01 Noviembre, 2015. Seúl, Corea del Sur.
Llueve. Hoy también llueve igual que ayer, y el día anterior, y el anterior a ese. La lluvia es sólo agua que cae del cielo… sólo agua ¿no? Pero, si es sólo agua ¿Por qué me hace sentir tan triste? Aunque pretenda hacerme el desentendido, en mi interior sé la respuesta.
Sentado en el sofá al lado de la ventana, viendo a las nubes grises cubrir el hermoso cielo que alguna vez estuvo ahí, ya no lo recuerdo, el otoño se me ha hecho eterno, preguntándome ¿por qué sigo sintiendo todo esto? Tal vez sea por la lluvia… tal vez sea por él.
Él debería ser un recuerdo… sólo eso. Pero los días lluviosos como estos no ayudan en absoluto. ¿por qué? Simple él amaba la lluvia, realmente la amaba.
Yo siempre preferí los días soleados y calientes, con el gran astro sol brillando potente en el cielo, ese clima sin pizca de nubes negras… pero siempre fuimos diferentes.
Tal vez sea por eso que nuestro amor no funcionó, tal vez sea por eso que él decidió marcharse. Pero al menos tengo el consuelo de saber que tengo a la lluvia para recordármelo, aunque la odie.
La lluvia es agua, el agua es cambiante, lo cambiante es inestable, yo odio lo inestable. Porque es malo. Lo malo suele ser doloroso, lo doloroso se vuelve triste, lo triste sale en gotas de agua, el agua son lágrimas.
Y esa es la respuesta a todo. Cada otoño me pongo triste porque la lluvia me recuerda a todas las lágrimas que derramé por él.
En un día lluvioso como este, con la vista puesta en el oscuro cielo, yo lloraba mientras le suplicaba una explicación, incluso una mentira hubiera sido suficiente. Pero nada llegó a mis oídos. Recordar todo esto en un día lluvioso siempre me provoca muchas cosas: soledad, rabia, rencor… pero, sobre todo, recordar a Sehun me entristece al punto de doler profundamente en el alma. Una herida que siempre estará presente ya que no puedo borrar el otoño…
Triste otoño, ¿Por qué no eres como el radiante verano, o la feliz primavera?
Recordaré a Sehun cada otoño, tal y como lo he hecho durante estos 7 años. Tan distinto, tan diferentes, tan alejados uno de otro. Siempre fue así, y así lo recordaré.
El otoño se acaba, y esta carta, como los miles que he escrito, jamás llegará a tus manos. No escribo una, cada día de otoño, para hacerte ver lo miserable que soy desde que te fuiste, claro que no. Ni siquiera tengo pensado en dártelas algún día. Solo que no sé de qué manera desahogarme. Hasta ahora todas han sido escritas con lágrimas, quizás el siguiente otoño logre escribirla feliz, ¿quién sabe?
Finalizaré con lo mismo que en todas las anteriores:
Sehun amó el otoño… es por eso que yo siempre amaré los días soleados.
Hasta el siguiente otoño
Siempre tuyo, Luhan.
+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
Solté el lapicero con el que escribía y lloré. Lloré porque el cielo seguía gris, lloré porque de nuevo te había escrito una carta que jamás te daría, lloré porque mi café se había enfriado, lloré por la mancha que dejaste en mi suéter favorito, lloré porque aún sentía tu presencia en la sala... lloré porque siempre supe que sería difícil olvidarte. ¿Cómo olvidar al gran amor de tu vida? Pero no quiero darme por vencido.
Tendré que esperar al siguiente otoño para averiguar si te he olvidado, o si aún sigo atrapado en el recuerdo...
Eres tan triste como el otoño Oh Sehun.