Los insistentes golpes en la puerta le hicieron abrir los ojos con pánico, el timbre no dejaba de sonar y los golpes sin cesar le hicieron pensar si tal vez no había pagado la renta o si había cometido algún delito, pero no, en esos pequeños momentos de somnolencia recordó todo y no encontró nada irregular entre sus recuerdos, pero aquel insistente golpeteo no lo dejaba siquiera pensar.
- Voy – dijo tan pronto como se vio en el pasillo de su departamento, la luz entraba ya por la ventana lo que le indicaba que no era tan temprano como él había supuesto, era la última vez que se develaba, pero, en fin, quitó el seguro de la puerta y la cara de un Itachi apanicado le saludó. – Buenos días. – se le ocurrió saludar, aunque su amigo no cambió su semblante.
- ¿Podemos quedarnos contigo unos días? – preguntó al tiempo que entraba en el departamento.
- Ehmmm, sí, claro – respondió Deidara al tiempo que se daba cuenta que Sasuke también acompañaba a su hermano, el mini-uchiha lo miraba con curiosidad, contrario a lo que su hermano expresaba. – Ocurrió algo en tu casa.
- Voy a venderla, pero necesito quedarme en otro lado por unos días.
- ¿Por qué? Esa casa era perfecta. – preguntó el chico quien sabía todos los esfuerzos que el Uchiha mayor había hecho por obtener aquel lugar.
- No me lo creerías – dijo Itachi sentándose en el sofá y juntando sus manos ocultó su rostro antes de suspirar profundamente.
- Ponme a prueba.
- Sasuke, si quieres, puedes ir a dormir un rato a la habitación de Deidara. – Ordenó el mayor, y el joven Uchiha no tuvo más que seguir las ordenes, ya se habían quedado antes en ese departamento por lo que sólo miró a Deidara y este asintió antes de verlo desaparecer. –
- ¿Qué pasa? – preguntó Deidara.
- Hace un mes comenzó a pasarme algo muy extraño – comenzó con su relato el Uchiha mayor.
*Flash Back*
Itachi caminaba tranquilamente por su casa, le había dado de cenar a su hermano, lo había arropado y este descansaba tranquilamente en su cama, el cuarto de su hermano se encontraba justamente frente al suyo y ambas camas se alineaban frente a la puerta pues Itachi no quería que su hermano quien aún sufría pesadillas por la muerte de sus padres se encontrara sólo por un mal sueño, así que dejaba ambas puertas abiertas por cualquier, se quedó un par de minutos en su cama viendo sus mensajes en el celular, por si se le presentaba alguna tarea imprevista de la universidad o de sus amigos, era un lugar tranquilo, el silencio ya reinaba y los sonidos nocturnos comenzaban a inundar el ambiente.
Un sonido inusual le obligó a despegar la vista del celular, levantando la vista hacia el cuarto de su hermano, un segundo, su vista se congeló en ese segundo y tan pronto como parpadeo desapareció… había visto claramente, solo por un segundo una figura blanca frente a él en la oscuridad del pasillo, se encontraba de frente a él, una figura femenina, pero ya no se encontraba, raro.
Continuó con su tarea en el celular.
Dos días después, nuevamente las tareas escolares lo habían mantenido en pie hasta altas horas de la noche, pero en esa segunda ocasión, había escuchado un sonido como si lo hubieran llamado, muy leve, volteó nuevamente hacia la puerta y la escena se repitió, la ilusión había durado lo que su vista había tardado en parpadear, la figura se encontraba de pie en el pasillo enfocada en su dirección, se frotó los ojos pues al parecer el cansancio ya le hacía ver visiones.
Los días continuaban pasando, sin novedad, la escuela por las mañanas, recoger a Sasuke del colegio, preparar la comida, y posterior hacer las tareas, cenar y en ocasiones salir a pasear, o al cine etc., siempre con su pequeño acompañante.
El cansancio en esta ocasión lo había rendido tras acostar a su hermanito, así que esa noche no se desveló, eso pareció empeorar las cosas, a las 3 de la mañana cual reloj, abrió los ojos, sin explicación aparente, al levantarse ligeramente la vio, nuevamente frente a su cama, como si lo observara aunque realmente no sabría decir como pues no le distinguía el rostro, de pie en medio del pasillo aunque más cercana a su puerta, la boca se le secó y tuvo que tragar saliva, pero nuevamente aquella presencia duró lo que dura un segundo de parpadeo.
Las siguientes cinco noches, comenzaron a resultar terroríficas, en cada una de ellas despertaba en punto de las 3, sin aparente explicación y cada vez que veía a esa figura se encontraba más cercana a su puerta, hasta que el quinto día se encontraba en el marco de la puerta.
El sexto día que despertó, su corazón sugestionado había comenzado a latir aún antes que abriera los ojos, ya con un poco de temor levantó la vista, pero en medio del pasillo no se encontró ninguna figura, y por primera vez en días respiró tranquilamente.
Nuevamente los días volvieron a ser tranquilos como antes de aquella extraña visita, ocasionalmente despertaba a las 3 pero nada ocurría, no había figura, ni nada extraño así que lo dejó pasar.
Hasta esa mañana.
*Fin Flash Back*
- ¿Y qué ocurrió? – preguntó curioso Deidara.
- Le preparé el desayuno a Sasuke como todas las mañanas – continuó Itachi – y de pronto él me preguntó. “Nissan, ¿quién era la mujer que se encontraba de pie junto a tu cama anoche?”
El silencio reinó después de eso.