Gemido tras gemido salía de su boca, era difícil entender lo que trataba de decirme, no sabía si me decía que me detuviera o que fuera más rápido, de lo que estaba seguro era que lo estaba disfrutando, ya cuanto tiempo teníamos haciéndolo, no lo sabía pero parecía una increíble eternidad, no quería detenerme nunca, quería seguir hundiéndome en su cuerpo tan perfectamente inmortalizado.
Ya teníamos juntos casi un año y todas y cada una de las veces que lo hacíamos era diferente y placentera, se entregaba a mí con tanta devoción que era difícil seguirle el ritmo, aun así lo amaba tanto.
Por fin el acto llego a su fin, salí de el con cuidado procurando no lastimarlo bese su espalda grande, sus brazos bien formados, bese su hombro y su cuello, con mis brazos rodee su cintura, y descanse mi cabeza junto a la suya. Así lentamente ambos dormimos.
El día trascurrió y entre descanso y descanso pensaba en mi pareja, que me esperaba impaciente en nuestra casa para hacerlo una vez más, pero el día estaba en mi contra parecía que nunca terminarían los pendientes, cuando por fin pensé que todo acabo, tendría que hacer un vuelo de urgencia a otra ciudad, el helicóptero estaba listo para salir rumbo al aeropuerto y yo tan fastidiado, quería terminar rápido.
Al llegar a la otra ciudad la presentación se alargó pasando la media noche, ahora por fin podía salir de ahí para ir con él, o eso era lo que pensaba, con quien acaba de firmar contrato me ofreció amablemente una noche de diversión en uno de los más exclusivos centros nocturnos de la ciudad, y la verdad me lo merecía otro día podría ver a mi novio.
- Steve, no me esperes despierto… si lo sé, prometí que llegaría temprano pero… estoy en otra ciudad y el cliente me invito a… si lo entiendo… mejor mañana platicamos, te amo descansa- sé que todos me miraban pero no me importaba era la verdad, nunca me avergonzaría de ello.
Entramos al lugar, era amplio poco iluminado como lo esperado, con música electrónica tocando a todo lo que da, haces de luces de colores eran lo que daban la poca iluminación, la pista era amplia, rodeada por mesas, al fondo una enorme barra; subimos por unas escaleras para llegar a la zona VIP, tomamos nuestra mesa, creí que lo disfrutaría un poco pero estaba cansado, no faltaba mucho para que me fuera de ahí, tal vez bajaría un rato me divertiría con algún crio, aún no estaba completamente decidido, el mesero llego.
- Un Dalmore Selene on the rocks- todos pidieron bebidas igual de extravagantes.
- Entonces ya encontraron algo que les llame la atención allá abajo- baje la mirada buscando algo interesante y parecía que realmente hoy no era mi día, todos asintieron mirando a un lugar en especifico, dirigí mi mirada al mismo lugar que ellos.
La boca se me seco, las manos me sudaron, todos mis músculos se tensaron, mi corazón dio un golpe fuerte contra mi pecho, parecía que tenía la misma cara de todos, quede hipnotizado por la persona que acaparaba toda la atención, tenía una hermosa piel ligeramente bronceada, cabello castaño, lo acomodaba con su mano llevándolo hacia atrás, llamando aún más la atención, tenía unas cejas semitupidas que enmarcaban unos hermosos ojos color azul, el azul más hermoso que había yo visto en mi vida, una nariz perfilada y unos labios finos semiabiertos, provocando que su rostro tomara un aire seductor tenía puesta una camisa y pantalón negro Dolce & Gabbana y unos zapatos clásicos Oxford de Dior, parecía que también había salido de trabajar. Veíamos hechizados como movía su cuerpo perfectamente trabajado al ritmo de la música de un lado a otro seduciéndonos cada vez más con cada movimiento.
Mis acompañantes uno a uno probaron suerte y todos ellos recibían lo mismo una ligera caricia una sonrisa, una mirada picara y un adiós, mi trago hace tiempo me lo había terminado pero esperaría mi turno pacientemente.
Llego mi turno baje rápidamente la escalera, un idiota trataba de bailar con él ya era casi la quinta vez que lo rechazaba, me acerque por detrás, tome su cintura con mis manos y lo atraje con fuerza hacia mí, giro su rostro, sonrió, coloco su mano en mi mejilla, atrayéndola hacia el para besar mi mentón, sentí sus labios y mi cuerpo vibro, siguió bailando en esa posición dejo que lo tocara un poco más, sentí sus músculos bien formados, la canción llegaba a su fin, se giró, sabía que se despediría y me daría una ligera caricia, me sonreiría, me lanzaría una mirada picara y se iría con alguien más.
Nos miramos de frente y supe que con solo una palabra, él podría obtener todo lo que quisiera de mí, el deseo me invadía por dentro, no pensaba con claridad, esta noche no lo dejaría ir, haría lo que hiciera falta para estar con él.
Cuando acerco su mano para acariciar mi brazo ligeramente, lo tome con fuerza y lo rodee, no deje que en ningún momento se separara de mí. Busque sus labios desesperadamente y me correspondió, sentí la lujuria recorrer mi cuerpo, célula por célula, utilice todos los trucos que tenía y las palabras inconscientes invadieron mi boca, acerque mis labios a su oído, mordí ligeramente su lóbulo y las palabras fluyeron solo para él- vamos a mi habitación- sabía que no me rechazaría hace rato dejo de luchar para alejarse de mí, con sus brazos rodeo mi cuello, acerco su rostro al mío, beso el lóbulo de mi oreja, escuche su voz, ronca por el deseo.
- No, el juego termino- me quede paralizado y deje que se fuera, no sé cuánto estuve ahí, pensé que se iría conmigo pero me rechazo, regrese a la mesa y desde ahí observe como dejaba que otros hombres se esperanzaran con él, comencé a beber, me sentí humillado, ahora lo quería más que antes, enserio hoy no era mi día, o tal vez había perdido el toque.
Me fui al hotel esperando olvidarlo pero seguía invadiendo mi mente, su loción Clive Christian se quedó muy grabada en mi cerebro, esa noche no pude dormir, el vuelo en el avión fue igual de tedioso y yo con el humor que me cargaba, llegue tan rápido como pude a mi casa, busque en todos los rincones a Steve quería quitar de mi mente a aquel hombre y lo encontré en el despacho tratando de usar la computadora, me acerque a él y sin siquiera saludarlo, bese con desesperación sus labios sentí su sobresalto, aun así con sus brazos rodeo mi cuello y el beso se intensifico.
Se levantó de la silla para sentarse en el escritorio, dejo que lo desvistiera y el me desvistió con urgencia, me acomode entre sus piernas cuando estuvimos completamente desnudos, me hundí completamente en él, no espere que estuviera preparado, sabía que lo hería pero nada me impediría tomarlo, aun estando dentro de mi novio sentía los labios del otro. Me movía bruscamente buscando satisfacer mis necesidades, no podía evitarlo. Entraba y salía con violencia, lo cargue con mis brazos para poder girarlo y poder hundirme más profundamente, emitía algo parecido a gemidos ahogados, no me dijo que me detuviera y aunque lo hiciera no me detendría.
Termine dentro de él y me sentí peor, salí de el con cuidado, sabía que le había hecho daño, no me reclamo solo se dejó hacer, era la primera vez que lo hacíamos con esa intensidad, lo abrace y bese su cuello, lo gire con cuidado para poder besar su pecho, descendí un poco buscando su ombligo e introduje mi lengua, me detuve un momento ahí, deje de estimular su ombligo y me aleje, con una de mis mano tome su miembro aun erecto, signo de que no lo había disfrutado para nada, y lo lleve a mi boca lo succionaba y lo chupaba a placer, con mi otra mano baje hasta su ano e introduje mis dedos los sentí demasiado húmedos y cuando los saque estaban cubiertos de sangre y semen, subí hasta su rostro y lo volví a besar, lo masturbaba tratando de borrar mi estupidez, me disculpe una y otra vez, pero no me respondió nada. Por fin eyaculo en mi mano, y el remordimiento descendió.
Me sentí mal por pensar en el otro, pero en verdad no podía evitarlo, las ansias disminuyeron, su imagen y su olor se habían desvanecido por el momento. El tiempo trascurrió y pensé que lo había sacado completamente, mi relación con Steve poco a poco regresaba a lo que en algún momento habíamos tenido.
Una vez más los negocios me llevaron a Metrópolis, el recuerdo parecía lejano pero persistía, baje del avión y dentro del aeropuerto estaba completamente lleno de personas y de prensa, por un momento pensé que era por mi hasta que me ignoraron completamente escuche como ovacionaban a alguien, oí varias veces la frase “voy a pedirle que me haga un hijo” y me fastidio, tal vez había coincidido con un artista.
Los negocios terminaron tarde y fui a parar al mismo lugar, sería estúpido pensar que coincidiría con él de nuevo. Pero a veces va el diablo y se pone de tu parte, él estaba ahí en la misma pista igual de impecable que la vez pasada, igual de llamativo, aun muchos querían estar con él y yo era uno de ellos, me volvió a obsesionar la idea de tenerlo para mí.
Llegue a la pista me atreví a besarlo, me correspondió y sabia a alcohol. Acerco su cuerpo al mío y sentí su excitación. Trate de resistirme a él pero froto discretamente más su cuerpo al mío después de una canción me sentía igual o más excitado.
- Ven esta vez a mi habitación- le dije al oído, esperando que me rechazara igual que la vez pasada.
- Puf, que lento eres- y antes de que acabara la canción, beso mi mejilla una vez más y comprendí que esta vez no se negaría, lo tome de la mano y lo saque del local tan rápido como podía, pedí un taxi y nos fuimos a mi hotel, en ningún momento deje que sus labios se despegaran de los míos, a menos que fuera necesario. Entramos a la habitación a trompicones, besándonos, chocamos con todo, caímos sobre el piso no sé cuántas veces, ni siquiera pudimos llegar a la cama y sobre el sillón que estaba en el pent-house le quiete la ropa con desesperación, su piel poco a poco fui descubriendo y besando cada rincón de ella, era extremadamente suave, todo en él era perfecto, tenía múltiples cicatrices que adore.
Sentía que su piel me quemaba cuando la tocaba, su pene erecto, su glande hinchado clamaban por atención, me arrodille, abrí sus piernas pidiendo silenciosamente permiso, se acomodó en el sillón permitiéndome un completo acceso a su hombría y pude observarlo completo, su pene erecto sus testículos inflados, su periné contraído y su ano completamente expuesto, sentí mi presión aumentar y desee urgentemente penetrarlo, use mi saliva como lubricante estimule su ano delineándolo con mi dedo medio y lo introduje lentamente en ese pequeño esfínter espere un momento a que se acomodara a la intromisión, de sus labios suspiros escapaban, su pecho subía y bajaba rápidamente. Su piel se perlaba de sudor.
Un segundo dedo le hizo compañía al primero, los abría tratando de dilatarlo, no podía seguir siendo cuidadoso, sabía que no estaba bien preparado pero ya no podía resistir saque mis dedos, listo para introducirme, me detuvo.
- Usa preservativo- su voz ronca por el deseo me ordeno, la petición me desconcentro lo mire, busque en la mesita que estaba al lado del sillón y los encontré, rápido lo abrí y me lo coloque, me hundí en el con un solo movimiento y se me antojo demasiado apretado, perfectamente amoldado alrededor a mi pene, lleve sus piernas alrededor de mi cintura. Su respiración se cortó por un momento, no podía soportar más tiempo sin moverme, en cualquier momento podía eyacular por la deliciosa presión que ejercía en mí.
Comencé lentamente primero de adelante y atrás, una placentera oscilación al compás de mi lujuria, la excitación aumentaba, nuestros gemidos inundaban la habitación, nuestra piel por el sudor se pegaba, mis testículos golpeaban con fuerza sus nalgas provocando ese característico sonido, el calor aumento, gire su cuerpo sobre el sillón y pude observar cada una de las cicatrices que tenía, eso no me distrajo de mi trabajo de hecho me sentí más atraído, me infiltre con más ímpetu, aumente el vaivén de los músculos de mis nalgas para producir rápidas y poderosas penetraciones
Sentí la elevación de mis testículos, indicios de que el fin estaba cerca, tome su virilidad con una de mis manos para masturbarlo, mientras con la otra sujetaba su cintura para guiarlo en cada embestida.
Mis testículos se hincharon más, una corriente eléctrica me invadió y comprendí que él había llegada al orgasmo por que sentí mi mano mojada por su semen y por la deliciosa presión que su esfínter rectal ejerció en mi al contraerse, sentía los espasmos reflejos del orgasmo y mi uretra igualmente se contrajo provocando que tuviera una fuerte eyaculación. Salí de él cuidando que el condón no diera problemas, me lo quite y lo fui a tirar al baño.
Al salir y dirigirme de nuevo al sillón me sentía tan completo, lo mire, esperaba que el hacerlo con él, desaparecería la ilusión. Pero al observarlo, como se acomodaba en el sillón boca arriba, rubicundo, con los ojos cerrados, los labios ligeramente abiertos, su pecho subía y bajaba, su abdomen bien trabajado y lleno de su semen su piel húmeda, su pene flácido, sus brazos en completa extensión y las piernas completamente abiertas, mi hombría volvió a reaccionar al exquisito estimulo visual, por esa imagen tan etérea.
Lo volvimos hacer pero deje que él me poseyera, eso casi nunca pasaba pero me sentía tan bien con el dentro, no había sentido esto en tanto tiempo. El cansancio después de 2 posiciones y 3 eyaculaciones y cambio de roles, fueron suficientes para los dos; dormimos juntos y procure abrazarlo a mi cuerpo aspirando su loción.
El amanecer llego y yo seguía hipnotizado bese su espalda y su nuca una vez más, despertó sobresaltado me miro extrañado- ¿Qué hora es?-
Lo mire no podía creer que me preguntara por la hora, no a estas alturas – son las 9:23- respondí un poco molesto. Trate de mantenerlo a mi lado pero su fuerza me supero, quería hacerlo con él una vez más antes de regresar a la realidad.
- Me voy, es tarde, muy tarde- se separó violentamente de mi para buscar su ropa, se vistió como pudo y salió de la habitación, yo trataba de seguirle el ritmo pero al parecer mis zapatos no querían cooperar, cuando cerró la puerta principal entendí que se fue sin siquiera despedirse, Salí sin un calzado tratando de alcanzarlo y el estúpido elevador no llego, regrese a la habitación para ver si me había dejado algo pero nada.
Tan distraído estaba con su presencia que ni su nombre le había yo preguntado, quería volver a verlo, costara lo que costara lo tendría de nuevo conmigo, en el avión aún seguía pensando en él, que absorbente se había vuelto.
Llegue a casa, bese a Steve en los labios y estos me supieron insípidos, el brillo de la perfección que lo rodeaba desapareció, ya no me parecía tan impactante como mi furtivo compañero, ambos eran tan diferentes, ahora no era más mi serendipia.
Me rodeo con sus fuertes brazos y se me hicieron grotescos, demasiados grandes, sentí la presión que ejerció en mi espalda, trate de despejar de mi mente su recuerdo y trate de concentrarme en mi novio. Bese su cuello y la textura de su piel se me hizo extraña me pareció demasiado ajena, no podía sentir mi libido brotar, antes con un beso de él era suficiente para que surgiera, pero nada ocurrió, lo despoje de la poca ropa que llevaba, bese su piel como lo hubiera hecho antes, poco a poco sentí como mi cuerpo comenzaba a responder, pero no me sentía con ganas, deje que él me amara pero nada, ya no sentía lo mismo, el encanto se había acabado y el gusto me había durado poco.
Tome un baño para borrar el olor que había dejado Steve en mi piel, me mareaba, tarde tanto como nunca antes, cuando por fin salí, en mi mente solo estaba la obsesión de encontrarlo.