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Seropositivo [KiriBaku] por Asamijaki

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"Seropositivo"
I

 

•Desastre•


En unos meses, Bakugou Katsuki haría realidad sus sueños, se le sería entregada la licencia de un héroe oficial.

Era su último año en la academia, por lo que se dedicó al trabajo de campo junto a los pro (obviamente, sin el salario como uno de ellos), al igual que la mayoría de sus compañeros con los que había compartido alguna vez el aula 1- A. No obstante, en aquel último curso, los separaron por áreas a través de Japón, le hubiera gustado no tener que compartir su territorio con el ya-no-tan-inútil de Deku. Pero no se podía lograr todo, o eso le habían dicho sus amigos al momento de designar las áreas.

Muchas cosas habían cambiado durante esos pocos años, ellos habían cambiado. Las experiencias que habían adquirido a través del camino habían sido difíciles y habían dejando marcas indelebles que quedarían grabadas en su piel y recuerdos.

El rubio cenizo miró de reojo la pantalla de su celular, era poco profesional y lo reconocía, no obstante, el que cabello de mierda estuviera al otro lado de Japón no le ayudaba en nada. Los distritos de los que se encargaban estaban bastante lejos, hacía un tiempo que no se veían.

Un mensaje nuevo apareció antes de sí quiera poder desbloquear su móvil, siempre era puntual.

—Kacchan, ¿Es Kirishima-kun? —la molesta voz del pecoso hizo que frunciera el ceño, aún más de lo acostumbrado.

La mirada escarlata del explosivo se ubicó en la orilla de la litera de arriba, donde crespos verdosos se asomaban. La molesta sonrisa de Deku era simplemente insoportable, sin importar cuántos años hayan pasado ya. Mentalmente lo mando al carajo.

—Recuerdame por qué tenemos que compartir la maldita litera, pedazo de mierda. —habló en un tono bajo, pero siempre amenazante.

Al parecer, Izuku ya se había acostumbrado tanto a sus insultos, que ya no parecían si quiera importarle. Eso era lo que más le enojaba, no se inmutaba, ni un solo gesto de angustia o preocupación. Aunque eso le llevo tiempo, sobre todo, después de lo de All Might. Todos habían cambiado a partir de entonces, pese a que muchos se tomaron su tiempo para hacerlo.

Recordaba que después de eso, hubo una ocasión en la que pasó la noche en el cuarto de Kirishima, pues la suya había quedado en ruinas gracias al descontrol de su Quirk. Un momento amargo de recordar, pero reconfortante a la vez.

—Somos compañeros, Kacchan, Todoroki e Iida están en la de alado, y más allá de encuentran Tokoyami y Shinsou, al igual que Neito y...

—No me recuerdes mi puta desgracia, Deku maldito. — gruñe en una advertencia, haciendo sacar una leve carcajada al más bajo, mientras volvía a su respectivo lugar.

« ¿Cómo ha estado tu día?...» Pudo leer en la vista previa del mensaje. Sonrió de una manera poco visible.

Si, todo aquello era algo pesado, ya no era la escuela en la que podías cometer pequeños errores. Aunque aún no habían estado en algún enfrentamiento serio en ese periodo, sabían que cualquier fallo en el futuro, no sólo los afectaría a ellos, sino a posibles afectados ciudadanos o compañeros, incluso a poblaciones enteras. Ser un héroe significaba cargar una pesada responsabilidad sobre tus hombros, tan pesadas como lo era cada vida humana que pendía de sus acciones.

Por lo que las normas eran más meticulosa que antes, los héroes realmente tenían muchas restricciones respecto al uso de su Kosei, pero no era nada que no pudiera ser seguido al margen sin problemas, por lo menos en su último año, ya no causaba grandes destrozos cuando usaba su Kosei para golpear de vez en cuando a sus amigos, era más medido, aunque no lo pareciera.

Abrió el mensaje, para ver algo un poco más extenso después de aquella pregunta. Kirishima ya no usaba emoticones como en un principio (a petición de Katsuki), pero seguía siendo bastante empalagoso. Además de preguntarle sobre su día, le llamaba por apodos algo vergonzosos, le contaba cómo le había ido a él (porqué Bakugou no acostumbraba a preguntar abiertamente), y le mandaba una foto de él junto con Kaminari, Hanta y Ashido. Estos últimos bastante juntos, al parecer.

Denki no dejaba de quejarse de que era el único en su "squard" que se había quedado solo. Pues Aquellos dos mencionados tenían ya una relación desde inicios de su tercer año, mientras que Kirishima y Bakugou comenzaron una relación abiertamente en segundo.

«¿Yo por qué quiero una foto de ustedes?» Respondió cortante el rubio.

«¡Por que nos extrañas, y te extrañamos!» Recibió una rápida respuesta. Bakugou bufó ante la seguridad que este tenía, pero antes de poder responder con sus claros aires burla, en la pantalla apareció otro mensaje. «Te amo, Katsuki»

Y a los segundos tras ese texto, el corazón del joven, irónicamente, casi explota entre su pecho. Al idiota de Kirishima le daba por enviar esa clase de cosas de la nada, a cualquier hora, ya sea que esté ocupado o aburrido, no faltaba día en que se lo dijera, hasta en sus ocasionales llamadas telefónicas. El efecto de esas palabras, aunque pareciera lo contrario, nunca de debilitaba, al contrario, cada vez eran emociones más densas y concretas, pero a la vez algo inquietantes.

Ahora ya no estaban en la academia, no faltaba nada para salir al mundo para el que los preparaban, ¿Cómo se supone que le diría a Kirishima que quería mantenerse al margen respecto a la imagen pública? ¿Le dolería?

Le hubiera respondido, a no ser por qué la alarma comenzó a sonar.

(...)

—Hey, Kirishima. —El rubio electrónico haló de la mejilla del chico pelirrojo con raíces azabaches. Su cabello había crecido durante ese año, y se había abstenido de teñirselo por un tiempo para no maltratarlo tanto (consejo de Ashido).

Red Riot que quejó un poco, escondiendo nuevamente su celular bajo su almohada. Llevó una de sus manos hasta el lugar que había sido víctima de su compañero, frunció levemente el ceño.

—¿Qué quieres, Kaminari? —Ciertamente en un tono cansado, se sentó al borde de la cama junto al otro. Tenían suerte de compartir la litera, le había ido muy bien en aquel aspecto. En cambio, el primer día, le había llegado un mensaje lleno de frustración de Katsuki respecto al tema, pues tal parece que no podía deshacerse de Midoriya aunque sea al momento de dormir.

—Creo que me gusta Jirou. —confesó con una gota resbalando de su mejilla, la cual se coloreó de matices rosadas. Eijirou suspiró. —¿No estás sorprendido?

—Pensé que eso ya lo sabías, —se encoge de hombros. —En realidad, Todos los sabíamos, no me sorprendería que ella ya lo sepa. —le da unas palmadas, intentando darle ánimos. —Aunque, bro, creo que te tardaste un poco en admitirlo... —hizo una breve pausa— Bueno, te tardaste bastante, —recapituló, —Incluso Ashido y Sero se te adelantaron...

—A ti sólo te gusta verme sufrir, ¿verdad, viejo? —Bufa en un puchero infantil, a Kirishima le hubiera gustado tomarle una foto en ese momento, eran pocas las veces en que Kaminari mostraba aunque sea algo de vergüenza.

—Un poco, sí. —sonríe mostrando sus afilados dientes. Mientras sus pies descalzos rozan la alfombra de la habitación. —Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, —se señala a su mismo, y luego se recuesta en su misma posición, apoyando su cabeza sobre sus brazos. —Se lo que se siente que la persona que quieres esté lejos. Extraño a Bakugou.

—Aún me da cosa que te pongas meloso cuando hablas de Bakugou, es raro. —entrecierra los ojos, es escucha la risa de su compañero. —Es enserio, a veces ni siquiera puedo creer lo que veo cuando Ashido y Sero se besan, ni hablar de cuando ustedes dos se están abrazando.

—Es lindo cuando se deja querer. —Sonríe confiado, recordando dulcemente los insultos y a veces golpes que recibió del rubio explosivo al darle afecto en público, sobre todo frente a sus compañeros.

—Masoquista... —Murmuró Denki.

—¿Ah? —alzó una ceja.

—No, nada. —Evadió la mirada del otro.

No hubo tiempo para un silencio incómodo. La puerta se abrió con fuerza, dando un rebote con la pared, alertando a todos en la gran habitación. Era cierta chica de cabello rosado y globos negros, lucía alarmada, quizá fuera de sí, buscando con su peculiar mirada al par conocido.

—¡Kirishima! —Detrás de ella, la voz exhausta de Sero le llamó. Red Riot se levantó de un solo movimiento, cuestionando con la mirada a aquellos dos, mientras recuperaban el aliento, no era una buena señal, sentía cada segundo tan pesado, que era asfixiante.

—En Tokio... Las noticias... —la voz de Mina parecía inquieta, pero a cierto punto cautelosa, señaló la dirección de donde vino. —Tienes que verlo.

Tokio... Era el lugar donde algunos de sus compañeros estaban. Entre ello, cierto rubio cenizo, y que, ahora que lo pensaba, no había escuchado que le contestara el mensaje, pensó que había sido simplemente ignorado por lo último, pero su mente enseguida lo relacionó.

Definitivamente no eran buenas noticias.

Intercambió una breve mirada con el eléctrico de su lado y rápidamente se levantó, corrió a la sala de estar lo más veloz que sus piernas pudieron ser. Inmediatamente notó a muchos personajes amontonados frente el televisor, y la imagen en él se hizo clara en su mente.

Destrozos, caos, pánico, terror, inseguridad, pérdida, desesperación...

Edificios se habían reducido a escombros, las alarmas de los autos cantaban anunciando el inicio del caos que sucumbía ante los gritos y llantos de las personas. Las llamas habían envuelto varias áreas, y podían jurar que era la misma encarnación del infierno sobre la tierra.

La voz del reportero sonaba lejana, las letras rojas adjuntas a las imágenes por fin lo hicieron reaccionar: Un terremoto.

Informaron sobre la situación y reportes de las zonas más afectadas, la asociación de héroes actuaba rápidamente en misiones de rescate, pidiendo absolutamente toda la ayuda posible en los distritos cercanos al desastre. En ese momento, Eijirou maldijo una vez más los kilómetros que los separaban.

Giró su mirar escarlata hasta sus lados, los de su alrededor estaban igual de impactados. No obstante, le sorprendió ver una mirada determinada entre aquella desesperación.

—Nuestros amigos están ahí. —Comentó la azabache con una voz ronca, como si luchará para sacar aquellas palabras desde el fondo de su pecho. —Confió en que ellos podrán con esto. —Yaoyorozu posó una mano sobre su pecho, cerrándolo en un puño, forzando una sonrisa. —¿No lo crees, Kirishima?

El pelirrojo parpadeó dos veces, sonrió levemente y frunció las cejas, volviendo su mirar hasta la pantalla antes de responder: —Definitivamente. —murmuró con seguridad. —Confió en ti, Blasty.

(...)

—¡Relese! —La voz de la castaña se escuchó fuerte y claro, en el momento justo antes de que aquella pila de cemento cayera a un lado. —¡¿Están todos bien?! —Se apresuró a deslizarse entre los escombros de aquella estructura, donde un par de infantes habían quedado completamente atrapados.

—S-si. —el mayor de aquellos dos intentó hablar con una voz gastada, quizá de gritos con los que había pedido ayuda.

—Los sacaré de aquí, tienen que ir al área de... —El sonido de una descompresión en el aire la hizo dar un pequeño salto. Miró rápidamente hasta de donde provenía, era una fuga de gas. Volteó nuevamente a ellos. —¡Apresúrense! —Grito alarmada, ayudándoles a salir de aquel lugar, dándoles un peso menos. No obstante, la presión en el aire se detuvo, y un crujir lo reemplazó. —Ah... —Se giró hacia el sitio en cuestión, y fue para su sorpresa, notar una gruesa capa de hielo cubrir la fuga. —¡Todoroki—kun!

—En la zona Sur colapsó una obra en construcción, ve, yo me encargo de este lugar. —Dijo directo, como acostumbraba hasta la fecha. —Midoriya está con Bakugou en la zona este, no te preocupes.

—Son fuertes, de lo único que debo preocuparme es de rescatar a los más posibles. —Sonrió con cierto aire de dulzura y nostalgia, antes de asentir y correr en dirección que el otro había indicado.

Shouto bajó sus pestañas, en realidad lo que había dicho Katsuki hace un tiempo era cierto. Ella no era frágil, en realidad, era una de las heroínas a las cuales respetaba y esperaba poder trabajar juntos en algún momento, claro que, de igual manera pensaba en cierta azabache que quizá esté preocupada en estos momentos.

Alejó esos pensamientos y regreso a su mundo actual, no podía perder tiempo en esos instantes, cada segundo era importante.

Mientras tanto, en el lado Este de la ciudad, el joven héroe de traje verdoso, dió un Smashpara que aquellos grandes pedazos de concreto se desplazarán, dando una salida a los niños del plantel que se encontraban atrapados en un aula. La estructura era tan inestable que sus acciones debían ser rápidas, evacuó a todos los infantes lo mejor que pudo, no obstante, un chico de cabellos grises se detuvo, halando la manga del héroe con timidez.

—Mi hermano estaba en la oficina del director...

El héroe frunció las cejas, preocupado, no obstante, su sonrisa no flaqueó. Observó la sangre en el tobillo del párvulo, y le cargó en uno de sus brazos.

—No estoy solo. —Intentó sonar reconfortante. —Mi compañero está por ahí, tu hermano estará bien.

El niño sollozó, asintiendo con la cabeza, creyendo en las palabras de su héroe. En su mente, sólo esperaba que su hermano estuviera bien.

Ya afuera del edificio, Izuku puso al infante a salvo, junto a los otros que se encontraban en aulas cercanas. Fue entonces cuando escuchó unas leves explosiones. Supo que era la señal de que efectivamente, Bakugou había encontrado a más personas adentro.

Los profesores no podían más que intentar calmar a los niños, y su esfuerzo era de gran ayuda, pues estaban tan fuera de sí, que sus piernas parecían flanes, y algunos ni siquiera podían dejar de temblar o sollozar, preguntando por sus madres y familiares con tristeza.

A los pocos minutos, pudieron ver salir a un adulto mayor, fue reconocido como el director del plantel, no obstante, no había rastros del héroe. Le hicieron preguntas sobre si vio al rubio, pero no dijo absolutamente nada al respecto, no quiso si quiera hablar con Izuku, ni siquiera Ayudó a calmar a los niños, no hizo más que preocuparse por si mismo.

Fue entonces cuando una sombra se asomó desde la entrada, se escuchaba un crujir de la estructura, ya no había tiempo.

—¡Kacchan! —Nombró Deku al momento de ver al otro, con unas cuantas heridas abiertas en los brazos (probablemente al mover grandes trozos de concreto, entre otras labores, o incluso al momento de evacuar el centro de héroes). Fue entonces cuando notó el vendaje improvisado de tela, en la pierna del menor, estaba empapada con sangre, no era una buena señal.

—¿Estas herido? —Gruñó en un tono amenazante hacia el pecoso. La pregunta le desubicó por completo, tampoco sonaba como si realmente estuviera preocupado.

—¿Eh? No.... —Mencionó el inspeccionar rápidamente su traje, estaba sucio, pero intacto en ese aspecto.

—Pues toma. —interrumpió al otro, extendiéndole al infante que llevaba en manos, estando éste inconsciente. Izuku le observó confundido, pero tomó con delicadeza al niño. —Un maldito pilar la cayó encima del pie. Parece que está roto. —El rubio soltó con recelo, y dirigió su mirada al adulto que había salido antes, dedicándole una mirada de rencor puro. Midoriya se ahorró sus comentarios por ese momento, más tarde preguntaría por ello.

Pocos minutos de confirmar que no había nadie más individuos dentro, la estructura colapsó sin más.

Esa noche fue un desastre, muchas vidas se perdieron, pero de igual forma se salvaron más. Las noticias se plagaron de tristes historias, hasta heroicas, y desagradables también. Hubo quienes se aprovecharon de la situación, robando y asaltando en un momento vulnerable para todo el mundo, ni siquiera de esa forma los villanos dejaban de trabajar, y por ende, los héroes tampoco.

Muchos de los anteriores estudiantes de UA hicieron una vez más, un debut antes de tener sus papeles oficiales. Uraraka Ochako era una de las más mencionadas por sus hazañas de rescates masivos, junto a Midoriya Izuku y Tenya Iida.

Bakugou Katsuki y Todoroki Shouto fueron mencionados por evitar situaciones de riesgo, como derrumbes y explosiones por fugas de gas (mencionando lo irónico, por el Kosei de ambos). Otros como Tokoyami, Ojiro e incluso Monoma fueron mencionados de igual forma por rescates y detención de villanos que intentaron aprovecharse.

Los albergues estaban llenos, las demoliciones de edificios pocos seguros se estaban llevando a cabo el mismo día después de los rescates, y las reconstrucciones estaban planificándose. Los héroes como cementos, fueron muy demandados para estas labores; trece igualmente fue de los encargados en deshacerse de algunos desastres irreparables y escombros.

Mientras tanto, en distritos lejanos, se encargaban de recolectar víveres y otros suministros que resultaban ser de ayuda, como prendas y artículos para atender a los heridos.

Entre los héroes encargados de las colectas, se encontraba Red Riot.

—No pongas esa cara, Kirishima, que esto para enviarlo a Tokyo. —Ashido sonrió mientras anotaba el inventario en una pequeña libreta.

—Me siento impotente al no hacer más que esto... —Suspiró con desgana, cargando más cajas a aquel camión de carga. —Incluso a Kaminari y a Sero les encargaron ir a ayudar directamente.

—A cada quien se le ha asignado un trabajo, estando aún bajo nuestro año de prueba no podemos desobedecer las órdenes que nos dan. —se encoge de hombros, bajando de aquel camión, al momento de que el pelirrojo subió la última caja.

—Quiero ver a mi Blasty, no me ha respondido ni un mensaje... —Susurró con tristeza, cual pequeño cachorro abandonado. Mina rió por lo bajo. —¿Qué?

—Bakugou está bien, no contestara por falta de tiempo. —Se encoge de hombros, mientras el otro cierra la puerta corrediza de aquel camión de carga. —Siempre ha sido así.

—Lo sé. —suspira, dándole pequeños golpes al móvil, para comunicarles al conductor que todo estaba listo. —Aun así, supongo que no podré verlo hasta después de 3 meses, cuando nos graduemos....

—¿Mnh? —La chica ladeo la cabeza, curiosa. —Tienes algo en mente, ¿No es así?

—¿Eh? ¿Cómo lo supiste? —se alarmó el pelirrojo. La chica Alíen sonrió en Victoria. —Bueno, ya somos mayores de edad, pero no quiero apresurar las cosas.

—Oh, vamos. No es que le propusieran matrimonio o algo parecido.... —soltó una leve carcajada, y ante el silencio del otro, parpadeó dos veces, acallando su risa en el acto. —Oh por dios... ¡No me digas que...!

—¿Ah? ¡No! —negó con un fuerte color rojo atacando sus mejillas. —No todavía... —murmuró por lo bajo. —Aun es muy pronto. Por ahora, sólo quiero proponerle vivir juntos. —sonrió mostrando sus afilados dientes. Ashido protegió su rostro con las manos. —¿Qué te sucede?

—A veces eres demasiado brillante para mí, no se como Bakugou no se ha quedado ciego... —fingió un tono apretado. Kirishima le dió un leve golpe en el hombro, y ambos se echaron a reír. —¿Ves que es mejor cuando no estás con esa cara de perro abandonado?

—Oye, tampoco seas tan mala. —le revolvió sus cabellos. —Mejor ayúdame a ver buenos apartamentos.

—Vale, Vale. Mientras no me pidas escoger anillos está bien. —bromeó, para luego escuchar al siguiente camión llegar. Observó la pila de cajas que quedaban, y suspiró. —Pero primero lo primero.

(...)

Y así, la ciudad se recuperó rápidamente, aunque las pérdidas humanas dejaron una marca permanente en ellos. Vivir en una sociedad dotada por dones, era una bendición en aquellos casos, en donde la naturaleza les recordaba lo vulnerables que podían ser, y que ninguna clase de particularidad podía evitar.

Pasaron 3 meses, en donde el mundo siguió su curso, y los héroes de aquella generación iban a graduarse y a salir al mundo con sus licencias oficiales.

No obstante, una semana antes, debían hacerse exámenes médicos para llenar el papeleo correspondiente. Bakugou odiaba el papeleo, debía admitir, siempre era extremadamente lento y fastidioso.

—Saludable como siempre, Izuku. —la anciana felicitó al joven de cabellos verdosos. El cual se retiró al momento en que Katsuki cruzó la puerta, deseándole buena suerte. Cómo si la necesitara.

—Buenos días, joven Katsuki. —Saludo la anciana. Y el rubio sólo se limitó a dar una reverencia silenciosa. —Como sabrás, será una prueba de rutina, sobre tu alcohol en sangre, detección de narcóticos, una prueba rápida... —Y enlistó los diferentes estudios a los que le someterían. Ciertamente había un punto en el que dejaba de escuchar. Sabía que no encontrarían anomalía alguna en él.

Procedió a sacarle sangre para iniciar, era una experta, por lo que las pruebas no tardaron casi nada. Los avances tecnológicos eran impresionantes. Claro, considerando que había quienes tenían el Kosei de manipular los objetos electrónicos, se podría decir que le dio buen uso en cuestión del avance de la tecnología.

Los papeles salieron de una máquina a un lado de la pequeña anciana. Bakugou tuvo un mal presentimiento al ver su expresión sombría.

—¿Que sucede? —alzó una ceja, mientras estiraba inconscientemente un poco su cuello.

—Joven Katsuki... Cómo sabe, he realizado una prueba sanguínea, por supuesto, un inmunoanálisis también.

—Si va a decir algo, dígalo de una vez. —gruñó el rubio, con cierto recelo. La anciana suspiró con pesar.

—Joven Katsuki, todo parece señalar que es Seropositivo. —bajó su mirar por un segundo, para a los segundos, encontrarse con la mirada confusa del explosivo. Había escuchado ese término antes, es decir, en clases de educación sexual y prevenciones, pero, ¿Qué tenía que ver en él?

—¿Eso qué quiere decir?

—Bakugou, usted tiene VIH.

Fue entonces cuando por fin captó aquello. No obstante, no encontraba sentido a las palabras dichas por la heroína.

¿Cómo era esto posible? ¿VIH? Era un error, ¿No es así?

—Pero en los exámenes del mes pasado no...

—El periodo de Ventana puede tardar entre 3 y 5 meses, durante ese tiempo tienes el virus, pero no se puede detectar con pruebas rápidas como las de ahora.

En ese momento sintió su sangre correr por sus venas, totalmente helada. No sabía cuántos segundos habían pasado desde que se permitió parpadear o respirar. La carga en sus hombros se sentía como toneladas. El mundo simplemente dejo de girar en ese instante.

A él no podía estarle pasando esto, ¿Verdad?

Notas finales:

Bien, esta idea la he tenido desde hace un tiempo, cuando en mi escuela me dieron una charla de educación sexual.

El tema de las enfermedades de transmisión sexual es algo que me ha interesado desde hace un tiempo, aunque no conozco a alguien que tenga una, pero he leído anécdotas que me llegan al cora ;-;

En fin, decidí escribir algo sobre ello, y el KiriBaku me encanta, así que esto fue inevitable. Será corto, ya tengo el segundo, y probablemente sólo sean 3.

Espero les guste, y gracias por leer d84;

PD: la historia se desarrolla en un 4to año inexistente en el Canon.

PD2: Este capítulo no fue beteado, si ven un error avisen(?) :'v

 


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