Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

VANISHED por Karenlauren

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

- ¡No voy a ser tu puta!

 

De nuevo, el sudor frío se mezcló con un temblor incontrolable.

 

¿Por qué no podía mantener mi bocaza cerrada?

 

Nuestros labios se volvieron a encontrar, pero esta vez sus manos se movieron a la misma velocidad, luché contra lo que él provocaba en mí. Esta vez gané, me deshice de su agarre con una fuerza poco común para un doncel y corrí hacia la ventana, salté rompiendo los cristales, cayendo de forma brusca encima de miles de cristales y el sórdido metal de las escaleras de incendios.

 

Me levanté como un rayo, corriendo, temiendo por una vida a su lado.

 

Miles de veces eché ojeadas comprobando que me pisaba los talones hasta que me adentré en la zona comercial y conseguí perderle entre el gentío, solo me quedaba una opción a estas alturas. Solo una persona tenía el poder suficiente como para protegerme de él.

 

Busqué una zona apartada y rebusqué entre mis bolsillos, por suerte, aún tenía unas monedas. Corrí a la cabina telefónica más cercana, no me quedaba otra opción, con el corazón en un puño marqué su número después de meter la última moneda, temblando, en esa ranura que marcaba mi final.

 

Al tercer pitido él cogió el teléfono.

 

- ¿Si?

 

- Soy yo. – Hubo un silencio ensordecedor. Al cabo de un rato oí un casparreo y su voz dominante.

 

- ¿Cómo has estado Naruto?

 

- Bien... - solté un suspiro, tratando de esconder mi voz a punto de romper en llanto, ahí iba todo mi orgullo. – hasta que Madara me ha encontrado.

 

- Tengo tu localización, mis hombres pasaran a buscarte, hablaremos en...

 

Me giré para indicarle a la persona que me había puesto la mano en el hombro que estaba ocupado, pero mi voz se redujo a un grito ahogado al ver ese par de ojos que no habían dejado marchar a su presa.

 

Intenté debatirme, huir de nuevo pero esta vez me tomó por sorpresa. Antes que pudiese decir algo más él se puso al teléfono. Todo se sumió en la oscuridad con sus palabras a mi antiguo maestro y tutor en el orfanato.

 

- Está en buenas manos, Jiraya. – Su tono socarrón e infantil hizo que la ira corriese como veneno por mis venas, pero mis sentidos ya no funcionaban, me habían drogado con algo muy fuerte.

 

<< Esta vez desperté en mi casa, pero... no había nadie. En realidad, no había nada... alguien se había llevado todas mis pertenencias, mis recuerdos, mis muebles... hasta las cosas de Temari, como si nunca hubiesen existido nada más que las paredes. Me giré en busca de la puerta, pero no había. Estaba atrapado.

 

Llamé, grité, deseé que alguien viniese a sacarme de ahí pero antes de que pudiese darme cuenta ya estaba en la cafetería dónde trabajaba mi mejor amiga, estaba sentado en mi mesa favorita, junto a la ventana, dónde me distraía viendo ir y venir a la gente... La busqué con la mirada y ahí estaba, radiante con su delantal y su camiseta favorita de un halcón abejero, una ave de desierto bastante peligrosa.

 

Un momento, esa camiseta se la había puesto esa mañana... busqué con horror un reloj, un calendario. Al momento en que di con él me di cuenta que era la hora exacta en la que había escapado.

 

Mis oídos captaron el sonido de un disparo, al darme la vuelta un sonido de puro pavor salió de mis cuerdas vocales, no pude retener las lágrimas... Temari estaba en el suelo con sus hermosos ojos arena mirando a la nada, de su pecho salía mucha sangre. Alguien llamó a una ambulancia, pero el caos enseguida se instaló en la cafetería. >>

 

Me incorporé con la adrenalina a tope, sudando, las lágrimas parecían no haberse querido quedar en esa horrible premonición, en esa horrible pesadilla que me atormentaría por años.

 

Ya no me importaba dónde estaba, solo me importaba que él estuviese bien. Que la ambulancia hubiese llegado a tiempo, que el disparo fuese errado.

 

- Buenos días, Bella Durmiente... - miré con desprecio al hombre que no parecía querer soltar sus Malboro de entre sus labios, aunque el mundo terminara. – o debería decir Zorrito? Parece ser que se te da bien lo de correr, pero estás a completa vigilancia, veinticuatro horas al día, todo el año.

 

Aclaré mi voz, aún sin poder parar mis lágrimas.

 

- Temari... ella... ¿ha...? – mi voz se rebelaba en contra de mi voluntad, a este paso daría la impresión de ser un llorica. Según Kankuro, esa era mi especialidad. Madara abrió los ojos, impresionado.

 

- Gritabas bastante en tus sueños. – Ante mi permanente voto de silencio simplemente asintió con la cabeza, por un momento me temí lo peor. – Ha sobrevivido al tiro, es una chica con suerte, pero, a no ser que te portes bien, la remataremos.

 

Simplemente me volví a tumbar en esa cama de sábanas de marfil sedoso. Un suspiro de alivio recorrió todo mi cuerpo, las extremidades agarrotadas se relajaron como si me hubiesen chutado un tranquilizante de caballo. Solo rondaba un pensamiento por mi mente "Maldita sea rubia, gracias."

 

- ¿No te vas a poner a gritar cómo esta mañana?

 

Decidí guardar mi voto al silencio, estaba agotado, dos sueños por día eran más que suficiente... A este paso iba a terminar con ILF y no molaba el asunto. Necesitaba mi medicación para dormir. Me levanté de nuevo para enfrentar a la crueldad de ese hombre.

 

- Necesito Zolpidem. 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).