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Oro Invisible por Pandita7

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Notas del fanfic:

Holissss

Notas del capitulo:

Espero que les guste

        Tao se levantó esa madrugada con algo en mente y eso era “conseguir hielo”. Su vecino, el muy hijo de su buena madre hizo una fiesta ayer, razón por la cual no pudo dormir ¿Adivinen qué? ¡Él tenía hielo! Y no le ofreció ni un vaso, tsk.

 

        Tao salió muy decidido fuero de su casa a las 2:30 de la mañana para así llegar a la hielera a las 3:00am y esperar que habrá a las 8:00am. Luego de que el huracán María pasara, dejo el país en un caos. Sin electricidad, comunicación, agua, casi comida, y casi gasolina. Todo era difícil, por lo menos le había llegado el agua; ya no tenía que bañarse más a cubito.

 

        Tao carcajeo mientras caminaba por la acera sin percatarse de que su vecino lo había visto más no se le acerco. Tao llegó a la hielera como había dicho antes, pero no espero ver la fila que había. Hizo el número 107 y darían dos bolsas de hielo, pequeñas, por persona. ¡No lo podía creer! Se revolvió los cabellos en un acto de desesperación. Haría la fila porque deseaba tomarse algo frío y porque estaba cansado de beber agua caliente, el Gatorade caliente, refrescos calientes, y jugos calientes; en fin, Tao estaba cansado por lo que haría la fila.

 

         La fila no se movía mucho mientras las horas pasaban y Tao sudaba, pero le pareció bonito ver las estrellas, sentir el frío mañanero y contemplar como salía el sol. Se preguntaba como su vecino había conseguido tantas bolsas de hielo para dar aquella fiesta anoche. Sus amigos no le habían enviado ni un mensaje para saber cómo paso el huracán o para saber cómo estaba luego de un mes que va de esto ya.

 

        Se sorprendió al observar tanta gente detrás suyo, el hielo era oro invisible; actualmente. Justo cuando estaban atendiendo a la persona que iba frente a Tao, un sujeto, canoso y moreno; salió.

 

-          ¡Se acabo el hielo! -gritó-

 

         A Tao se le nublaron los ojos y toda la presión que había tenido, la dejo ir. Camino a casa, mientras finas lágrimas le cubrían sus mejillas rojas por el sol. Su piel era pálida pero ahora con el sol estaba tostada, es más era hasta moreno como su vecino. Sorbió por la nariz y observo como su vecino bañaba a su perrita dentro de una piscina plástica. Se le acerco y agacho a su lado.

 

-          ¿Todo bien? -le preguntó el vecino-

    Tao negó y rompió a llorar mientras hipaba y le contaba lo sucedido al vecino.

 

-          Es injusto -sorbió por la nariz y acaricio la cabeza de la perrita, la cual se quedó tranquila mientras su vecino le secaba y escuchaba a Tao atentamente- disculpa, me voy, veré si como algo

 

          El vecino no dijo nada, solo le vio entrar a su casa para luego terminar de secar a su perrita. Tao tomo una fría ducha para luego verter un pantalón corto y una camisilla. La combinación perfecta para combatir el calor. Se comió unos Chef Boyardee de lasaña y un Gatorade; caliente. Reposo un rato y luego se dispuso a limpiar y a cantar una que otra canción en su lengua china. Llego la tarde y con ello un Tao jadeante.

 

-          Estaré muy débil o ese mueble pesaba mucho -murmuro y limpió su frente sudada con la palma de su mano-

 

         Escucho la puerta ser tocada así que se dispuso a abrirla y si creyó que en la mañana había llorado lo suficiente se equivocó. El vecino le había traído dos bolsas de hielo.

 

-          Toma y lo s-

 

        Tao no lo dejo terminar ya que lo había adentrado a su casa, tirando de su camisa para estampar sus labios con los del vecino. No era un beso apasionado, pero si necesitado, varias veces se escuchó el choque de dientes entre besos. El vecino soltó las bolsas de hielo en el suelo y con sus manos frías deslizo estas por los muslos de Tao, quien se le erizo los vellos en todo su cuerpo por el con tacto frío y su piel caliente. Tao ladeo la cabeza para que su vecino comenzara a dar besos húmedos sobre su cuello. El moreno apretujo los glúteos de Tao a su antojo mientras mordisqueaba el cuello de Tao quien no paraba de soltar suspiros placenteros.

 

        Tao comenzó a quitarle la camisa a su vecino, quien rápidamente hizo lo mismo con Tao para atacar sus clavículas y mordisquearlas a su antojo, dejando a la visibilidad; manchas rojas. Ambos gimieron entre el beso que comenzaban a compartir ahora, debido a la fricción de miembros que ambos ejercían. Cansados de estar parados, el vecino, de estatura baja, guío a Tao al sofá, mientras él se colocaba encima; entre sus piernas.  

 

         El moreno le desabrocho el pantalón a Tao y se lo removió al igual que la ropa interior. Tao sintió vergüenza al estar expuesto ante un desconocido y dejar que vea su miembro erguido entre sus piernas. Le observo.

 

-          Pequeño y adorable -le susurro el vecino al oído y sonrió de medio lado. Tao gimió en respuesta- me gusta -beso la frente de Tao-

 

         Tao se sonrojo a más no poder y ahogo un gemido cuando el vecino engullo su miembro en la boca. Tao arqueo su espalda y el vecino estiro sus manos hacia las tetillas del contrario, donde pellizco y tiro de ellas hasta que estas se irguieron; exitosamente. El moreno trago la semilla de Tao y lamió la punta de su miembro para deslizar su habilidosa lengua hasta sus testículos y lamerlos. Tao aun sentía los espasmos del reciente climas y aun así sintió su miembro erguirse otra vez a causa de las lamidas de su vecino; era un manojo de gemidos.

 

          El vecino se reincorporo y con su pulgar limpió la comisura de sus propios labios. Tao jadeaba y la imagen provocativa de su vecino lo excito. Pelo rubio revuelto, piel morena perlada por una capa de sudar al igual que la de Tao, cuerpo un poco tonificado y ¡dios! Que decir de su sonrisa que justamente le sonreía ahora; plus, su mirada cual lobo cazando a su presa.

 

-          ¿Cansado?

 

         Tao negó frenéticamente y su vecino rio y Tao sintió como los ángeles cantaban y salían detrás de su vecino con pequeñas trompetas.

 

-          Vale -acorto la distancia y dejo un beso en los labios de Tao quien parpadeo-

 

          Se levanto del sillón y removió sus pantalones y ropa interior para luego moverse hasta las bolsas tiradas de hielo en el suelo; donde por cierto había un charco de agua. Tao tragó y pensó si el miembro de su vecino cabía por su pequeña entrada. El moreno rompió un poco la bolsa y saco un cubito de hielo. Camino de regreso a Tao otra vez y se posiciono entre sus piernas para mirar a Tao a los ojos y entonces…

Notas finales:

XOXO!!!


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