Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nuestro Primer Grado por SrtaMcCarty

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

*Kuroko no Basket no me pertenece – por suerte.

*Los hijos de las ships tampoco me pertenecen, fueron creados por una artista de pixiv, que amo mucho. Aquí está su perfil pixiv.net/member.php?id=3515463

*Contiene BL y M-Preg. 

* Es la traducción de una fanfic de mi propria autoria, en portugués, que se encuentra en el siguiente link 

https://fanfiction.com.br/historia/655662/Nossa_Primeira_Serie

Notas del capitulo:

Primer Fanfic en español, espero que les agrade. 

Para él, Noa Himuro, todo en aquel país era nuevo. Su madre, Tatsuya Himuro, había nacido allí y, por lo que sabía, su padre también era de ese lugar. Era la primera vez que iba a ese país tan lejano de Estados Unidos, donde había nacido y vivido sus seis primeros años. Aunque no estaba allí apenas para conocer: ellos se habían mudado hace pocos días y su madre decidió llevarlo a jugar al parque cerca de su nuevo departamento, para relajar un poco. Buscar una buena escuela para su niño tan cerca del inicio de las clases, era algo estresante, pero Tatsuya no iba a preocupar su pequeño con esas cosas. Y nada mejor que pasear para distraerse un poco.

Mal habían pisado en el verde pasto del parque y Tatsuya reconoció a alguien a lo lejos, irguiendo la mano para saludarlo. Noa miró en esa dirección, viendo un joven de pelo castaño y una linda sonrisa acercarse.

- ¡Himuro-san! - exclamó el joven, lo que hizo que Noa mirara a su madre. ¿Conocía a ese tipo?

- Furihata-kun, no esperaba encontrarte por aquí, por lo que puedo recordar vivías cerca de Seirin, que es algo lejos de aquí - comento el pelinegro mayor, abrazando a su amigo.

- Me mudé ya a algunos años, para una casa aquí cerca - Furihata entonces se agachó y sonrió para Noa, que se había escondido detrás de las piernas de su madre. - ¿Y este niño lindo quién es?

- Furihata-kun es un amigo de escuela, bebé. Puedes hablarle - aclaró Tatsuya, y Noa asintió.

- Mi no-nombre es Himuro Noa - dijo, notando la amable sonrisa del castaño. - ¿Y tu?

- Mi nombre es Furihata Kouki, es un gusto conocerte, Noa. ¿Cuántos años tienes? - Noa tardo apenas un poco en mostrar 6 dedos. - ¿Seis? Vaya, eres apenas un año menor que…

El castaño se interrumpió al oír el ruido de una pelea entre niños cerca. Con un suspiro, se levantó y pidió que lo siguiera. Se detuvieron frente a una cancha de básquet, muy parecida a la que su madre lo llevaba a jugar en América. Allí, un grupo de niños estaba frente a chico de pelo rojo y pequeño, menor que él en altura. Este estaba parado delante de una chica que estaba sentada en el suelo.

- Vete, la empujaste de propósito - su pequeño tamaño y su voz no parecían pertenecer a la misma persona. Un chico mayor se acercó un paso, intentando imponerse.

- Ella no sabe jugar y quedó en mi camino, claro que la derribé - Noa irguió la mirada a Furihata, pero este apenas parecía esperar algo.

- Si no sabes jugar con todos nosotros, no eres bienvenido aquí - el pequeño dio un paso adelante y Noa se sorprendió al ver el mayor alejarse. - Vete, y no vuelvas a venir si vas a lastimar a alguien.

- Yo puedo hacer lo que quiera, dónde quiera - otro paso adelante y el chico mayor se alejó aun más. Un poco de silencio después, los niños empezaron a gritar, expulsando al mayor del parque. Él hesitó, pero salió corriendo de allí, mientras el pelirrojo ayudaba a la chica a levantarse. Noa lo miraba con admiración, hasta que Furihata decidió hablar.

- Masaki - el chico alzó la mirada y corrió hasta dónde ellos estaban. Al acercarse, quedó al lado del castaño, mirando a los dos Himuros con sus ojos raros. ¡Eran de distintos colores! Uno rojo y el otro castaño, Noa nunca había visto nada así. - Himuro-san, Noa, este es mi hijo, Masaki Furihata.

- Es un placer conocerlos - dijo el niño, con una sonrisa tranquila, mirando directamente a Noa. Ambos se miraron por un momento, hasta que el pelinegro se incomodara.

- ¿Qué miras? No soy una chica - dijo Noa, sin parecer muy convincente. Y es que realmente tenía una apariencia delicada como la de muchas chicas bonitas, y siempre creían que era una chica. Aunque se vistiera como chico, su pelo morado, ojos grises y un coqueto lunar bajo su ojo izquierdo lo dejaban de verdad encantador.

- Ni siquiera pensé en eso - comentó Masaki, mirando a su madre y terminando por sonreírle a Noa. - Te pareces mucho a Himuro-san - el alago hizo que los dos Himuros sonrojaran. La persona que Noa más amaba en el mundo era su madre, ser parecido con él era maravilloso. - ¿Vienes conmigo al columpio?

Noa asintió y corrió a su lado hasta los columpios. El castaño los observó y, cuando ya jugaban y no lograrían oír nada, miró a Himuro.

- ¿Fue por eso que te fuiste?

- No, pero esa es mi pregunta. Masaki…

- Es hijo de Akashi, sí - no hizo dramas para decirlo. Era demasiado obvio. Se sentó en un banco, de dónde podría ver a su pequeño. - Y antes que preguntes, no. Akashi no sabe de su existencia, y es probable que ni siquiera se acuerde de la mía.

- Furihata… - Himuro no supo qué decir. No conocía muy bien a Akashi, pero recordaba que después del término con el castaño, el pelirrojo casi monopolizaba a Atsushi.

- No te preocupes. Masaki es mi mundo ahora, no necesito nada que no sea él y su bella sonrisa. ¿Entiendes, verdad? - el castaño no necesitaba preguntar para saber: Noa era hijo de Murasakibara, su cabello y altura eran pruebas suficientes. Himuro agradeció con una sonrisa la comprensión de Furihata, entonces cambiaron de asunto, hablando de sus pequeños con orgullo.

Mientras eso, Masaki y Noa también charlaban, conociéndose.

- ¿Furihata-kun es tu papá? - preguntó Noa, empujando el columpio de Masaki.

- No, él es mi mamá. ¿Y Himuro-san?

- Mi mamá, también. Nos mudamos a Japón a pocos días - contó el niño, sentándose en su columpio.

- Por ello nunca te vi por aquí. ¿Dónde vivías antes?

- En Estados Unidos.

- ¡Que genial! Cuando crezca, me encantaría ir allá - Masaki notó que algo no andaba bien con Noa. - ¿Qué pasa, Noa?

- ¿Tienes papá? r Masaki detuvo su columpio, mirándolo fijamente.

- No - confesó el chico, sonriendo. - Mamá ya quiso contarme sobre él, pero yo no quiero saber.

- ¿No quieres saber? - Noa estaba bien sorprendido con esa respuesta.

- Amo a mamá y él me ama también. Él canta para que duerma tranquilo, hace mis comidas favoritas cuando me porto bien, juega conmigo de lo que yo desee y me enseña muchas cosas. Me abraza si tengo miedo y me lleva para lugares bonitos, y a su trabajo - Masaki sonreía de aquella manera bonita otra vez. - Quizás sea bueno tener un papá, pero no estoy triste por no tener uno. Ya soy feliz con mamá y es lo suficiente para mí. ¿Para ti no?

Noa pensó un poco antes de responderle. Masaki tenía razón, su mamá era todo lo que había necesitado hasta el momento. Él lo cuidaba tan bien y lo amaba tanto. Siempre sería el bebé de su mamá, y nada le hacía más feliz que eso.

- Mamá es suficiente - afirmó.

- Y mucho más que eso - los dos se miraron y sonrieron, volviendo a columpiarse, ahora compitiendo por quién iría más alto.

A lo lejos, sin que ninguno de los cuatro se diera cuenta, un auto negro entraba en movimiento después de varios minutos parado. Los ojos heterocromáticos se fijaron en el celular, y sus dedos enviaron un rápido mensaje.

“Atsushi, después del trabajo, ven a mi casa”.

No tardó para recibir un “Ok” como respuesta y el pelirrojo hizo una señal para que el chofer fuera más rápido. Otro mensaje fue enviado, pero no para su amigo.

“Quiero a Himuro Tatsuya, Furihata Kouki y a los dos niños en mi casa, a las siete en punto”. Pocos segundos después, recibió su respuesta.

“Sí, Akashi-sama”.

Notas finales:

Iré publicando poco a poco los capítulos, a medida que los voy traduciendo. Gracias por leer. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).