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Jaula de Cristal por ipen shidemiru

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Notas del capitulo:

Hola~~

 

Perdón por la demora, estaba en investigación de campo para este fic(?) :D

 

Gracias por sus respectivos, recuerden que yo respondo después de subir un capítulo, así tiene aviso de que ya hay actualización jajaja

Días después de aquel cruce de palabras llegó a casa un muchacho de complexión no tan alta, cabello corto y lentes. Vestía de ropas de clase media. No se notaba extranjero pero su asento difería ligeramente al mío o al de la servidumbre o todos aquellos que me rodeaban.
 
— Su nombre es Matsumoto Takanori. Nos conocimos hace un tiempo, es joven pero su trabajo en literatura y pintura lo hacen la mejor elección para Ren.
 
Matsumoto era igual que yo. Igual que Ren.
Una figura destinada a algo fuera de sus deseos… 
 
— Mucho gusto, soy Matsumoto Takanori y seré el profesor de Suzuki Ren. Espero podamos dar lo mejor de ambos para el beneficio de todos.
 
Hice  una reverencia antes de responder algo de acuerdo a la situación. Tal y como me habían preparado para ser consorte de un terrateniente, para ser gestor y tutor de un menor y rostro [de alguna forma] de negocios de mi difunto esposo.
 
Matsumoto y Akira salieron juntos en cuanto el ejercicio de protocolos término. Dieron un paseo por los alrededores, visitaron a Ren y  los que serían aposentos de Matsumoto. 
 
La habitación fue preparada desde días antes con seda, algodón y satín. De color oscuros y con una iluminación más allá de cualquier otra. Un dosel enorme capás de mantener sus ojos sin un solo rayo de luz y un manto de plumas adquirido especialmente para él.
 
Sinceramente, me atreví a creer que serían algún tipo de amantes. No me parecía extraño que con esa extrema libertad de la que Matsumoto presumía no eligiera la oportunidad de, por lo menos, saborear los colores que se desvanecerían cuando menos lo esperase. Además, Akira siempre le tendía algún presente por más insignificante que pareciera. No le importaba irrumpir las lecciones de Ren por hablar con Matsumoto o entrometerse en una conversación dejándome a un lado si eso resultaba en tener la atención del profesor.
 
Matsumoto fue una persona muy atenta y agradable durante toda su estadía. Jamás negó o afirmó ninguno de mis pensamientos, seguido pasaba por alto todos las visitas de Akira y prefería concentrarse en su trabajo.
 
Matsumoto siempre habló conmigo de forma muy correcta, tal y como lo esperaba de *alguien como yo*. Jamás entablamos *amistad*, jamás nos permitimos ser tan cercanos. No sé porque. Ahora que lo pienso, tal vez fui yo quien rechazo la oportunidad que no notaba. Pero tampoco supe como actuar, tener a alguien más en casa con tal grado de importancia para todos, incluso importante con Ren, Ren que había sido solamente mío desde el momento en el que nació... Quizá eso me afecto.
 
Matsumoto realmente fue bueno ganándose la atención de Ren. Tanto que me desconcertó su naturalidad de tratar con un niño tan pequeño. Era como si lo añorara, como si hubiera esperando por ese momento durante mucho. Su naturalidad con Ren se asemejaba a un *dador de vida*, a un *dador de vida* que por fin había recibido la aprobación de sus progenitores al haber cumplido su *única función*.
 
Al tener Ren a penas cinco años, me comprometí a asistir a todas sus clases para ayudar a Matsumoto y no separarme de él. 
 
Resultaba impensable el hecho de alejarlo de mí. Tenerlo lejos después de tenerlo en brazos desde el momento en el que nació. Del dolor y felicidad que me provocó.
 
El día de su nacimiento solo estuvimos él y yo. Ni su padre ni hermano estuvieron presentes. Grité de dolor, lloré y supliqué clemencia. Los médicos presentes intentaban calmarme pero nada funcionaba. Solo dejé de sufrir hasta sentir como Ren dejaba mi cuerpo y me era entregado envuelto en una sábana. 
 
Yo lo miré de arriba a bajo y supe que era *igual a mí*. Los médicos lo confirmaron enseguida. Eso significaba una libertad efímera, casi inexistente, debería aprender a no ser él mismo para vivir por alguien más. No me importó. Igual lo tomé en brazos y me permití ser feliz.
 
Matsumoto estuvo dos años con nosotros. Durante ese tiempo Ren aprendió a leer,  escribir, tocar el piano y comenzó a pintar.
 
Conforme pasaba el tiempo las visitas de Akira fueron cada vez menos frecuentes, hasta que durante una lección de piano un sirviente apareció.
 
— Yutaka-sama, Suzuki-sama solicita su presencia en la sala principal.
 
La petición me extraño. Era la primera vez que Akira hacia algo como eso: llamarme con un sirviente durante las lecciones de Ren. Generalmente sería él quién vendría por Matsumoto y antes de irse me diría lo que fuera que tuviera que decirme.
 
Salí de la habitación encargándole el cuidado de Ren a Matsumoto y fui donde Akira.
 
Tras la muerte del terrateniente, Akira se había vuelto la cabeza de todas aquellas tierras que pudieran verse a lo lejos. Él, junto con otro par de personas de su confianza, administraban todo. Por lo general, no eran situaciones que los dejaran expuestos como lo serían trabajar la tierra, sin embargo, al año de haber llegado Matsumoto, Akira tuvo un accidente en un granero cuyo resultado ahora se reflejaba en una cicatriz en su mejilla izquierda la cual solía cubrir cuando estaba cerca de Ren.
 
Akira se encontraba sentado frente a la mesa de té leyendo el periódico y comiendo unos aperitivos. Yo me senté a su lado derecho.
 
Para ese momento Akira tenia 28 años y yo 26.
 
Akira dejó el periódico y levantó el rostro. Lucía cansado y con unas pocas bolsas bajo sus ojos. Su cabello negro estaba perfectamente amarrado sobre su nuca. Y, en su muñeca logre distinguir la falta de un pulso de oro antiguo.
 
— Takanori regresará a casa pronto. Su boda será en tres semanas.
 
Recuerdo haber tenido la misma sensación de ocho años atrás. Una mezcla de incertidumbre y aceptación. Algo amargo que se atravesó en mi garganta y se alojó por un tiempo.
 
Sentí lástima por Matsumoto.
 
— Mañana tendremos la visita de su prometido y se irá después del almuerzo.
 
— Eso es poco común.
 
— Lo es. Pero todo el tiempo que Takanori ha estado aquí ha sido por las buenas relacionados que su familia tiene con nosotros.
 
— Disculpe, creí que eran amigos.
 
— Por la buena relación que nuestras familias tienen, ellos me aceptaron por un tiempo cuando él era niño. Allí lo conocí y nos hicimos amigos.
 
Akira sostuvo débilmente su mirada en mí. Su cuerpo cansado acumulaba tensión sobre sus hombros y el peso de tener la reunión de prometidos seguramente aumentaba su estrés. Sus manos presentaban un estado lento y algo torpe.
 
Como anfitrión y responsable Akira debía asegurarse de dejarles verse y que Matsumoto llegaría *limpio* hasta la ceremonia. 
 
— Por favor, sientase libre de pedirme toda la ayuda que considere necesaria.
 
Akira abrió una nada más los ojos. Pero no había otra cosa que yo pudiera decir ante la situación que se presentaba. 
 
En el peor de los casos, sería yo quién guiara a Matsumoto a una vida como la mía.
 
— Gracias, Yutaka-san…
 
Y me dirigió una sonrisa. La primera sonrisa que le vi en los ocho años que había pasado en esa casa.
 
Se la devolví de forma educada. 
 
Él puso su mano derecha sobre mi hombro izquierdo.
 
— No, en verdad te lo agradezco. 
 
Notas finales:

Bueno, los capítulos de este fic son bastante cortos y decidí que el 3 y 4 los publicaré el mismo día de la siguiente semana, el punto es que no sé si subirlos como "capítulo 3 y 4" o cada uno por separado :n ayuda(?)

 

Nos vemos~~


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