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Te reto a caer! por PaoDz

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Alessandra POV

Camino por los pasillos del colegio de manera algo apresurada, algunas personas me miran curiosas mientras sigo inmersa en mi búsqueda, apenas logré escaparme de mis amigas cuando recibí la nota de voz a mi celular, era de parte de Victoria, me pedía encontrarnos a solas en el salón de danza que estaba en el último piso con esa voz a la que no me puedo resistir.

Victoria es alta, pelirroja con cara de porcelana y un manera de caminar hipnótica, es algo así como la abeja reina de este lugar, porrista, rica y perfecta, y algo así como mi primer amor. Siempre la veía de lejos hablar con sus amigas o en los pasillos de la escuela y no podía evitar pensar cómo se sentiría el toque de sus labios sobre los míos o el roce de sus dedos en mis manos, me perdía en sus facciones cuando nadie miraba, tiene algo que simplemente me atrae como la abeja a la miel una y otra vez.

Hice lo imposible para acercarme a ella y como siempre logre lo que me proponía, sólo para encontrarme que no era para nada lo que esperaba.

De tanto fallar los exámenes y rogarle a la profesora por ayuda logré que la chica de mis sueños terminara siendo mi tutora de matemáticas algunos días de la semana, sabia que era de los estudiantes de honor y no se negaria.
Nuestras conversaciones no eran las mas interesantes ni las mas divertidas, pero yo me deleitaba con su sola presencia, siempre hacia alguna broma tonta o un comentario que terminaba por avergonzarme y ella solo se reia de mi estupidez restándole importancia.

No hablaba mucho de sus amigos o de ella en general pero siempre fue muy amable conmigo e intentaba de verdad hacerme entender algo de las clases, pero aunque le prestara atención no tenia ni idea de que me hablaba.

Un dia luego de clases nos quedamos a solas en un cubículo alejado de la biblioteca, se acercó sin decir nada mirándome directamente a los ojos, yo le devolví la mirada quedando hipnotizada por sus hermosos ojos azules, me daba miedo moverme y que se rompiera el momento, y de repente sin decir nada me beso, no fue un beso dulce e inocente, me besaba con ansias, con deseo contenido, ya habia besado antes pero nunca se había sentido tan bien, tiene los labios mas dulces que he probado.

En ese momento algo en mi cambio, fue como si me quitaran una venda de los ojos, aun no entendia que sucedia pero el deseo empezó a nublar mis sentidos a medida que el beso subía de tono, queria mas, la queria mas cerca, quería probar mas de ella.

Esa tarde paso entre besos y caricias con la dueña de mis fantasías, pero sin pasar a mayores y después se fue tranquila como si nada hubiera pasado.
Estaba flotando en una nube, no lo podia creer era tan surreal, no me pude sacar lo que sucedió de mis pensamientos, ni esa noche ni al dia siguiente.
Los encuentros siguieron, los besos siguieron y los roces furtivos siguieron cada vez más atrevidos. Con mucho esfuerzo mejore en algunas materias, así tenía una razón más para seguir con las clases y acercarme a ella un poco mas.

Victoria y yo nunca hablamos de lo que sucedía, en realidad no hablábamos mucho en general, y para mi era mas que suficiente con tener sus labios cada tarde, aun no me podía creer que de verdad estuviera pasando.

Un dia me invitó a su casa a ver una película de la que no recuerdo ni el nombre, hicimos de todo menos ver la dichosa película, llevamos los besos y caricias hasta sus últimas consecuencias y para mi fue lo más increíble que me pudo pasar. Después de ese dia casi no podía pasar un día sin su presencia, en mis sueños o en mi imaginación pervertida.
Ahora que lo pienso era una relación únicamente basada en el sexo y el deseo, bueno… Sigue siéndolo, pero aun asi no puedo evitar pensar en ella y desear algo más, quererla solo para mi, ella es como una princesa perfecta que solo existe en mis mejores sueños.

El dia que accidentalmente me encontré con ella besándose con otra chica en los vestidores de la escuela, fue el dia en que también accidentalmente rompí mi corazón, de alguna manera infantil en mi mente tenía la tonta idea de que teníamos algún tipo de relación que garantiza que sus labios fueran solo mios. Sin embargo no dije nada, en ese momento no hice absolutamente nada, solo salí del lugar de manera silenciosa y me hundí en mi tristeza y mis pensamientos el resto del dia.

Por un tiempo no pude volver a sentirme bien, todo me molestaba, todos me molestaban, incluso mi mejor amiga que más que una amiga para mi es una hermana, no queria hablar con nadie ni tampoco quería que nadie me molestara con preguntas, deje las tutorías y corte toda comunicación con ella.

Un dia de la nada recibí una visita inesperada, la hice pasar a mi cuarto y hablamos un ratos de cosas banales, no fue hasta que ella intentó besarme y no la deje que se destapó el elefante en medio de la habitación y le confese como me sentía. Ella se rió de mí como si le estuviera contando un chiste, e incluso me humille un poco más y le reclame por la escena que presencié en los vestidores y terminamos discutiendo.

Estaba molesta, molesta conmigo por ser tan estúpida y molesta con ella por ser una perra, hasta que se me metió entre ceja y ceja que si Victoria podía hacer lo que quisiera con quien quisiera, yo también.
Empecé a coquetear con cuanta chica bonita me pasaba por al frente y me encanto, me encanta la atencion que me dan, esa corriente que corre por mi cuerpo cada vez que la química hace de las suyas, me gustan los besos y las caricias, eso me ayudó a dejar de pensar en Victoria y a superar los celos insensatos que me consumían cada vez que la veía cerca de otra chica.

Encontré en el sexo una nueva obsesión que superaba a la de Victoria, confieso que cada vez que veo alguien medianamente atractivo mi mente empieza a recrear cómo se sentiría perderme entre los pliegues de su piel y que nos fundamos en el calor del momento.
Aun sigo viendo a Vicky y aunque ya no significa lo mismo corro cada vez que me llama.

Sofi lo detesta, siempre discute conmigo sobre los sentimientos de los demás y detesta que me vea con Vicky, y aunque se que tiene razón en lo que dice suelo ignorarla mucho, sé que intenta protegerme pero no creo que ella pueda entenderme, ella nunca ha estado con nadie que haya llegado a cautivarla y aun espera por la persona indicada y el momento perfecto para perder su inocencia. Incluso llegó al extremo de decirle a mis padres, que por supuesto se indignaron el primer día e hicieron todo lo posible para mantenerme a raya, luego desaparecieron con la excusa del trabajo y volví a la normalidad.

Sip, esa es mi familia, siempre ausente, trabajando para obtener más dinero del que ya tienen, incluso mis hermanos mayores eligieron carreras demandantes en las universidades más exigentes solo para complacer a mis papas y casi no los veo.

Solo espero que no cuenten conmigo para eso, soy muy floja y todo lo relacionado con pensar no se me da fácilmente. Lo admito soy una cabeza hueca pero ¿para qué esforzarse tanto? ¿para qué desperdiciar mi juventud para agradarle a personas que nunca veo?
Finalmente llego a mi destino, el pasillo está solo y sospecho que el salon igual, abro la puerta cuidadosamente examinando atentamente el interior que se revela poco a poco, en una esquina veo a Vicky y no está sola, esto no me da muy buena espina.

De repente toma a la otra chica de la mano y la atrae hacia ella dejándole un beso en sus labios, ok ahora si que no entiendo, ¿me llamó para que la viera con otra? ¿esta jugando conmigo?
El beso se intensifica y cuando Vicky mete una mano debajo de su camisa acariciando el vientre me empiezo a incomodar, de repente hace mucho calor y empiezo a sentir incomodidad entre mis piernas. Miro con odio la escena delante de mí, siento como si me estuvieran apretando el corazón y en mi mente escucho una voz que me dice huye, pero todo mi cuerpo me grita que me acerque.

-Hey! ¿me esperabas? - entró saludando tranquilamente y ellas disimulan como pueden, uso todo mi autocontrol para no gritarle ni pedirle una explicación. Dirijo una mirada de sospecha a la chica desconocida, Vicky va un año adelante, supongo que estudia con ella.

Ella y la chica voltean a verme y me sonríe como si nada.
- Pensé que nunca vendrías.

-Me costó encontrar el camino, pero ya estoy aqui, asi que… ¿para que me necesitas? - no pude evitar el tono ácido en mi voz que evidencia mi molestia. Ella hace un gesto con la mano indicando que me acerque y eso hago.

- Te presento a Camila, una amiga - la miro con desconfianza, no entiendo a que viene todo esto, pense que queria verme para pasar un rato a solas, hablar o siquiera besarnos.

- Alessandra - dije a modo de presentación mientras le tendía mi mano, modales ante todo senoritas.

- Lindo nombre, he escuchado muchas cosas de ti - me dice con una sonrisa coqueta en sus labios estrechando mi mano mas tiempo del necesario - ya queria conocerte.

- ¿Ah si?- Regreso la mirada a Vicky sin entender muy bien aun

- Bueno yo las dejo para que se conozcan mejor - dijo dándome una mirada sugestiva, se despide de mi con un beso en la mejilla y cuando esta lo suficientemente cerca susurra a mi oido “disfruta, ella te puede enseñar una o dos cositas”

Me quede ahi en shock procesando toda la información, no por mucho tiempo, apenas la pelirroja salió del lugar la chica pelinegra me toma por la cintura y me besa, me deje llevar por el beso, no quería pensar en nada justo ahora. Poco a poco la cosa iba subiendo de tono, sentia sus manos acariciando mis nalgas y todo lo que podían en el camino, y las palabras de Victoria borrarse lentamente de mi mente.
De repente se escucha la puerta abrir y reacciono - ¿Que estas haciendo? - la empujo ligeramente y me alejo de ella, está mirando fijamente la puerta y mi vista se dirige rápidamente en la misma dirección.

Parada como una estatua en la entrada se encuentra Luna, la gorda de mi clase que parece preferir los libros que a los amigos, podria jurar que no se ha movido ni un centímetro con lo desconcertada que esta.

Sin mediar palabras salgo corriendo y la empujo tumbandola al suelo.

- ¡¿Que haces aqui?! - grite descargando toda mi frustración y confusión en ella.

- S-solo…

- Callate!! Aprende a meterte en tus asuntos! - la empujo nuevamente cuando intenta pararse y por un momento casi me senti mal por haberle gritado cuando vi sus ojos vidrioso. Pero sali corriendo antes de que pudiera pensar algo mas.
Corri hasta llegar al otro extremo de la escuela, me escondí en el mejor lugar que pude encontrar, donde nadie me molestara a esta hora, el vestuario del gimnasio, y deje salir todo lo que llevo por dentro en forma de lágrimas.

Siempre lo supe, aunque no quisiera verlo, siempre supe que solo me estaba usando para complacer sus deseos y aunque lo hubiera tenido tan claro desde el principio no creo que hubiera podido evitar caer su juego. De todas maneras duele, pense que lo habia superado pero me duele darme cuenta que le intereso tan poco que es capaz de lanzarme en los brazos de otra sin pensarlo dos veces, como si fuera una puta que comparte con sus amigas.

Incluso fue capaz de decirme que podía aprender una o dos cositas de la tal Camila, que grandisima perra ¿Sera que de verdad no se da cuenta de como me siento por ella? ¿De todos los detalles, de las miradas robadas, de los celos mal disimulados?

Llore por lo que me parecio fueron horas, no queria salir de ahi, no queria encontrarme con nadie y tener que fingir que nada me pasa ni actuar como que todo esta bien, no tenía fuerzas para nada, de hecho solo queria quedarme aquí y nadar en autocompasion.

- ¿Ale? ¿Estás aqui? - Escucho la voz de Sofi llamarme pero aun asi no respondo, aun no tengo ánimos suficientes para ver a nadie.

Sin embargo luego de unos minutos siento que alguien se sienta a mi lado y me abraza, sin pensarlo dos veces le correspondo el abrazo y escondo mi cara en su cuello, tampoco estoy para hacerme de rogar. Sofi es como la hermana mayor que hubiese deseado tener, no importa cuantas estupideces haga ni cuantas veces me estrelle, ella siempre está ahí para cuidarme y para animarme, sabe justamente que hacer para levantarme los ánimos, es genial.

- Tonta - dice quedamente abrazandome mas fuerte - No quisiera decir que te lo dije pero…- me rio bajito ante su comentario, la verdad si me siento un poco mejor al saber que tengo a alguien que se preocupa por mi.

- No es que yo sea tonta, es que tu eres muy inteligente - dijo haciendo pucheros - no es justo - si lo se, me estoy comportando como una niña pequeña, pero Sofi es la única persona con la que puedo ser asi.

- ¿Que voy a hacer contigo? - dice medio en broma medio en serio entre risitas - Ale…

- ¿Sofi? - digo tratando de mantener el ambiente divertido, pero se que ahora se viene el sermón.

- ¿Sabes que le estas haciendo exactamente lo mismo a esas niñas con las que sales? - me dice alejandose un poco para ver mi cara con una expresión seria.

- Yo no les doy falsas esperanzas.

- Y a ti tampoco te las dieron.

- Es distinto.

- Ale…

- Ya, esta bien, entendi.

- Prométeme que dejarás de hacerlo - me dice mirándome fijamente de manera amenazadora.

- Te prometo que de ahora en adelante les dejare claro que no quiero ningun tipo de relacion - Ella solo rueda los ojos ante mi respuesta y suspira.

- Bueno, por algo se empieza - Dice derrotada y luego se levanta - Vamos, se de algo que te puede alegrar.

Me levanto todavía sin muchos ánimos, pero confiando en lo que Sofi me dice, tampoco quiero ser una magdalena toda la vida y llorar en cada rincón por una perra que no ve mas alla del sexo, es mas, ni me gustaba tanto, es solo que es mi primera ilusion.

Salimos del vestuario en dirección al estacionamiento sin decir mucho, eso es otra de las cosas que me gustan de pasar el rato con Sofi puedo estar cómoda con su compañía incluso sin decir nada, nunca es un silencio incomodo y la verdad yo no soy muy buena con las palabras.
Justo pasamos por las canchas más alejadas del gimnasio y algo llamo mi atencion - Esperame en la salida, deje algo, voy a buscarlo.

- Ok pero no me hagas esperar mucho - dijo distraídamente, seguramente con la mente en alguna otra cosa.

Espero a que Sofi se aleje un poco y salgo corriendo hasta el fondo de la cancha de tenis - Hey! ¿que creen que estan haciendo?! - grite mientras embestía con el impulso de la carrera al primer chico.

- ¿Que te pasa?! - grito otro muchacho a la defensiva.

-¿Que creen que esto, una pelicula norteamericana?! - grite molesta a ver a Luna golpeada llorando en el piso - Vayanse!! - grite aun mas molesta - Vayanse de aqui dije!! - esto de descargar tu frustración gritandole a otros de verdad funciona.

Finalmente los chicos intercambiaron una mirada entre asombro y molestia y salieron corriendo. No lo soporto, no soporto a la gente asi, yo podre ser una perra desalmada que se burla de ella cada tanto pero no le deseo ningun mal, ademas detesto a la gente que usa la violencia, me parece de orangutanes. Ok, lo admito yo tambien la empuje hace un rato pero no estaba pensando para nada, supongo que eso me hace un orangutan.

Me acerco a ella ya un poco mas calmada, yo, no ella, ella sigue lloriqueando, y la ayudo levantarse - Ven, te acompaño a la enfermería - pase una mano debajo de su hombro y la apoyó en mi para que pueda caminar, veo como limpia sus lágrimas disimuladamente con la manga de su sueter.
Suspiro sin decir mas nada, sinceramente es un silencio algo incomodo, por una parte me siento mal porque yo tambien suelo tratarla horrible, es solo que es tan facil hacerla molestar que dificilmente puedo resistir la tentación de fastidiar, de todas maneras nunca llegaría a un extremo como este.

- ¿Por que haces esto? Se supone que me odias… - Dice en apenas un susurro, lo bueno es que su voz no se escucha rota.

- No te odio y aunque no lo creas no me gusta ver que usen la fuerza para aprovecharse de los demás.

- O sea, que solo te parece bien si es verbal - me dice en un tono algo más calmado.

- Mmmm no lo habia visto de esa forma - le dije simplemente - quizas solo eres dramatica.

- Si claro, y tu eres un lindo angelito - dijo sarcásticamente, la verdad me dio algo de risa el comentario pero no respondí, ni hable el resto del camino.

Apenas llegamos la enfermera me ayudo a llevarla a una camilla y se puso en marcha, yo cuando vi que todo estaba en orden me escapé, salí corriendo en dirección a donde se encontraba mi amiga.

A pesar de todo me siento algo mas lijera, de alguna manera me hizo sentir bien haber ayudado a Luna después de haberla empujado y gritarle tan feo. Ademas ella esta lidiando con problemas mucho peores que los mios, digo, mis problemas me los busque yo solita, en cambio ella no hizo nada para buscarlos, solo ser gorda, fea y algo rara.
En fin, eso me hace pensar que quizas la dramatica soy yo, solo tengo que olvidarme de la pelirroja y todo estará resuelto, y para eso ya tengo algunas chicas en mente que me pueden ayudar.

Llego al lugar y esta Sofi esperándome con los brazos cruzados.

- ¿Por que tardaste tanto? Te dije que no me hicieras esperar - me dice algo molesta.

- Seh, lo siento - dijo con simpleza y ella golpea mi brazo ligeramente - auch - dijo sobando dramáticamente donde me pego.

- Ven, se nos va a hacer tarde - son como las 4 pm, perdi todo el dia de clases y las clases extracurriculares y solo quedaba 1 hora de clases, tampoco es como si hubiera hecho alguna diferencia haber asistido.

- ¿A donde vamos? - pregunto curiosa, viendo como camina hacia el muro y se sube en este - Hey! ¿Que haces? ¿nos vamos a escapar?- digo bajando el todo de voz, casi susurrando.

- Aja…

- Woow la señorita perfecta hoy se siente atrevida - le digo burlonamente escalando el pequeño muro para encontrarla al otro lado.

- Shhh, habla menos y apurate que ya debe estar el Uber esperando.

- Ok, con Uber y todo, de verdad ¿Quien eres y qué hiciste con mi mejor amiga?

- Ja ja graciosa, yo tambien puedo hacer cosas divertidas de vez en cuando - caminamos un poco hasta la calle y ahí estaba el carro esperandonos,Sofi intercambio unas palabras con el chofer y nos subimos.

- ¿A donde vamos? - pregunto como por quinta vez.

- Ya veras.

- Pero quiero saber.


- Ya vamos a llegar, no seas fastidiosa - y tenia razon tardamos apenas unos minutos más y nos bajamos del auto en frente de la playa.

- Definitivamente eres la mejor - digo todavía en el mismo lugar admirando el paisaje delante de mi, me encanta la playa, me encanta el mar y la arena, me hace sentir libre la inmensidad del océano.

- Lo se - dijo con una pose engreída y me reí su gesto antes de echarme a correr hacia la orilla.

Caminamos un rato correteando las olas y jugando a intentar mojarnos, estar aquí me hace olvidarme de todo y de todos, sin preocupaciones, siendo solo un puntito a las orillas de la inmensidad del mar y me di cuenta, si puedo ser feliz en un momento tan sencillo como este de un dia triste como este, puedo ser feliz sin tener a Victoria para mi... Creo que sobreviviré.

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