—¿Una fiesta?—preguntó Rapunzel alzando una ceja, ligeramente sorprendida. Mérida tomó la manzana que había traído especialmente para el almuerzo y le dio una gran mordida sonora que provocó que Hiccup la reprendiera con la mirada mientras masticaba su sándwich.
—Sí, sí. —asintió emocionada Moana, gesticulando por la obvias ansias y dejando relucir sus hermosos ojos llenos de ilusión. Jack la observó por encima de su refresco, pareciendo indiferente ante la propuesta. No es que le pareciera aburrido o algo por el estilo, es solo que ... Comenzaba a sospechar que aquella fiesta arruinaría sus planes. Miró disimuladamente a Hiccup por el rabillo del ojo, tragando más del líquido, para luego suspirar.—Por Hallowen—El albino apretó la lata entre sus manos con molestia. Eso era lo que temía. Gruñó por lo bajo, cruzándose de brazos fastidiado.
—¿Jack Frost no se muestra emocionado por una fiesta?—intervino Gogo, mirándolo de manera juguetona. Jack la odió solo por unos segundos.
—Tengo mejores cosas que hacer.—respondió desviando la mirada a algún punto lejano. Sintió cómo de pronto los presentes en aquella mesa colegial de la sala de la cafetería se le quedaban viendo con interés. Bien, rechazar una fiesta era algo extraño para él. Incluso él mismo lo admitía. Pero tenía una buena excusa, porque al parecer su plan moriría como los otros miles de planes que patéticamente había armado para pasar más tiempo con su amigo.
—Irá Elsa.—siguió con su gran ánimo Moana. Gogo enarcó una ceja de manera sugerente, mientras sonría ladina al ver que Jack se ponía incómodo. Rapunzel soltó una risita cómplice en lo que Hiccup solo prestaba mayor atención al tema.
—¿Y a mi qué?—respondió de manera un tanto grosera. Al instante Mérida le dio un gran golpe en el hombro como reprimenda—¡Ah! — se quejó, sobando el sitio afectado y notando como Hiccup lo miraba con cierta decepción. Su pecho sufrió una punzada, y sin previo aviso la sangre de sus venas corrió a juntarse en sus mejillas. Estar reflejado en los ojos de Hiccup siempre lo ponía nervioso. O al menos, así sucedía desde que se enamoró de él. Por la Luna. Para evitar que alguien notara su bochorno, recostó el rostro contra la mesa, tapándose con los brazos y simulando estar hastiado sobre el tema.
—Vamos, podría ser divertido.—habló Rapunzel, contagiándose inevitablemente de la emoción que la morena chica de intercambio mostraba.—Podemos disfrazarnos y todo.
Jack se desesperó por dentro, tensando los músculos. No. ¡No quería asistir!
—Sí, ya sabes. Hallowen.—obvió Gogo, moviendo una de sus manos restándole importancia al tema.—Será algo tranquilo. Quizás.—se alzó de hombros, tomándose un tiempo para re pensar sus palabras. —Bueno, quizás sea algo más que "tranquilo"
Rapunzel sacudió en su lugar a Mérida, la cual parecía más interesada en comer su manzana y no llegar tarde a la clase de educación física que otra cosa. Jack tuvo la pequeña esperanza de que la pelirroja pudiera leerle el pensamiento y apoyarlo en su causa por no asistir a dicha fiesta, pero sus ilusiones quedaron hechas añicos cuando Mérida cedió ante los ojos de cachorro perdido que ponía su rubia amiga.
—Bueno, es solo que no me gusta la idea de disfrazarme.—comentó un tanto indecisa Dunbroch. Rapunzel se exaltó en su asiento, casi ocasionando que la bebida de moras de Hiccup se derramase sobre la mesa por el repentino movimiento de la mesa.
—¡Yo te ayudo! Podemos crear nuestros disfraces.
—¿Puedo unirme?—preguntó Moana, algo insegura ante su misma pregunta. Ella no solía lanzarse a preguntar aquellas cosas. Y no porque fuera tímida ( al menos, no mucho) sino porque simplemente no era común en ella asistir a ese tipo de fiestas. Ni siquiera sabía si debía hacer algo en especial.
—¡Por supuesto!—la aceptó sin más Corona. Desde su lugar, Jack no pudo evitar quejarse en un lamento que llamó la atención de Hiccup, el cual se encontraba sentado delante suyo.
—¿Jack?—al escuchar su propio nombre de labios del pecoso, no pudo negarse. Levantó ligeramente el rostro, enfocando sus ojos en el rostro de quién lo había llamado, pero sin dejar de ocultar el resto de su cara detrás de sus brazos. —¿Te sientes mal?
—No.—respondió, sin embargo al estar tapando su rostro, no pudo ser escuchado. Hiccup ladeó un poco la cabeza sin entender nada, a lo que Jack se limitó a replicar su respuesta con la cabeza.
—Oh.—respondió el castaño, mirándose contrariado y no muy convencido. Jack lo observó sin poder caer en la cuenta de cómo su mirada se clavaba de más en él, casi embobado en su figura. Analizó todo con cuidado, tal y como solía hacer cuando su amigo no le estaba prestando atención: sus pecas ya no tan notorias como alguna vez lo fueron en su niñez y pubertad, sus cejas expresivas y adorables que contribuían a formar aquellos gestos que tanto amaba del chico, pasando por su respingada nariz que solía fruncirse cuando estaba enojado, sus verdes y profundos ojos que lo mantenían despierto y en constante contradicción, llegando hasta sus labios, donde se perdía en la sensación cálida y ansiosa que se asentaba en el fondo de su estómago al imaginarse a sí mismo rozándolos en un beso... Incluso se hundió en la observación de aquellos bellos apenas visibles de su mandíbula, pensando seriamente que adoraría posar sus manos llenas de deseo por la zona. —¿T-tengo... algo en el rostro?
Jack se sobresaltó ligeramente, odiándose al instante por ceder ante sus sentimientos de manera tan patética y dejarse llevar como colegiada por la imagen de quien estaba enamorado.
—Tienes algo en los dientes.—su brazo se corrió de su rostro ligeramente para dejar que la voz saliera. Se hizo el desinteresado, y poniéndole mala cara, frustrado consigo mismo por ser tan obvio, intentó calmarse. El castaño comenzó a mover su lengua dentro de su boca tratando de eliminar aquello que Jack le había mencionado. Sacó su celular de su bolsillo trasero y usó la pantalla para intentar captar en el reflejo algún resto de lechuga en sus dientes. Jack no pudo evitar burlarse y reír, más divertido por lo "adorable" que se veía buscando un resto inexistente que por otro cosa. Hiccup notó como Jack reía, y entendió que había sido engañado.
—Entonces, irán?—la pregunta era sobre todo dirigida a Hiccup y él. Jack se alzó de hombros sin muchas ganas, divisando no muy a lo lejos la fina figura femenina de quien conocía muy bien. Elsa entraba tranquilamente acompañada de su hermana ( como siempre) para tomar asiento en alguna mesa muy alejada de él. Se quedó mirándola un rato. Ahora que sus planes se habían arruinado, tenía que quejarse con alguien. Y ya que ni Rapunzel ni Mérida sabían de su enamoramiento hacia el que se suponía, era su mejor amigo y eterno rival, Hiccup, debía quejarse con la única persona que sí estaba enterada de todo el tema: Elsa.
—Yo, uhm...—vaciló Hiccup. Trató por reflejo buscar la mirada de su albino amigo, pero al encontrarlo distante observando en la dirección de la mesa en la cual Elsa solía sentarse, se dio cuenta de que no podría contar con su aceptación ni consentimiento. De todos modos, ¿por qué querría su consentimiento? Trató de justificar sus extraños pensamientos con la idea de que asistir a una fiesta sin Jack sería realmente aburrido, y que por ello dudaba. Después de todo, él y Jack solían hacer casi todo juntos, y no tenerlo cerca en una fiesta sería extraño.
—Irá Astrid.—comentó como si nada Mérida, tratando de robarse algunas uvas del plato de Rapunzel. Inmediatamente Jack pestañeó y desvió su atención de vuelta a la conversación, aunque conservando la postura relajada y el aparente desinterés. — Me había comentado algo sobre una fiesta anoche, pero siendo sincera solo le clavé el visto y me dormí.—recordó de repente sintiendo que había cometido un gran error, puesto que la rubia le reprendería la enorme falta de atención.
—¿Entonces...?—rogó Rapunzel, usando sus bellos e inocentes ojos para persuadir a Hiccup. Jack apoyó una mano en su mejilla, y así mismo el codo en la mesa. ¿Y ahora que haría con ese montón de películas y videojuegos que había comprado? Se frustró de solo pensarlo, sintiéndose peor por ver su egoísmo reflejado en un ligero bufido.
—Claro, iré.—terminó por aceptar sin más vueltas, sonriendo despreocupado y llevándose una mano al rostro para apartar algunos mechones cafés que le caían sobre un ojo.
—Entonces supongo que tu también vas, no Jackson?—Mérida fue la encargada de hacer aquella pregunta. Jack, más calmado, rodó la mirada. Gogo se metió dos caramelos de uva a la boca, sonriendo por cómo el albino se hacía de rogar. Era toda una diva, aun siendo un chico. De ese modo, más o menos entendía porqué estaba entre la lista de chicos más codiciados de la preparatoria, misterioso, agradable y carismático, pero con una faceta distante y enigmática que se negaba a abrirse ante cualquier chica de lindas curvas y ojos delineados.
—Supongo que no puedo negarme.—sonrió sin muchas ganas Frost, provocando que Rapunzel soltara un grito animado, sacando su libreta de diseños que siempre cargaba encima y conversando animadamente con Moana y Mérida sobre cómo y qué se pondrían para el gran día. Gogo sonrió como si hubiese ganado algún tipo de pelea de orgullo, y victoriosa se levantó de regreso a su mesa, donde Tadashi, Honey y sus demás amigos ya estaban armando un desastre a causa de Fred sacando de quicio ( de nuevo) a Wasabi.
Hiccup tomó el envase de su jugo para darle un sorbo, sin quitarle la mirada a su amigo. Jack notó esto y se encogió de hombros.
—Pensé que no irías.—confesó sin mayor demora.—¿Cuáles eran esos planes? —preguntó curioso, quizás más ansioso por la respuesta de lo que quisiera admitir. Jack se tensó al instante, pero trató de disimularlo pasando una mano por su nuca y desviando la mirada.
—Ya no tiene importancia.—contestó sin su típico tono animado. Finalmente volvió a entablar su mirada en el castaño, mirándose quizás decepcionado. Hiccup tragó en seco, casi ahogándose, no sabiendo cómo reaccionar ante aquel gesto. ¿Había hecho algo mal al aceptar? ¿Es que acaso Jack esperaba a que se negara a ir? ¿Por qué? — Nos vemos en la salida.—siguió hablando, de repente levantándose de su asiento y tomando la bandeja del almuerzo con la comida a medio terminar.
—¿A dónde vas?—antes de que Hiccup se diera cuenta, sus labios ya habían soltado aquella pregunta. Jack se detuvo un segundo, extrañado por la urgencia que demostraba aquella pregunta.
—Con Elsa.—respondió como si nada, dándose media vuelta y alejándose despreocupadamente.
Hiccup se quedó en silencio, observando la espalda de aquella sudadera azul perderse en dirección al otro extremo de la cafetería. Sin quererlo sus hombros cayeron desanimados, y cierto peso de tensión se añadió a su cuello, haciéndole tensar la mandíbula.
"¿Por qué con ella?" fue lo que su mente respondió automáticamente, confundiéndole por la rapidez en que aquella pregunta había aparecido en lo hondo de sus pensamientos. Sin más, decidió ignorar el tema y continuar comiendo como si nada hubiera pasado.
—Hiccup, haremos tu traje y el de Jack también.
Quizás no debió aceptar ir a la dichosa fiesta.