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Esencialmente Tu por Pau_Duran

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Notas del capitulo:

Espero disfruten la historia soy nueva en esto y les agradeceria si me dan la oportunidad no se van a arrepentir.

La historia, los personajes y la trama son de mi completa autoria.

No se permiten adaptaciones sin habermelo consultado previamente.

Dos meses después de que murieran los padres adoptivos de Jared Sahenz este decidió que lo mejor era su emancipación, no estaba dispuesto a ir a otro lugar de acogida y menos a su edad.

Su madre había escapado de casa cuando aún era muy joven y nunca contacto a sus padres, Jared no sabía si sus abuelos aun vivían o donde estaban, siempre fueron solo su madre y el, aun así eso no impidió que llevara una niñez feliz que recordaba con amor.

Veía de manera muy vivida a su madre y como fue hasta el último momento estar a su lado, pese a que fue un poco ajetreado el estilo de vida que llevo en ese entonces, y más para un niño de ocho años.

Mientras mama trabajaba turnos matutinos en una fábrica, el realizaba las tareas de la casa desde la comida, compras, servicios, despensa, hasta lavar la ropa y reparar los desperfectos, además se dedicaba de lleno a sus estudios, siendo un estudiante de honor, era difícil, sí, pero amaba mucho a su madre y cuando estaban juntos, eso prospero durante algún tiempo.

Poco después mientras esperaba noticias de la condición de su madre (una operación relacionado con un problema en el riñón) se presentaron  en su hogar servicios sociales, llevaba casi dos días esperando saber de su estado y ellos llegaron a él con la noticia de que había habido una complicación durante la operación, la anestesia no fue administrada correctamente, y el resultado, no soporto el procedimiento, produciéndosele un paro cardiaco fulminante, ella murió en la mesa.

Había quedado huérfano a los ocho años debido a la negligencia de un médico al que se le hizo más fácil administrar cualquier cosa en lugar de hacer más pruebas, hubo un juicio y a este le retiraron la cedula y sabe que más mierda, Jared ya no recordaba que le habían dicho en ese entonces.

Durante las siguientes noches antes de que se resolviera que se haría con él pensó en su madre, talvez algún día buscaría a ese idiota del hospital, cuando lo encontrara lo obligaría a recordarlo o bueno, no a él pero si a su madre y quizá, solo quizá podría librar al mundo de los bastardos como el, uno a uno, esa idea se había formulado en el  aun a esa tierna edad, temió por el mismo.

Paso un par de días con la familia de su amigo, llorando al lado de un niño de su misma edad que prometía no dejarlo, aun así tenía que enfrentar a un enemigo más grande, sin padres o parientes a quien recurrir, lo obvio era a donde iba a ir a parar, una casa-hogar.

El problema erradicaba en que ahora tenía 16 años, acababa de perder a sus padres adoptivos y a su hermanito, quien solo había logrado cumplir diez meses de edad y formaba parte de otra dolorosa historia de su vida y por la cual se encontraba ahí, estaba emancipado y  estaba a punto de abordar el autobús para mudarse a su nueva ciudad.

Antes se había convencido a si mismo que era una estupidez creer que dejar todo, cambiar lugares, ambiente y personas en un intento de empezar de nuevo solo era una frase bonita para no sentir dolor, eso no era un comienzo era una escapatoria, la que los cobardes toman por miedo, viendo donde se encontraba ahora quería creer que siempre se había equivocado con esa afirmación, esperaba encontrar la respuesta.

ÉL

Íhoo Janer se encontraba sentado en el capo de su Bugatti Veyron, regalo de su padre hacía dos años. Era un chico bastante atractivo con su 1.85 de altura, piel canela, y cuerpo esculpido debido a las horas que le había dedicado al gimnasio, aun que le gustaba la buena comida y cuando se le presentaba la oportunidad no se negaba.

En ese momento no sabía exactamente el por qué había accedido a verse con su hermana en aquella avenida donde abundaba más de un prostíbulo, divisaba hombres y mujeres por igual, unos como espectadores y otros tantos quienes se paseaban con total calma por el lugar, a pesar de no ser ni las cinco de la tarde, el lugar estaba atestado.

Era fascinante observar a todas las personas que se encontraban reunidas allí, mujeres sumamente hermosas con más de una oportunidad de encontrar clientes hoy, hombres que al igual que las anteriores también buscaban atraer a sus presas mostrando un torso definido pero sin camisa y pantalones algo ajustados, muchos de ellos miraban en su dirección.

Hacia un par de minutos que estaban tratando de ligarlo, sin que él les hiciera mayor caso, aún no sabía el motivo por el cual estaba parado como un imbécil mirando el mismo mensaje.

 -"Ve a esta dirección, allá nos vemos"- seguida de las indicaciones con las que el llego allí.

Pasaron cuarenta minutos sin que la chica apareciera, comenzaba a ponerse ansioso y a agitarse un poco, cuando otro mensaje lo saco de su ensoñación.

-"Conseguiste con quien acostarte"- seguido de un -"Jajajaja te amo, NO ME MATES!!!"

¡Joder! Mataría a su hermana, busco el número de esta y marco, nada, no le daba tono, intento una ocasión más sin éxito, se rasco la nuca.

-Maldita sea ¿apagaste el celular o qué?- le hablo al aparato y lo guardo.

Y el como un idiota esperando ahí, ahora ya sabía por qué una anciana le había regalado doscientos pesos y había quedado atónito al no saber qué hacer con ellos, lo deseaba en su cama, no, lo quería en ella, lo mejor era irse de un vez, se bajó del capo y se dirigió a la puerta del conductor, estaba entrando cuando vio algo que le llamo la atención, o no algo sino alguien.

____

-No puede ser, perdido ¿de verdad?-  Jared no conocía el lugar y una mala vuelta lo había llevado a una parte peligrosa de la ciudad.

Había pasado un mal día en el autobús, al parecer su estómago era más delicado de lo que creía y había estado mareado gran parte del trayecto y por si fuera poco había olvidado completamente donde iría a vivir, no había llamado a su amigo y su celular ya no tenía batería no debí haber jugado en él pensó.

Miraba de lado al lado su celular tratando de hacerlo encender, ignoraba que estaba llamando la atención no deseada de más de una persona, un par de ojos lo observaban detenidamente.

Luego de darse por vencido y mirar a su alrededor para buscar una salida los vio, dos chicos más bajos que él se acercaban coquetamente, una sonrisa que mostraba todos los dientes adornaba sus rostros, a pesar del cuerpo bien formado que poseían no eran atractivos, se posaron frente a él.

-¿Estás perdido? Si lo deseas podemos ayudarte- dijo el de piel más oscura, tenía unos pircings que adornaban su ceja, labio y lóbulo izquierdo, las palabras las había dicho con un deje malicioso, querían aprovecharse del rubio.

-Estoy bien, gracias- contesto Jared con fingida amabilidad.

-No lo creo, parece que no sabes a donde dirigirte- hablo el otro chico, este tenía la voz más aniñada y vestía mas pulcro que el otro.

-Lo siento tengo que irme- el rubio paso por su lado, dejando a los dos chicos estupefactos, ¿Cómo había podido ignorarlos?

-¡Jodete imbécil!- grito el primero y camino furiosamente en dirección contraria, Jared lo ignoro, camino un poco más y alguien sostuvo su brazo.

-Lo lamento, es que no ha tenido un buen día- se giró y vio al muchacho de piel clara, este le sonreía visiblemente avergonzado - Eres muy guapo y siempre puedes venir aquí, si quieres claro, búscame, estaré contento de atenderte- le guiño un ojo, lo beso en la mejilla y se retiró.

Jared no podía ignorar el olor que se había quedado impregnado en el aire, dulce, olía a chocolate y caramelos, su estómago se revolvió por la fragancia. 

Era tarde, hacia un sol infernal, le dolía el estómago y no tenía idea de donde cojones estaba, algo choqueo en su cabeza, dio media vuelta y comenzó a caminar lo más rápido que la mochila que llevaba al hombro, lo dejo, apretaba los ojos fuertemente por las náuseas, sus pasos eran torpes y no veía por donde iba, choco contra algo y cayo, entreabrió un ojo, un auto, choco con un auto estacionado, había alguien al lado de este.

-Oye ¿estás bien?- la voz era suave.

-Sácame- suplico el rubio al extraño.

-¿Qué?

-Sácame de aquí- es ahí cuando su mente colapso y con ella su cuerpo golpeándose la cabeza en el acto.

____

Íhoo coloco el cinturón de seguridad atreves del cuerpo del chico delgado, puso el auto en marcha y se dirigió a casa.

Notas finales:

Dejenme sus reviews para saber que tal les parecio y nos vemos en el proximo capitulo


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