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All Good Things por Dagi

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Notas del fanfic:

Sin beta.

Mayormente Fluff.

 

Notas del capitulo:

Castiel se giró de espaldas y trató de que no quedara ninguno espacio entre ellos. Los labios de Dean eran cálidos y adictivos. No quería que este momento se acabara...

Castiel estaba solo y desesperado.

 

El pequeño Steve no dejaba de llorar y mientras juntaba el bolso y las llaves, le mandó un texto a Nora para avisarle que llevaría a su bebé a la guardia pediátrica.

 

***

—Vamos, Castiel... recuéstate en el sofá. Yo llevaré a este lindo bebé a descansar.

 

Cas asintió como respuesta y vio como su amiga llevaba a Steve a su cuna. El doctor comprendió su preocupación y lo atribuyo a un desconocimiento de padre primerizo. Su bebé sufría unos leves cólicos, pero nada que podría ser de gravedad. Sin embargo, para Castiel ser testigo del llanto desconsolado de su bebé provocó que el pánico tomara el control de la situación.

 

Cerró los ojos e intentó tranquilizarse.

 

No supo en que momento se quedo dormido, pero fue despertado por Nora. La mujer le tendió una taza de té y se sentó a su lado.

 

—Steve...—dijo mientras se reincorporaba.

 

—Está bien. Duerme profundamente.

 

—Gracias, Nora. Yo... no sabía a quien mas recurrir—añadió con un suspiro—. No estaba mojado, no quería comida...

 

—Bueno, sé lo que se siente. ¿Te acuerdas que tengo a Tanya? Nadie llega con un manual para ser padres— hizo una pausa y siguió—. Además... hay algo que no me estas diciendo, Castiel.

 

—¿Qué...?

 

—¿Llamaste a Dean? ¿Qué sucede entre ustedes dos?

 

Cas apartó la mirada.

 

—Esta en el trabajo. No quiero molestarlo.

 

Hace dos días que no veía a Dean luego de su discusión. Dean debía cumplir con sus guardias y sólo se comunicaban a través de textos para saber como se encontraban.

 

—¿Crees que no le importaría saber como esta el bebé?

 

—Claro que si.

 

—¿Entonces?

 

—Nosotros discutimos y no nos despedimos en buenos términos—murmuró. Hablar de sus temores le causaba un nudo en su estómago—. Dean... Dean tenía una vida antes de conocerme... todo fue un gran cambio y últimamente no puedo dejar de pensar si un día... si un día él se da cuenta que tal vez esto no es lo que realmente desea... si decide alejarse del bebé y de mi.

 

La mujer suspiró y agarró su antebrazo.

 

—Sé que todavía no crees que las cosas buenas están pasando y estoy segura que Dean y tú tendrán mas peleas por delante, pero debes luchar con tus problemas de autoconfianza. Con tus inseguridades, Castiel—repuso con una suavidad en su voz—. Dean pasó un infierno para recuperarte. Y eso demuestra lo mucho que te ama. Ambos pasaron por un periodo de mucha tensión... Hay un pequeño que los unió y es más fuerte que todas las dudas y las habladurías.

 

¡Dios! Tenía razón. ¿Cómo podía olvidarse de todo aquello?

 

Cas dejó la taza sobre la mesita de café y se aferró a Nora en un fuerte abrazo. Toda su angustia se desvaneció con las lágrimas que se deslizaban por el hombro de su mejor amiga.

 

***

 

La noche había sido agotadora. En cuanto se quedo solo, Castiel estuvo un tiempo mas vigilando a Steve y dándole un suave masaje para aliviar sus dolores.

 

Su cuerpo le pedía un poco de descanso y cayó exhausto en la cama. Cas se acomodó y sintió unas puntadas cerca de la herida de la cesárea. Se quejó y buscó la mejor posición para poder dormir. Una vez estirado, sus ojos no tardaron en cerrarse y Castiel se dejó llevar a la deriva.

 

Entre la neblina del sueño, percibió un peso adicional en la cama. Cas fue más consciente de la presencia de Dean cuando fue envuelto de manera protectora por sus brazos. El dormitorio seguía a oscuras, pero a través de las cortinas se veía el amanecer. Intentó levantarse para ver a Steve pero Dean lo detuvo.

 

—No te preocupes, acabo de verlo—dijo en voz baja—. Cuando recibí tu mensaje, hice lo imposible para llegar con ustedes.

 

Cas soltó un suspiro tembloroso. Tal vez debía hacer borrón y cuenta nueva de todo lo sucedido entre ellos, pero ya era momento de empezar a enfrentar sus problemas.

 

—¿En serio, Dean?—preguntó y la respuesta llegó de inmediato.

 

—Si, Cas—respondió con sinceridad—. Ya arreglé todo en el trabajo y decidí tomarme una licencia por estrés. Quiero estar junto a ti... junto a Steve. Los amo... y no quiero que estén solos.

 

Y ahí estaba toda la prueba que necesitaba escuchar Castiel.

 

—Nosotros también te amamos—susurró y fue en busca de los labios de Dean. Obtuvo su recompensa cuando Dean presionó su boca con la suya.

 

—Demonios, Cas... te extrañé—murmuró contra la boca de su amante. El beso se volvió mas desesperado y transmitía todo lo que no se decían con palabras—. No quiero que estemos distanciados. No quiero que sientas que todo lo que construimos pueda desaparecer...

 

Castiel se giró de espaldas y trató de que no quedara ninguno espacio entre ellos. Los labios de Dean eran cálidos y adictivos. No quería que este momento se acabara, pero tuvo que romper el beso con un gemido ahogado. Enterró su cara en el cuello de Dean y se mantuvo en silencio hasta que volvió hablar.

 

—No somos perfectos, Dean. Pero sé que podemos dar lo mejor de nosotros.

 

Dean deposito otro beso en su cabello y le susurró al oído.

 

—Lo haremos... un paso a la vez. Te lo prometo.

Notas finales:

Gracias por leer.


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