"Corre a casa, princesa".
Y así comenzó. El hijo de Odin y sus amigos, luchaban por sus vidas contra cada Jotun que pudiera ser convocado. Su martillo giraba en un arco mortal una y otra vez. Laufey retrocedió y todo pasar. Miró como el hijo de Odin empujaba cada vez más a su pueblo hacia otra guerra.
Entonces sucedió. Justo allí, frente a sus ojos. El hijo menor, Loki, el mentiroso de cabello negro, fue sujetado por uno de sus luchadores. Laufey se inclinó ligeramente hacia delante desde donde estaba sentado, observando con deleite cómo la armadura del hombre caía, esperando el grito de dolor cuando la congelación lo golpeara.
No hubo gritos. Ante sus ojos vio la piel del hombre volverse azul por la muñeca. Loki y su oponente miraron su brazo en estado de shock antes de que el príncipe se recuperara y lo apuñalara, matando al Gigante de Hielo. Por un momento Laufey se congeló de sorpresa, comprendiendo lo sucedido. Se levantó de su trono y corrió hacia la batalla.
Los rodeó por un lado, mirando como uno de los compañeros de Thor era atravesado por espinas de hielo. Loki se distrajo con el grito y lanzó un cuchillo al atacante con una precisión mortal. Pero eso le dio a Laufey su oportunidad. Cuando los otros compañeros de Thor sacaban a su amigo del hielo, Laufey apareció detrás de Loki y lo sujetó con fuerza, inmovilizándolo. Giró con el sorprendido príncipe en sus brazos y corrió tan rápido como pudo hacia la relativa seguridad del castillo.
- ¡Thor! - gritó Loki mientras Laufey corría por el hielo. A lo que Laufey respondió poniendo una mano sobre la boca de Loki, presionando con fuerza contra la piel que se volvió azul rápidamente. Loki luchó en sus brazos pero no pudo liberarse. La ropa del príncipe se había congelado entre ellos, pedazos de ella se resquebrajaban y caían de su cuerpo mientras se movían.
Laufey llegó al castillo y corrió por los pasillos, girando y virando a través de los amplios pasadizos. No tardó mucho, Thor parecía atrapado en la batalla y sus amigos estaban mayormente enfocados los unos en los otros, pero no podía arriesgarse. Con un salvaje gruñido de triunfo llegó a su destino, la habitación del rey era la única del castillo con sus salas intactas.
Arrojó a Loki sobre las pieles cubiertas de hielo que conformaban la cama de Laufey. La piel del príncipe inmediatamente comenzó a cambiar de nuevo a su color rosado. Sus ojos se abrieron alarmados mientras se alejaba del agarre de Laufey. Su aliento salía en jadeos mientras trataba de evadir al Rey, pero Laufey era demasiado rápido. Tomó con fuerza los brazos de Loki y lo empujó hacia la cama. Una de sus manos bajó y tomó un puñado de su ropa. Segundos después, este se desintegró, arrancado del cuerpo de Loki; su piel había vuelto a ponerse azul bajo las manos de Laufey. Se retorció y forcejeó, gritando en protesta y miedo cuando Laufey agarró sus piernas y las obligó a abrirse.
- ¡Para! ¡Detente!- Gritó Loki, mirando a Laufey con miedo - ¡No, por favor, no lo hagas!
Laufey lo ignoró, no tenía mucho tiempo. Tiró los brazos de Loki por encima de su cabeza y los inmovilizó allí con una mano, la otra presionó entre las piernas del hombre. La expresión de Loki cambió cuando alcanzó el punto justo detrás de sus bolas. Era un pequeño agujero escondido. Laufey se preguntó brevemente si Loki siquiera sabía que estaba allí, o si el hechizo sobre él lo hacía desaparecer cuando se encontraba en su forma Asgardiana. No importaba, lo que importaba era el hechizo, el vínculo. Empujó hacia adentro, ignorando el grito que salió de la garganta de Loki cuando sus dedos penetraron la entrada. Loki se ahogó en un sollozo e intentó alejarse, pero Laufey lo sujetaba con fuerza. Le concedió solo unos segundos para que se ajustara a sus dedos antes de retirarlos y reemplazarlos con su pene. Loki se quedó inmóvil cuando Laufey se abrió paso, gimiendo de miedo y dolor mientras la polla del Rey se hundía cada vez más profundo dentro de él. Su respiración eran jadeos superficiales, ya agitados y volviéndose más rápidos cuando Laufey comenzó a moverse.
Laufey no tenía tiempo para gentilezas, tenía que terminar esto lo más rápido posible, tenía que acabar en Loki para completar el vínculo. Estableció un ritmo brutal, empujando dentro y fuera del cuerpo del príncipe tan rápido como se atrevía. Fue claro en las primeras estocadas que Loki no lo había hecho con nadie más. Su sello se rompió cuando la polla de Laufey se estrelló contra él. Estaba llorando, sollozando de dolor, girando la cabeza y los brazos en un esfuerzo por escapar de su tormento. Laufey empujó más duro, más rápido, tratando desesperadamente de terminar esto antes de que el Gran Padre llegara para llevarse a sus hijos. El cuerpo de Loki se sacudió debajo del suyo, incapaz de resistir su fuerza. Sangre azul comenzó a aparecer en la polla de Laufey. Estaba tan cerca, tan cerca. Se deslizaba hacia adentro y afuera más fácilmente ahora, con un gruñido de esfuerzo empujó más fuerte, ignorando los sonidos de angustia que venían de debajo de él.
Por fin sintió llegar; su ritmo se volvió desigual y sacudido. Con un último gruñido de esfuerzo, soltó su semilla helada en el cuerpo de Loki. Y este soltó un grito ante la sensación; la sorpresa luchando contra el miedo y el dolor que ya mostraba en sus delicadas facciones.
Laufey se retrajo, soltando las manos de Loki y buscando su taparrabo. Ya estaba hecho, el hechizo debería haber hecho efecto, aunque no había forma de saberlo con certeza hasta que lo probaran. Se levantó de la cama y corrió lo más rápido que pudo hacia el sitio del Bifrost, donde los compañeros de Thor se habían retirado y a donde Thor mismo se dirigía. Llegó justo a tiempo para cuando se abrió el Bifrost y apareció el Gran Padre. Laufey hizo todo lo posible para parecer tranquilo y como todo un Rey, en lugar de nervioso y sin aliento.
- ¡Padre, terminemos juntos!- Gritó Thor.
Laufey se dio cuenta de que el Príncipe no tenía idea de que su hermano menor había desaparecido. El Gran Padre por otro lado...
- ¿Dónde está Loki?- Preguntó, su rostro estaba tranquilo, pero Laufey sabía que Odin amaba a sus hijos.
- ¿El del cabello oscuro, verdad?- Dijo, fingiendo despreocupación - Creo que fue a por una caída por el acantilado, se necesitaron dos de mis hombres para hacerlo, así que debes estar orgulloso.
Thor se sacudió entonces, su frente se arrugó en confusión cuando se dio cuenta de que su hermano no estaba con él. Odin había palidecido bajo su barba. Laufey se acercó a él, aun tratando de mantener su respiración bajo control.
- Lo que tu chico ha hecho aquí hoy es un acto de guerra- dijo. Los ojos de Odin se clavaron en él desde dondequiera que se habían ido ante la noticia de la muerte de su hijo.
- Entonces trata estas acciones como tales, las acciones de un niño- Dijo, su voz sonaba fuerte, pero a Laufey le gustaba pensar que podía ve el dolor debajo.
- Lo consideraré. Has perdido mucho con esta locura. Tal vez le enseñe a su hijo a no ser tan imprudente - Odin miró a su hijo, Thor se veía horrorizado. Laufey no pudo evitar restregárselo.
- Si encontramos el cuerpo, te lo haré saber- Dijo y se alejó, como si Odin no tuviera importancia. Tuvo que forzarse para no echar a correr. Detrás de él escuchó el sonido de la apertura de Bifrost. Ya estaba hecho, se habían ido y Laufey tenía a su pareja.
Regresó al castillo tan rápido como pudo sin dejar su dignidad atrás. Sabía que sus generales cuestionarían su decisión de no declarar la guerra, pero tenía un premio mayor que otro baño de sangre.
Loki se había arrastrado fuera de la cama y puesto lo que quedaba de su abrigo. Pero aún no había conseguido salir de las habitaciones del Rey. Sus ojos se abrieron de miedo cuando Laufey apareció en la entrada. Este notó que se había vuelto rosado otra vez, una maldición de Odin, sin duda. No importaba, Loki era suyo ahora. Se adelantó y tomó el brazo de Loki.
- Ven- dijo enérgicamente, tirando de su compañero tras de sí mientras regresaba a la sala del trono. Loki forcejaba hacia atrás, pero su peso no representaba nada para Laufey, quien lo arrastraba por los fríos corredores.
Llegaron a la sala del trono, estaba llena de guerreros Gigantes de Hielo. Loki jadeó cuando todos se volvieron hacia él.
- Dijo que se había caído de un acantilado- Uno de ellos gritó. - ¡Ahora que tenemos un rehén, vamos a exigir que devuelvan el Cofre!
Hubo un aplauso que acompañó este anuncio. Laufey sonrió y tiró de Loki frente a él, sosteniéndolo allí por los hombros. Loki estaba demasiado dolorido para luchar mucho, sus piernas temblaban levemente y Laufey sabía que probablemente no llegaría lejos si intentaba huir.
- Lo que tengo es mejor que un rehén- anunció. La habitación quedó en silencio. - ¡Al final de la guerra, Odín tomó de nosotros el Cofre de los Antiguos Inviernos! ¡Pero también tomó algo más, algo que pensé que él había asesinado, algo que acabaría con la línea de los Reyes Jotun!
Extendió la mano y la presionó sobre el rostro de Loki, sujetando su estrecha barbilla. Bajo la mano de Laufey, la piel de Loki se tornó azul.
- Se llevó a mi prometido- Laufey dijo claramente mientras los Gigantes de Escarcha quedaban boquiabiertos y miraban la apariencia de Loki. - Tomó mi oportunidad de tener hijos, un heredero para vengarnos, un heredero para recuperar el Cofre. ¡Pero lo he recuperado!
La alegría fue ensordecedora. Loki jadeó contra la mano de Laufey mientras la noticia le llegaba. Este lo giró para que estuvieran cara a cara.
- Mi pareja- Respiró en la cara de Loki. Dándole un escalofrío de pies a cabeza, que nada tuvo que ver con el frío.