Byun Baekhyun odiaba el verano.
Y no, no era debido al calor o al sol, o a que lo días se alargasen.
Odiaba el verano, porque nunca tenía dinero.
A sus dieciocho años, y reciente carrera comenzada, el verano era una época del año nefasta. Sus padres se negaban a darle dinero para "tonterías", dejándolo sin posibilidad alguna de salir con amigos, conocer chicos, o siquiera comprarse un helado cuando las ganas lo atacasen improvistamente.
Estaba harto de oír a Jongdae quejándose del otro lado de la línea.
-¡Awaee Baek! ¡Nunca tienes dinero!-
Y Baekhyun quería golpearlo y luego golpearse, porque su amigo era simplemente demasiado bueno resaltando lo obvio y haciéndolo sentir como un gran perdedor.
Sin embargo no todo acerca de Chen, como el llamaba a su amigo quejica, era malo, no.
Fue Minseok, el novio de aquel idiota, quien un día envió un mensaje a Baekhyun con la foto de un clasificado.
En el se ofrecía la posibilidad de una resolución inmediata a su falta de dinero.
Baekhyun podría haberse puesto pretencioso en momentos de menor necesidad económica. Pero dadas las circunstancias, no le importaba.
Y por esa razón, o por la magia del destino, acabo muriendo de calor dentro de un traje gigantesco de animal salvaje. Saludando niños a las afueras de la ciudad, en el zoologico local.
Sí, disfrazarse de algo parecido a la mascota de un equipo de baloncesto todos los malditos días de verano, y morir hervido en sudor dentro de ese traje no era su idea inicial de trabajo de verano. Por supuesto. Pero la paga era considerablemente buena, y finalmente podría hacer algo divertido durante los domingos calurosos de vacaciones.
Fue así que conoció a Park Chanyeol, o bueno, le hubiese encantado conocerlo. Pero fue imposible en aquel momento.
Baekhyun estaba agotado.
La brisa de la tarde finalmente comenzaba a circular con mayor libertad a lo largo de toda la reserva natural. Ya no entraban familias con menores, en una hora los portones de ingreso se cerrarían. Y el chico casi podía palpar la libertad con la yema de los dedos.
-Oye, Baekhyun. Ya puedes quitarte eso- habló Taeyeon, su superior inmediata, y le cerró un ojo antes de desaparecer con gracia a través de los caminos que llevaban a la cabaña de administración. Iba a buscar la paga de Baekhyun por el día.
Dejó salir un suspiro mientras se quitaba la enorme cabeza de panda, y dejaba que el aire le acariciara la cara. Sintió un poco de frío debido al sudor que le surcaba la nuca y el pequeño viento que se erguía contra su cuerpo delgado.
-¿Crees que mañana llueva? Yo creo que no.- Baekhyun oyó una voz trás el. Demasiado tenue como para que estuviese hablándole , incluso si no había nadie a la redonda.
-¿Eh?- se volteó y se encontró con la espalda de un muchacho alto, bien, muy alto. No estaba hablándole a el, sino a los osos perezosos. Baekhyun rió un poquito.
Con la enorme cabeza de panda en las manos, se acercó.
-Son demasiado flojos como para responderte ¿No crees?- terminó de hablar con una sonrisa.
El chico alto bajó la vista aterrorizado.
Observó a Baekhyun como si fuese un auténtico anormal.
Sus ojos eran enormes, Baekhyun podía decirlo con verlo sin más, pero en ese momento, lucían como si fuesen los más enormes ojos sobre el planeta tierra.
Baekhyun se sintió muy bajito, muy indefenso, y muy tonto de pronto.
El otro seguía observándolo con pánico a lo largo de todas sus facciones.
¿Había dicho algo malo? ¿Se supone que no dijera que un perezoso era "flojo" dentro de un zoológico?
-¿Baekhyun? Olvidalo cariño. Chanyeol no habla con personas. Aquí está tu paga por las horas de hoy.-surgió Taeyeon de pronto. Miró a Chanyeol con superioridad disfrazada de compasión, y se alejó de allí escoltada por Baekhyun. Quien mientras se dirigían al acceso de salida del enorme predio, se atrevió a preguntar: -¿ Por qué no habla con personas?-
Taeyeon era reservada, lucía como una muchacha de su edad, pero en sus modos, Baekhyun podía notar que era mayor que él. Sin embargo, no fue escueta a la hora de brindarle la información, necesaria, y más, acerca de Park Chanyeol.
Era el hijo del dueño del zoológico.
No hablaba con personas porque tenía una especie de temor desbordante, una " fobia"
-¿Fobia a las personas?- preguntó antes de que se separaran en la puerta rejada del servicio.
-Sí, antropofobia, o antrofobia, no lo recuerdo. No te le acerques mucho ¿sí? Puede dar mala vibra hablando con los animales en plan friki, pero te acostumbrarás rápido a evitarlo.- cerró la verja, dejando al muchacho del otro lado, con un gesto contrariado.
Baekhyun podría jurar, que por un momento, mientras aquel muchacho hablaba con esos perezosos, con gesto sereno, había lucido realmente hermoso.
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