Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Besos por Navidad. por PinketDiana

[Reviews - 43]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Demasiado fluff para todo el mundo. En serio. 

Diabetes asegurada. 


(Muy poquito, poquito drama) 

 


¡A disfrutar de la lectura! ♥

Adora la Navidad. Adora todo lo que Diciembre trae con ello. El ambiente, los villancicos, los regalos, el frío, los dulces, el chocolate caliente, las decoraciones. Todo. Naruto es la típica persona que el día 29 de Noviembre -literalmente- está bajando al trastero a por la gran caja que está al fondo del todo, donde se guardan los adornos, el árbol y cosas que a Sasuke le gustaría destruir la mayoría del tiempo, porque puede ser que el día 30 sea demasiado tarde y no de suficiente tiempo.

 

Y este año no es distinto. No al menos el día veintinueve. Pues cuando son las siete y media de la tarde, ya tiene las llaves en mano y bajando las escaleras sin duda alguna, haciendo oídos sordos a los comentarios de Sasuke sobre cómo tiene una obsesión insana con la Navidad y objetando que todavía es demasiado pronto. ¡Imposible que sea pronto, si dentro de dos días ya es Diciembre!

 

Finalmente, y como cada año, Sasuke se une a él media hora después.

 

Son las diez menos cuarto de la noche cuando vuelven al piso, cargados de cajas pequeñas y una que casi, casi es más grande que el mismo Naruto. Las dejan todas en la entrada, por supuesto, porque es Naruto y según grita a Sasuke, quien está histérico por el desorden que se ha armado en tan solo diez minutos, es porque no tendría sentido ordenar nada cuando muy pronto se va a poner a decorarlo todo.

 

Después, aun cuando el mayor no deja de gruñir y refunfuñar, se quedan abrazados en el sofá, bajo la manta, con un café y un chocolate caliente, viendo la nueva adaptación de Death Note.

 

La odian, se acuerdan incluso cuando no llevan ni más de cuarenta minutos de película.

 

Sasuke suspira mucho y se ve cansado todo el tiempo, pero Naruto se dice que su mejor amigo solo está cansado por la tarde que han tenido.

 

(...)

 

Son las diez y media de la mañana cuando su alarma suena, indicando que debe despertar. Por supuesto, en la pantalla se lee fácilmente un "¡Despierta! ¡Es navidad~!" como un mensaje de lo que Naruto quiere definir como 'ánimo'. Y lo primero de lo que se percata es de que todo está demasiado silencioso. No hay ruido de la tele de fondo, ni de platos en la cocina. No es que él y Sasuke sean demasiado ruidosos, llevan viviendo juntos desde que empezaron el primer año de Bachiller, cuando ambos decidieron que estudiarían en la ciudad en vez de quedarse en su pequeño pueblo natal, y ahora que están en tercer año de Universidad, Naruto puede asegurar que en ese tiempo solo le han llamado la atención tres veces contadas. Y todas esas han sido por discusiones tontas que ambos han tenido y se les fueron de las manos.

 

Pero aun así es extraño, pues Sasuke tiene un horario muy estricto, y Naruto sabe que él se suele despertar sobre las nueve o las nueve y media.

 

Lo primero que hace es ir a la cocina, para asegurarse de que el mayor no está allí, preparando tortitas, o en el salón, sentado en el sillón viendo algún capítulo de Friends. Y tal y como el rubio imaginaba, no está allí. Se encuentra con la habitación completamente vacía, sin rastro de Sasuke. Se acerca al reproductor de música y pone la lista de reproducción "especial" de Navidad, lista de reproducción que por supuesto él se ha asegurado de añadir canciones nuevas año tras año. La primera en sonar es "all i want for christmas is you" y ni siquiera le sorprende.

 

Sin dudarlo demasiado, se pone a preparar el desayuno, pensando que compartir el desayuno en la cama de Sasuke mientras ambos ven una serie y desayunan es una gran manera de entrar en el ambiente navideño. Se decide por hacer panqueques, y aunque se siente extraño hacer el desayuno sin la compañía de Sasuke, quejándose de fondo sobre como los hace demasiado dulces o que le echa mucho chocolate, tarda menos de lo esperado, e incluso se anima a acompañarlos de una taza de café para Sasuke y un chocolate caliente para él. Lo coloca todo en una bandeja, cuidadosamente, y se pone en marcha hacia la habitación del mayor.

 

(...)

 

—¿Sasuke? —Llama desde fuera, aún con la bandeja en la mano. — ¿Teme? — Tantea, unos segundos más tarde. No está seguro de si Sasuke lo ha escuchado pues quizás está durmiendo, pues está seguro de que Sasuke no ha salido de casa. Su chaqueta está al lado de la suya, en el perchero de la entrada, y sus llaves están en el pequeño baúl del mueble del salón, junto con las suyas. Decide intentar llamarlo de nuevo. —¿Puedes abrir la puerta? Tengo las manos algo ocupadas, teme. Si no nos damos prisa, nos perderemos en nuevo capítulo de Lucifer. — Lo cual, en realidad, es injusto, porque ahora tienen que ver dos capítulos pues Sasuke se adelantó a Naruto, y sin esperarlo, el mayor vio el de la semana pasada, aun cuando Naruto no tuvo tiempo por culpa de exámenes y proyectos finales.

 

Al tercer intento, resopla y coloca la bandeja a sus pies y finalmente, él abre la puerta.

 

Sasuke está acurrucado en sí mismo con una manta, sentado en la silla del escritorio.

 

—Oh, teme...— Sin darse tiempo a sí mismo, entra a la habitación directamente, y atrae a Sasuke en un abrazo, que, si bien no es rechazado, tampoco es correspondido. —Hay...—Saluda nuevamente, o hace el intento, porque su expresión cae cuando Sasuke simplemente hace un gesto con la cabeza y sigue mirando al suelo. Esta no es la primera vez que pasa, por desgracia. Desde que empezaron este curso Sasuke está por demás estresado, y, por consiguiente, le dan bajones de la nada. Los estudios de este año son demasiado para él por más que lo intenta. La última vez fue hace menos de un mes, cuando ambos estaban en el salón, jugando a Undertale, y Naruto se había levantado para ir a por una bebida, y cuando había vuelto se había encontrado a Sasuke con la mirada baja y sus ojos lagrimosos. No habían hablado de ello, sabe que Sasuke odia hablar de ello, así que se habían quedado allí, abrazados en el sofá durante horas, hasta que la noche llegó a su punto más alto, y después se habían trasladado a la habitación, donde se habían quedado entrelazados hasta el amanecer. Sin palabras. Solo suspiros y un lío de extremidades conectadas.

 

—Ven. —Susurra, con la voz tan baja que, si no fuese porque están a escasos centímetros de distancia, hubiese sido imposible de escucharlo.

 

Se sientan en la cama, con Naruto frotando la espalda del mayor de forma suave.

 

—Estoy bien. —Asegura Sasuke, y el rubio sabe que no es verdad. Por lo que lo abraza aún más y vuelve a susurras. —Sabes que no tienes que mentirme acerca de esto, teme. — Puede sentir a Sasuke asentir contra su cuello, y algo en él se tranquiliza. Se quedan allí por varios minutos, hasta que siente que Sasuke está bastante más calmado. —Te he hecho café, pero si lo prefieres, puedo ir a prepararte un té. ¿Quieres? — Se levanta, pero el mayor agarra su mano con urgencia.

 

—No. Está bien. El café está bien. Quédate. El café está bien, de verdad. — Y es tanta la urgencia que hay en su voz, que Naruto vuelve a sentarse de inmediato, tan cerca de Sasuke que prácticamente están uno encima del otro. Y está bien, porque esta es la manera en que ellos son. — Gracias. Por el café. Por todo. — Susurra Sasuke, mientras bebe su café.

 

—Todo irá bien, Sasuke. Ya verás. — Naruto es consciente de que esas palabras no animarán a su amigo, porque algo tan complicado como el estrés y ansiedad por los estudios no se van con unas simples palabras de afecto, pero es que se siente tan impotente, que no puede hacer más. Y a pesar de que pasan la mañana viendo Friends, acurrucados entre las sábanas y mantas, él quiere que Sasuke sea verdaderamente feliz y esté completamente animado. No suspirando cada pocos segundos y perdido en su mente casi la mayor parte de los episodios. Y sobre todo cuando es Navidad.

 

Así que lo decide. Él va a encontrar una forma de animar a Sasuke.

 

Cuando la noche llega, y "30 de noviembre" ya brilla en el calendario, Naruto busca en Google "como animar a tu mejor amigo por Navidad".

 

(...)

 

El problema no es Sasuke, definitivamente. Es, en gran parte las expectativas de su familia, que son demasiado altas para cualquiera. Y no, él no se queja de la familia de Sasuke, por supuesto. Él la adora. La madre de Sasuke siempre es simpática con él, y desde que ambos eran pequeños, les preparaba galletas dos veces a la semana. Su padre lo trata como si de su hijo se tratara, palmeando su espalda con orgullo cuando gritaba, junto con Sasuke, que ambos se graduarían e irían a estudiar a la ciudad. Y aunque Hitachi es algo molesto, es como si fuese un hermano para él. Así que no por supuesto que no, él no los odia, pero Sasuke siempre ha sido un gran estudiante, sacando diez en todo y excelentes en las evaluaciones durante cada curso. Entonces, sus padres creen que será así este año también, y a pesar de que Sasuke lo está intentando con todas sus ganas, él simplemente no puede. Hay dos asignaturas que son simplemente imposibles para él. Y es por eso que las aspiraciones de su familia junto con las suyas propias de que debe mantener ese nivel lo ahogan.

Este año está siendo demasiado.

 

Y Naruto ha intentado todo lo que está en su mano para convencerlo de que mientras él esté dando todo lo que tiene, no pasa nada si baja en sus calificaciones, pues está dando lo máximo de sí, esforzándose todo lo que puede. En cambio, Sasuke alega que no puede defraudar a sus padres. (Naruto se pregunta si Sasuke se ha defraudado a sí mismo y por eso mismo aún tiene tanto ímpetu en sus padres)

 

Él conoce a su familia. A la familia de Sasuke. Conoce a Sasuke. Y también a su cabeza. Sabe cómo Sasuke funciona. Y es por eso que por más que lea y lea durante esa noche, no encuentra nada que lo convenza para ayudar a su amigo.

 

Hasta que lee un artículo que se llama "Los increíbles beneficios para la salud de un beso ". Entre las más destacadas está que disminuye el dolor, ayuda a ejercitar los músculos y es un antidepresivo. Finalmente, descarta la idea pues es absurda. ¿Es absurda, verdad? ¿Besar a Sasuke para animarlo?

 

Descartada totalmente.

 

(Pero si de alguna forma acaba guardada en favoritos, es algo que nadie debe saber)

 

(...)

 

Es la mañana del 1 de Diciembre, cuando Sasuke entra en un estado de ansiedad. Ha ocurrido mientras ambos están preparando los últimos apuntes de las asignaturas que les quedan. Sasuke no puede respirar, está hecho un ovillo, abrazando sus propias piernas y Naruto no sabe qué hacer. Sasuke es el orgulloso, el fuerte y el que no se suele dejar ver débil, es por eso que de alguna manera esto siempre le toma desprevenido, y por más que quiera ayudar a su amigo tiene miedo de ser rechazado por ese mismo orgullo.

 

Aun así, va hacia el chico y lo abraza lo más fuerte que puede.

 

—Sasuke. — Lo llama una y otra vez con palabras tranquilas, hasta que siente que el mayor ya está lo suficientemente estable como para respirar prácticamente con normalidad.

 

—Estoy bien, estoy bien. Es solo que llevamos una hora y apenas he podido aprenderme el primer apartado.

 

—Hey, todo se solucionará. Lo prometo. Vamos a tomarnos un descanso y después continuamos, ¿vale?

 

Sasuke asiente, por lo que ambos se quedan allí y disfrutan del silencio por media hora, solo en la compañía del otro.

 

—No sé qué le voy a regalar a tu padre, Naruto. — Comenta Sasuke después de un rato, con la televisión encendida de fondo. Y Naruto se pregunta cuándo se han convertido en ese tipo de amigos que regalan cosas a los padres del otro. Se excusa diciendo que es debido a que ambos se conocen desde pequeños.

 

—Podemos ir a comprarlos más adelante, juntos, ¿te parece bien? — Sasuke asiente, y ambos vuelven su atención a la televisión.

 

Pero el no poder hacer nada, sigue molestando tanto a Naruto que no puede concentrarse en nada, ni siquiera en su capítulo favorito.

 

—Sasuke... no sé cómo ayudarte. — Éste se aleja de Naruto, moviendo las dos mantas con él.

 

—¿Qué?

 

—Yo... no sé cómo ayudarte. Quiero que estés bien. Que seas feliz. Que disfrutes de la Navidad. Que no estés estresado y deprimido.

 

—No tienes que hacer nada, dobe. Es solo un mal tiempo. Se solucionará. — Aunque Sasuke está diciendo eso, parece más como si él mismo estuviese intentando creerse sus palabras.

 

—Quiero ayudar. Eres mi mejor amigo. — Finalmente Sasuke lo mira a los ojos, y no es hasta ese momento que Naruto se da cuenta de que Sasuke no lo ha mirado en todo el día. Y Dios, se ve tan, pero tan cansado que algo duele en el pecho del rubio cuando ve a su mejor amigo de esa manera. Y sin darse la oportunidad de pensarlo demasiado, el menor se lanza a ello. — ¿Confías en mí?

 

Sin un segundo de duda, Sasuke asiente. Con una expresión confusa y con algunos parpadeos de incertidumbre, pero aun así asiente. Porque confía en él. Ciegamente.

 

Naruto lo mira, en silencio. Mira al hermoso chico de pelo oscuro que combina con sus ojos, con su cara más pálida de lo habitual y su expresión cansada. Sabe que hay algo allí, en su mente, que no lo deja ser feliz, que lo empaña todo de negro y lo nubla tanto que ni siquiera deja pasar un solo rayo de luz. Y él quiere cambiar eso, tanto como pueda.

 

Él picotea un suave y corto beso en la mejilla de Sasuke, porque siempre se ve suave y tierna, y él quiere a Sasuke y quiere, quiere más que nada que él esté bien. Que vuelva el Sasuke orgulloso que no para de farfullar y quejarse, aquel que siempre tiene una sonrisa que irradia superioridad pero que realmente es una manera de mostrar afecto, al igual que las peleas tontas que siempre tienen. Y todo lo en lo que puede pensar es en el artículo que leyó en internet.

Es tan rápido que, si no fuese por la expresión de asombro del mayor, Naruto podría haber asegurado que todo hubiese sido una confusión, algo que solo había pasado en su mente.

 

Antes de que Sasuke pueda decir nada, él se justifica, como si hubiese sido algo de vida o muerte. —Leí en Internet que eso ayudaría a que te sintieras mejor. De verdad. Yo... lo siento mucho. Leí que ayudaba a...

 

—¿Qué? — Es todo lo que dice el mayor, interrumpiendo el monólogo del otro chico, con sus mejillas arreboladas, y una expresión de incredulidad. —¿Qué? — Pregunta de nuevo, y Naruto no se puede creer que de alguna manera esté mostrando la primera sonrisa desde hace bastante tiempo. Una pequeña y casi no puede apreciarse, pero aun así está ahí.

 

—Lo leí en internet. — Vuelve a explicar. — Estaba buscando cómo hacer que te sintieras mejor, porque no sabía qué hacer. Y había un artículo que decía que besar a las personas pueden ayudar a curar su estado bajo de ánimo y yo... tú... ¡no miento! Puedo enviarte el artículo si quieres, para que sepas que no miento. ¡De verdad que no miento! — Él no lo está haciendo. — Besar ayuda a elevar las hormonas o algo así y.…— Las últimas palabras son casi indefendibles, pero Naruto sigue explicándose sin pausa alguna, como si alguien le hubiese dado cuerda y ahora se negase a parar.

 

—Eres un auténtico dobe. —Esta vez, quizás la primera en toda su historia desde que se conocen, Naruto tiene que está de acuerdo con él. Es idiota. Pero, aun así, hay algo en él que dice que no aparte sus ojos de los del mayor, porque quizás así desaparezca esa diminuta sonrisa que por fin Sasuke está mostrando.

 

—¿Ha ayudado algo, sin embargo?

 

—¿El qué? ¿Ese pequeño roce en la mejilla? Dobe, eso ni siquiera era un beso. Era como un... una ráfaga de aire suave que ha durado un segundo. ¿El artículo decía algo de un besito ráfaga de aire?

 

Él no se molesta en contrarrestar lo que Sasuke está diciendo, todo en lo que puede pensar es en cómo Sasuke está allí, hablando con un poco más de ánimo, sus ojos en los suyos, perdidos en el momento, y en cómo está sonriendo.

 

—¿Quieres intentarlo de nuevo? — Porque el pelinegro no se ve como si estuviese a punto de entrar en pánico de nuevo, y eso es más importante que cualquier otra cosa. Todo lo que Naruto quiere hacer es ayudar. Sasuke se encoge de hombros, y eso no es una negativa, ¿verdad? Por lo que se acerca lentamente, por si Sasuke decide que es mala idea y quiere alejarse, mas, el mayor no se aleja, todo lo contrario, cierra los ojos y acerca sus labios, y a pesar de que quiere esconderlo en el fondo de su mente, el pensamiento de que su pecho salta cuando besa a Sasuke está presente en su mente, fluorescente y brillante.

 

Esta vez ninguno se aparta de inmediato.

 

Ambos han besado a muchas personas antes, por supuesto. Pero Naruto nunca besó a Sasuke (quizás una vez cuando ambos eran muy, muy pequeños y sentían curiosidad sobre cómo se sería besar a alguien, pero está total y completamente seguro que Sasuke no recuerda eso), y siempre hay algo emocionante y extraño en besar a alguien nuevo. El alboroto en su pecho es debido a ello, seguramente. Sasuke sabe a café -por supuesto- y al dulce que han comido hace un rato, mientras estaban perdidos en el sillón y en la televisión.

 

Aún con los ojos cerrados, Naruto es consciente en como Sasuke se ha impulsado hacia adelante, para tener más contacto en el propio beso. De alguna manera, en la mente de Naruto eso lo hace mucho, mucho más besable. Hacen bajos y suaves sonidos a través de sus labios y Naruto tiene que arrugar la camiseta del mayor con fuerza y no sabe si esto es lo que se tiene que sentir al besar a su mejor amigo.

 

Cuando se separan, Sasuke está mostrando una gran sonrisa y está a pulgadas de Naruto, rozando sus narices con suavidad y mimo. Su pecho se siente cálido y hay una sensación reconfortante con ello y Naruto tiene que admitir que es mejor que miles de Navidades juntas. Como fuegos artificiales que nunca terminan, iluminando el cielo en una noche de verano.

 

—¿Mejor? — Pregunta el rubio, sin retirarse de su posición, aún con sus manos en el pecho del mayor.

 

—Sí, mejor. —Suena sin aliento y eso hace que Naruto retenga el suyo propio.

 

Se quedan allí por unos segundos, simplemente mirándose, hasta que finalmente, los créditos y la música de fondo los arrastra fuera del momento.

 

—Pon el siguiente capítulo, yo iré a preparar otra taza de café y chocolate caliente, ¿vale?

 

Naruto solo asiente, antes de alejarse del pelinegro.

 

—¿Puedo tener dos trozos de chocolate blanco, también? — Pregunta, mientras alcanza el mando para poner el siguiente capítulo.

 

—Sí, dobe. Puedes tener dos trozos de chocolate también, incluso si después eres todo hiperactividad y no hay forma de que te quedes quieto. —Acaricia su mejilla una última vez y vuelve a ponerse en píe.

 

La sonrisa no se ha borrado de la cara de Sasuke mientras se levanta del sofá y se dirige a la cocina, al igual que la calidez del pecho de Naruto que se ha posado allí.

Notas finales:

¡Nuevo One-shot! ¿Qué tal? ¿Les ha gustado? Porque realmente estoy pensando en hacer una segunda parte o algo así, pues realmente me ha gustado muchísimo como ha quedado. Si quieren que continúe, déjenmelo saber en los comentarios ^_^

¡Nos vemos! Y sé que es solo 1 de Diciembre, pero tal y como Naruto piensa, prácticamente ya es Navidad y por alguna extraña razón este año estoy algo más motivada por ella (a ver si por un año tengo una buena Navidad) ♥

Gracias por leer <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).