Todo comenzó con un pequeño zumbido, como si acabara de salir de un concierto y su lugar hubiera estado junto a la bocina, en algún momento de su infancia eso le había pasado así que no le prestó atención, sus días de estudiante eran simples, pero cuando le pasó más de tres veces por semana comenzó a preguntarse si tal vez había abusado un poco de los audífonos, pero no le molestaba en ese momento, dejó de escuchar música a alto volumen, más cuando en una noche oscura en la que acababa de apagar la luz para irse a dormir fue cuando le pareció escuchar un murmullo en algún lado de su habitación, tenue, tal vez sólo lo percibió porque todo el entorno estaba en completo silencio, pero tras poner atención desapareció, así que nuevamente lo ignoró, los años continuaron pasando y en algún momento se acostumbró a escuchar ese ligero murmullo, pensando que tal vez pronto tendría que usar algún aparato auditivo, pero eso nunca pasó.
Lo que nunca sospechó, es que su sistema auditivo nunca tuvo ningún problema, al contrario, era hipersensible, pues había captado sonidos que ningún mortal normal detectaría.
Su primer encuentro resultó en una noche de brujas, justo cuando las barreras entre los mundos se encuentran debilitados, era noche en la que todo parece tranquilo, pero se siente un aire diferente, como si alguien estuviera acechando en la oscuridad, justo detrás de las cortinas de la ventana, o tal vez bajo las cobijas de la cama.
En aquel momento, el escalofrío que le recorrió la espalda le congeló los nervios, aquel ser, se convirtió en su más recurrente pesadilla, hasta que finalmente cerró sus garras sobre su cuello, hasta que no hubo ningún lugar a donde escapar y entonces, sólo pudo sucumbir hasta la eternidad.
***
- Pero que historia tan estúpida – se quejó Kiba, haciendo un berrinche, se encontraba sentado en una rama alta de un árbol con ambas manos apoyadas sobre la superficie mientras balanceaba las piernas, abajo rodeando la fogata se encontraban sus compañeros de campamento, Sakura terminaba de relatar su historia de terror.
- Si tratas de burlarte de mi historia solo porque no logras meterte en el ambiente, no me culpes Kiba – se quejó Sakura hablando hacia el otro lado, el resto de sus compañeros habían permanecido escuchando el relato en silencio.
- K-Kiba, n-n-no te asustó la historia – tartamudeó Naruto, clavando sus manos sobre el pedazo de tronco donde se encontraba sentado.
- ¿Asustado? ¿Miedosito? – le dijo Sasuke con una sonrisa petulante mientras apoyaba su cabeza sobre su mano.
- Claro que no – se levantó el rubio y le apuntó con el dedo – te apuesto que soy mucho más valiente que tú, podría hacer la prueba de valor sin ayuda de nadie y mucho mejor que tú-ttebayo.
- Eso quisiera verlo – agregó el azabache.
- Calma chicos, las pruebas de valor serán hasta mañana – dijo Lee – no puedo esperar a que todos vean mis habilidades en la prueba de valor. – sonrió empuñando su mano con toda la energía que lo caracterizaba.
- Por hoy es suficiente hay que dormir. – sonrió Sakura y todos se retiraron a descansar.
***
- Alguien tiene que ir a despertar a Shikamaru, se va a perder el desayuno – Ino pasó junto a sus compañeros mientras se servía un poco de comida.
- De que hablas Ino, cuando me desperté Shikamaru ya no se encontraba en la tienda – respondió Choji sin dejar de comer. – ya aparecerá cuando le de hambre.
- Qué raro, también Hinata se despertó temprano – comentó Sakura – tampoco pude encontrarla cuando me desperté.
- Seguramente fue a contemplar el paisaje - respondió Ino.
- Ahora que lo pienso también Sasuke desapareció desde la mañana – comentó Naruto mordiendo su cuchara.
- ¿Qué? ¿Sasuke? Hay que buscarlo, puede estar herido o peor – se preocupó Sakura.
- Y Lee también desapareció – dijo Kiba.
- Creen que hayan hecho ya el equipo para la prueba de valor. – meditó Ino.
- ¿Pero eso es hasta la noche y ya nos habrían avisado algo no? – contestó Kiba. – No hay que preocuparse, aparecerán antes que termine el desayuno.
Pero en todo el resto del día no hubo rastro de sus compañeros, a medio día comenzaron la búsqueda pero no encontraron nada.
- Quiero regresar a casa – lloriqueó Ino y Sakura la abrazó.
- Y piensas dejar a nuestros compañeros aquí.
- No me salgas con ese discurso de película de terror, ¿qué crees que podremos hacer si les pasó algo?, lo mejor sería regresar e ir a buscar a la policía, hemos buscado toda la mañana y en una hora seguramente comenzará a oscurecer, no me pienso quedar aquí, el que quiera ir conmigo dígalo ahora – la rubia se puso en pie y mirando a sus compañeros un momento se dirigió hacia el auto y encendiendo el motor les dio una última oportunidad – ¿nadie piensa acompañarme?
- Yo… sé algo de primeros auxilios, creo que puedo ser de utilidad aquí – dijo Sakura.
- Yo me quedo, creo que estás sobreactuando Ino – se quejó Kiba.
- Opino lo mismo que Kiba – agregó Naruto.
- Choji? – preguntó la rubia, viendo a su compañero, quien volteó a ver al bosque un segundo y después se dirigió hacia el auto.
- Regresaremos pronto chicos, traten de seguir buscando hasta que lleguemos con ayuda. – y sin más se subió al auto.
- Sigamos el consejo – dijo Sakura mientras se volteaba hacia el bosque.
- Sí. – respondieron los chicos y todos se internaron en el bosque.
***
La noche cubrió todo, en aquella noche no apareció la luna, por lo que la oscuridad se mostraba más amenazante, esperaron a que los dos chicos regresaran, pero eso no pasó, tampoco reaparecieron los desaparecidos.
- Ammm… chicos… tengo que ir al baño – dijo Sakura demasiado asustada.
- Te acompaño Sakura – sonrió Naruto. – ¿Vienes Kiba? – preguntó el rubio, a su compañero que en ese momento se encontraba alimentando la fogata.
- No, de cualquier forma, el baño está a 5 metros, podré escucharlos y podrán escucharme si algo ocurre – respondió serio el chico.
- Grita si pasa cualquier cosa, por favor – dijo Sakura un poco tímida.
- Sí – respondió aventando otra rama al fuego.
Tan pronto como sus compañeros se fueron, sintió el frío de la noche a pesar del fuego que tenía frente a él, esa oscuridad lo consumía todo y los sonidos de la naturaleza parecían más amenazantes.
- No me voy a dejar engatusar con todo este ambiente tétrico – dijo Kiba sacudiéndose, se puso de pie y cerrando los ojos escuchó un sonido de pisadas, abrió los ojos y justo frente a él, al otro lado de la fogata se encontraba Sasuke – hermano me diste un gran susto, donde has estado todo el día.
- Quería despejarme un rato – apuntó con el dedo hacia el bosque a sus espaldas – y creo que me quedé dormido en un claro del bosque cerca del río.
- Hombre cuando Naruto y Sakura se enteren, seguramente Shikamaru y los demás también anden por ahí entonces, creo que tendremos que preparar la comida y cuando Ino regrese podré recalcarle lo dramático de su actitud.
Una pequeña risa por parte del Uchiha le sorprendió.
- Shikamaru y los demás estaban conmigo, aunque nos separamos hace un rato – sonrió el pelinegro.
- Uff, que alivio, creímos que algún animal los había atacado.
- No hubo ningún lugar a donde escapar y entonces… sólo pudo sucumbir hasta la eternidad. – dijo Sasuke mirando el cielo.
- ¿Qué?
- Hasta la eternidad – repitió.
Kiba permaneció viéndolo y de pronto en un parpadeo su compañero ya no se encontraba en detrás de la fogata sino frente a él.
- …Hasta la eternidad… - fueron las últimas palabras que Kiba pudo escuchar, justo antes de sentir algo atravesándole el cuerpo y un segundo después su palpitante corazón se encontraba en el puño de Sasuke y todo se volvió negro.
***
Sasuke volteó a su derecha, justo en el momento que Naruto con una desmayada Sakura en sus brazos se acercaba.
- ¿También tendré que sacarle el corazón a ella? – preguntó Sasuke con el corazón aún en su ensangrentada mano.
- No, ella me cayó bien, la dejaré vivir y a esos chicos que huyeron hace rato también – sonrió el rubio recostando a la chica junto a la fogata – seguramente será un gran médico, así que dejémosla vivir – sonrió malévolamente, con sus ojos de pupila escarlata, sus marcas se acentuaron y unas largas garras adornaban sus manos.
- Sí… Kyubi – respondió Sasuke acercándose al ser que a cada paso descubría su verdadera forma – no hubo ningún lugar… - murmuró mientras le extendía el corazón de Kiba. – …a donde escapar…
- La vida humana es tan efímera. – sonrió el demonio.
- …y entonces…
- Al único que me dolería perder es a ti. – sonrió devorando el corazón de las manos del humano.
- …sólo pudo sucumbir… - recordó cuando tuvo que entregarle el corazón de sus familiares, hasta quedar solo.
- Por eso cuando llegue tu hora, devoraré tu corazón – sonrió nuevamente convertido en el rubio de ojos azules pero completamente bañado de sangre – y permanecerás conmigo. – cerró los ojos.
- …hasta la eternidad. – cerró los ojos y sintió los labios de aquel demonio sobre los suyos.
FIN