Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Destinados a estar juntos por Mochiwook

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Para poder entender del todo la historia deben leer el prólogo aunque este no sea exactamente de los personajes principales, no obstante, tiene el argumento principal de la historia.

Esta historia también se encuentra en mi cuenta wattpad

Notas del capitulo:

Aclaraciones: Esta primera parte está centrada en la vida pasada de Ryeowook, más bien en el desenlace. Es importante leerlo puesto que esto es lo que Wookie debe intentar evitar.

Aquella era una mañana bastante fría en la ciudad de Londres. El invierno se acercaba a pasos agigantados y se hacía notar con sus bajas temperaturas. Es por esto que las clases acomodadas combatían el frío con sus chimeneas, mientras las clases bajas intentaban de alguna u otra forma apaciguar el helado clima.

 

A pesar del frío que hacía ese día, a las afueras de la ciudad, se podía apreciar a una joven pareja. Por una parte, el joven era de negros cabellos, piel tostada y poseedor de una encantadora sonrisa. Por otra parte, la joven tenía una castaña cabellera, piel de porcelana y unos pequeños labios. Ambos jóvenes se encontraban compartiendo un cálido abrazo.

 

r r Tus mejillas están sonrojadas y heladas r r le dijo el joven mientras sostenía su rostro con una de sus manos y lo acariciaba lentamente r r Debe ser por el frío que hace... perdón por hacerte venir con este clima r r terminó de decirle dándole un corto beso en la frente.

 

r r No, estoy bien r r dijo la joven con una sonrisa sincera r r Además, yo también deseaba verte r r luego de pronunciar aquellas palabras, su expresión de felicidad desapareció y su semblante cambió a uno más angustiado r r Creo que mi padre sospecha, Edward.

 

r r ¿Qué te hace pensar eso, pequeña? r r preguntó preocupado, pero intentando mantener la calma para no inquietar a su pareja.

 

r r Mi padre ha estado restringiendo mis salidas, inclusive ha disminuido mis permisos para visitar a los enfermos r r respondió con pesar, recargando su cabeza en el pecho del pelinegro

 

r r A lo mejor teme por tu salud. Quizás piensa que te puedes contagiar de algo; cosa que no es del todo imposible r r dijo abrazándola y tratando de confortarla.

 

r r Yo también pensé lo mismo en un principio. Incluso creí que mi padre estaba teniendo problemas por mi culpa. En la nobleza no es bien visto ayudar al necesitado, ellos consideran a las personas de escasos recursos como una lacra r r comentó r r Por eso, me prometí a mí misma dejar de visitar por un tiempo a los enfermos; no quería que mi padre se viera afectado por mis acciones. Pero cuando Elisa me contó el pedido de mi padre, entendí todo...

 

r r ¿Cuál fue ese pedido? r r preguntó con temor Edward

 

r r Le pidió que reportara cada vez que salía, a dónde iba y con quién me juntaba r r respondió a la vez que deshacía el abrazo y le daba la espalda al mayor r r No es justo, Edward. Yo te amo y quisiera tener una relación normal contigo, no andar a escondidas con el temor de ser descubiertos.

 

r r Lo sé mi princesa. Y créeme que yo también deseo lo mismo r r dijo el pelinegro mientras la abrazaba por la espalda r r Pero estamos en una sociedad en donde las apariencias valen más que lo que hay en nuestros corazones. Además, no quiero ni pensar en lo que sucedería si tu padre se entera que estás enamorada de un abogado perteneciente a la Sociedad Fabiana; lo más probable es que te mande lejos, al extranjero y, si eso sucede, yo no lo soportaría.

 

r r Ni yo r r dijo la joven dándose la vuelta y mirándolo con sus ojos bañados en lágrimas rr Prefiero seguir viéndote a escondidas, de esta misma manera, a que nos separen r r le abrazó para terminar llorando en su pecho.

 

r r Juliet r r llamó a la pelicastaña apartándola de su pecho y haciendo que mire sus ojos r r Quiero que tengas presentes dos cosas. La primera, sin importar qué pase en el futuro, yo siempre te voy a amar. La segunda, si algún día descubren lo nuestro y nos intentan separar, yo nunca lo permitiré. Aunque sea la mismísima Reina quien me pida que te deje, no lo haré. Lucharé por nuestro amor.

 

r r Edward r r susurró mientras más lágrimas bajaban por su rostro, pero esta vez de felicidad al saberse tan amada.

 

r r Por favor, princesa, ya no llores más r r pidió el pelinegro.

 

r r Lloro de felicidad, porque con tus palabras has demostrado que me amas tanto como yo a ti.

 

r r Aún así, no me gusta verte llorar. Prefiero ver tu hermosa sonrisa, esa que me enamoró r r dijo Edward, limpiándole los rastros de lágrimas y mirándola fijamente r r Te amo princesa r r cierra aquella declaración de amor besando esos rosados labios, siendo correspondido inmediatamente.

 

r r Yo también te amo r r respondió Juliet una vez que el beso finalizó.

 

Ambos jóvenes estaban tan ensimismados en su mundo que no se percataron de que alguien los espiaba. No muy lejos de donde se encontraban, escondido detrás de un árbol, estaba un hombre de unos cuarenta años. Aquel sujeto había seguido a la señorita Juliet por orden de su padre. Ahora que ya tenía la información que necesitaba se dirigió donde su señor.

 

La pareja, después de aquella plática, paseaba tranquilamente. Sabían que los momentos que podían pasar juntos eran pocos y de tiempo limitado. Debido a eso, trataban de disfrutar todo lo posible la compañía del otro. A veces se quedaban un rato en silencio abrazados bajo un árbol, solo sintiendo la presencia del otro. Mas, el tiempo de este encuentro estaba terminando. Si no se iban podían ser descubiertos y eso era lo que menos querían.

 

r r Será mejor que regreses a tu mansión r r dijo Edward a Juliet mientras la mantenía abrazada.

 

r r Pero todavía no quiero r r dijo ella escondiendo su rostro en el pecho del joven

 

r r No quiero que te descubran y que después tengas problemas r r intentó convencer el mayor a la joven.

 

r r Está bien r r susurró resignada.

 

Volvieron por donde habían venido. Se acercaron al lugar en el que se encontraban sus caballos pastando y empezaron a despedirse; aunque ninguno de los dos lo deseaba, debían hacerlo.

 

r r Te extrañaré... quizás hasta cuándo no nos podamos ver r r comentó con pesar Juliet.

 

r r Yo también te extrañaré, princesa. Intentare que el tiempo para nuestro próximo encuentro sea el más corto posible ¿sí? Así que no estés triste r r dijo Edward depositando un dulce beso en su frente y luego en sus labios r r ahora te ayudaré a subir a tu caballo r r la tomó de la cintura y le ayudó a montar r r Te amo r r se despidió.

 

r r Yo también te amo r r dijo Juliet para luego irse cabalgando.

 

Edward no apartó la vista del camino hasta que la figura de Juliet desapareció del horizonte. Cuando ya no lo vio más, subió a su caballo y se dirigió al centro de Londres. El poder estar con su princesa le hacía inmensamente feliz y le daba los ánimos para continuar con su pesado día.

 

Juliet por su parte había llegado a la mansión. En ella la esperaba su fiel sirvienta y amiga Eloisa, quien era la persona que le ayudaba para concretar las citas con Edward. Ella fue testigo de cómo ambos jóvenes se iban enamorando y al notar lo puro de su amor decidió ayudarlos.

 

r r Mi niña, por fin llega r r dijo angustiada Juliet al ver el estado de su sirvienta.

 

r r Su padre ha estado preguntando por usted desde hace un rato r r respondió r r dio la orden de llevarla hasta su despacho a penas apareciera.

 

r r ¿Sabes por qué o para qué requiere de mi presencia? r r preguntó asustada la recién llegada.

 

r r No lo sé, mi niña rr r contestó Eloisa rr r Pero el señor se veía bastante molesto.

 

Después de aquella plática con su sirvienta, Juliet se dirigió al despacho de su padre, con un mal presentimiento. Al llegar tocó la puerta y esperó el permiso de su progenitor para poder pasar. Una vez dentro lo miró y pudo observar lo serio que lucía su semblante, como nunca antes lo había visto.

 

r r ¿Me mandó a llamar, Padre? r r preguntó la menor con nerviosismo

 

r r Toma asiento, por favor, Juliet r r dijo su progenitor, llamándola por su nombre, lo cual era una mala señal, puesto que su padre solo hacía eso cuando estaba muy molesto con ella r r ¿dónde has estado?

 

r r Yo... bueno... he estado recorriendo el invernadero r r mintió r r Por eso no sabía que padre me llamaba.

 

r r No me mientas, Juliet r r reprendió su progenitor r r No recuerdo haberte educado de esa manera.

 

r r Lo siento... r r se disculpó al verse descubierta

 

r r Ya lo sé todo y por más que lo pienso... no sé en qué parte del camino me equivoqué r r dijo decepcionado r r Cuando murió tu madre intenté criarte lo mejor posible. Sabía que nada ni nadie podría reemplazar la presencia de ella, peor aún así quise darte lo mejor.

 

r r Y lo hiciste r r aseguró Juliet

 

r r Pero aún así fallé en algo...

 

r r Usted no ha fallado en nada, padre.

 

r r ¡Claro que sí! r r gritó enojado r r Si no hubiera sido así, tú no estarías interesada en ese abogaducho. A menos que sea algo pasajero; cosa que por tu edad no me extrañaría.

 

r r Mis sentimientos por Edward no son superficiales r r dijo segura pero conteniendo la tristeza que le provocaba la situación r r Yo lo amo...

 

r r Peor todavía r r dijo volviendo a su semblante serio r r Siempre estuve orgulloso de ti, Juliet, pero me has decepcionado.

 

r r Padre... r r intentó hablar pero al comenzar a llorar no pudo continuar.

 

r r Aún no tomo la decisión de qué voy a hacer contigo r habló dándole la espalda, mirando por la ventana r r tengo dos opciones, pero no sé cuál sea la más adecuada.

 

r r ¿cuá... cuáles? r r preguntó temerosa

 

r r Enviarte al extranjero o casarte r r respondió

 

r r No podré, por favor r r rogó Juliet, pues no sabía cuál de las dos era la peor opción r r Se lo pido...

 

r r Lo siento Juliet, pero tú no me dejas otras alternativas r r dijo mientras se sentaba, poniendo sus brazos sobre el escritorio r r Ahora vuelve a tu habitación y tienes prohibido salir de ella r r ordenó.

 

Juliet solo pudo asentir. Salió de aquel despacho hecha un mar de lágrimas. No podía entender cómo la habían descubierto, si siempre era bastante cuidadosa; pero eso ya no importaba. Ahora lo que más le preocupaba era la decisión que su padre tomaría, la cual –sea la una o la otra- no sería nada bueno para ella.

 

Llegó a su recamara donde la esperaba una preocupada Eloisa. Al ver a su sirvienta, lo primero que hizo fue lanzarse a sus brazos y llorar. Eloisa, al darse cuenta del estado de Juliet, solo la abrazó y trató de consolarla.

 

r r Ya mi niña r r decía mientras acariciaba su cabello r r ¿qué pasó con el señor?

 

r r Él... él... él nos descubrió, Eloisa r r respondió volviendo a llorar r r no sé cómo, pero supo de mi relación con Edwad.

 

r r Yo... yo creo saber cómo fue que se enteró r r dijo la sirvienta mirándola

 

r r ¿Có...cómo?

 

r r Media hora antes de que usted llegara, uno de los mayordomos pidió hablar con el señor r r contó la muchacha r r alrededor de quince minutos después su padre pidió que la buscáramos y el ya tenía ese semblante serio.

 

r r ¿crees que fue ese mayordomo?

 

r r Es lo más probable r r respondió r r Tal parece que su padre no solo me ordenó a mi que la siguiera

 

r r Ya veo...

 

r r Mi niña ¿el señor ya le dijo qué hará? r r preguntó preocupada Eloisa

 

r r Aun no sabe si mandarme al extranjero o casarme r r dijo mirándola con su rostro bañado en lágrimas r r pero... sin importar la decisión que tome, para mí será como si me matara en vida.

 

r r No digas eso r r dijo con tristeza Eloisa r r ¿Y si le decimos al joven Edward lo que pasa? r r sugirió r r El joven es muy inteligente, el buscará la forma evitar que su padre la case o la mande lejos

 

r r Tienes razón r r dijo con esperanzas r r Él me dijo que no importaba lo que sucediera, no iba a permitir que nos separaran. Pero creo que esta vez necesitaremos más que nunca de tu ayuda, Eloisa.

 

r r Usted sabe que puede contar conmigo para lo que necesite.

 

r r Gracias Eloisa, yo en verdad no sé qué haría sin ti, sin tu apoyo r r dijo sinceramente Juliet r r Tú para mi eres más que una sirvienta, eres mi mejor amiga.

 

r r No tiene que agradecer r r dijo feliz la muchacha por sus palabras r r Yo a usted la quiero mucho, es como una hermana pequeña para mí

 

r r Gracias r r contestó Juliet mientras la abrazaba.

 

Luego de eso se separaron y Juliet comenzó a redactar la carta de Edward. Para ella fue sumamente difícil escribir aquella carta sin sonar desesperada ni asustada, pues no quería preocupar demasiado al abogado. Cuando al fin la terminó se la entregó a Eloisa.

 

r r No creo que sea conveniente que se la entregues directamente a Edward r r comentó r r lo mejor sería pasársela a alguien cercano a él... podría ser Albert.

 

r r ¿Al... Albert? r r preguntó con un sonrojo.

 

r r Sí r r contestó Juliet r r Edward me comentó que Albert sabía lo nuestro r r dijo mientras un sonrojo aparecía en su rostro r r Él es uno de sus mejores amigos, así que no dirá nada. Además... r r mira a la muchacha con una sonrisa r r Esta es una buena excusa para hablarle ¿no te parece?

 

r r ¡Se... señorita! r r exclamó avergonzada la sirvienta

 

r r Vamos Eloisa ¡te gusta! r r dijo emocionada r r Me di cuenta por la forma en que lo miras. Cada vez que nos topábamos con Edward y él estaba presente, tus ojitos brillaban.

 

r r Lo sé pero somos tan diferentes de carácter... r r comentó deprimida Eloisa r r Él es muy serio y maduro; en cambio, yo soy muy infantil y extrovertida.

 

r r Pero los polos opuestos se atraen r r sonrió dulcemente r r A lo mejor él necesita una persona como tú que lo complemente.

 

r r Puede ser... r r dijo no muy segura r r bueno, ahora me retiro; debo buscar el momento oportuno para entregarle esto a... Albert r r se avergüenza al nombrarlo, sonrojándose levemente r r Lo más probable es que su padre también me esté vigilando.

 

r r Entonces debes cuidarte

 

r r Lo haré

 

Así pasaron dos días en donde Juliet no pudo salir de su habitación. Eloisa le había informado que ese día iría al centro de Londres a retirar el vestido que encargó y de paso le entregaría la carta a Albert. Lamentablemente, a ella solo le quedaba esperar que todo saliera bien.

 

A eso de las diez de la mañana puedo apreciar, a través del ventanal de su habitación, la partida de su sirvienta. Antes de irse, Eloisa le regaló una sonrisa como diciéndole que todo estaría bien. Juliet confiaba ciegamente en ella, por lo cual sabía que la muchacha no volvería hasta haberle pasado la carta a Albert.

 

Mientras esperaba ansioso a su sirvienta, uno de los mayordomos se avisaba que su padre quería verla. Sale de la habitación con algo de temor, pues está segura que su padre ha tomado una decisión. Con cautela entra al despacho y se encuentra a su padre mirando por el ventanal.

 

r r Ya estoy aquí, padre r r Anunció su llegada.

 

r r Debes sospechar para qué te mande a llamar ¿verdad? r dice sin voltear a verla r r Aunque fue difícil, ya tomé una decisión, Juliet

 

r r Pa... padre yo...

 

r r Cállate y escucha r r dijo volteando y mirando fíjamente a su hija r r No te mandaré al extranjero, ya que allá pueden que hayan peores influencias. Sin embargo, te casarás con uno de mis socios r r informó.

 

r r No, por favor... r r suplicaba la menor al borde de las lágrimas r r Por favor, padre, no me case con alguien a quien no amo...

 

r r Juliet, en nuestro mundo no existe el matrimonio por amor r r habló de forma dura su padre r r Solo en las novelas que lees podrás encontrar eso. Nosotros nos casamos con quienes nos conviene; siempre ha sido así, deberías saberlo ya.

 

r r Pe... pero...

 

r r Nada de peros, Juliet r r interrumpió a su hija r r Esta es una orden de tu padre y deberás obedecerla r r dijo serio r r Dentro de una semana conocerás a tu prometido, espero que te vayas haciendo la idea y te prepares. Ahora retírate a tu habitación.

 

Salió del despacho de su padre hecha un mar de lágrimas. Al llegar a su habitación se tumbó en su cama y siguió llorando. En una semana conocería a ese sujeto y, con la prisa que tenía su padre, la boda sería en un mes. Todo estaba pasando muy rápido y ya no estaba segura de que Edward pudiera hacer algo para evitarlo.

 

Así fue cómo la encontró Eloisa, llorando. La joven sirvienta sabía que esas lágrimas solo podían tener una razón: su señor ya había tomado una decisión respecto a lo que haría para separar a su señorita del Joven Edward. Sin pensarlo dos veces corrió donde Juliet y la cobijó en su regazo.

 

r r El señor ya le dijo qué haría ¿verdad? r r preguntó, mas por respuesta solo recibió un asentamiento de cabeza r r Pero mi niña, no debería ponerse así r r trató de animarla Eloisa r r recuerde que estamos en contacto con el joven Edward para que nos ayude.

 

r r En una... en una semana más... conoceré a mi prometido... r r dice entre sollozos r r Y la boda... quizás sea en un mes... ¿crees que es tiempo suficiente para planear algo?

 

r r Señorita, no pierda las esperanzas r r dijo Eloisa tratando de reconfortarla r r Albert se comprometió de corazón a ayudarnos; es más, a penas supo lo que estaba pasando fue a entregarle la carta al joven Edward.

 

r r ¿En... en serio? r r preguntó sorprendida pero alegrándose.

 

r r Sí r r respondió la sirvienta r r Inclusive me hizo esperar para entregarle la respuesta hoy mismo r r dijo sacando la carta y pasándosela r r ¿por qué no la abre?

 

Sin contestarle, Juliet tomó el sobre que contenía la carta. La abrió y pudo reconocer de forma inmediata la caligrafía de Edward. No pudiendo aguantarse más, comenzó a leer.

 

Mi amada Juliet:

 

No sabes lo triste que me pone esta noticia. Mas, de tu padre me esperaba una reacción así. Solo te pido no entres en pánico, que estés tranquila y confíes en mí. No sé de cuánto tiempo disponemos hasta que él tome una decisión, pero planearé algo.

 

Quiero que siempre tengas presente lo mucho que te amo. Recuerda lo que te dije la última vez que nos vimos: Jamás permitiré que nos separen, te lo prometo. Sanes que mi vida no tiene sentido sin mi princesita.

 

Ahora te pido que cualquier novedad me la comuniques lo antes posible. Contamos con la ayuda incondicional de Eloisa y Albert, así que no estamos solos en esto. Pero... si las cosas se llegan a tornarse feas, solo tenemos una alternativa: fugarnos. Esta última decisión la dejo solo a tu criterio, pues no es una decisión fácil y tú tienes mucho más que perder que yo.

 

Te ama,

 

Edward.

 

Terminó de leer la carta con una sonrisa en el rostro, la esperanza había vuelto a ella. Edward sería capaz de todo con tal de que pudieran estar juntos. Ahora solo quedaba que reuniera el valor suficiente para tomar una decisión.

 

r r ¿y qué dice la carta? r r preguntó curiosa Eloisa

 

r r Que tratará de buscar una solución r r responde r r y que si las cosas se ponen feas podemos fugarnos.

 

r r ¿y usted estaría dispuesta a eso?

 

r r No te niego que da miedo el qué pudiera pasar r r contestó r r pero Edward a demostrado que en verdad me ama y que está dispuesto a todo para que estemos juntos r r dijo con una sonrisa r r Yo lo amo y quiero estar con él, no me importa dejar lo que tengo por él.

 

r r Entonces no se diga más ¿verdad?

 

r r Así es r r afirmó Juliet

 

Rápidamente empezó a escribirle una nueva carta a Edward. En ella le contaba todo lo que sucedió el día de hoy y que sí estaba dispuesta a fugarse con él. Terminada la carta se la entregó a Eloisa.

 

r r Solo tenemos una semana r r le dijo a la sirvienta de forma seria r r No nos podemos demorar.

 

r r Lo sé, señorita r r dijo r r Mañana le pediré el día libre a su padre y me juntaré con Albert.

 

A la mañana siguiente, Eloisa fue a llevarle el desayuno a Juliet. Cuando entró a la habitación, la joven aún dormía; cosa que no le extrañó, ya que con lo acontecido en los últimos días no había podido descansar correctamente. Sin embargo, no la podía dejar durmiendo, puesto que debía comunicarle su partida.

 

r r Señorita, señorita, despierte. Ya es de día r r decía la sirvienta, moviéndola suavemente.

 

r r ¿E... Eloisa? r r preguntó media adormilada

 

r r Sí, soy yo. Le traje el desayuno r r dijo pasándole la bandeja r r Su padre me dio permiso para salir después de almuerzo r r informó r r pero debo regresar antes de la cena.

 

r r Tendrás el tiempo suficiente para poder contactarte con Albert y espera una respuesta r r comentó Juliet.

 

r r Así es r r asintió de acuerdo con las palabras contrarias r r En la noche, cuando le traiga la cena, sabremos qué planea hacer el joven Edward.

 

r r Anda con cuidado y, nuevamente, muchas gracias por todo.

 

r r No tiene porqué agradecer, yo solo quiero verla feliz r r dijo la sirvienta

 

r r Gracias r r dijo sinceramente Juliet, abrazando a la muchacha r r Ahora puedes retirarte para que no te atrases.

 

r r Con su permiso.

 

La joven sirvienta se retiró y Juliet quedó sola en aquella inmensa habitación. No sabía qué hacer, su padre le había prohibido salir de esas cuatro paredes y eso no le ayudaba para dejar de pensar en todo lo que estaba sucediendo. Tenía más que claro que Edward la amaba, pero aún así algo le decía que no todo saldría bien, mas no sabía qué.

 

Llegó por fin la tarde y con ella su fiel sirvienta. Ella entró como si nada, junto con el carrito en que llevaba la cena. Dejó sobre la mesa todo y se encaminó hacia donde estaba Juliet, quien la miraba con expectación. Una vez cerca de ella sacó de su delantal la preciada carta.

 

r r Aquí tiene, mi niña.

 

r r ¿te costó mucho contactarlos? r r preguntó curiosa

 

r r No, parece que ellos presentían que tendrían prontas noticias de nosotras r r dijo con una sonrisa r r Pero mejor lea la carta para saber qué debemos hacer.

 

r r Tienes razón r r dijo sacando la carta del sobre y comenzando a leer.

 

Mi amada Juliet:

 

La noticia de la resolución de tu padre me apena más que anda en este mundo. Sin embargo, me da esperanza y felicidad el saber que estás dispuesta a fugarte conmigo. Créeme, pequeña mía, no te arrepentirás.

 

Por ahora te pido estés tranquila y que obedezcas a tu padre. Creo que lo mejor es que conozcas a tu "prometido" y hagas como que nada sucede; de esta forma tu padre bajará la guardia y será más fácil para nosotros fugarnos. El día que nos fuguemos será la noche en que tu padre anuncie el compromiso y la fecha de tu "boda". Ese día todos los mayordomos estarán ocupados con los invitados y no tendrán tiempo para una gran vigilancia. Contaremos con la ayuda de Eloisa y Albert para no ser descubiertos, así que solo confía en nosotros.

 

Mi amada, solo te pido un poco más de fuerzas y paciencia. Cuando todo esto termine, por fin estaremos juntos. Ahora solo debes esperar y decirme cuándo será el anuncio de tu compromiso para preparar todo más detalladamente.

 

No olvides cuánto te amo,

 

Siempre tuyo,

 

Edward.

 

r r Bueno, ya sabemos qué hacer r r dijo Eloisa con una sonrisa.

 

r r No me agrada la idea de conocer a ese sujeto r r comenta Juliet con pesar r r pero Edward tiene razón, si no queremos que mi padre sospeche, tengo que fingir.

 

r r Tiene que estar tranquila, todo saldrá bien

 

r r Eso espero.

 

Así pasó la semana y el día en que Juliet conocería a su prometido llegó. Días antes Edward le había hecho llegar una carta con Eloisa; en donde le decía que tenía que estar tranquila. Siguiendo el consejo de su novio, Juliet se arregló para la cena de esa noche.

 

r r Mi niña, es la hora

 

r r Está bien r r dijo con resignación

 

r r Debe estar tranquila, todo saldrá bien r r reconfortó Eloisa a Juliet

 

r r Eso espero...

 

Salió de su habitación y se dirigió al comedor, en donde esperaban por ella su padre y su prometido. Al entrar vio a su progenitor acompañado de un señor que casi le triplicaba en edad. Los saludó cortésmente y se sentó en su puesto.

 

r r Hija, quiero presentarte al sr. Parker r r dijo su padre r r Tu prometido.

 

r r Buenas noches sr. Parker.

 

r r Buenas noches, Juliet r r respondió el saludo r r Déjame decirte que eres más hermosa de lo que imaginaba

 

r r Gracias.

 

La cena transcurrió sin mayor contratiempo. Sin embargo, Juliet no podía dejar de sentir la mirada de ese sujeto hacia su persona; esto la ponía nerviosa, puesto que no la miraba con amor o algo parecido, sino con lujuria. Luego de un rato, en que ambos hombres hablaban de negocios, pasaron al tema por el cual se reunieron esa noche.

 

r r ¿Has pensado cuándo te gustaría la fecha de nuestra boda? r r preguntó de la nada el sr. Parker.

 

r r No r r fue la escueta respuesta de Juliet

 

r r Pues yo sí r r dijo el hombre r r Debo hacer un viaje de negocios dentro de dos meses y me gustaría que para ese entonces ya estuvieras acostumbrada a tu nuevo hogar. Por eso creo que lo mejor es que nos casemos dentro de un mes.

 

r r ¿Un mes? Es demasiado pronto r r dijo angustiada Juliet

 

r r A mí me parece perfecto r r dijo el padre de la joven

 

r r Entonces en eso quedamos.

 

r r Pero, pa...

 

r r Será dentro de un mes, Juliet r r miró retadoramente a su hija r r Y no quiero ninguna queja

 

r r Como usted diga, padre

 

r r Bueno, como ya tenemos la fecha, ahora solo nos falta planear la cena en donde anunciaremos el compromiso r r dijo su progenitor.

 

r r Ya que todo se dará de forma rápida r r empezó a hablar el señor Parker r r lo más sensato sería dejar la cena para dentro de dos semanas.

 

r r Me parece r r dijo el padre de Juliet con una sonrisa r r la cena será dentro de dos semanas y la boda dos semanas después de esta.

 

Juliet no podía creer lo que estaba sucediendo. Su padre estaba decidiendo su futuro con un hombre completamente desconocido para ella. En ese momento sentía unas enormes ganas de llorar, pero no lo haría frente a ellos.

 

r r Padre, yo n me siento muy bien... r r se excusó r r ¿podría retirarme ahora que todo está listo?

 

r r Está bien juliet r r dijo en tono serio r r Puedes retirarte

 

r r Con su permiso, me retiro. Fue un placer conocerlo, Señor Parker r r dijo por cortesía a aquel sujeto.

 

r r El placer será todo mío r r dijo mirándola lujuriosamente.

 

Luego de aquello se retira presurosa a su habitación. Cuando llega se tira en su cama a llorar. No pasaron más de quince minutos, cuando la puerta de la habitación es abierta, dejando pasar a Eloisa. La sirvienta al ver a su niña en ese estado corre a consolarla.

 

r r Fue horrible, Eloisa r r dice en medio de sollozos r r Ver cómo hacen lo que quieren con tu vida... fue horrible...

 

r r Ya mi niña, pero ya pasó r r dice la sirvienta mientras acaricia la espalda de Juliet r r ¿ya se pusieron de acuerdo para la cena de compromiso y la boda?

 

r r Será dentro de dos semanas r r dice angustiada r r Y dos semanas después será la boda... r r comienza a llorar nuevamente r r es muy poco tiempo...

 

r r Podremos hacerlo, señorita r r alentó Eloisa r r tendremos que hacerlo de forma más apresurada, pero lo lograremos

 

r r ¿tú crees? r r preguntó Juliet con los ojos vidriosos

 

r r Claro que sí. Estoy segura que el joven Edward debe estar planeando su escape desde que le dijo que sí r r dice mientras limpia los rastros de lágrimas r r ahora debo irme para informarle todo esto a Albert.

 

Había pasado una semana desde aquella plática y, tal como había dicho Eloisa, Edward ya tenía la mitad del plan listo. Con la ayuda de Albert y Eloisa completaron lo que faltaba de este. Ya con lo más importante listo, solo quedaba esperar a que llegara el gran día. Pero cuando comenzó la segunda semana, Juliet era incapaz de probar bocado alguno y se mantenía gran parte del día acostada en su habitación. Eloisa a duras penas lograba hacer que comiera algo para que no desfalleciera; siempre acudiendo al recuerdo de Edward para lograrlo. El padre de la joven se había enterado del estado de su hija, alarmándose por la salud de esta. Preocupado fue a ver lo que sucedía con sus propios ojos.

 

r r ¿Se pude saber qué es lo que te sucede? r r preguntó serio su progenitor.

 

r r No me pasa nada r r fue la escueta respuesta de Juliet

 

r r Entonces... ¿Por qué no comes?

 

r r No tengo hambre.

 

r r Sabes que esto perjudica tu salud

 

r r Ahora se preocupa por mi salud r r dice lanzando una leve risita irónica

 

r r Siempre me he preocupado por tu bienestar, Juliet

 

r r ¿Entonces por qué quiere casarme con ese hombre? r r dice Juliet llorando r r No se da cuenta que con eso me está matando en vida

 

r r Eso ya no es tema...r r dice titubeando un poco.

 

r r Entonces no espere de mí mejoría, padre r r dice dándole la espalda r r Usted acaba de cavar la tumba de su propia hija

 

Luego de eso, el padre de Juliet se había retirado bastante pensativo. No le gustaba ver a su hija en ese estado, pero tampoco le gustaba la idea de que ella se encontrara enamorada de Edward. A la única conclusión que había llegado luego de aquella visita era que tal vez se había apresurado en decidir; peor ya era demasiado tarde para dar marcha atrás.

 

Finalmente, el gran día había llegado. Eloisa había podido hacer que Juliet comiera lo suficiente para tener fuerzas a la hora de escapar. Sin embargo, los días en que no se había alimentado hicieron estragos en su cuerpo, el cual se encontraba un tanto más delgado y el color de su piel mucho más pálido.

 

Eloisa y Edward ya tenían todo planeado para el escape. Dos horas antes de que empezara la cena, Albert se haría pasar por mayordomo y haría un caos para centrar la atención de todos en eso, de esta forma, Eloisa podría sacar a Juliet sin que nadie lo notara. A la hora acordada el plan se llevó a cabo con gran éxito y ahora solo faltaba que Juliet llegara a donde la esperaba Edward. Mientras tanto, a la misma orean que Juliet escapaba, su padre hablaba con el señor Parker, diciéndole que el compromiso se cancelaba por la salud de su hija y que no se preocupara, que él se haría cargo de todo.

 

El señor Parker había salido hecho una furia de la mansión. Simplemente, no aceptaba las palabras del padre de Juliet, ya que se había encaprichado con ella. Tomó el camino alternativo de regreso a su casa, para no toparse con los invitados; pero grande fue sorpresa al toparse a la mitad del camino con una pareja de enamorados. Y al reconocer a la chica baja de su carruaje armado.

 

Juliet había llegado al punto de encuentra con Edward. Ambos conocían bien la zona, por lo cual habían decidido ocupar el camino alternativo de la mansión, puesto que por su mal estado nadie lo utilizaba. Cuando estuvieron juntos se abrazaron, pero fueron interrumpidos por una presencia.

 

r r Así que por este no te casaste conmigo r r dijo el señor Parker, mirando de forma despreciativa a Edward.

 

r r Sr. Parker ¿qué hace usted acá? r r dice Juliet asustada

 

r r No se atreva acercase a nosotros r r dice Edward escondiendo a Juliet detrás de él

 

r r No seas insolente mocoso r r dice Parker sacando su arma y apuntando a la pareja r r Tú no te quedarás con él, preciosa. Si no eres mía no eres de nadie r r Luego de eso aprieta el gatillo.

 

A lo lejos solo se puede escuchar el ruido de un arma, seguido de un grito desgarrador. En aquel camino ahora se encuentran dos personas, pues la tercera ha huido luego de lo sucedido. Una de esas personas se encuentra en el suelo, muerta, con un charco de sangre alrededor de su cuerpo; la otra persona se encuentra llorando la pérdida del ser amado.  


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).