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Seven days por tadahdest

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— ¿De nuevo te han dejado?

 

Escandalosa risa que le hizo llevar las manos a cubrir sus oídos, tras esas palabras sintió la poca irritación del día incrementar, frunció el ceño con molestia, miró a su compañera con una expresión de pocos amigos y ésta, tras darse cuenta de que tal vez burlarse no había sido lo más prudente en el momento, cesó su risa y se encogió de hombros, restando importancia al asunto.

 

—Vamos, Jimin. Ha pasado tantas veces que ya hasta es gracioso, no me lo puedes negar.

 

Y pues, Jimin admitía que su compañera no estaba más que diciendo la verdad. ¿Cuántas veces habían sido ya? Él incluso no tenía interés suficiente como para siquiera tomarse la molestia de contar, así que no le daba importancia al asunto. Pero, siendo la clase de persona que era, que alguien le recalcara su  “realidad” si lograba molestarlo de sobremanera.

 

— ¿Quieres por favor callarte? —Siendo incapaz de seguir escribiendo, colocó el lápiz al lado de su cuaderno, emitiendo un fuerte sonido cuando este se estampó contra la paleta de su pupitre. Yeri se mantuvo observándolo por un momento, su rostro adquirió un semblante pensativo cuando comenzó a analizar la situación. Si su amigo estaba tan molesto por un simple comentario acostumbrado entre ellos, entonces algo inusual estaba sucediendo. —No es como si fuese algo relevante de todos modos.

 

La chica caminó en su dirección, deteniéndose cuando se encontró a una buena distancia que le permitiese obtener una mejor visión del rostro enojado de su compañero. Se encontró con una expresión apagada y labios ligeramente abultados. Yeri llegó a la conclusión de que si, efectivamente, algo le estaba sucediendo a ese sujeto.

 

—Pero lo es, ¿No es así? —Y como si hubiese dado en el clavo, un casi imperceptible brillo resplandeció fugazmente en los ojos del rubio. Ah, pero que a las chicas se les escapara algo de suma importancia no es nada fácil, Yeri captó perfectamente ese diminuto detalle, y, como la buena amiga que era, no tardó mucho en hacerse presente el sentimiento de preocupación que eso le despertó. — ¿Es que acaso ella si te gustaba enserio?

 

Jimin soltó un suspiro luego de escucharla, echó su cabeza hacia tras y la recargó en el respaldo del incomodo pupitre de madera. Dirigió su atención hacia la ventana, interrumpiendo el cuchicheo que mantenían un par de chicas ahí afuera. Jimin sonrió cuando ambas se sonrojaron, al parecer él era el principal tema dentro de su conversación. Pero aquella sonrisa lejos de ser autosuficiente, fue irónica. Porque ese era justo la razón que lo tenía todo molesto desde que se vio terminado por su ahora ex novia.

 

—Me dijo que no era la persona que ella pensaba. —Yeri, quien se había mantenido en silencio en espera de una respuesta, frunció los labios, siguiendo lo que salía de sus labios con total atención. —Eso me han dicho todas.

 

Y bien, ella no poseía un título en la licenciatura de psicología ni mucho menos, después de todo, en ese momento se quedó en blanco, sin la más mínima idea de qué sería bueno responderle a su desanimado amigo, por lo que decidió acercarse y darle un par de palmaditas en la espalda, todo en un vago intento de reconfortarlo.

 

—No es que eso me ponga triste, pero si me molesta. —Continuó Jimin, con la mirada en dirección a la ventana conforme las palabras salían de su boca. —Me hacen preguntarme qué tipo de persona piensan que soy, y es molesto.

 

—Tal vez piensan que eres una persona perfecta, una personalidad que está en armonía con tu rostro, porque, Jimin, tú sí que eres guapo.

 

Aquello hizo que el pelirrubio soltara una carcajada que se prolongó por bastantes segundos, dejando de lado el pesando ambiente que comenzó a formarse entre ellos luego de decir cómo se sentía. Yeri pensó que el chico se sortaria a llorar en cualquier momento.

 

Pero no sucedió, y ella sólo esbozó una sonrisa y esperó a que se recuperara.

 

—Ellas son siempre las que se declaran para salir conmigo, y luego se decepcionan cuando descubren que no soy como pensaban. No es mi culpa que presupongan el tipo de persona soy.

 

Encogiéndose de hombros, hizo un ademan con las manos, poniendo fin a la dichosa conversación que en primer lugar nunca estuvo de acuerdo en comenzar. O al menos eso fue lo que pensó hasta el momento en que su compañera se posicionó frente a él. Su expresión le hacía creer que ella tenía algo que decir al respecto, pero Jimin recostó la cabeza sobre la paleta de su asiento, hundiendo su rostro entre las manos y haciendo caso omiso a lo que se a que fuese a decir a continuación.

 

Si se detenía a pensar con calma las cosas, ¿Qué era lo que esperaba después de todo? No era más que un adolecente con la incapacidad de interesarse a fondo en las personas. Desde su ingreso a la preparatoria había salido con un sinfín de chicas, por las cuales había estado fascinado al principio por el buen aspecto que tenían. Era un hombre, después de todo era natural el interés que tenía por estar con alguien con grandes pechos y lindas piernas. Pero su interés siempre se limitaba a eso, no iba más allá de querer tocarlas para su propia satisfacción, y, aunque había intentado enamorarse de unas cuantas, todo quedó en un simple intento.

 

Entonces Jimin pensó que no debía estar molesto por algo tan estúpido, lo que esas chicas hacían era lo mismo que el hacía; ellas buscaban algo con él por su buen aspecto, y él las aceptaba por lo mismo.

 

—Si me preguntaras…

 

—No te pregunté, no me interesa.

 

Yeri soltó un bufido, exasperada por haber sido interrumpida de una forma tan grosera por su compañero, sin embargo, eso no frenó a su parlanchina boca, así que se aclaró la garganta escandalosamente con el afán de hacerle entender que no le importaba cuantas veces fuera interrumpida, ella diría lo que tenía que decir.

 

Jimin sonrió porque era justo lo que esperaba.

 

—Si me preguntaras, yo diría que piensas demasiado las cosas. Digo, algo como enamorarse nunca se sabe cuándo es que te pasara. Sólo date la oportunidad de conocer bien a las chicas y no te tomes las relaciones tan a la ligera.

 

Jimin se quedó dubitativo, no estando seguro si las palabras de Yeri tenían la precisión como para ser tomadas en cuenta, e incluso, si eran lo que él esperaba escuchar.

 

TaeHyung hizo presencia en la escena, asomó su desordenada cabeza por sobre el umbral de la puerta de entrada y se colocó frente a los chicos, manos en la cintura y mirada curiosa por la seriedad que observaba en sus caras. Jimin volvió a sentarse con normalidad, enderezando su espalda para responder a su creciente duda con una mueca de desinterés, no le apetecía seguir hablando de su drama y su reciente quiebre amoroso, así que se apresuró a detenerlo antes de verlo meter su cuchara.

 

—¿Alguien ya fue a recoger las pizzas? —Preguntó, y TaeHyung abrió los ojos como quien olvida hacer algo de suma importancia. —Yo voy, vuelvo enseguida.

 

Jimin salió del salón rápidamente, caminó por los pasillos repletos de ruidosos estudiantes hasta detenerse en la entrada del instituto. Bendita sea la pizza y bendita sea la olvidadiza cabeza de TaeHyung que le permitió escapar de ese lugar, pensó él.

 

Menos de diez minutos pasaron y el repartidor aún no aparecía para entregar su pedido, el rubio sacó de su bolsillo el teléfono celular en un intento de matar el aburrimiento. Tal vez ofrecerse de voluntario no fue la mejor decisión del momento, debió sólo ir al baño para zafarse.

Estiró perezosamente los pies sobre la acera, ¿Estaría muy mal si se tiraba a dormir en ese lugar? No es como si eso fuese considerado un tabú, así que colocó las manos sobre la cabeza y cerró los ojos, manteniendo atento su sentido auditivo por si escuchaba al repartidor acercarse.

 

— ¿No crees que es raro que estés aquí tirado como un vagabundo?

 

Una voz se hizo escuchar a lo lejos, un tono burlón estaba implícito en la mención y Jimin abrió los ojos con curiosidad para mirar en dirección de dónde provenía. Si había sido arrollado por una motocicleta arriba de la acera bien lo podía creer, porque parado justo frente a él, ahora se encontraba un apuesto joven de cabellos negros, su piel era blanca y el aura que desprendía al simple vistazo era la de un ser de otro mundo, siendo exagerado, él era tan apuesto que parecía un ángel.

 

Y no es como que Jimin gustara de los chicos, para nada.

Notas finales:

Este capitulo entá inconcluso, subiré una segunda parte cuando me nentre la insporacion de continur. ¿?

Esper y tan siquiera les haya llamado la atencion, nos vemos en sel siguiente. <3


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