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Más que un hilo rojo por Hando Kurai Tamashi

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Notas del fanfic:

Hola n.n

Sean bien venidos a una de mis locuras xD ok no jaja

Bueno, los personajes no son de mi autoría, pertenecen a Kohei Horikosi, al igual que parte de la trama, ya que se desarrolla en el mundo original de los personajes. Lo único de mi autoría seria la historia.

Me presento soy Hando, espero tengan una placida lectura y que puedan darle una oportunidad a este fic <3

Notas del capitulo:

Hola! n.n /

Pues aquí reportándome con este mini fic <3 que espero les guste ovo , la verdad tenía muchas ganas de escribir y pues me anime a esto, sé que he estado ausente nivel Dios, pero he tenido algunos problemillas, escuela trabajo, familia; todo consume mi tiempo de manera monstruosa T^T y realmente me siento arrepentida por eso.

En fin, espero puedan disfrutar de esta historia, un tanto corta <3

Muchas gracias n.n , pónganse cómodos, que esta historia, está por comenzar <3

 

 

“Cuenta una leyenda oriental que las personas destinadas a conocerse están conectadas por un hilo rojo. Este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado a sus dedos, a pesar del tiempo y la distancia.

No importa lo que tardes en conocer a esa persona, ni importa el tiempo que pases sin verla, ni siquiera importa si vives en la otra punta del mundo: el hilo se estirará hasta el infinito pero nunca se romperá. Su dueño es el destino.”

 

Serían las 6:00 de la tarde en la Cuidad de Hosu, sobre ella se extendía un bello atardecer; todo parecía funcionar bien, el trafico habitual, personas saliendo del trabajo y contrario a estos, algunas familias ya estaban recogidas en sus hogares.

Pero, como suele pasar en las grandes ciudades, el crimen está a la orden del día y mucho más a esas horas, cuando la oscuridad lo cubre todo, cuando los delitos son ahogados en aquella penumbra. Por suerte, los estudiantes de la clase 1-A de la U.A. se encontraban patrullando sobre la cuidad, divididos en grupos que vigilarían los diferentes distritos de esta, claro estaba que en caso de encontrarse con una situación que no pudiesen sobre llevar, pedirían apoyo a los equipos cercanos. Tanto Aizawa como All Might se encontraban pendientes de los movimientos de sus jóvenes estudiantes.

Un crimen se había cometido, una niña mendiga había entrado a una panadería, cuando a esta habían caído demasiados clientes, pudiendo así perderse entre el tumulto de gente.

 

-              ¡Hey! ¡Ladronzuela vuelve aquí! – Exclamo colérico el dueño de la tienda al ver a la pequeña sobre el umbral de su negocio con la barra de pan en sus manos - ¡Que alguien la detenga! – Dijo una vez sobre la entrada del local, pero la pequeña ya le llevaba ventaja.

 

-              ¡¿Qué sucede?! – Se acercó un rubio de cabellera punteada y ojos color sangre junto a un chico de expresión seria, padecía de heterocromia, su ojo derecho era de un frio gris, mientras su ojo izquierdo de un penetrante turquesa. Al igual que sus ojos, su cabellera se dividía en dos colores, el lado derecho era un pulcro blanco y su lado izquierdo de un flamante rojo.

 

-              ¿Son héroes? – Dijo aquel hombre, dudaba de ello por lo joven que lucían.

 

-              Somos estudiantes de la U.A. estamos patrullando la ciudad – Explico el mitad albino, el hombre parecía un poco más complacido.

 

-              Rápido, una pordiosera me ha robado – Sin perder tiempo indico hacia la pequeña que corría en un intento de perderse entre la multitud.

 

-              Nosotros nos encargamos – Sin perder tiempo el rubio salió tras la pequeña – ¡Vamos doble cara! – Gruño a su compañero quien le siguió hasta alcanzarlo.

 

-              Podrías llamarme de una forma menos despreciable – Se quejó el chico, lo cual le extraño al rubio, normalmente el mitad albino siempre le ignoraba cuando le llamaba así.

 

-              Deja de lloriquear y concéntrate en lo que importa – Respondió. La pequeña que seguían viro sobre un callejón, lo mismo hicieron ambos; encontrándose con una intersección de callejones pero al parecer, la pequeña no se encontraba - ¿Dónde se habrá metido? –

 

-              Es probable que posea una Quirk – Dijo el mitad albino mientras caminaba hasta un gran tanque de basura y retirar la tapa –Vamos, sal – Pidió. Dentro se encontraba la jovencita, de algunos 9 años, de tez durazno y mugrienta, cabello castaño, despeinada. Ojos marrones y algunas pecas. Temblaba de miedo y se sobresaltó al ser descubierta. Lo que sucedería después fue tan rápido que los presentes muy apenas supieron que sucedió.

La joven salió de aquella gran caja metálica, emprendiendo un nuevo rumbo, mientras el joven con heterocromia caía de rodillas contra el suelo. El rubio se alteró e intento atrapar a la joven, pero esta le “ataco” lanzándole unas agujas de algunos 8 cm. De longitud, estas se clavaron en su brazo derecho que uso para cubrirse.

 

-              Tienes agallas, mocosa – Dijo entre dientes al mismo tiempo que la sangre le hervía. Cuando estaba a punto de salir tras ella el mitad albino le detuvo al tomarlo de la muñeca.

 

-              Espera – Pidió con una voz casi inaudible, de un tirón retiro las dos agujas que se habían incrustado en su cuello, por fortuna no parecían haber provocado un daño severo.

 

-              ¿Te encuentras bien? – Se puso de cuclillas para estar a la altura de su compañero que permanecía aun en el suelo, era la primera vez que mostraba algo de preocupación.

 

-              Si… por alguna razón, no duele – Froto la parte donde se habían enterrado. Bakugo reparo en las agujas que aún estaban clavadas en su brazo y de igual manera las retiro. Era verdad, no había dolor.

 

-              Esa mocosa – Gruño, estaba por levantarse.

 

-              Espera - 

 

-              Al diablo con tu espera ¿Qué quieres? –

 

-              Ya debe de estar lejos, solo olvídalo –

 

-              ¿Eh? - ¿Lo que escuchaba era verdad? ¿Todoroki estaba desistiendo? ¿Que no se suponía era un perfeccionista como él? - ¿Estás hablando en serio? ¿Qué le diéremos al vejete ese? ¿Qué imagen les daremos a las personas sobre la U.A.? – El solo hecho de escuchar al viejo panadero mostrando su “decepción” le encolerizaba.

 

-              Lo sé, pero… de alguna manera, sentí que no estaba haciendo lo correcto – Fue entonces que Bakugo le tomo de su camisa hasta levantarle – Solo piénsalo ¿De que servirá? Si ese hombre la hubiese atrapado, a esa pequeña solo la hubiese agredido sin motivo más que su cólera, una golpiza no le quitara el hambre; y ese hombre, el pan que se le robo de ninguna manera lo tomaría, conozco a ese tipo de personas y si las “manos mugrientas tocan algo ya no sirve” es deprimente pero así es –

 

-              ¿Entonces es correcto que siga robando? – Su voz sonaba molesta – Ya nada tiene sentido – Le soltó de forma violenta.

 

-              Realmente lo lamento, pero… solo por esta ocasión lo dejare pasar… yo tomare la responsabilidad –

 

-              Y una mierda, somos un equipo así que la responsabilidad también es mía – Soltó un suspiro de mala gana.

 

                Al volver se disculparon con aquel hombre, quien decepcionado no hizo más que charlotear como el rubio había predicho, en silencio escucharon toda aquella palabrería. Sabían que era su responsabilidad el castigar a los malhechores, pero de alguna forma esta situación era confusa.

A la media noche, Aizawa y All Might se reunieron con los chicos para volver a su ciudad, era hora de volver a casa, tomaron el tren bala y el camino hasta la estación fue silencioso, los jóvenes lucían exhaustos al igual que sus dos tutores. Una vez desabordaron el tren cada quien tomo su propio rumbo hacia sus hogares.

 

-              ¿Cómo les fue? – Pregunto Mitsuki a su hijo, había esperado toda la noche sentada en el mullido sofá, preocupada como la madre que era y más por el hijo que tenía, pero este se notaba de mal genio como de costumbre -¿Tan mal? – Dijo al no obtener una respuesta.

 

-              Tsk…- Se quejó no tenía palabras para describir el mal rato que paso, solo paso de largo hasta el pasillo.

 

-              ¿No quieres comer algo? – Ofreció mientras caminaba hacia la cocina.

 

-              No gracias, solo quiero dormir – Respondió después de todo ya era muy tarde para eso, subió las escaleras de mala gana hasta su habitación y se tiro en su cama, le dolía la cabeza, estaba harto. Pronto quedo sumido en un profundo sueño.

 

-¿Dónde estoy? – Permanecía en un gran espacio en blanco, era como si una espesa niebla le envolvía, dio un paso dispuesto a buscar la salida pero se detuvo “Es peligroso correr con esta neblina un paso en falso y podría caer a un peligroso vacío” Pensó, con cuidado camino a paso rápido, desesperado por salir de ese lugar. Fue entonces que noto algo, a su dedo meñique se encontraba atado un fino cordón rojo -¿Qué es esto? – Se dijo y observo que este cordón se extendía hasta ser engullido por la neblina, con rumbo desconocido; al inicio intento quitarlo pero fue inútil por más que tirara no lograba romperlo. Ya rendido decidió seguir aquel hilo ¿A dónde lo llevaría? Mientras más avanzaba la neblina parecía diluirse y el área donde se encontraba parecía una zona boscosa. Llego un punto que tras correr por un campo ya visible sintió algo, algo había pasado a su lado, rozando su hombro - ¿Quién eres? – Dijo tras detenerse y girar de golpe, pero allí no había nadie.

 

                La mañana llego pronto a la residencia de los Katsuki, los rayos del sol escurrían por entre las cortinas, el joven rubio permanecía cubierto por las sabanas estaba un poco despierto pero no se sentía con ánimos de levantarse.

 

-              Hijo se te hará tarde, mejor levántate – Se escuchó seguido de unos golpecillos tras la puerta de madera, aquella dulce pero exigente voz femenina. El rubio se levantó entonces de golpe; algo no estaba bien miro a su alrededor desconociendo su propia habitación.

 

-              ¿Dónde estoy?- Se dijo y se sobresaltó al escuchar su voz, dudoso llevo su mano a su garganta y miro entonces su ropa, la cual también desconoció, no recordaba haberse ido a dormir con esa ropa, es más, ni siquiera la tenía en su armario.

 

-              Por dios ¿Cuánto más piensas estar acostado?- Entro pues la rubia mujer a la habitación, de piel delicada y buen cuerpo, vestida con una falda hasta las rodillas color azul y una blusa de botones y manga larga, color blanca; calzaba unas mullidas pantuflas blancas. Se quedó extrañada al ver a su hijo ¿asustado? - ¿Qué sucede? ¿Te sientes bien?- Se acercó entonces para sentarse a un lado.

 

-              Yo… - No sabía que decir “Se parece a Bakugo” Pensó, estaba por decir *¿Quién es usted?* pero la mujer se adelantó.

 

-              Tuviste una pesadilla ¿verdad? – revoloteo con cariño el cabello del joven  - No te preocupes, todo está bien – Le dedico una cálida sonrisa, a decir verdad deseaba ser una madre amorosa y dejar de lado su mal genio; aunque bueno, con el hijo que tenía no era posible, esperaba que el chico estallara en cólera tras tratarlo de manera tan infantil. Pero no lo hizo, lo que le extraño. El rubio se levantó de la cama y busco desesperadamente algún reflejo que cubriera la gran necesidad por mirarse, dio entonces con un espejo que colgaba en la pared. Lo que observo en él lo petrifico, se acercó y aun incrédulo llevo sus manos a su rostro.

 

-              ¿Qué?- Soltó en un susurro.

 

-              Me estas asustando, deja de actuar tan extraño – Se levantó.

 

-              Lo siento – Bajo la mirada.

 

-              Te estas comportando de manera rara – Volvió a quejarse –  ¿Sera que aun estas medio dormido? En fin, baja a desayunar – Soltó un suspiro antes de salir de la habitación. El chico se había calmado un poco, aun no entendía lo que sucedía, decidió entonces obedecer a la joven ama de casa, tomo una ducha para después ponerse el uniforme que colgaba de la pared, ya listo. Aunque en el proceso se sentía completamente avergonzado, no lo entendía. Tras salir de su habitación sus mejillas ardían en pudor.

 

-              Creí que el agua fría me despertaría – Dijo para sí, aun recargado sobre la puerta de su habitación “Este no es mi cuerpo” Pensó – Es probable que esto sea un sueño, pero ¿Por qué con Bakugo? – No comprendía porque de entre la infinidad de sueños que podía tener, precisamente tenía que ser con la vida del rubio – Bueno, solo me queda aguantarlo hasta que despierte – Y sin más bajo hasta la cocina.

 

-              ¿Ya te sientes mejor? – Dijo la rubia, sobre la mesa ya se encontraba el desayuno listo, unos hot cakes, miel y tocino, acompañados con zumo de naranja recién exprimido.

 

-              Si- Se sentó y comió en silencio, a un lado se encontraba un hombre con gafas leyendo el periódico matutino mientras tomaba una taza de café negro.

 

-              Me ha dicho tu madre que no te sientes bien – Hablo el hombre, por un momento quito la vista del papel para posarla sobre su hijo - ¿Sucede algo? –

 

-              N… no, estoy bien… es solo que estaba algo adormecido cuando me levante – Excuso mientras pasaba su mano por la nuca, lleno de nervios.

 

-              Ya veo – Volvió a lo que estaba haciendo – Si tienes algún problema solo dínoslo, después de todo somos tus padres… ¿Eh? – Salió de si al ver que su hijo estaba llorando.

 

-              Katsuki enserio que me preocupas – Exclamo la mujer.

 

-              Estoy bien, estoy bien – Repitió mientras se levantaba y caminaba hacia la recepción, quitando sus lágrimas de un manotazo ¿Qué fue eso? ¿Por qué ese ambiente tan cálido le había conmovido el corazón?

Una vez en el portón de la residencia, salió rumbo a la escuela aunque la verdad se le complico un poco pero se las arreglo. Si de algo había servido levantarse temprano era que aquel imprevisto no le hiciera llegar tarde, justo al entrar al aula.

 

-              Buenos días – Saludo a los ahí presentes, poco más de la mitad. Estos se le habían quedado mirando extrañados, camino hasta su asiento ante el repentino silencio incómodo. Se había sentado donde usualmente lo hacía “Todoroki” al elevar la vista observo que cierto peli verde le miraba, al parecer quería decirle algo pero mostraba cierto temor que le hacía retenerse - ¿Sucede algo Midoriya? – Este había desviado la mirada cuando aquellos ojos color sangre se encontraron con los suyos esmeralda. Pero le miro de nueva cuenta al percatarse de cómo lo llamaba.

 

-              ¿Midoriya? – Se apunto hacia si mismo incrédulo.

 

-              Si… - “¿Es que no eres tú?” Pensó con sarcasmo - ¿No ibas a decirme algo? –

 

-              Bueno… es que, Ka-chan… ese es el asiento de Todoroki-kun – Explico con timidez, el rubio levanto una ceja, era verdad, ere era el lugar de Todoroki, su lugar.

 

-              … - Sin decir nada se levantó y se encamino hasta el pupitre delante del peliverde y tomo asiento “Interesante, si en este sueño soy Bakugo… ¿Qué significa? Sera que es una señal, ver cómo me ven los demás tomando el papel de uno” Pensaba, quizás era probable.

 

-              Ka-chan – Le saco de sus pensamientos – Estas algo raro hoy ¿Sucede algo?-

 

-              No, estoy bien. Gracias por preocuparte Midoriya – Respondió y le sonrió. No solo Deku, el resto de la clase que estaba atento a los movimientos del rubio quedaron perplejos. Fue entonces que la puerta se abrió de golpe, adentrándose el mitad albino; lucia exhausto, parecía que corrió hacia allí, al contrario de cómo suele usar el uniforme, no llevaba puesta la corbata carmesí y los dos primeros botones de la camisa blanca los llevaba sueltos.

 

-              ¡Hey! Tu… - Exclamo hacia el rubio, camino amenazante hasta estar a un lado de el para después tomarle por la camisa - ¡¿Quién mierda eres?! –

 

-              ¿Eh? – el rubio no sabía que se suponía debería decir “¿Así realmente me ven los demás? Qué sueño tan extraño” Estaba preocupado.

 

-              Calma Todoroki-kun – Se levantó el peli verde de su asiento, en un intento por tranquilizar a ambos chicos, ahora los ojos de todos los presentes estaban sobre ellos dos.

 

-              ¡Piérdete nerd de mierda! – Insulto el mitad albino, dedicándole una mirada asesina. Deku soltó un chillido de miedo, era la primera vez que Todoroki estaba así de violento.

 

-              ¿Qué quién soy? ¡¿Quién eres tú?! Deja de comportarte de esa manera tan descortés, no insultes a los demás usando mi voz, mi rostro, siquiera mi persona – Dijo el rubio ahora tomándole de la camisa también.

 

-              Muy buenos días – Entro Aizawa al salón, pensando en que aquellos chicos se sentarían como suelen hacerlo, pero lo que se encontró fue una visión muy diferente a la que estaba acostumbrado. El salón era un caos, todos los jóvenes estaban intentando separar a cierto rubio y a cierto chico con heterocromia. Lo primero que hizo fue ir hasta allí y tomarlos del cuello de su camisa – A ver, ¿Qué está sucediendo? – Quiso una explicación.

 

-              Están locos, comenzaron a pelear de la nada – Denki fue el primero en hablar.

 

-              Recién inician las clases y ya están causando problemas – Miro a ambos chicos que estaban sujetos en sus brazos – Katsuki deja de causar problemas –

 

-              ¿Eh? Pero yo no inicie esta discusión – Reacciono en defensiva, el azabache iba a replicar que no se excusase pues no era ciego como para no saber que el rubio era el alumno problema del salón.

 

-              Con todo respeto, Katsuki-kun no miente – Abogo Iida, Aizawa le miro extrañado, ahora que comenzaba a analizar Bakugo estaba más calmado, mientras que Todoroki parecía más alterado y furioso.

 

-              Difícil de creer. Midoriya ¿Quién inicio esta pelea? – Pregunto al peli verde ya que era más probable que él hubiese visto la razón de la discusión. El peli verde se escamo, detestaba estar en ese tipo de situaciones.

 

-              Todoroki-kun – Respondió tímidamente “Lo siento no me odien” Pensó.

 

-              Maldito Deku – Rabio el mitad albino

 

-              ¡Deja de maldecir todo! Por tu culpa ahora parezco una mala persona – Rabio ahora el rubio.

 

-              Ok, no entiendo un carajo porque demonios están actuando así, pero no estoy de humor para aguantar sus numeritos, así que más vale que solucionen sus problemas fuera. Ahora mismo estamos perdiendo clase y si siguen así lo lamentaran – Amenazo. Después de eso las clases transcurrieron normalmente, aunque en el ambiente se podía sentir, más bien casi tocar la tensión.  Cuando fue el descanso, ambos chicos se lanzaban miradas de odio pero no se decían nada. Bakugo decidió ignorarlo yendo hacia donde estaban Midoriya e Iida.

 

-              Hola chicos – Se dirigió a ellos, dispuesto a una charla amistosa.

 

-              ¡Oye tú! – Exclamo Todoroki mientras golpeaba la superficie del pupitre con el talón de su pie tras subirlo – No seas amable con el estúpido Nerd y sus amigos –

 

-              ¡Y tu deja de comportarte como un animal! – Respondió con toda la intención de herir. En eso, de la nada Aizawa se presentaba nuevamente en el salón, ahogando las palabras de ambos chicos que solo giraron sus miradas en molestia. Finalmente las clases terminaron, y si en algo coincidieron esa vez, es que a causa de su molestia. No se dieron cuenta que habían caminado hacia sus “hogares”.

 

-              He vuelto – Anuncio el mitad albino una vez estuvo en el vestíbulo.

 

-              ¿Eres amigo de Bakugo? – Se asomó desde la cocina la rubia ama de casa.

 

-              ¿Eh? ¿pero que estás diciendo? Mamá soy yo -  Se señaló.

 

-              Que día tan raro, en serio ¿Dónde está Bakugo? – Insistió - ¿Dónde está mi hijo? –

 

-              Soy yo mamá – Estaba frustrado, pero entonces recordó que estaba con la apariencia equivocada y enfureció – Olvídalo – Salió de allí.

 

-              Espera ¿Quién eres? – Pidió, pero el chico no respondió. Ni el mismo lo sabía.

 

                Lo mismo sucedería entonces en la residencia de los Todoroki.

-              ¿Eres amigo de Shoto? – Pregunto una albina con mechones flamantes, usaba gafas y de apariencia tranquila.

 

-              Onee-chan, soy yo – Se señaló “Espera… en estos momentos soy Bakugo” Pensó por lo que soltó un suspiro – Que sueño tan molesto – Se quejó.

 

-              ¿Te encuentras bien? – Sentía que aquel rubio se parecía bastante a su querido hermano menor, lo presentía.

 

-              Si – Respondió - ¿Cómo estuvo el día? – Quería saber.

 

-              Pues, todo ha ido normal – Lo sabía, Fuyumi no diría todo a alguien que no fuese de la familia, lo sabía por lo reservada que era en esos temas.

 

-              Que importa, solo es un sueño mal hecho – Se dio media vuelta para irse de allí. Cuando pasaba por una de las plazas de la ciudad se encontró con “el dolor de cabeza”

 

-              ¿Te has equivocado de casa? – Dijo Todoroki casi en burla.

 

-              Lo mismo digo – Escupió el rubio.

 

-              Maldito ¿Quién eres? – Gruño.

 

-              Yo… - no estaba seguro, pero no podía más – Mi nombre es Shoto Todoroki ¿Quién eres tú? – Devolvió la pregunta el rubio.

 

-              Yo soy Bakugo Katsuki – Respondió el mitad albino – ¡Maldito doble cara! ¿Por qué estás en mi cuerpo? – Gruño mientras se le lanzaba encima, agrediéndolo.

 

-              ¿Crees que yo lo sé? ¿Por qué estás tú en el mío? – Se defendió empujándolo – Esto no debe ser más que un sueño – Intento explicar, era lo más lógico que se le ocurría.

 

-              Si es un sueño, ya quiero despertar. Es asqueroso mirarme y ver este rostro –

 

-              ¿Qué? – Estaba indignado – Ni creas que estar en tu lugar es lo más agradable, por tu mala fama todos me tienen pavor y si sigues así con mi cuerpo todos odiaran mi persona –

 

-              Cálmate, tú mismo lo has dicho. Seguro es un sueño – Respiro de forma pesada.

 

-              De acuerdo, de ser así… te pido que mantengas la compostura mientras – Pidió, su rostro mostraba la molestia que sentía.

 

-              ¿Ah? ¿De qué sirve? – Se burló – Total es un sueño –

 

-              Si solo fuera eso, no te hubieras molestado mientras hablaba con Midoriya e Iida – Protesto, el mitad albino giro la mirada, de alguna manera tenía razón – Escucha, en primera ni se porque razono contigo, si ni siquiera eres real – Ja, con Bakugo ni en sueños se puede razonar – y quizás yo lo sea también para ti; pero, solo volvamos a nuestras respectivas casas y esperemos a que esto termine – Ya era demasiado tarde y pronto la ciudad estaría cubierta por la noche. De esa forma habían llegado a un acuerdo.

                               *             *             *

-              Finalmente has llegado – Se escuchó a la rubia quien corría a recibir a su hijo; al parecer la joven mujer saldría a hacer algún tipo de deporte – Estaba muy preocupada, llegare tarde a las clases de baile – Soltó un suspiro. Estaba al pendiente de la llegada de su hijo que estaba dispuesta a faltar – Contesta el teléfono por el amor de dios – Se quejó, el rubio hecho una mirada al celular, 30 llamadas y 20 mensajes; sintió pena y miedo ¿es así cuando tu madre te sermonea? Se decía.

 

-              Lo lamento – Bajo la mirada.

 

-              ¿Sera que estas madurando? – Le tomo del mentón para verle a la cara – Nunca te disculpas por nada, solo quedas en silencio-

 

-              Realmente lo lamento mamá – Que dulce se sentía pronunciar la palabra “mamá”, repentinamente fue abrazado por la mujer.

 

-              Masaru, nuestro pequeño está creciendo – Lloraba. Tras un momento cenaron – Iré a despejarme un rato – Dijo la mujer – Querido ¿no quieres venir? – Llamo al hombre que se encontraba trabajando en su habitación. Este negó, diciendo que tenía mucho trabajo que hacer, decepcionada bajo al vestíbulo.

 

-              Yo quiero ir contigo – Se acercó el rubio ¿Era en serio? La mujer estaba incrédula, pero sentía mucha dicha. Pronto ambos salieron de la residencia, recorriendo unas dos cuadras llegaron a una pequeña plaza de la colonia. Y al parecer los vecinos se la estaban pasando bomba. Había muchas luces y música a todo lo alto, la gente danzaba alegre al ritmo de la melodía. Animado el rubio tomo a su madre de la mano – Vamos a bailar – Pidió.

 

-              ¿Qué? – Que ella recordara, Bakugo odiaba bailar y más en público. Sin mencionar que no era buen bailarín. Pero ahora mismo su hijo la escoltaba a la pista improvisada, mientras la tomaba de las manos y de hecho no bailaba nada mal.

 

-              Por mi culpa perdiste tus clases de baile, es lo menos que puedo hacer – Explico sin dejar de danzar junto a la mujer. Realmente no le gustaba bailar, pero tenía una hermana que amaba danzar y siempre lo arrastraba a las pistas de baile, de allí el que aprendiera. Sentía que ahora esos conocimientos le eran de utilidad. Permanecieron allí media hora hasta que decidieron que ya tenían que volver. Durante la caminata hablaban de cosas triviales pero generando un buen ambiente.

 

-              Hoy fue un día agradable – Sonrió la rubia una vez habían entrado a la residencia – Hoy luces extrañamente diferente hijo – Bakugo sonrió pero bajo la mirada  - Me agrada este lado tuyo, bueno eres mi hijo y como madre te adoro como eres, pero… jamás habías sido así. Es como si fueras otra persona – El chico sintió sudar frio “El sexto sentido de las madres nunca falla” Pensó – De todas formas buenas noches – Entonces se encamino hacia su habitación, de igual manera lo hizo el rubio.

Camino hasta la mullida cama aun con la oscuridad en su habitación, lo que sentía no podía describirlo. Desde hace tiempo no sentía ese afecto materno y se sentía emocionado. Se envolvió en las sabanas y dejo que el silencio y la oscuridad lo sumieran en un placentero sueño.

                               *             *             *

                Había amanecido, con un clima agradable y un cielo despejado, serían las 7 de la mañana cuando el joven mitad albino se levantaba, allí estaba en su habitación como debería haber sido. Sentía su cuerpo un poco tenso, como si hubiese gastado demasiadas fuerzas. Paso su mano por el cuello. Recordó entonces aquel sueño tan extraño que tubo.

 

-              No quiero ser Katsuki de nuevo – Se abrazó a sí mismo – Aunque… - Recordó aquel momento junto a la mamá del chico – Extraño a mi madre – Se dijo, en eso escucho que tocaban la puerta tímidamente.

 

-              ¿Onee-chan? – Se levantó.

 

-              Shoto… ¿Cómo… Como amaneciste? – Pregunto desde el filo de la habitación.

 

-              Bien ¿Por qué?- Estaba desconcertado, por la actitud tan precavida de la albina.

 

-              Es verdad – Se acercó hasta el – Ahora pareces ser el de siempre –

 

-              ¿Qué sucede? – Intentaba mantener la cordura, pues sentía que algo no estaba bien.

 

-              Pues, ayer parecías ser otra persona – Respondió sin quitarle los ojos de encima

 

-              ¿Enserio? – Un leve tic nervioso se apodero de su ceja izquierda y un escalofrió recorrió su espalda.

 

-              Te lo explicare luego, apresúrate que el desayuno se enfriara – Se giró para después salir de allí. El chico obedeció y se alisto lo más rápido que pudo, la duda le carcomía y necesitaba satisfacer esa curiosidad.

 

-              Buenos días – Entro a la cocina, donde todos estaban desayunando, su padre y sus tres hermanos, estos últimos al verle bajaron la mirada llenos de temor -¿Sucede algo? –

 

-              Ummm… parece que hoy no tendré que tomar medidas drásticas – Dijo el hombre mayor después de mirarle.

 

-              ¿Eh? – Su rostro mostraba confusión.

 

-              ¿En serio no recuerdas? – Tomo ahora la palabra su hermana – Ayer que despertaste, estabas todo histérico. Tenías un genio de lo peor –

 

*FlashBack*

 

-              ¡¿Quién eres?!- Exclamo al ver a la peli blanco entrar a la habitación.

 

-              Shoto soy yo, Fuyumi – Se acercó.

 

-              ¿Eh? – Fue entonces que miro hacia el espejo en la habitación - ¡¿Qué mierda hace el dos caras aquí?! – Se exalto y supo entonces que algo no estaba bien, camino apresurado hacia el espejo “¿Soy yo? ¿El mitad-mitad soy yo?” Tocaba su rostro aun incrédulo.

 

-              No entiendo que está sucediendo pero no me agrada – Dijo para si la albina – Escucha, solo arréglate y baja a desayunar – Explico con calma y después salir de allí con un muy mal presentimiento. Al poco rato bajo el mitad albino dando en el corredor.

 

-              Hey, Shoto. El comedor no es por allí, vamos, se nos hará tarde – Hablo un chico pelirrojo, tomándolo de la mano y guiándolo hasta la habitación donde estaban todos desayunando. Se sentaron en sus lugares y tomaron el desayuno en silencio, el mitad albino parecía demasiado concentrado en sus pensamientos – Oye Shoto, es muy temprano para estar así de tenso – Hablo el hermano, llamando la atención de la familia – Parecía que te habías perdido jeje – Soltó una leve risita. El mitad albino exploto colérico.

 

-              ¡No estoy perdido! – Aunque realmente no sabía dónde carajo estaba, no quería admitirlo.

 

-              ¡Shoto no eleves la voz en la mesa! – Soltó Enji algo malhumorado.

 

-              ¡¿Qué hay de ti viejo?! ¡No pareces muy silencioso que digamos! – Respondió, todos en la mesa quedaron perplejos por la actitud tan rebelde que estaba tomando el chico.

 

-              ¡Soy tu padre! – Reafirmo mientras la flamante barba soltaba una repentina llamarada.

 

-              ¿Mi padre?- Sonó incrédulo – De ninguna manera… aunque, ahora que soy el mierda del doble cara es probable – Se dijo a sí mismo, pero los presentes claramente le escucharon.

 

-              ¿Te sientes bien? – Dijo ahora la albina ya más preocupada.

 

-              ¡Ahh! – Estaba harto de esa situación – Si este es un sueño, quiero despertar ya… ¡agh! – Se quejó tras pellizcarse la mejilla – No parece funcionar – Entonces se golpeó contra la mesa, enrojeciendo su frente. El padre de familia le tomo por la camisa levantándolo. Parecía que su hijo estaba enloqueciendo - ¡Suéltame! – Gritaba con todas sus fuerzas mientras forcejeaba.

 

-              ¿Para qué te hagas daño tú mismo? ¡De ninguna manera! – Dijo con voz autoritaria. El joven chico sin querer congelo el brazo que le tomaba a la fuerza, Enji frunció el ceño y derritió el hielo – Shoto, deja de… - No pudo continuar pues el chico por equivocación también había congelado parte de su brazo - ¿Qué esperas para derretir el hielo que creaste? -  se cruzó de brazos, pero el joven solo miraba su brazo sin poder hacer nada. El peli rojo respingo de mala gana pero también con preocupación, se acercó y tomo el brazo de su hijo, derritiendo el hielo.

 

-              ¿Cómo es que paso esto? – Dijo el mitad albino, Enji estaba comenzando a preocuparse, entonces recordó lo que una persona le había dicho para esos casos “llamar a un psicólogo, sino a un pediatra y ya por ultimo un exorcista” Terminaba ignorando lo último, pero después de ver lo completamente agresivo de su hijo ahora se lo planteaba seriamente.

                Después de una larga discusión, la albina interrumpió pues ya era el momento de partir hacia la escuela. Tubo que guiar al mitad albino hacia el portón, pues se había perdido en el interior de la casa.

 

-              ¿Y mamá? – Pregunto el chico a su hermana, después de todo ese drama, se le había hecho extraño no ver la presencia materna.

 

-              Shoto… - El rostro de la chica entristeció - ¿No lo recuerdas? No pareces mi hermano… ¿Quién eres tú? – El chico supo que había tocado un tema muy sensible, y lleno de culpa decidió marcharse sin decir una sola palabra.

 

FinFlashBack*

 

-              Ya veo… - Sudo frio y un nudo se hizo en su garganta – Creo que ayer no me sentía nada bien – Rio con nerviosismo.

                Después de una caminata tranquila hacia la escuela, se encontró con el rubio.

 

-              ¡Maldito doble cara! – Mascullo  - ¿Te divertiste haciendo lo que te pego en gana? – No podía creerlo, hoy en casa su madre parecía más animada, y se decepciono al ver la actitud rebelde de siempre *Me agradaba más como lucias antes, tan lindo* fue lo que le dijo. De camino a la escuela los vecinos no paraban de acosarle con *Invítame a bailar* *No sabía que bailaras tan bien* ¿Que mierda había pasado?

 

-              Lo mismo digo de ti – También estaba furioso, y sin más cayeron a golpes; y de nuevo Aizawa intervino.

 

-              ¿Pónganle un límite a sus dramas? – Regaño mientras los apartaba, ahora lucían completamente “normal” o por lo menos como debería ser.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Y hasta aquí xD

Hemos llegado a las notas finales <3 la verdad había planeado dejar el fic allí, convirtiéndolo en un oneshot, pero siento que hay tanto que explicar, cosa que no me deja tranquila, por lo que he decidido ampliarlo un poco más de lo que pensaba. Como Ann(mi asistente) esta ajena a este proyecto, me temo no habrá drama 7u7 (hace fiesta) jaja ok no.

Pero bueno, aquí no planeo meterle caos <3 así que tranqui

Que les ha parecido el cap? pueden hacérmelo saber dejándome un Review <3

Muchas gracias por dedicar un poco de tu tiempo en leer esta historia, espero haya sido de tu agrado n.n

Y nos vemos, en el próximo capítulo!! n.n

 

 


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