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Centinela por Mascayeta

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Notas del capitulo:

Los no-muertos descendientes de Caín pueden pasar esa delgada linea entre el pasado, el presente y el futuro. No obstante, son simples espectadores.

Sakura estudiaba las fotografías que su padre le había pasado, era la primera vez que podía ver una Criatura de las Tinieblas. A pesar de haber combatido durante años a diferentes seres de la oscuridad, este en particular tenía una marca que lo hacía la principal captura. Era el hijo de dos de los seiscientos sesenta y seis.

- ¿Qué le dirás a Zen? – preguntó el hombre reconociendo el interés de su hija por la presa.

- Padre ¿alguna vez podrá saberlo todo? – pregunto acariciando su vientre.

- El decidió alejarse de su destino. A pesar de tener las capacidades de un Centinela, opto por rechazar su preparación ¿crees que se lo merezca?

La chica bajo la cabeza. Era cierto, su esposo resolvió en un ataque de egoísmo fallar descaradamente en la prueba que les abría la posibilidad a la máxima preparación. Cuando repitió frente a Yasuda, Ijuuin y ella las preguntas casi como si las estuviera leyendo, dando las respuestas correctas, sintió el deseo de matarlo. Pero ahora, las cosas eran distintas, llevaban tres años de casados y ella esperaba su hijo. Nunca le había preguntado o juzgado por los trabajos que tenía fuera de la ciudad, y aunque a veces desapareciera por semanas, siempre al llegar, él estaba para ella.

Zen era muy infantil en muchos aspectos, pero así lo amaba... además, podía jurar que era totalmente correspondida. Su padre la abrazo, tras dar con el descendiente de la Casa del Dragón la dejaría descansar, debía dedicarse al bebé que venía en camino. Recuperando la compostura que exigía el lugar, continuo:

- ¿Vivo o muerto? – parecía otra persona, sin ninguna expresión señaló la fotografía del peliazul con total desprecio.

- Vivo – respondió el hombre – él no concuerda con todo lo que sabemos de estos seres. Hay eventos referentes a su relación con los humanos que desconciertan.

- ¿Dónde se encuentra? – su padre le paso un sobre con los datos, a partir de ese momento Yokozawa Takafumi era su objetivo.

Aunque su compañero evito darle un sermón, las miradas que le lanzaba eran una muestra clara del enojo que sentía por haber llegado tarde. En el fondo de la sala de juntas, Yokozawa fumaba con total desgano. Al verlo entrar solo le señalo los papeles que debía revisar, apagando el cigarrillo, recogió sus cosas y se encamino a la puerta recordándole la importancia de la puntualidad para su trabajo, así como fijando la hora de una nueva reunión. Se sintió como un niño pequeño.

Al revisar los documentos, las cifras le dieron un mayor dolor de cabeza. Cayendo sobre el escritorio pensó en lo dicho por Yasuda la noche anterior "preparate", por lo visto, el administrador era como un vampiro que los drenaba sin darse cuenta.

Optó por evitar el contacto directo con el hombre, podría observarlo de lejos como lo había hecho por todos esos meses, además nadie se lo reclamaría porque en ese instante no era necesario que trabajaran juntos, mientras uno se dedicaba a recorrer los lugares destinados para la promoción de la película, él otro debía establecer los diseños de poster y merchandising. Así pasaron cerca de quince días.

Ese viernes había sido realmente extenuante, discutir con los diseñadores era peor que tener una pelea con un peso pesado del boxeo. Se fue al bar que normalmente visitaba, por la noche pasarían un partido de baloncesto de su equipo favorito, podría distraerse gritando y bebiendo algo de cerveza. Lo que no imagino fue encontrar a Yokozawa en el lugar. Por lo visto el hombre llevaba desde temprano "empinando el codo".

- No sabía que frecuentabas estos lugares.

- No es mucho lo que hablamos. Además ¿qué tiene de malo tomar algo de vez en cuando? – Kirishima miró el número de botellas, arqueo una de sus cejas con su ya conocida sonrisa. - ¿Nunca ha tenido problemas familiares?

- Todos los tenemos – le mostró el anillo en su mano – pero te aseguro que el alcohol no es una forma de resolverlo.

Tomando el consejo, lo invito a una mesa próxima al televisor donde continuaron la conversación. Los dos hombres disfrutaron del momento sin mucho problema. Kirishima se preguntaba si acaso quien tenía en frente era el mismo que había visto aquella noche, esta persona era alguien que se percibía débil, rodeado por una soledad incluso mayor a la que el mantenía. Por segundos pensó en él como un actor, desempeñando el papel del rudo. Lo único totalmente verídico en Yokozawa era la sensualidad que proyectaba inconscientemente en cada uno de sus movimientos, tanto hombres como mujeres se detenían al menos unos segundos para verlo, agradeció que cualquier avance era detenido al vincularlos. De pronto a su mente llegó la imagen de Sakura, fue cuando lo entendió. Estaba unido a ese hombre desde hacía ocho años, cuando lo soñó por primera vez en esa celda.

El partido inicio, las apuestas se escucharon, Yokozawa se fijó en la imagen y sonrió, en escasas ocasiones utilizaba su posibilidad de ver el futuro de los eventos, pero le causaba gracia toda la situación.

- Entonces ¿aceptas? – Kirishima tenía la misma expresión del "Guasón", negando con la cabeza, soltó una pequeña carcajada, accediendo a la apuesta. – Recuerda Takafumi, el perdedor complacerá al otro en lo que le pida.

Que importaba darle gusto, igual en una semana se marcharía dejando su paso por la ciudad como un recuerdo agradable, por lo menos para Mascarade S.A. Pediría su recompensa a Zen la noche antes de irse. Era claro que no se negaría ese placer. Volvió la vista a la pantalla del televisor, gozando con el espectáculo.

En los últimos minutos del partido, todos gritaban emocionados, una canasta, tres puntos y se conocería el ganador. El equipo que sabía iba a vencer lanzó el balón, rebotando en la cesta, convencido de que lo que venía, noto la escena como parte de un deja vu, para su sorpresa la bola se salió cayendo en las manos de un contrario que desde la mitad de la cancha lanzó apuntando antes del pitazo final. Su desconcierto fue total.

Sintió la mano de Kirishima por detrás de su nuca, al querer quejarse se percató de una lengua abriéndose paso entre sus labios para invadir su boca por completo. Para alimentarse no necesitaba besar a su víctima, por eso nunca lo había hecho. Era nuevo, sin ser consciente de lo que hacía se abandonó al otro. Era incapaz de respirar por lo abrumadora de la sensación. Finalmente fue liberado, permaneciendo aturdido por la experiencia.

- Que curioso, acabo de darme cuenta de que robe tu primer beso. – Los ojos de Yokozawa se abrieron, en la medida que sentía su cara hervir. Ese idiota se estaba burlando.


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