Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sueños cariñosos por MenitRixa

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bueno, los personajes son de Oda, y el resto es una amalgama de mi pobre cabeza :'D.

Notas del capitulo:

No es muy complicado de entender, está en tiempo presente, algo no muy corriente, pero como lo escribí el mismo día que lo soñé...

Te veo abajo.

He despertado con un dolor de cabeza terrible, tendida en una cama, en una habitación estrecha y poco iluminada. Me dolía el costado (el día anterior había entrenado y recibí un golpe del que no me defendí bien, aún me duele pero como otras veces), miro un poco a mi alrededor y he oído la voz de Law. Distante, profunda y masculina; parecida a la de Hiroshi Kamiya, pero en español.


– Lo has vuelto a hacer. – Sonaba muy cabreado pero no exageradamente.


– El qué. – He respondido seca.


– Me has robado la espada y te has ido por ahí a cortar cosas. No has pillado a alguien de milagro.


Me he reído un poco. Uno de mis pasatiempos favoritos son las armas cortopunzantes y utilizarlas sobre cualquier material, desde metales, madera, huesos, hasta carne. Mi congelador da miedo.


– Te voy a vendar. – Me he reincorporado sobre la cama.


– Me haces daño.


– No te estoy tocando.


– ¡Me estás tocando!


– ¡No te estoy tocando!


Ha sido un poco angustioso: hacía calor, estaba oscuro y ya me dolía de por sí. Al final no ha hecho nada y se ha rendido. Acerca una silla y se queda a mi lado soltando un laaargo suspiro.


– Law. Te diré un secreto: te shipeo con Zoro. – Se ha quedado en silencio, mirándome. Y de repente…


– ¿En serio? Bueno… – Por un momento pensaba que se pondría histérico. Ahí me he dado cuenta de que era un sueño bastante ligero.


– Y… Qué te parece.


– Bien, supongo. – Parecía muy tranquilo, como si se lo esperase.


– De todos los Mugiwara, hombres, ¿con quién preferirías una relación? – He preguntado sin tapujos. Se ha quedado unos segundos pensativo y ha contestado. Lógicamente la respuesta estaba influenciada por mi propio subconsciente.


– Con el que más más… Supongo que Zoro, se piensa que es mayor pero parece que tenga la “edad del pavo” de un adolescente, así que sería genial derrotar sus fortalezas, y a mí no me afectaría. Después, seguro que Sanji, aunque que se le caiga la baba detrás del culo de las chicas me parece patético, incluso para su edad. Luffy sería el último de todos, incluso de las chicas, con el que tendría una relación, es tan infantil que me repele; podría utilizarlo como me diese la gana.


– Ya… Igualito que durante la alianza… Y, bueno, ¿qué harías con Zoro? Digamos, en una primera cita.


– Le llevaría a un buen restaurante, debería guardar las formas y ahí empezaría mi acción pasiva. Hablaríamos de todo un poco, pediría una botella de Moët & Chandon, o dos. – Sonríe pícaro. – Después acabaríamos más o menos tarde, así que iríamos a beber. Él seguro que pediría sake, a mí no me apasiona pero compartiríamos la botella. Cerca de las cinco de la mañana, regresando hacia el Thousand Sunny nos apoyaríamos el uno en el otro hasta llegar allí…


– … Y, ¿alguna cosilla más? No sé… Ya sabes...


– Nop, nada más. He ahí el truco. Zoro aguanta bien el alcohol, lo suficiente como para recordar esa noche. La siguiente vez que nos reencontrásemos sería varios meses después, y con suerte se quedaría con ganas de más.


– Entonces le rematarías, ¿no?


– Por supuesto. Haría todo lo posible para que los Mugiwara y los Piratas Heart coincidieran en una isla en la que hubiese alguna fiesta, como un festival de verano o algo por el estilo. En esas cosas suelen haber tiendecillas de comida y eso. Volvería a quedar con él y recorreríamos esos puestos tranquilamente los dos solos, de nuevo compraría una botella de sake igual a la de la primera cita, los recuerdos olfativos a veces son más fuertes que los sabores y al ser un producto tan fuerte, despertaría el posible apetito sexual que le corté antes. Sería buen momento para estar a solas, un sitio alto, libre de miradas indiscretas. Y después, bueno…


– ¿Lo empotrarías?


– Contra un árbol si fuera necesario. – Acabó la frase. – Pero le haría el amor, no sexo porque sí. Eso es importante…


 


Después de eso ya no me acuerdo si ha pasado algo más, porque cierta criatura gatuna blanca y gorda, se le ha ocurrido una gran manera de despertarme: tumbándose en mi cabeza. Cuando he empezado a asfixiarme me he despertado. Lo que me estaba molestándome en las costillas era el tocho de libro aplastándome las tetas y eso era lo que me dolía.


Por lo visto tengo un modus operandi de ataque pasivo en el amor que no sabía hasta ahora.

Notas finales:

Pues creo que ha quedado bastante claro. Como no le tengo echado el ojo a nadie, nadie corre el riesgo de que yo le enamore usando sus sentidos en su contra xD.

Nos vemos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).