Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Centinela por Mascayeta

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

La niña giro sobre su espalda atrapando con las piernas al hombre que era su contrincante. Con agilidad más que fuerza, logro tumbarlo para quedar ubicada en donde si atacara, seguramente lo mataría. Los aplausos del hombre que entraba en silla de ruedas, saco a la pareja de la escena. Con una reverencia Hiyori agradeció a su sensei acercándose a su abuelo. Mientras secaba su cuello, escucho las indicaciones del mayor. El ingreso a la escuela era estar un paso más cerca del asesino de sus padres.


Una vez aseada y cambiada, se dirigió a la limusina donde se encontraba su ojiisan. El carro partió con destino al instituto donde estaría desde ese momento. Siempre había estudiado con tutores, pero ahora era necesario que se relacionara con otros para poder probar hasta donde era capaz de reconocer a sus enemigos. Con calma, haciendo gala de una madurez asombrosa para su edad, logro realizar cada uno de los pasos del proceso de admisión. Los resultados normalmente demoraban una semana, pero como ya habían comenzado el año escolar, hicieron una excepción para darle la respuesta ese mismo día y así ubicarla en el grado respectivo. Con los papeles en la mano, agradeció a la directora y bajo a encontrarse con su acudiente, quien le ordeno volver a casa.


Tirando la carpeta sobre la silla posterior del auto, se acomodó en el asiento del copiloto, quedando encerrada en su propio mundo. Se pregunto si era necesario tanto requisito para solamente hacer creíble que era una niña normal. Los ojos del conductor se posaron en ella, con voz dulce escucho la pregunta que le volvió algo de alegría: ¿quieres un helado Hiyo? Asintió, él era su cómplice, alguien que no le exigía nada, solo que fuera ella: Una niña huérfana de 10 años.


El lunes la presentaron al grado quinto como una estudiante transferida. Fue bien recibida por todos, preguntando como era su antigua escuela, sus gustos, si había viajado... en un momento determinado no sabía muy bien hasta donde iba a ser capaz de recordar todas las mentiras que dijo por salir del paso. Agradeció cuando la profesora de Inglés llegó haciéndolos callar. El resto del día paso casi sin novedad, hasta que le toco elegir entre los clubes, inmediatamente se registró en defensa personal, pero el otro la ponía a dudar, fue cuando Yuki una de sus compañeras le propuso entrar a Artes. Abrió los ojos y negó con la cabeza; sin embargo, la niña la arrastro hasta la mesa de inscripción y en el oído le susurro algo que le provocó una fuerte carcajada, colocaron sus nombres y salieron. Tal vez estar en ese lugar no le disgustaba del todo.


Los meses pasaron, Hiyori y Yuki lograron convertirse en grandes amigas, por primera vez estaba viviendo lo que era ser niño. Aquí no tenía que ser ruda, practicar lenguas muertas, tratar de comprender símbolos y signos, simplemente disfrutar cada instante. Por tal razón, Kisa Shouta su conductor, se desvivía por complacerle cada una de las locuras se le ocurrían. Por fin podía mostrar lo dulce y bondadosa que era, alguien que tenía un carácter fuerte, lo mismo que un gran sentido de honestidad, respeto y responsabilidad. Kisa la escuchaba bromear y hablar de su talento para la pintura, y quejarse de lo mal que la estaba pasando en inglés y matemáticas.


Como era costumbre recogió a las ahora estudiantes de secundaria, Hiyo ese día cumplía 12 años, y junto con Yuki le habían rogado que las llevara a una firma de autógrafos de los seiyu de la película que vieron la semana pasada como regalo. El pelinegro se negó. Por ningún motivo iba a ganarse un nuevo regaño por parte de su jefe. Necesitaba el trabajo y si por algún motivo se enteraba de esa escapada, lo despediría sin remordimiento.


- ¿De quién te escondes? – la pregunta la hacía un joven de ojos cafés y pelo castaño quien le pasaba un té helado – o ¿quieres ir al baño?


- ¡¿Ah?! ¡No, no, no! – si antes estaba nervioso ahora su cara ardía por la vergüenza. Dios ¿por qué no se movía esa fila? Llevaban más de una hora ahí y no veía que las chicas avanzaran – Si mi jefe se entera de que estoy aquí con su nieta, me mata. – El chico se rio, le pidió que llamara a la menor. Asintiendo hizo señas a Yuki y Hiyo, quienes corrieron a su lado sin darse cuenta de que podían perder los puestos ganados. Fue cuando cayó en cuenta que fácil lo habían engatusado.


Tomando de la mano a Kisa, el castaño, arrastro al trio al fondo del set. Allí se encontraban no solo los actores de doblaje, sino también los productores. Los ojos de las niñas brillaron. El chico se aproximó a Ijuuin hablándole al oído, cuando el hombre miro al pelinegro, le palmeo la espalda y fue al grupo con una gran sonrisa.


Subiendo al carro con sus protegidas felices y recordando todo lo vivido, Shouta cerró la puerta y se dispuso a despedirse de su "bienhechor", hasta ese minuto verdaderamente lo detallo. El sonrojo volvió a su rostro cuando el joven paso su tarjeta pidiéndole no perder el contacto. Dándole un beso en la mejilla, regreso a la firma de autógrafos, y él a la limusina. Evadiendo las burlas y preguntas de las niñas, resolvió subir el vidrio que independizaba la cabina de conducción de la parte de atrás. Desafortunadamente se olvidó del intercomunicador, así mientras Hiyo lo usaba incesantemente, su amiga recurrió al celular. Derrotado, volvió a bajar la separación. Nunca pensó que el viaje hasta el complejo de apartamentos de Yuki sería tan largo.


Ijuuin y Yasuda le pasaron la fotografía que habían logrado de la niña. Una vez el joven castaño se aproximó al trío, reporto lo ocurrido en la salida del lugar. Con su espectacular sonrisa, se inclinó ante su Lord. Yokozawa le ordeno a Yukina Kou levantarse. La carnada estaba puesta, faltaba que el joven conductor picara el anzuelo.


Con los dueños de Mascarade S.A., acordaron el paso a seguir. Solo era cuestión de paciencia. El peliazul pensó que su madre siempre le había obligado a jugar a la defensiva, repasando la fotografía, considero que era momento de invertir la posición; además, si deseaban asesinarlo, lo mejor era morir con honor.


Los ojos rojos de la Criatura se hicieron visibles, había llegado el momento de saber de lo que podía ser capaz.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).