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Dimensión Espejo por Whitekaat

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Notas del capitulo:

Espero que les guste el nuevo capítulo, y sobre todo la historia, gracias por leer.

Si tienen alguna sugerencia o duda, escribanme, siempre respondo todo.

PD: sé que dije que no abría occ, bueno soy un mentiroso, lo habrá no este capítulo pero más adelante sí, jajajaja lo siento de veras pero hay cosas que yo no manejo al escribir.

 

CAPÍTULO II

CONTRATO

 

Sentía el ruido de agua cayendo, sentía estar sobre algo mullido, sentía un olor a perfume entrar por sus fosas nasales, se sentía bastante cómodo, descansado tras corren una maratón, se negaba abrir los ojos por el momento, no quería abrirlos, no quería pensar nada, al menos no aún, comenzó a pensar entre sueños en donde se podía encontrar, pensó en su casa, en su cuarto, pero ninguno de esos lugares se adecuaba a lo que sentía, ninguna cama de su casa se sentía así, tampoco ningún sofá, en ninguna habitación estaba ese olor, Saga deseó tener las ganas de abrir sus ojos, y al pensar en la palabra deseo un flash de recuerdos volvió a su mente.

Se levantó de golpe, sus ojos nublados por los restos de sueño no le permitían ver todo con claridad, sabía que estaba en un cuarto que no era el suyo, alcanzaba ver paredes blancas, algo que visualizó como un escritorio de color negro, una puerta de donde venía el sonido del agua cayendo, vio una puerta junto a esa que estaba entreabierta, giró su rostro y vio un par de mesitas de noche donde una de ellas tenía una lámpara, tras el respaldo de la cama un enorme ventanal y frente a la cama había una televisión.

De algo estaba seguro esa no era su habitación  realmente no estaba seguro si querer averiguar de quien era, aún confuso y algo aturdido se levantó de la cama pero sus piernas no alcanzaron a dar dos pasos antes de caer de rodillas al piso, escuchó el sonido de lo que suponía una ducha detenerse, un par de movimientos y el sonido de una manilla ser girada, aún no podía enfocar bien las cosas, pero si alcanzaba ver de forma borrosa de un hombre de piel trigueña que lo tomó por debajo de las axilas y lo levantó hasta dejarlo sobre la cama una vez más.

— Sé que debes estar algo confundido, intenta calmarte, no te haré nada malo— Saga lo reconoció como el hombre que había visto antes de caer desmayado frente a la criatura que apareció ante él.

Saga parpadeó un par de veces más hasta que su mirada se volvió menos borrosa hasta que finalmente pudo ver a quien estaba frente a él, esos grandes y profundos ojos color verde, cabello castaño  ahora húmedo y pegado a su rostro,  su piel trigueña húmeda debido a la reciente ducha, aquel hombre era Aioria, el nuevo profesor que había conocido aquel mismo día.

El hombre se levantó después de estar en cuclillas, dejando ver a Saga el panorama que era el cuerpo semidesnudo de su profesor, vio su cuerpo marcado, con un rápido vistazo alcanzó a ver heridas cicatrizadas como de cortes profundos, otras que se veían algo más recientes y se encontraban en proceso de sanar y con ese mismo “rápido” vistazo alcanzó a ver la única prenda que cubría su intimidad  que se encontraba húmeda y pegada al cuerpo dejando poco a la imaginación. El menor sintió su rostro enrojecer de inmediato, no es que  el ver el cuerpo de un hombre casi desnudo haya sido algo nuevo para él, los chicos se paseaban desnudos por los camarines pero que fuese un hombre que apenas conocía su nombre y además se encontrara a una escasa distancia cambiaba todo.

— Quédate aquí, iré por algo de ropa. No te muevas — Si, definitivamente aquel hombre era el mismo que había conocido, serio, prepotente y con la capacidad de dar órdenes a todos como si su palabra fuese la ley, pero como el gemelo no tenía ninguna otra opción decidió esperarlo.

— Llamé a tus padres, les dije que era tu profesor tutor, que te desmayaste en la estación de tren, que te llevaría a la enfermería del instituto y luego me encargaría de llevarte a casa cuando te sintieras bien — El gemelo sólo asintió con su cabeza al escuchar al castaño que hablaba mientras salía de lo que parecía salir del closet y se sentaba junto a él en la cama.

Luego de eso solo hubo silencio por unos minutos, un muy incómodo silencio.

— Profesor, podría explicarme que sucedió hoy en la tarde — Preso de su innata curiosidad se atrevió a quebrar con la tensión que había en el ambiente.

— No creo que sea bueno que sepas toda la verdad, Saga. — habló el mayor para luego hacer una larga pausa — Pero Niké volverá por ti, como lo hizo conmigo, y con muchos más, sólo debes saber que debes alejarte de ella y jamás le pidas un deseo, aunque lo quieras, o anheles, no lo pidas. —

El gemelo se sintió intimidado por esos fieros ojos color esmeralda, su rostro, la intensidad de su mirada calaba hasta en sus huesos dejándolo inmóvil, esa era una orden, no se lo estaba sugiriendo, Aioria le estaba dando un orden de no pedir ningún deseo y verlo de esa manera realmente se le quitaba cualquier intensión de algún deseo.'

— Está bien, pero necesito saber más ¿Quién es Niké?, ¿Qué fue esa luz? ¿Por qué cuando lo ví relucía de un color oro? ¿Por qué diablos todo se congeló? Y ¿Qué fue lo que vi sobre mi cabeza antes de desmayarme? — Si, Saga en ocasiones solía callar para evitar cualquier problema, para evitar cualquier cosa que lo perturbara, pero esta no era una de esas ocasiones, el de cabellos color índigo necesitaba más información, quería saberlo todo hasta que su mente pudiese rellenar los huecos que faltaban en aquella intriga.

— Te lo diré sólo para aplacar tu curiosidad, Niké es una diosa, la diosa de la victoria encargada en parte de la protección del mundo, ella realiza contratos con gente que es capaz de merecer una de sus armaduras y al hacerte merecedor es capaz de concederte un deseo, ella lo cumplirá sin falta, pero cuando lo hace estarás obligado a luchar por ella. Cuando el tiempo se detiene es cuando ella te ingresa a su dimensión, la dimensión espejo, es un espacio donde nos encontramos en nuestra dimensión pero a la vez no, es un lugar donde dos dimensiones se unen y donde Niké vive, y sus caballeros luchan. —Saga llevó su mano a su cabeza, buscando ordenar sus ideas con todo lo dicho, sintió una leve punzada en su nuca, algo que no le ayudaba en nada a procesar todo de mejor manera.

— Creo entender pero ¿Contra qué es eso que luchan? — se aventuró a preguntar, aun sabiendo que quizás no era una buena idea.

— Eso no es relevante, sólo debes saber que cuando Niké vuelva aparecer frente a ti, no pidas un deseo y de ser posible escóndete de ella hasta que la dimensión espejo desaparezca— El castaño lucía molesto esta vez, su cara se veía aún más severa si es que eso era posible y en eso su mano tomó su antebrazo con fuerza obligando al menor a que lo mirara a la cara— Saga, esto no es un juego, prométeme que harás lo que te digo, prométemelo. —

— Si, si lo entiendo, me está lastimando — sintió que su brazo era soltado y como el moreno se levantaba de la cama tenso con una de sus manos sobre su rostro.

— ¡Mierda! — exclamó con furia el mayor, dando un golpe a la pared con su mano libre — No se supone que alguien como tú fuese elegido, eres muy joven, eres apenas un adolescente, pero no dejaré que caigas por sus deseos. — La mirada de Aioria se posó en la de Saga, se veía confundido, asustado, temeroso, pero el castaño lo prefería de esa manera, preferiría que temiera, que temiera de aquella criatura, que temiera de él, pero no dejaría que alguien más volviese a caer por Niké y sus propósitos, no dejaría que Saga volviese un caballero.

 

 


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