar esa petición. Sin soltarlo alce su brazo y vi como la herida era tan solo un rasguño. Pero estoy seguro que sangraba bastante… el alivio supero a la confusión. Acerque mi cara y su antebrazo y lamí la herida sorprendiéndonos a ambos.


 –¡¿Qué…?!  –me quiso increpar volteando su cara a mí, pero creo que en algún momento erré en algo o quizás fueron sus ojos que ahora me miran con tanta confusión, pero no se aleja, y yo… me he descubierto deseando esos labios… no sé desde cuando… ni me interesa.


Lo bese tentándolo a responder, pero parecía solo temblaba a aquel contacto… bese su frente.


 –me alegra que solo sea un rasguño…  –debo calmarme…no es que desee asustarlo ni que crea que es su obligación… sus mejillas se sonrojaron y parece no saber qué hacer…


 –yo…


 –no te fuerces, olvida lo que hice… no es de tu agrado  –lo solté y me aleje de él… lamí mi labio sintiéndome rechazado, pero de alguna manera aun si este dolor en mi pecho me dice que caí estúpidamente sin darme cuenta me siento aliviado. Quién lo diría… me enamore  de mi propio tío… de quien ni una sola vez me ha llamado por mi nombre.


Salí de la habitación y me di cuenta que desee él saliera detrás, pero no ocurrió…


Al día siguiente no lo vi, en todo el día, pero como siempre las comidas estaban en el comedor… desde que se dónde está la cocina lavo mis platos por mí mismo, pensé lo vería en la cocina comiendo, pero no estaba ahí…


Al siguiente día ocurrió lo mismo.


¿ tanto lo molesto que lo besara? Jamás pensé que me sentiría solo…


Tercer día y sigue igual ¡con un demonio! ¿ esto no es exagerar? Solo fue un beso… ni siquiera se le debería decir beso si solo junte mis labios con los suaves de él… demonios… si no desea que este aquí solo debería decirlo.


Decidido fui a su habitación y golpee la puerta un par de veces sin obtener respuesta. Me está ignorando…


 –hey, abre la puerta… quiero hablar contigo  –nada…resople con fastidio y empuje la puerta con una tacleada con mi hombro abriéndola  –te estoy diciendo…


Estaba vacía… el ventanal abierto y la cortina moviéndose por la brisa… la bruma entraba. Cada noche esa espesa neblina cubría el pueblo… pero más importante que eso ¿Dónde? ¿Dónde estaba Inu Yasha?


Lo espere en su habitación… las victimas en el pueblo han aumentado, todos los días una nueva. No he salido, pero Kohaku hace las compras y se las trae a Inu Yasha, aunque no me gusta como lo mira, me imagino que es por el odio a la familia.


6:30… Las horas parecen haberse detenido, el reloj no avanza y mi molestia se está volviendo preocupación ¿si otra vez está herido?


Corrí fuera de la mansión aun con la espesa neblina trate de ver, corrí al jardín trasero. Algo me dice que no me aleje demasiado de la mansión, pero no lo veo… vuelvo al frente de la casa y veo escasamente la pileta. Parado esta quien fue la primera persona que vi al llegar al pueblo.


 –¿Quién eres?  –pregunte con un ligero temor incomprensible para mí.


Sin darme una respuesta corrió haciendo que lo siguiera. Aun si el temor estaba, el deseo de atraparlo movía mi cuerpo tras él… el mismo sentimiento que tuve al verlo por primera vez.


 –¡¡Hey, espera!!  –por extraño que parezca no podía darle alcance siendo que tengo muy buena condición física, se comenzaba a alejar cada vez más mezclándose a ratos con la neblina.


Mis piernas comenzaban a arder… había perdido la orientación y ya no sabía si me alejaba o acercaba a la casa. Por más que llame y pedí se detuviera parecía que solo aumentaba su velocidad… la niebla espesa el aíre y mi garganta duele sintiéndome casi asfixiado.


 –…espera…  –lo había perdido de vista  –¡¡Inu Yasha!!


No sé por qué grite ese nombre si no tenía la certeza de que fuese él… y si lo fuera ¿Por qué huiría de esa forma?


Mis últimas energías las utilice para intentar darle alcance. Pero mis pasos se detuvieron en seco, al por el rabillo de uno de mis ojos ver una silueta que se desplomo en el lugar. El terror recorrió mi cuerpo al pensar podía ser Inu Yasha, mis piernas temblorosas se dirigieron a él. El cuerpo mostró su forma y me tuve que obligar a reconocer la realidad, obligándome a seguir caminando, viendo aquel cabello plateado esparcidos en la hierba que parecía teñida de negro.


 –hey, si duermes aquí enfermaras…


Un movimiento sobresalto mi corazón, el alivio que sentí debilitó mis piernas cayendo frente a él.


 –…Inu Yasha…  –susurre y un quejido fue mi respuesta  –Inu Yasha  –susurre una y otra vez acercándome para ayudarlo a levantarse. Pero temo, temo ver que aquello que teñía la hierba oscureciéndola fuese sangre, la sangre de Inu Yasha…


Con miedo tome su cabeza y despeje el cabello de su rostro, abrí la gabardina negra que tenía puesta, la humedad de esta me estremeció, sin deseos de ver mi mano para no saber si esta estaba manchada. La camiseta bañada de roja sangre freno todo en mí. Mi mente estaba en blanco y aun así mi cuerpo se movía por su propia cuenta, vi mis manos recostándolo y rasgar su camiseta, aquel pecho desnudo de donde fluía la sangre, unos cortes en las costillas y uno bajo el esternón. Debía llevarlo con un medico ¡¡rápido!! 


Tome su cabeza y piernas e iba alzarlo…


 –… sessh…  –un susurro de los labios de Inu Yasha devolvió el latido de mi corazón.


 –Inu…  –Con débiles ojos me miraba  –no te preocupes te llevaré a un médico.


Dije aun sin poder pensar en nada más que en salvarlo, solo eso importaba. Debía encontrar el camino de regreso a la casa, debía llamar a Kohaku y que este trajera a un médico. Tenía que apresurarme, la vida de Inu Yasha estaba en riesgo.


 –… no…  –murmuro.


 –no te preocupes, todo estará bien…  –no sé si se lo decía a él o trataba de convencerme a mí de ello, pero lo repetí una y otra vez mientras le exigía a mis piernas ir cada vez más rápido.


El camino parecía jamás acabarse, parecía que ya había recorrido dos veces el mismo camino y aun no llegaba a la mansión. Inu Yasha jadeaba en mis brazos y yo solo miraba hacía a delante. No quería ver sus heridas, ni su sangre… si no las veo no son reales… un pensamiento tan infantil y aun así me aferre a este simple pensamiento.


Mis piernas agotadas me hicieron caer hincado con Inu Yasha aun en mis brazos. El dolor remeció mi cuerpo entero. Apreté mi mandíbula e iba a enderezarme cuando la mano de Inu Yasha toco mi mejilla.


 –… solo… déjame… aquí…  –dijo entre jadeos, sudaba y en su rostro mostraba el dolor que sentía ¿Cómo podía siquiera pensar que lo dejaría en ese lugar?


 –no digas tonterías, yo…  –su mano me jalo besándome. Sentí sus labios afiebrados en los míos, su caliente lengua buscar entrada en mi boca. Mi agarre se debilito un poco por la sorpresa de este acto, pero eso basto para que él de un solo movimiento se alejara de mí.


 –solo… déjame…  –y corrió.


Me levante de inmediato para ir tras de él, aun con mis piernas temblorosas, aun con el dolor que había en mi pecho, aun con la viva sensación de sus labios en los mios… corrí…


La neblina se disipo y pude volver a la mansión. Llamaría a Kohaku y saldría a buscarlo de nuevo. No podía demorarme esas heridas eran graves. Y sin embargo cuando abrí las puerta él estaba ahí… pasaban de las 10 de la mañana.


 –te saltaste el desayuno  –fueron sus palabras.


No sé en qué momento estuve frente a él y lo abrace, para con rapidez y antes de que pudiera decir nada alce la playera que traía puesta.


 –¡¿pero qué demonios pasa contigo?!  –se bajó a la fuera la playera completamente rojo.


Nada, ni un rasguño, ni un ápice o vestigio de aquellas heridas…


 –¿estás bien?  –pregunte aun pasmado.


 –¡¿Cómo demonios lo voy a estar? Si un pervertido me ataca a penas me ve!  –me reclamo con fuerza.


 –estás bien… esas heridas… no están…  –lo vi preocuparse como si pensara en algo problemático. Sonreí con alivio. 


 –¡hey!  –y todo se volvió oscuridad.


No recuerdo cuando fue que me preocupe tanto por una persona de la manera que lo hice por Inu Yasha. Claro, jamás vi a alguien con semejantes heridas. Me sentí tan aliviado al descubrir que no tenía las heridas, tan estúpidamente aliviado…


 


 –Sesshoumaru… jamás vayas donde tu abuelo. Debes alejarte de él lo más posible, jamás aceptes nada de él  –las palabras de mi padre que sostenía mis hombros con fuerza y me hablaba con desesperación. Siempre era lo mismo cada vez que mi abuelo iba a visitarnos. Pero padre mi abuelo también sufría en silencio.


 –Sesshoumaru… ¿tú me jurarías algo?


 –papá dice que no lo haga  –le dije a mi abuelo. Aquel hombre de mirada gallarda, tanto sus cabellos como ojos tenían mis mismos tonos, por él deje mi cabello crecer, quería ser igual a él.


 –eso está bien… tú debes decidir, solo quiero que sigas tus sueños y jamás dudes de ti mismo o de tus decisiones, jamás te entregues al miedo…


 –te lo juro abuelo…


 –no es así Sesshoumaru… Yo Inu no Taisho, juro por mi palabra y mi alma que cumpliré mi deber hasta el último de mis días… ves, es así.


 –Yo Sesshoumaru Taisho, juro por mi palabra y mi alma que jamás caeré ante el miedo, que seguiré mis sueños y que jamás dudare de mis decisiones.


Esas palabras siempre me siguieron y cada vez que iba a caer mi juramento me hacía levantarme, falle, pero jamás me rendí hasta conseguirlo. A pesar de las preocupaciones de mi padre, mi abuelo jamás me permitió venir de visita a su mansión y era él el que nos visitaba, solo una vez estuve y era demasiado pequeño para recordarlo.


 


Cuando abrí los ojos estaba en mi cama. Esto se está volviendo habitual y de seguro una molestia para Inu Yasha.


 –¡¡Inu Yasha!!  –me senté en la cama al recordar sus heridas.


Como cada mañana mis ojos ven aquel cuadro y lo hago por varios minutos, pero esta vez salí de la cama y me dirigí a la primera planta, fui a su habitación y golpee. No sé si lo que vi, que no tenía heridas fue solo un sueño. Pero si no es así ¿Cómo es que sanaron? ¿Cómo se las había hecho? ¿Qué había pasado? ¿Por qué huyo cuando lo llame? ¿era realmente él? Y si no ¿Quién? Tantas preguntas pasaron por mi mente que no podía encontrar el coraje para abrir la puerta.


 –¿Qué haces frente a mi puerta?  –me sobresalto la voz de Inu Yasha.


 –vine a agradecerte por lo de esta mañana  –parecía estar bien, nada que mostrara que alguna vez estuvo herido.


 –solo hice mi trabajo…


Pero aun si actuaba como si nunca hubiera tenido alguna herida, sus ojos no conectaban con los míos.


 –realmente estas bien ¿verdad?  –sus ojos se alzaron a los míos mostrándome sorpresa –tus heridas.


 –no tengo nada  –dijo mirando a un costado.


 –con eso me basta  –el alivio se notó en mi voz y hasta creo que sonreí.


Comencé a caminar a la cocina, después de todo no he desayunado y me ha dado hambre.


 –¿no preguntaras?  –la voz de Inu Yasha titubeo un poco llamando mi atención. Voltee viendo confusión en su semblante, confusión o dolor, tal vez un poco de ambas. Sonreí.


 –no es que no quiera saber, Inu Yasha. Pero ¿estás dispuesto a hablar? Esa es la pregunta… para mí, si estás bien me quedare tranquilo y esperare a que desees decirme.


 –y ¿si jamás te lo quiero decir?


 –estará bien, pero…  –lo jale a mí abrazándolo  –te ruego, cuídate. Jamás sentí tanto miedo como ahora que te vi de esa manera…


Forcejeo un rato en mi abrazo, sin embargo pronto me dejo sostenerlo. Creo que estoy temblando.


 –… gracias…  –escuche en un susurro… tal vez fue mi imaginación.


Lo estreche con mayor fuerza, aun creo que me estremece lo ocurrido. Bese su pelo y deje salir un suspiro de alivio. Si lo sostengo así estaré seguro de que está bien, que no es una ilusión.


 –¿Qué estás haciendo?  –pregunto quedamente, pero no respondí, solo lo volví a besar esta vez cerca de su oído sintiendo un pequeño temblor.


Sus manos tomaron los costados de mi ropa y sin mucha fuerza la jalaba hacía atrás, sus mejillas se comenzaron a teñir de rosa. Tan endemoniadamente lindo… cómo poder explicar el deseo de protegerlo, cómo entender la solo idea de este sentimiento. Bese su mejilla y cerró los ojos, bese la comisura de sus labios y tembló presionándolos, bese sus labios y con mi lengua delinee su forma. Un suspiro golpeo mis labios ¿me invitas a seguir? Deje que mis labios rozaran los suyos solo en leves caricias despertando en mí un delicioso hormigueo; con tanto deseos de despertar en él este mismo sentimiento.


Beso a beso sentí cada vez más su respuesta. Ya no trataba de alejarme. Tan cálida y sublime sensación de explorar cada parte de su boca, cada estremecimiento al profundizar el beso y aprisionándolo hacía mí… sintiendo el golpe de su corazón en mi pecho acelerando mi ritmo  y aliento. Lo apego contra el muro de su habitación, siendo capaz de escuchar un suave quejido.


Nuestras respiraciones se comenzaron a agitar, pero ninguno deseaba alejarse. Entre jadeos compartimos el escaso oxígeno que dejábamos pasar. Mis manos sujetaron su rostro cuando intento alejarse para poder respirar. Deslice una con suavidad por su cuello tragando sus suspiros. El temblor de su cuerpo incitaba cada vez más este deseo.


 –… de… detente…  –murmuro entre mis labios. Bese su mejilla y recorrí el camino hasta su lóbulo  –…nnh…  –escuche erizando mi piel.


¿Cómo me pedía parar si me estaba volviendo loco en deseo? Mi mano libre bajo a su cintura recorriendo la orilla de su silueta, su cadera, su muslo. Introduje mi pierna entre las suyas sintiendo su hombría, degustaba su cuello a placer rompiendo mi razón con sus suspiros.


 –…sessh…  –mi cordura se cortó por completo al escucharlo y sentir sus dedos entre mis cabellos invitándome a probar más de él.


Puse mis manos en sus muslos y me puse entre sus piernas alzándolo…


 –es… espera…  –me dijo entre suspiros al yo estar llevándolo a su habitación.


 –¿no quieres?  –pregunte…


 –…esto, está mal…  –el dolor de sus ojos me perturbo.


Ya sé que está mal… ya sé, que eres mi tío… que compartimos la misma sangre… que…. Lo baje mirándolo impaciente, deseaba que me dijera que no le importaban esas cosas, que me deseaba como yo a él. Sus dedos tocaron mis labios y vi como el mordió los suyos… sonreí. Me desea, lo sé ahora lo sé. Me acerque a besarlo y olvidarme de lo que dijo, pero no me lo permitió.


 –no te puedo pertenecer de esta manera  –dijo como si me dijera un “adiós” lo abrace con fuerza.


 –no me interesa que seas mi tío… no me importa una mierda cualquier cosa que digan… me enamore de ti…


 –¿Qué?


 –me enamore… de las sonrisas que das cuando ves las flores, de la mirada perdida que le brindas al cielo, de tu misterio, de tu mal humor, de tu puntualidad. Todo… todo…    


 –estas… mintiendo…  –se veía tan confundido –tú no…


 –¿es molesto que me gustes? ¿Qué te quiera? ¿Qué… te amé?


 –esta mal… que este corazón lata de esta manera por ti  –sus manos parecían sostener su pecho –, que sea feliz a tu lado…  –lo abrace feliz y triste por sus palabras  –yo… no debo olvidar mi lugar…


¿Qué es lo que significan tus palabras? Acaso mi abuelo realmente te usaba de sirviente…


 –te amo, Inu Yasha… me da igual cualquier otra cosa  –me miro de entre mis brazos parecía lloraría  –no me retractare de mis palabras, si tú sientes lo mismo me da igual lo demás.


Escondió su rostro en mi pecho y sentí sus brazos abrazarme con fuerza. Me conformare con esto por ahora. Mi corazón está haciendo un escándalo con algo tan sencillo como un abrazo.


 –…iré… iré a preparar la comida…  –comenzó a alejarse, rojo como un rubí y mirando el suelo… alcé su rostro y lo bese sintiendo su temblorosa respuesta…  –yo… yo voy…


 –está bien  –le sonreí y lo vi irse.


No debo presionarlo y creo que necesita pensar, pero… ahh… que delicias son sus labios.


Los días pasan y sigo siendo su ayudante en los que aceres del hogar… sigue sin comer conmigo y evita el tema, sus labios me son permitidos, pero me frena cada vez que intento ir más allá… he visto a Kohaku venir todo los días a dejar los víveres y ya comienzo a preguntarme si solo es por eso.


Un día revise lo que Inu Yasha dejo en la cocina antes de salir con Kohaku entregándole el pago del mes. Como pensé, entre las cosas no solo venían víveres… unos papeles que para mi sorpresa tenían que ver con las victimas… ¿para que los quería Inu Yasha? Los guarde e hice como si no hubiera visto nada, le dije que era libre de decirme o no las cosas, pero me siento inquieto…


Las noches solo me invaden pesadillas, pero lo extraño es que duerma tan bien cuando toda mi vida he vivido con insomnio…


Inu Yasha llega a veces con heridas y nada me dice… claro, no son tan graves como aquella vez, aun así… las preguntas se acumulan y no soy capaz de resolver ninguna de ellas… cuando me he dispuesto a vigilarlo… solo duro hasta cerca de media noche y caigo dormido donde este. He comenzado a pensar que algo tiene que ver esta neblina… o quizás he comenzado a volverme loco. 


 


Un mes, un mes desde que llegue a este pueblo… no he salido de esta mansión… creo que no he tenido ganas…


Me dirijo al balcón no sin antes coger mi cuaderno de bocetos…


Desde el balcón de mi habitación soy capaz de ver el jardín cuidado por Inu Yasha… boceté el jardín o eso es lo que deseaba si la imagen de Inu Yasha hubiese abandonado un poco mi cabeza… tratare de que hoy coma conmigo… estaba pensando en ello cuando una silueta que parecía ocultarse detrás de las sombras de uno de los árboles llamo mi atención, me levante para verle mejor e incluso intente acercarme lo más que me permitió el balcón, apoye mis manos acercando mi dorso ¿Inu Yasha? No lo sé con claridad… pero se parece… la altura, la silueta… ¿Por qué se aleja? Estiro mi cuerpo. Quiero estar seguro de que es él, quiero llamarlo… aunque parece que me espera. Iré a él… solo tengo que acercarme un poco más… solo…


 –¡¿Qué haces?!


Unos brazos me rodearon desde atrás sorprendiéndome al tiempo que mi cuerpo perdió el equilibrio cayendo hacia atrás sentado aun siendo abrazado por Inu Yasha… ¿en qué momento me subí a la baranda del balcón… yo… ¿Qué estaba haciendo?


 –con un demonio… ¡¿acaso quieres morir?!  –me gritó al levantarse, se veía furioso.


 –me esperabas  –no pude decir nada más. La sorpresa en su rostro fue tan grande como mi consternación, aun no podía entender qué había pasado.


 –… ¿yo?


 – detrás de aquel árbol  –me enderece y lo apunte… no se veía y entonces, si estaba allá cómo pudo estar acá…  –no eras tú…  –no sé si mi tono era en pregunta o aseveración.


 –… no era nadie… solo tu imaginación…


 –mi imaginación casi me mata…  –sonreí mirando mi cuaderno de bocetos en el suelo.


 –¡¡no te rías!!  –parecía más molesto y yo agobiado, no sabía que decir… jamás me había pasado algo similar y no suelo medir mis palabras.


Lo tome y el boceto que se había transformado en un retrato simple de Inu Yasha sus ojos estaban rayados incluso la hoja se había roto traspasando unas cuantas… miré a Inu Yasha…


 –¿Qué está pasando? Inu Yasha…  –le mostré el cuaderno.


 –… no crees, de que sirve…


 –de que ahora te escuchare… nunca he tenido alucinaciones y aquí ahora las tengo, nunca he sido bueno para dormirme como lo he hecho en ya tres ocasiones… al grado de no despertar mientras de seguro me arrastras…


 –no soy débil  –dijo cruzándose de brazos.


¿era necesario pelear eso? Resople…


 –bien… aun así… y ¿Por qué Kohaku te trae la información de las victimas cada mañana?


 –eso…  –complicado miro a otro lugar.


 –como sea… si no deseas hablar esta bien  –es molesto.  –te dije que esperaría a que tu desearas contarme y mm…  –sus labios me callaron aprisionándome contra él.


Pierdo toda fuerza para luchar. Sus besos se han vuelto tan adictivos para mí y este deseo de tenerlo que siempre debo refrenar… mis brazos lo rodean con hambre lo beso con arrebato y él se deja hacer… poco a poco lo dirijo a mi cama, aun si sé me detendrá, no puedo evitarlo, paso a paso  mis esperanzas crecen aun cuando me repito no debo hacerlo, es imposible…


Mis manos recorren su espalda hasta adentrarse por su camiseta y sentir la tersa piel de su espalda, beso su cuello y escucho sus suspiros, siento entre mis dedos como se eriza su piel cada vez que mi aliento golpea su cuerpo… 


 –Sessh…


¿Por qué siento tan íntimo cuando él me llama? Será porque solo lo hace en estas ocasiones, por decirlo en susurro o quizás… porque es él…


Le quito la camiseta roja deleitándome con su piel desnuda al él tropezar con la cama y quedar sentado en ella, lamo mis labios en claro deseo y me obligo a aun refrenarme. Ya es momento que Inu Yasha me pare o está probando hasta donde puedo aguantar… me acerco a tientas casi escuchando en cualquier momento la voz de Inu Yasha pidiendo que me detenga… pero mis dedos tocan sus hombros y mis palmas se llenan de ellos, fuerte, firmes… sus ojos atrapan los míos, mi aliento se agita y casi grito que deje de jugar cuando me da una sonrisa de aceptación… me quieres volver loco… me detendrás cuando mi cordura ya no este… cuando rebalse mi limite…


 –Inu…  –mi voz resuena baja…


 – dime…  –su mano derecha toco mi mejilla y luego tapo mis ojo. Solo podía verlo entre sus dedos como parecía a punto de llorar –si no pudieras verme ¿me reconocerías?… si mi cuerpo fuera diferente  –tomo mi mano y la puso en su pecho  –Si mi corazón no latiera ¿me reconocerías? ¿me llamarías por mi nombre?… ¿tus ojos mostrarían esta expresión?


 –sí  –aseveré.


Sin temor a equivocarme, pero ¿Qué era lo que me daba esa confianza? ¿Cómo sería capaz de reconocer a un Inu Yasha sin poderlo ver? Su voz quizás, pero si no habla… si al tocarlo es diferente… sin su latido… hablaba como si estuviera despidiéndose y eso me aterraba… quería estar con él y de alguna manera ahora entiendo este deseo… siempre tengo la sensación que desaparecerá, que se esfumara como la neblina y no volverá a mí, si eso pasa…


 –… mentiroso…  –susurro dejando mis ojos subiendo mi mano de su pecho a sus labios y los mordió un poco.


 –ugh…  –salió un quejido de mi garganta ante el acto, un poco por el dolor y un poco por excitación…


 –pero esa mentira me hizo feliz  –me dijo sonriendo lamiéndolos y comenzado a bajarlos por su cuello, pecho,  abdomen… llegando a su cinto trague tensándome, si iba a parar que lo hiciera ahora o no podría…


Mis dedos se metieron entre el borde de su pantalón, que deseos de reventar ese botón y arrebatarle los pantalones de mezclilla que tan bien se le ven… deslizo de a poco el botón y lo miro casi rogando me detenga… su mano toma la mía y suspiro al esta alejar mi mano de su pantalón… lo sabía… trato de calmarme, pero la mano que sostiene la mía la deja, tomando mi camiseta y jalándome, cayendo en la cama a su lado… una mano empujo mi hombro y pronto vi a Inu Yasha sobre mí.


 –¿cuánto más serás indeciso?  –su sonrojo era evidente…  –solo basta que me resista un poco para que frenes totalmente… siendo que tú ya estas…  –no termino de hablar, pero aun así era obvio lo que quiso decir ya que estaba sentado justo en mi despierta entrepierna…


 –yo… no quería forzarte… que pensaras que era tu deber o algo… ya que estabas con eso de sirviente y amo… por eso…  


 –soy… hombre… ¿no es normal… que me resista?  –dijo molesto y de alguna manera me molesto a mí…


Tome sus brazos e invertí las posiciones.


 – entonces  –le comencé a decir en su oído  –aun si me suplicas… no me detendré Inu Yasha  –lo sentí contener el aliento… debería castigarlo…


Beso sus labios mientras una de mis manos juega en su pezón izquierdo rotándolo y retorciéndolo un poco… acelerando su pulso. Bajo besando su cuello hasta su pecho que se infla estremeciéndose al contacto de mis labios, mi lengua delinea su pezón izquierdo ya sensible y con la mano acaricio el otro, quejidos se escapaban de sus labios al aprisionarlos entre mis dientes y dedos hasta dejarlos duros y comenzar a descender… las contracciones de ese vientre al mis labios, lengua y cabellos rozarlo en mi camino a su intimidad solo lograban despertar más mi deseo, que aprisionado en mi pantalón ya comenzaba a doler…


 –alza las caderas Inu  –baja y ronca se escucha mi voz, cargada de lujuria hacia este joven que es mi tío, que es un misterio para mí… pero del cual me enamore…


Sus caderas se levantaron un poco… me alcé viendo su rostro completamente rojo. Con rapidez quite pantalón y ropa interior… no deseaba se echara para atrás, ya no podía parar… y menos al ver que su cuerpo respondía tan bien a mí.


Lamí mis dedos a vista y paciencia de Inu que entre abrió sus labios expectante, una vez los humedecí baje a su vientre y lamí su ingle…


 –mmm…  –escuche a mi contacto. Lamí ligeramente su miembro y lo sentí tensarse  –nnn… –los dedos húmedos jugaron en su entrada haciendo círculos en ella, mientras lo distraía con las sensaciones de su extensión al cuidado de mi otra mano y lengua, humedeciéndolo para poder tomarlo en mi boca al tiempo que el primer digito entraba –ungh…  –salió de su garganta mientras movía lentamente el dedo al ritmo de mi bombeo –ahh…


Sus manos se aferraron al cubrecama. Cuando lo sentí más relajado un segundo entro y aumente el ritmo de la felación, me sorprendió que no fuera desagradable… tomar el miembro de otro hombre, jugar con mis dedos en sus entrañas… sintiendo como aprisiona mis dedos… no puedo dejar de pensar en el deseo de que no sean mis dedos los que están abriéndose paso en esa cavidad, el pre semen se mezcla con mi saliva y libero su intimidad… no aguanto más, pero deseo castigarlo…


 –Inu  –digo ronco por la excitación con aun mis dedos dentro de él  –deseas que te tome… ¿verdad?


Sus ojos brillosos me miraron en sorpresa, sonrojado hasta más no poder mordió su labio… detuve mis dedos…


 – entonces  –me recosté en él dejándole sentir mi dureza  –pídemelo… que entre en ti o no lo haré  –sonreí con malicia… una mirada de molestia fue mi respuesta.


Sus manos presionaron mis caderas más hacia él sacando en él un suspiro, su lengua delineo mi cuello hasta mi lóbulo y sus dientes lo rasparon arrancando un gruñido de mi garganta… esto es jugar sucio… pensé entre mi estremecimiento. Sus manos subieron mi camiseta con deseos de sacarla…


 –Sessh… se mío…  –susurro… mientras me quitaba la camiseta rompiendo el poco autocontrol que me había forzado a tener… no era lo que había pedido, casi era una orden, pero en sus labios demasiado efectiva…


 –como desees  –sonreí  posicionándome entre sus piernas y liberando mi adolorida extensión, subí sus piernas hasta su pecho y comencé a ingresar…


 –aaaghh…  –apretó los dientes como yo… estrecho, por un momento pensé sería imposible y me iba a detener, sin embargo las manos de Inu Yasha tomaron mis brazos… de sus ojos brotaban lágrimas y aun no entraba… era mi primera vez con un hombre y no sabía muy bien que hacer…


 –no quiero herirte…


 –te quiero… Sessh… hazlo…  –jadeo. Yo ya no podía más  –¡Ahhhgghhh…!  –entre de una estocada las uñas de Inu Yasha hirieron mis brazos por el dolor… de sus ojos gruesas lagrimas brotaban… el temblaba y trataba de acompasar su respiración. Yo estaba demasiado abrumado con la calidez de su interior, de su estreches… temblaba también en el esfuerzo de controlar mi cuerpo para no moverme… comencé a masturbarlo torpemente…  –nngh…


 –…Inu…  –murmure, sus ojos acuosos me miraron y una sonrisa en sus labios calmo mi alma, acaricie su mejilla  –te amo…


 –… haz… hazlo… Sessh…


Delinee con mi pulgar sus labios y lentamente comencé a moverme, por fin era mío… era tan cálido, tan húmedo… mi cabeza no coordinaba pensamiento alguno… me recosté en él acelerando un poco más en vaivén dejando su miembro entre nosotros, bese y lamí su clavícula, delinee con mi lengua su cuello, raspe con mis dientes su mentón escuchando cada gemido y quejido… estremeciendo mi cuerpo y llevándome a la locura…


 –agh!… Sessh… agnn… nnn… espe… más len… ughhh…umm…  –calle su boca con la mía, sentía como sus uñas se clavaban en mi espalda…


De alguna manera sentí mi lengua fue cortada sintiendo el sabor de mi sangre mientras hambriento de lujuria le robaba el aliento a Inu Yasha… sintiendo como Inu Yasha se corría entre nuestros vientres y yo era aprisionado por él llegando a mi orgasmo me aleje de su rostro un poco agotado y somnoliento… pero… de la boca de Inu Yasha veía colmillos, la sorpresa me despertó de mi aturdimiento y lo que vi me dejo sin habla… como si lo coronaran en su cabeza un par de orejas caninas agachadas.


Con una de mis manos tome una… cálida e incluso sentí el movimiento al contacto repentino y de pronto desaparecieron… pestañee varias veces…


 –… yo…


 –¿eran reales?


 –¿eh?  –Inu Yasha parecía realmente estupefacto y yo demasiado intrigado…  –¿no tienes miedo?


 –… miedo…  –solo repetí, aun estaba en su interior… lo mire y traje a mi esa imagen… teniendo la boca abierta con esos afilados colmillos, aun sentía la sangre que tenía que tragar de mi lengua, completamente rojo, sus ojos ámbar brillando entre abiertos con aquellas orejas…


 –…¡! …e…ehy… lo acabamos de hacer…  –dijo tratando de que saliera de su interior…


Miedo… no… ni un poco… creo que se veía…


Tome su miembro comenzando a masturbarlo para volver a despertarlo mientras besaba su oído…


 –es suficiente respuesta… aun si me dijeras que eres un demonio y que un día me mataras no temeré –comencé el vaivén besándolo… succionando sus labios… sus orejas volvieron a salir las mire encantado… salí de su interior…


 –ughtt…


 –voltea… por favor…  –le pedí y este lo hizo completamente avergonzado… sus orejas caídas y hacia atrás así lo decía.


Entre en él y recargue mi pecho en su espalda jale un poco su cabeza, lamí y mordí su oreja…


 –ughh…  –comencé a moverme…


 –Inu… te amo…  –aun si no tenía respuesta no me cansaría de decirlo  –… te amo…


Lo enderece y pedí a su rostro volteara a mí para besarlo… sus manos, una aprisiono mi cabeza mientras la otra sostenía la que lo masturbaba… sus jadeos se escapaban de entre los besos mis embestidas golpeaban sus caderas cada vez más en un frenesí… jadeamos sin despegar por completo nuestros labios, sin dejarnos de mirar nuestros ojos… hasta alcanzar nuestro clímax juntos… caímos agotados…


Nos tape con el cubrecama que sobraba y dormimos así…         


Esa noche no fui embargado por las pesadillas, el sueño solo fue un poco extraño caminaba al lado de Inu Yasha, mano a mano, pero detrás de nosotros un camino de rojo se extendía, Inu Yasha llora y yo lo abrazo con fuerza…


 –… me estas asfixiando…  –escuchó al despertar y veo las orejas temblar mientras él trata de zafarse de mis brazos… sonrío.


 –está bien  –afloje un poco mi abrazo, pero no deje que se vaya…


 –suéltame… no debí quedarme aquí, ni dormir de esa manera… –su voz estaba preocupada.


 –¿de qué hablas? Te arrepientes…


 –… no…  –volteo a mí… su tristeza oprimió mi pecho.


 –entonces…  –sus orejas bajaron, como si no bastara la expresividad  de sus ojos.


 –no pude hacer mi deber… anoche y eso… es malo  –parecía que deseaba decirme algo importante y que temía hacerlo… algo aparte de sus orejitas… me distraigo viéndolas y tomo una acariciándola  –unn… ¡hey, te estoy hablando de algo serio!  –se enderezo molesto y yo lo jale a mí.


 –es tu culpa ser tan lindo Inu… descansa por hoy, el mundo gira con o sin nosotros…


 –pero…


 –sin peros… quiero comer contigo… ¿Por qué nunca te veo comer?


 –no me alimento de lo mismo que tú…


 –Sessh o Sesshoumaru estaría bien ¿no crees?  –le dije realmente deseo siempre diga mi nombre.


 –… no es necesario…  –dijo recostando su cabeza en mi pecho y abrazándome, sus orejas bajas… acaricie su cabeza y me pregunte si podía estar así siempre…


 –Inu Yasha… ¿no me dirás qué eres? ¿un hombre lobo?


 –no lo soy… yo era humano… pero… hice una estupidez y termine así…


 –¿Qué?  –dije suavemente era primera vez que Inu Yasha hablaba de él no deseaba frenarlo…


 –… aposte como otros antepasados lo hicieron… pero yo era adoptado y no tenía las mismas enseñanzas, ni era primogénito… y no sabía en qué me estaba metiendo… mi padre me advirtió, pero deseaba ayudarlo… la ira del demonio hacia que mi padre cayera poco a poco en la locura… las muertes de los primogénitos en el pueblo aumentaron y su hijo lo negaba como padre, no seguiría con lo que sus ancestros comenzaron…


Adoptado… ahora entiendo que siempre me diga que no es mi tío… y el alivio en mí es grande. Pero otra vez lo del demonio… bueno, no es que pueda negar esas orejitas agachadas…


 –me ofrecí, pero padre siempre me decía que no sería capaz… sus ancestros… firmaron dando… “que dio al primer hijo miembro de la familia. Para calmar el hambre de Cerberos. Será una llave para abrir la puerta al infierno.” Yo no entendía hasta que lo vi…


Esas palabras resonaron en mí el susurro que escuche en la biblioteca y no supe que significaba… “Dedit primam familiaris filius. Ut lenire fame a cerberus. Et quod primogenitum. erit clavis est ad aperire ostium ad infernum.” lo sentí temblar y lo abrace estrechándolo. No sabía que decirle aun estaba procesando todo…


 –… de… debemos tratar tus heridas.


¿Heridas?


 –¿tu cuerpo está bien?


 –yo estoy bien… mi cuerpo ya no es humano…  –dijo con pesar.


 –eres hermoso Inu Yasha  –acaricie su mejilla roja de vergüenza.


 –debo… levantarme…  –lo sostuve.


 –si me besas…


 –… no… no lo voy hacer… yomm…  –me enderece besándolo.


 –te amo…


 –eres idiota…


Mi espalda necesito enguanto y unos parchecitos… mis brazos fueron vendados… creo que tendré que ser más cuidadoso… o amarrar sus manos… mi lengua también esta sensible.


El desayuno como siempre lo tome solo… Inu Yasha estaba en el ante jardín… aun había un poco de neblina que ya se estaba disipando. Regaba, pero parecía pensativo… sus orejitas ya no estaban, pero casi las podía ver agachadas…


 –hoy Kohaku no ha venido…  –dijo al sentirme, ahora también entiendo que me sienta cada vez que me acerco.


 –tal vez tuvo que hacer… tenemos bastantes víveres  –vi dejo la manguera en la pileta y se me ocurrió una travesura…


 –él no…  –lo moje  –¿qué haces…?


 –ven, todo está bien  –sonreí y sus orejas salieron paradas, una sonrisa se puso en sus labios…


 –con que… quieres jugar  –se abalanzo a mí y lo volví a mojar…


 –jajaja…


 –esto no ha terminado…  –corrimos riendo un rato.


El ante jardín quedo hecho un charco ese día, pero poco me importa si he sido capaz de verlo reír así… cuando en la noche trata de irse a su habitación lo sigo, trata de cerrar la puerta, pero no lo permito…


 –¿no puedo?  –miro por el pequeño espacio que mi pie deja…


 –contigo aquí, otra vez me dormiré…


 –si ese es el caso no te dejare dormir en toda la noche.


 –… no me refiero a eso…  –su voz se escucha nerviosa. No lo quiero presionar, pero…


 –te amo… Inu déjame entrar  –la puerta comenzó a abrirse de a poco y entre…


 –¿en verdad… todo estará bien?


 –yo te protegeré  –camino a mí posando sus manos en mi pecho, alce su rostro y me apodere de sus labios…


Esa noche tampoco tuve pesadillas, pero tal vez las hubiera preferido si hubiera sabido lo que pasaría, si no hubiera sido tan siego…


La mañana nos recibió con un estruendo. Al abrir los ojos Inu Yasha ya estaba en pie con los pantalones puestos, sus orejas parecían buscar algo… me lanzo los pantalones…


 –están  rodeando la casa 


Yo aun estaba aturdido el ruido había sido de cristales rompiéndose… me vestí y puse de pie, mi brazo fue tomado y fui jalado fuera de la habitación…


 –espera ¿qué es lo que esta pasando?  –pregunte corriendo a su lado.


 –nos están atacando… no debí quedarme contigo anoche  –salimos al jardín trasero tome sus hombros.


 –¿Qué estás diciendo?  –me moleste pero él parecía tan herido… no entendía nada…


 –¡¡ahí están!!


Por ambos costados fuimos apuntados, escopetas y diversas pistolas nos comenzaron a rodear. Tome la mano de Inu Yasha y entre de nuevo solo para toparme con otros que nos apuntaban. Salimos y puse a Inu Yasha detrás de mí… la muralla de la casa protegía la espalda de él y yo su frente.


 –¿Qué significa todo esto? Esto es allanamiento de morada…


 –estamos hartos de que maten a inocentes  –dijo uno de los hombres.


 –han muertos quienes insistían que no era su culpa… –dijo Kohaku.


 –tú  –dije entre dientes mirándolo con odio.


 –la anciana Kaede… Rin…  –escuche la voz triste de Inu Yasha a mi espalda… la cara de la mujer y la muchacha vinieron a mi cabeza.


 –estas dos noches la masacres fueron demasiadas, 19 personas en solo dos días  –dijo Kohaku  –¿explica eso Inu Yasha?


Inu Yasha temblaba y susurraba “perdón, perdón…” una y otra vez…


 –él no es culpable  –dije molesto –él estuvo conmigo esas dos noches y…


 –no hizo su trabajo  –me interrumpió ese mocoso.


 –tan solo deberíamos matarlos  –dijo uno.


 –¡¡matémoslos!!  –se escuchó de todos los presentes.


 –es mejor que mueras Inu Yasha si no eres capaz de hacer tu trabajo como debes  –sentencio.


 –… él… este hombre no tiene nada que ver, dejen que se vaya del pueblo  –se puso frente a mí –luego dejare que me maten, pero ahora entren a la casa aun la neblina no es lo suficientemente ligera…


Los seguros fueron retirados, abrace a Inu Yasha y lo obligue a estar contra la muralla dando mi espalda a los cañones, los tronidos retumbaron en los cielos, pero yo no sentí ni un solo impacto en mi cuerpo. Entonces fui consciente de los gritos de las personas, los consecutivos disparos y monstruosos gruñidos, voltee y no creí lo que mis ojos veían. Un perro de monstruosas dimensiones. Los iris azules nadaban en un rojo, las líneas bajo sus ojos… parecía ser parte de la neblina y al tiempo crear esta… las balas no le hacían nada, el hombre bajo su pata parecía comenzaba a ser drenado hasta convertirse en uno de aquellos cadáveres momificados, no obstante esta vez se convirtió en polvo… este… este es el demonio del que ellos hablan. El alivio de saber que no era Inu Yasha me embargo por un momento. Uno a uno los hombres comenzaron a caer…


 –¡padre! ¡Detente!  –mire a Inu Yasha con estupor al oírlo.


¿padre? ¿es mi abuelo…? La imagen de ese hombre vino a mi mente… el recuerdo que guardo en mi corazón de él, y no podía verlo en ese enorme perro blanco. Vi correr a Inu Yasha a acercarse a él.


 –¡¡no te acerques!!  –le grite temiendo le dañara, obligue a mis piernas a ir por él… el instinto por escapar de ahí aceleraba mi respiración. Pero la sorpresa al ver que ese gran can al ver a Inu poco a poco parecía irse desvaneciendo me detuvo hasta que vi a mi abuelo… Inu no Taisho… sus ojos parecían perdidos…


 –Inu… –escuche su voz, y lo vi apoyo su frente en su hombro  –¿Por qué me dejaste?


 –perdón, papá… yo… perdón  –los ojos de mi abuelo se volvieron a teñir, sus brazos abrazaron a Inu Yasha, sus uñas se enterraron en su espalda y la rajaron separándose de él. Las orejas de Inu Yasha estaban afuera agachadas por el dolor, su sangre corría por su espalda.


 –¡Inu Yasha!  –me acerque a él y este jadeaba.


Mire con odio a mi abuelo que lamía sus dedos,


 –no… lo odies… él no sabe… él ya perdió su cordura… y ugh… cada día pierde más su humanidad… pero… yo… no puedo…es mi padre… no puedo matarlo… tu padre… tampoco acepto… todo primogénito que reciba la llave… perderá la razón, su humanidad… su control…   –su llanto me oprimió el corazón. Pero no tuve mucho tiempo para entender todo esto. Inu no Taisho se abalanzo a nosotros y al esquivarlo su garra atrapo la garganta de Kohaku, este no lucho ni cuando lo levanto del suelo, sus ojos no lo dejaron de ver hasta que su vida fue llevada. Su cadáver fue tirado…


 –Inu… –volvió a hablar mirando a Inu Yasha  –tienes hambre… ¿verdad?  –tomo a un hombre y lo lanzo a los pies de Inu Yasha…


Mire a Inu Yasha, líneas aparecían bajo sus ojos que se teñían de sangre cambiando sus pupilas a un azul.


 –Inu…  –escapo de mi garganta, me miro parecía llorar…


 –ma… ta… me…  –quise abrazarlo, tomarlo y sacarlo de ahí…


 –mátalo Inu Yasha. Mata a quien te alejo de mí  –el poco brillo que tenía en sus ojos se desvaneció.


 –Taisho…  –con un poco de suerte esquive las garras de Inu Yasha  –Inu…


 –grrr…  –gruño a los que preparaban sus armas.


 –eso es Inu, deshazte de las molestias primero  –corrió a los hombres y cuando lo intente detener Taisho se puso frente a mí  –hazte a un lado.


 –no  –fue la escueta respuesta que me dio.


 –¿Por qué haces esto? es de tu agrado ver llorar a tu hijo  –le reclame.


 –entonces mátanos…  –murmuro.


 –¿Qué?


 –si no eres capaz…  –un puño me lanzo contra un árbol y al verlo por un instante tan efímero que no estoy seguro si realmente lo vi… lo vi triste.


Me levante un poco adolorido… los gritos de los aldeanos perforaban mis oídos, los nudillos de mi abuelo se clavaban en mi cuerpo una y otra vez… mi vista vacilaba con cada golpe… trate inútilmente defenderme. Debía ir donde Inu… debía detenerlo… o lloraría… le dije que lo protegería… le dije… mi consciencia se desvanecía cuando en mi visión borrosa apareció la punta de una espada…


 –Aaaghhh… Iza…yoi…  – escuche la voz de mi abuelo.


Mis ojos se dirigieron a desde la punta viendo como atravesaba el pecho de Inu no Taisho y a quien le propiciaba tal herida… era Inu Yasha, pero algo…


 –Inu… Ya…


 –no te confundas niño. Todos ven en mí lo que desean ver  –fruncí el entre cejo al percatarme de que no estaba mal era igual y al tiempo no…  –veo que ya lo asumiste…


El cuerpo de Taisho cayó a un lado.


 –el perdió… al intentar traer de vuelta a su amada y no diferenciarla… arrastro al cachorro que no supo su lugar… no le abro la puerta a cualquiera y ese niño me quiso engañar…  –subió los hombros.


No había sangre en el cuerpo de Taisho y parecía solo dormir…


 –¿Qué le hiciste? ¿Cómo te llamas?


 –Naraku… reclame su alma, la mande al purgatorio  –alzo la espada  –este es colmillo sagrado, la llave de las puertas al otro mundo… pero solo Cerberos puede tenerla… del último que pudo empuñarla con ese título… hace 100 años… pues todos han terminado como este y aquel mal educado niño…


 –¿hay alguna manera de salvarlo?  –me enderece adolorido.


 –mientras este en este mundo su hambre le será insoportable… ya perdió toda capacidad de volver… puedo ver su alma acurrucada en un lugar oscuro… llora y llora…


 –¿Qué les pasa en el purgatorio?  –pregunte…


Camine con la espada en la mano “será juzgado por sus acciones en vida…” lo mire, cuerpos regados por sus pies mientras sonreía extasiado… las imágenes de nuestras risas vinieron a mí, de nuestras dos hermosas noches…


 –…Inu…  –dije suave, mi mano temblaba al igual que mi voz, mi pecho dolía… los ojos inyectados de odio miraron la espada y luego a mí, parecía querer escapar. Solté la espada y abrí mis brazos…


 –¿Qué haces niño?  –escuche la voz de Naraku.


Inu Yasha corrió a mí… sus colmillos se enterraron en la unión del cuello con el hombro, sacando un gruñido de mi garganta al igual que cuando sentí sus garras en mi espalda… con una de mis manos acaricie su cabeza… no me importa morir.


 –Inu…  –mis lágrimas corrieron de mis ojos, sostuve la espada  –… te amo…  –nos atravesé a ambos…


En un grito ahogado los colmillos de Inu Yasha me dejaron ir, sus garras me atravesaron aun más…


 –que niño más interesante…  –fue lo último que escuche…


Al abrir los ojos estaba en una habitación de completo blanco… dos ataúd frente a mí negros…


 –decide Sesshoumaru  –las tapas cayeron de los féretros y dos hombres de cabellera oscura y ondeada permanecían sus interiores  –¿Quién es Inu Yasha?


Mis ojos buscaron rasgos conocidos… mi corazón se aceleró confundiendo mi mente… recordé el cuadro “Los ojos y corazón son cristales de engaños” apreté mi pecho y cerré mis ojos y camine a siegas cuando paré estaba en medio de ambos, no los mire, pero una de mis manos tomo la de uno de ellos…


 –te amo, Inu… despierta…  –tenia cierto miedo, pero con seguridad me pare frente a él y los ojos se comenzaron a abrir y ahí estaban esos tan variados matices… sonreí y él me respondió abrazándome su cabello volvió a su color plata… sus facciones…


 –vaya…  –bajo del otro ataúd el hombre y la voz era la de Naraku…


 –vámonos Inu Yasha  –le dije besando su frente…


 –no puedes  –dijo Naraku.


 –dijiste… que si pasaba la prueba podía llevármelo…


 –felicidades Sesshoumaru, es tuya  –me tiro a mis pies la espada con la que atravesé nuestros pechos  –eres el nuevo Cerbero…


 –búscate otro  –le dije molesto…


 –necesitas la espada para llevártelo o él será juzgado…


 –no juegues conmigo. No dijiste nada de eso, mentiste…


 –no, Sesshoumaru. Solo omití un poco de información…  –sonrió sarcástico. Tome la espada y lo apunte con ella. Me llevaría a Inu Yasha de ahí aun si tenía que matar al señor del mismo averno.


 –espera Sessh…  –me dijo Inu Yasha… preocupado  –reniega de mí… reniega de ese poder…  –tomo la mano que sostenía la espada  –si lo haces podrás salir y seguir como un humano normal… de lo contrario…


 –el hambre te seguirá hasta que caerás igual que lo hizo Taisho como lo hizo Inu Yasha… tu padre al darse cuenta de esto escapo…


Mire a Inu que me sonreía como si tratara de decirme que iba a estar bien, aunque sus ojos mostraban el miedo que trataba de ocultar… aquí no podía pelear, ni seria como un juego… o soy yo el que teme dejarlo…


 –¿hay una manera de suprimir eso?


 –interesante  –dijo divertido Naraku.


 –sin ningún truco  –le advertí.


 –con nada podrías hacerme niño… esa espada devuelve las almas que pertenecen a aquí, cortan la cadena de su maldición y puede recuperar la vida recién arrebatada, pero el coste es tu hambre…


 –si no la ocupo, no habrá problemas  –dije ante sus palabras…


 –ciertamente, pero tú ya la usaste y la usaras para salir…


 –yo pagare por ello  –dijo seguro Inu Yasha  –te daré mis ojos…


 –¿Qué estás diciendo?


 –no lo sabias Sesshoumaru, es Inu Yasha quien pintaba los cuadros que Taisho vendía la firma siempre fue solamente “Inu” incluso el cuadro de tu habitación… tu abuelo trato de ser escultor, pero… no pudo…  –una daga apareció frente a Inu Yasha… la mano de Inu Yasha iba a ella sin ningún miedo. Me miro sonriendo.


 –saldremos… con eso me basta… te amo… Sesshoumaru…


Todo se tiño de rojo… mi mano ahora temblaba… las imágenes de los bocetos que hice… las pinturas que hacía por diversión… mi cara estaba dirigida al suelo…


 –arrepiéntete Sesshoumaru  –escuche la voz de Naraku.


Solté la daga una herida trazaba mis ojos, lágrimas de sangre corrían por mi cara…


 –¿Por qué?… ¿Por qué?  –repetía Inu Yasha  –¡¡yo no te pedí que te sacrificaras por mí!! ¡¡tus ojos!! ¡¡Quieres estudiar arte!! ¡¿POR QUÉ… tú… por mí?!


 –otra vez estas llorando… acaso solo sé hacer que te sientas mal… tengo otro sueño ahora… busque su cara y su mano me guió  –deseo hacerte feliz, protegerte, tus ojos… valen más que los míos… yo ya estaba siego…  –alce mi cara en un intento burdo por mirarlo, pero no veía su rostro y aun así moví mi mano a su cabeza… solo era una silueta que emanaba un brillo particular, un hermoso brillo  –creo que ahora veo mejor Inu Yasha… vámonos… ahora podrás comer conmigo.


 –… sí…  –sonreí y estoy seguro me respondió de la misma manera al juntar nuestras cabezas…


 


2 años después.


En una exposición de arte, el artista Inu Yasha Taisho mostró sus cuadros en donde uno tras otro se fueron vendiendo en altas sumas de dinero… su atractivo era reconocido y no faltaban las y los que trataban de, aunque sea tocarlo, pero siempre su perro guardián estaba ahí para frenar cualquier intento… sujete el antebrazo que se le acercaba.


 –le pido no toque a mi amo  –con lentes oscuros tapaba la cicatriz, en un traje negro, me convertí en su guardaespaldas y solo para molestarlo le decía “amo”


En nuestra nueva casa, en nuestra habitación recibía sus reclamos.


 –cuantas veces debo decirte que no me digas “amo” yomm…  –lo bese quitándole la chaqueta del traje rojo… así me dijo que era…  –te estoy hablando… nnn…  –lamí su cuello…


 –esa persona ¿era hombre o mujer?


 –hombre…  –respondió…


 –cada vez se te acercan más hombres  –apreté mis cejas sus manos acariciaron mis mejillas…


 –Sessh… solo soy tuyo lo sabes… te amo…


 –tengo hambre Inu…  –se que sus ojos decayeron. Naraku nos mintió… mi hambre apareció al poco tiempo, pero Inu es mi alimento…


Acerco mi rostro a su pecho y es como adsorber su calor…


 –ungg… Sessh… 


Él me para cuando comienza a sentir sueño… usualmente me alimento de aquellos enviados por Naraku a capturarme. Nos dejó salir solo para divertirse cazándonos, pero desde un tiempo no ha enviado a nadie… y cuando ya no pueda más… la espada espera por mí junto al cuadro que jamás se venderá… aquel ser de ojos vendados saliendo de la oscuridad, sosteniendo algo… yo, me di el atrevimiento de nombrarlo “Cor speculum" o "corazón de cristal”… pues nuestros sentimientos nos ciegan y hasta nos sumergen o sacan de la oscuridad… aun si es un pequeño cristal que te embelesa con su hermoso brillo y se clava en ti cada vez que lo tocas, te aferras a este…


Inu Yasha duerme luego de alimentarme de él… hasta el momento puedo soportarlo, pero cuando ya no pueda… yo mismo me atravesare… solo espero que Inu no sea la victima de ello… que este hambre jamás supere el amor que le tengo. Acaricio su rostro antes de recostarme a su lado para dormir junto a él… si tan solo pudiera estar siempre a su lado… mi corazón sigue siendo un trozo de cristal… pero no deseo soltar este temeroso cristal, este sentimiento hasta que ya no pueda más… y reviente en miles de pedazos y deba regresar al infierno, pues el camino de sangre tarde o temprano comenzara y solo mi muerte lo va a parar.


 


Fin. 

Notas finales:

jejeje

espero le haya gustado...

gracias por leer!!

nos leemos una proxima vez n.n


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