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AMOR ILEGAL por Melyoan

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Notas del fanfic:

Los personajes de Yuri on Ice que utilizaré no me pertenecen, solo los empleo para hacer este oneshot y satisfacer mi imaginación.

Notas del capitulo:

Hola a todos!! cómo han estado? pues yo muy bien y  muy feliz, para los que me siguen... sé que no es ninguna conti de alguno de los fics que tengo activos, no me odien por favor, sé que pronto tendré las contis, pero nunca los dejaré; pero este es un buen oneshot de Otayuri (mi pareja favorita de YOI), con él gané un primer lugar de fanfics en un evento de yaoi en mi país, por eso etoy muy feliz, espero que les guste mucho n_n

 

A veces la vida no es justa ya que si no se cumple con las leyes del gobierno de un país, las personas pueden ser severamente castigadas y más en un mundo donde los Alfas, betas y omegas coexisten bajo rígidas normas, pero las leyes no ven más allá de lo que dictan sus escritos, entre ellos el amor de verdad, el amor destinado; no ven que no es necesario tener una edad preferente para amar de verdad, cualquiera puede amar en cualquier etapa de la vida, pero eso nunca podría ser entendido por todos…

Yuri al nacer siendo un omega creció toda su vida con una meta en su vida, ser el mejor en lo que le gustaba hacer y eso era patinar sobre el frío hielo, nunca se había dedicado a otra cosa más que a entrenar, por eso tener amigos de verdad estaba a un lado, eso hasta que conoció a Otabek un alfa muy llamativo y con un estilo único para patinar, él fue su primer amigo, era muy joven para darse de cuenta del lazo que los unía, además que ya era un tanto rechazado que un alfa y un omega sean amigo, pero eso no le importó ya que el alfa cambió su vida para bien, de alguna manera se convirtió en una nueva luz para seguir.

Poco a poco el cariño que le tenía a Beka, como él lo llamaba, fue incrementándose, no quería arruinarlo, era su único amigo verdadero, pero no podía evitar lo que sentía, se había dado cuenta que era su alfa destinado y de verdad se había enamorado de Beka; cada que lo miraba lo hacía con un gran sentimiento y eso no pasó desapercibido por Otabek, lo cual ponía en muchos aprietos a pelinegro ya que se sabía muy bien correspondido, Otabek se había dado cuenta que el hada rusa era su pareja destinada desde que lo vio en su primera presentación de Agape, fue como un flechazo, Yuri siempre le había llamado la atención, le encantaba su carácter explosivo y también le parecía muy hermoso, pero sin duda fue ese día en el que había caído cautivado, pero sabía muy bien que eso no podía ser, Yuri era menor de edad, no podía atentar contra ello, pero no podía dejar de verlo, quería tenerlo cerca y nunca, nunca dejarlo ir.

La oportunidad de Otabek llegó un día, el más feliz de su vida y así de fácil se volvió en alguien importante para Yuri, a tal punto que el menor ya lo amaba profundamente, no quería romper su corazón pero sabía que lo suyo era imposible, al menos por el momento.

-¡entonces escapémonos! –era la solución que dictaba el menor al escuchar las razones de Beka del por qué no pueden estar juntos, incluso después de haberse confesado ambos-

-así no se hacen las cosas Yura, debemos ser pacientes, apenas tienes quince y yo sabré esperar –trata de convencer al rubio, mientras acariciaba su mejilla con cariño-

-yo no quiero esperar, ¡ya esperé suficiente!, además estoy por cumplir 16, por favor Beka, vámonos a algún lugar donde nadie nos pueda separar, ¡somos destinados, no pueden separarnos!! –insistía fervientemente-

El alfa no podía negarle nada desde siempre y sabía que esto sería su perdición si los descubrían, pero no le importaba nada solo estar alado de su amado omega; así que no pensando en las consecuencias y siguiendo las locas ideas de su querido Yura y sus propios instintos, escaparon una fría madrugada; creyeron que un lugar lejano y difícil de encontrar sería rentando una cabaña en un bosque lejos de la ciudad; engañaron al dueño diciéndole que eran hermanos para poder quedarse en ese lugar, su idea era vivir juntos y trabajar de pequeñas cosas para no carecer en ningún momento y recién salir de su escondite cuando Yuri cumpliese la mayoría de edad, pero fue una idea bastante inmadura.

Pasaron algunos meses y pensaron que eso duraría lo suficiente para salir bien librados, pero el destino les tenía preparado un gran bache; Yuri al ser un omega que aún no había experimentado su primer celo, se sentía morir cuando este llegó, sentía mucho dolor y no había previsto en ello por eso no contaba con ninguna clase de supresor, había faltado a su trabajo y Beka estaba a horas de regresar, pasando así horas de sufrimiento.

Otabek salió exhausto de su trabajo, quería trabajar horas extra y así tener un día libre para pasarlo con su omega, aún no había pasado de los besos inocentes y creía que eso era lo mejor, no quería llegar lejos o eso le traería demasiados problemas en caso de ser encontrados, pero eso era lo único que necesitaba para seguir adelante, aunque tanto trabajo y pensar en no ser descubiertos le hicieron olvidar una enorme realidad que le golpeó muy duro en ese momento; estaba algo alejado de la cabaña pero lo sintió, el olor a lavanda y anís de Yura se había intensificado a tal punto de hacerle perder el sentido, corrió con todas sus fuerzas y cuando abrió la puerta de la cabaña fue cuando perdió el control de todo su cuerpo, ya que los Alfas perdían por completo el control de sus actos ante el aroma de un omega en celo y el omega lo hacía de igual forma, una vez su pareja lo dominaba por completo.

Yuri en su desesperación por disminuir su dolor, trató de estimularse el mismo, se sentía mal, no sabía que hacer solo sabía que sentía un dolor y calor insoportable, por lo que entró como pudo a su habitación, se quitó toda la ropa y solo se colocó una bata delgada y se recostó en la cama haciendo todo lo posible por disminuir su sufrimiento, pasaron horas, cuando pudo sentir que su alfa se aproximaba a toda velocidad y soltó un chillido cuando Beka derrumbó la puerta de su habitación y se acercó a él de forma feroz; al principio quiso escapar porque sabía que no tenían que dar ese paso o sería peor para ellos, aún conservaba un poco de cordura, pero nada pudo hacer contra la fuerza del alfa que ya había perdido el control de sus actos, solo sintió el gran dolor en el brazo del que fue jalado para que no escapara y el cómo fue arrojado con violencia a la cama.

A Yuri sólo le tomó unos segundos rendirse completamente al contacto de Beka, a su forma de gruñir ante su resistencia y a su ímpetu voraz; en pocos minutos ambos estaban desnudos, lamiéndose, tocándose y explorando hasta el mínimo rincón de sus cuerpos. Beka levantó a su omega y lo apresó contra la pared a lo que Yuri gimió y abrió la boca, recibiendo el beso agresivo y posesivo de su amante, rodeándolo con sus brazos, excitado; estaba perfectamente lubricado cuando Beka entró en él por primera vez, y lo siguió estando cada vez que lo hicieron durante esos increíbles cinco días que duró su celo.

Se aparearon en todas las posiciones posibles, comían lo necesario para tener fuerzas para seguir y luego volvían a lo suyo, sin importar nada más, ya que no había recobrado sus sentidos. El sueño fue muy escaso esos días, solo cosa de pocas horas ya que la única cosa que sus cuerpos deseaba irresistiblemente era la necesidad de frotarse mutuamente, acoplarse sin restricciones, hasta quedar unidos por el nudo del apareamiento y para terminar con una mordida dejando en el níveo cuello del menor la marca que lo hacía suyo para siempre.

Pero poco a poco el celo de Yuri fue pasando, y para cuando recobraron sus sentidos por completo ya era demasiado tarde, lo que no querían que pasara sucedió, pero fue inevitable.

-lo siento… -fue lo primero que salió de los labios del alfa-

-no fue tu culpa Beka, yo debí prevenir esto, ahora que vamos a hacer si yo… -el rubio no podía terminar la frase-

-tranquilo Yura –consolaba al menos que empezaba a sollozar- estaremos bien, no sucederá nada porque ¡no nos encontrarán!

Si tan solo esas palabras se hubieran hecho realidad, si  la sociedad no hubiera sido tan rígida con sus normas, su felicidad nunca hubiera acabado…

Ya había pasado otros cuatro meses y como Yuri había sospechado, después de haber pasado su primer celo con su amado alfa, había quedado encinta, luciendo ahora una preciosa barriguita con el fruto de su amor dentro, fueron meses felices y llenos de alegría y pasión, lejos estaba de saber, que su felicidad ya había llegado a su fin la última vez que habían pagado su renta, ya que el dueño de la cabaña se percató del embarazo del menos, liberando ahí todas sus dudas, ya que había sospechado desde hace mucho que esos dos no eran hermanos como decían. El hombre que era un beta denunció el hecho como una pedofilia, haciéndole ver al alfa como un secuestrador y único culpable, diciendo que tenía al menor cautivo en contra de su voluntad, ya que sabía que  si declaraba de esa manera, recibiría una gran compensación monetaria.

Fue un día soleado y caluroso cuando los policías entraron a la fuerza a su casa, llevándose entre golpes al alfa; Yuri estaba conmocionado y por más que gritó que era falso de todo lo que acusaban a su alfa, no pudo ser escuchado, ya que la palabra de un omega y más siendo este menor no tenía casi nada de valor.

La sentencia fue dictada y el alfa condenado a pena de muerte, Yuri estaba desecho, no había dejado de llorar desde que lo habían separado de su alfa y se sintió morir cuando dictaron la sentencia, aunque esta no iba a ser inmediata, sabía que no podía ser evitada. Le dieron un tiempo para despedirse ya que por más que el día final estaba alfo lejos, no dejarían que el menos se acercara al alfa nunca más.

-te amo, mi hada rusa… -dejando un beso casto en sus labios-

-no quiero… no quiero despedirme… -decía entre sollozos- te amo, ¡no quiero que mueras!!

-siempre te amaré mi querido Yura, por favor cuida mucho a nuestro cachorro

-perdóname, todo fue culpa mía, debí esperar y ser paciente, ¡lo arruiné todo! –se abrazaba a su alfa con todas sus fuerzas-

-no mi amor, no fue tu culpa, yo también quería estar a tu lado y no me arrepiento de haber pasado los meses más felices de mi vida contigo, -sobando la espalda del omega- solo lamento ya no estar más para ti, perdóname por eso..

Fue una triste despedida, pero no podía hacer nada, solo era un omega embarazado y menor de edad, solo podía ver como lo alejaban de su alfa destinado.

Pero no todo estaba tan perdido como creían; habían muchos opositores a las reglas tan rígidas del estado y se harían pronunciar luego de escuchar la historia de esos dos enamorados; la pelea fue dura, larga, pero logró su propósito. Viktor Nikiforov, el líder de la oposición pisó duro cuando se enteró de la verdad de los hechos, haciendo hablar con la verdad al beta que había denunciado el caso y haciéndolo ver como un delito sí, pero de menor peso, reduciendo así la sentencia a un tiempo correspondiente de 5 años; sin duda fue una guerra ganada cuando Otabek salió de la cárcel después de ese tiempo.

Yuri había vivido alejado de todos, su abuelo lo recibió con los brazos abiertos y decidió llevárselo lejos donde el dolor no lo alcanzara, no quería que pensara más en su alfa y en que pronto moriría, ya que había hecho una promesa y ahora tenía alguien muy importante a quien darle amor. Pasó su embarazo lo mejor que tuvo y cuando su bebé nació su felicidad regresó, ya tenía un nuevo motivo para vivir, decidió luchar para sacar a su hijo adelante; el pequeño alfa era la viva imagen de su padre, excepto por sus ojos los cuales había heredado de Yuri, se desvivía por darle lo mejor; gracias a Dios su abuelo aún lo acompañaba.

 Sentía que la vida ya nada le quitaría, por eso se sintió desfallecer cuando una tarde después de haber jugado mucho con su pequeño alfa, no lo encontraba por ningún lado, corrió y corrió por todos los rincones del parque pero no podía dar con él, cuando la desesperación estaba por invadirlo pudo escucharlo a lo lejos, cómo lo llamaba, así que corrió con todas sus fuerzas hacia esa vocecita que no paraba de llamarlo, cuando al fin pudo verlo se quedó en shock; ahí estaba su pequeño alfa, en brazos del que había sido el amor de su vida y que creía muerto, su alfa destinado le sonreía con un enorme cariño y añoranza, poco a poco Beka se acercó a un Yuri que seguía en shock, pero que ya había empezado a derramar lágrimas.

Yuri sentía que estaba en un sueño, un increíble y maravilloso sueño, su alfa seguía con vida y al fin estaba a su lado, la vida le estaba compensando todos sus años de sufrimiento interno.

-Yura… -le dijo y sin más lo abrazó con mucho amor, teniendo a su hijo en medio- ya estoy aquí, contigo y para siempre

-¡Beka!! –al fin reaccionó y supo que no soñaba, se aferró al abrazo como si su vida dependiera de ello- estás vivo, estas vivo… -apenas podía pronunciar-

-si lo estoy, pasaron muchas cosas, pero al fin te encontré y no pienso dejarte ir, te amo mi querido Yura, los amo a los dos –le decía con un inmenso amor acumulado por todos esos año en que estaba enclaustrado-

-te amo mi Beka, te amo y siempre te amaré –sin esperar más besó los labios de su amado con desespero, sellando así su promesa de amor-

 

~Fin~

 

 

 

 

Notas finales:

De antemano gracias por leer, espero leer sus comentarios, cuídense mucho y hasta pronto!!!


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