Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Centinela por Mascayeta

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Al día siguiente paso su carta de renuncia. Yasuda lo escuchó accediendo a su petición de marcharse en cualquier instante de ser necesario, siempre y cuando dejara todo su trabajo terminado. Los dos hombres se levantaron y se unieron en un abrazo fraternal, a pesar del inconveniente de hace unos meses, ambos agradecían el tiempo compartido en esos casi dos años. No obstante, Gou entendía que muy a su pesar hay momentos en que la familia era más importante.

Yokozawa recapacito en la excusa emitida, antes ni siquiera tenía que dar una explicación de porqué se marchaba, Mascarade S.A. se convertía en el sitio de sus primeras veces en muchas cosas. Se sintió satisfecho, tal vez se consideró ser parte de algo o porque no decirlo, querido.

La sensación de unos ojos sobre él, lo saco de sus cavilaciones, haciendo que girase. Zen con una sonrisa se sobaba la mejilla donde le había golpeado la noche anterior después del beso. Totalmente sonrojado desvió la mirada y fue a buscar a su asistente, el joven pasante a quien cedería el puesto. Tenía solo ocho días para despedirse de su actual vida y empezar en otro lugar del mundo. Quizás volvería a Londres, amaba esa ciudad.

El miércoles de esa semana, Gou e Ijuuin recibieron una visita sorpresiva. El padre de la fallecida esposa de Kirishima llegó sin avisar. Por lo visto había estado pendiente de la salida del castaño, porque fue prácticamente ausentarse uno para que entrara el otro. Reunidos en la oficina del de lentes, el hombre se veía completamente diferente a la imagen de fortaleza que recordaban. Limitado a una silla de ruedas y con un respirador, una joven lo acompañaba siendo sus manos y piernas. Escucharon tratando de no exponer ninguna de las reacciones producidas por la información que recibían.

Cuando el hombre se marchó estaban estresados. Los efectos de la investigación les resultaban inquietantes, así como la orden que acababan de recibir. No tenían ni idea de cómo catalogarse. A Kyou le vino solo una palabra a su cabeza. Observando a Gou supo que tenía la misma sensación. La foto de Takafumi lo mostraba riendo con Chiaki y Tori. Gracias a Dios, la pareja había sido descartada bajo el título de "no peligrosos". Terminaron de leer el informe, su misión era solo una: Eliminarlo.

Sin embargo, estaban educados a la antigua usanza, y asumir esa responsabilidad era ir en contra del creador que asignaba a cada quien la víctima. La duda radicaba en entregarlo vivo para ser tratado como un espécimen de laboratorio en pro de la ciencia y la humanidad, o como bien lo había afirmado el papá de Sakura, brindarle la oportunidad de "un final más digno para alguien de su casta". Suspiraron como esperando que el otro tuviese la respuesta, después de unos momentos, el ojimorado rompió el silencio:

- Hay que hablar con Zen, esa es su misión. Si tu o yo lo hacemos, solamente seriamos unos asesinos, recuerda daríamos muerte al cuerpo, pero no a la esencia. – Yasuda asintió, al guardar todo en su escritorio y ver la carta de renuncia, pensó en otra salida.

- No obstante, - entregándole el papel a su amigo -  hay otra posibilidad, y solo necesitamos tiempo.

El resto de ese día paso en tranquilidad. Al finalizar la tarde la oficina permanecía con una luz encendida; poco a poco los socios y el resto del personal se despidieron dejándolo concentrado en los reportes del avance de la película. Quedaba terminar la postproducción, el segundo corte del film había sido recibido con satisfacción por los ejecutivos, los cambios dados por los especialistas eran mínimos. Yasuda e Ijuuin se habían lucido. Ahora el que debía mostrar que podía vender por completo el producto era Kirishima, la publicidad estaba ya en su primera fase.

Alzó la cabeza del computador cuando la puerta se abrió dejándole sentir el olor a la comida que hizo gruñir su estómago. Zen se acercó con una sonrisa.

- Creí que te habías ido para la casa.

- Vine a recoger unos papeles e iba a invitarte a cenar, - dijo mostrándole las bolsas – pero me ahorraste un viaje.

- ¿Qué quieres?

- Bien, tenemos reunión con Eri en 48 horas y tu ni siquiera has querido comenzar a trabajar conmigo, así que si la montaña no va a Mahoma – pasándole una de las cajas y los palillos – Mahoma ira a la montaña – odiaba esa sonrisa. Pensó que, si hubiese vivido en la época de Lewis Carroll, indudablemente él había sido el modelo para el Gato Cheshire.

- ¿Vienes a trabajar? – comiendo el arroz, el castaño asintió. Yokozawa hizo un gesto de incredulidad, pero que más da, prefería estar con ese hombre a tener que aguantar a su madre instalada en "su" apartamento y a los molestos guardias que constantemente lo acompañaban.

La noche avanzó sin darse cuenta entre risas, insultos y juegos de palabras, analizaron los informes, definieron los posibles resultados e hicieron el plan de acción para el final del proyecto. Eran las cuatro de la mañana cuando las carpetas para cada uno de los departamentos estuvieron listas. Se las paso a Kirishima quien las repartiría, mientras recogía el material sobre la mesa. No le gustaba el desorden y ponerle trabajo innecesario a sus subordinados. El castaño lo observó detallándolo.

- ¿Sabes que es incómodo que mires así a las personas?

- Takafumi quiero que seas mi amante – la frase lo dejo frío, tratando de no demostrar la sorpresa, metió el portátil y siguió como si nada.

- Se hacía raro que no siguieras con lo de la apuesta – hablo con voz grave, no le daba la cara porque sus labios comenzaron a picar recordando la sensación del beso.

- No es por eso. Quiero estar contigo porque desde hace tiempo no puedo sacarte de mi cabeza – acercándose le paso un portafolio – Voy a comunicarme con Yasuda pero sé que al volver ya habrás huido, quiero mi respuesta hoy en la noche, porque después de la reunión con Eri, estoy seguro que desaparecerás.

No se equivocaba en ninguno de los dos casos, tan pronto entro a la oficina de Ijuuin él se subió al ascensor. Para el viernes haría oficial su retiro y la entrega del cargo a Henmi. Cuando llego al apartamento se encerró en su habitación, los esbirros de Lilith se frenaron ante una de sus órdenes, deteniéndose fuera del lugar.

Sentado en la cama decidió ver lo que había en el portafolio. Los dibujos lo mostraban hace ocho años en New York, y en sus primeros días en Japón. Zen lo había dibujado sin conocerlo.

Cuando iba a dejar todo en el piso cayó una hoja de cuaderno sobre la cama. La tomo riendo, ese hombre era un ser bastante especial, colocándola con el resto, se dispuso a dormir. Su cuerpo humano y su espíritu estaban agotados, mañana hablaría con su madre, era necesario que dejara de exprimirle la energía vital cada noche. Por ahora solo descansaría.

Concilio tan rápido el sueño que no vio la mano que tomaba el último dibujo.

-  Así que él es tu centinela.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).