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Por una botella de Sake por Duquesa del Pan

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Notas del capitulo:

Bueno, quiero explotar un poco las personalidades no solo de Sanji y Zoro si no también, de todos los Mugiwaras, espero que mientras mas escriba al respecto mejor me vuelva en este tema. Disfruten el capitulo 😊

Sanji se encontraba en la cocina del Merry preparando la cena, tenia en mente hacer unos onigiris rellenos de pescado en salsa. Tomo el cuchillo y comenzó a cortar en pequeños trozos la carne de pescado para luego ponerlos a fuego, pero su mente simplemente no estaba allí, era como si solo su cuerpo se encontrara presente en ese lugar.

-Cocinero-san.

Sanji no se dio cuenta de cuando Robin se había posado a su lado para hablarle, eso le había tomado realmente por sorpresa.

-Ah Robin-Chan, la cena tardara un poco, pero si quieres puedo darte unos bocadillos antes.

-Siempre tan amable -Robin sonrió- La verdad solo me acerque a preguntarte si estabas bien, estos días pareces un poco distraído.

-Por supuesto que estoy bien.

-Bueno, es que el día antes de ayer usaste sake para preparar el arroz, ayer confundiste el azúcar con la sal y bueno… no se que tienes en mente para la cena, pero en este momento estas cortando la esponja con la que se lavan los platos.

Las mejillas de Sanji tomaron una coloración ligeramente roja, amenos que estuvieras muy cerca de él era algo imperceptible. Sanji estaba avergonzado ya que, realmente no estaba bien. No había pasado mas de una semana desde aquella vez que “deicidio matar el tiempo” con Zoro y desde entonces no podía sacarse eso de la cabeza. Desde un principio ¿Cómo había permitido que algo así le pasara?

-Lo siento, realmente no he podido de pensar en Vivi-Chan desde que dejamos Arabasta y es por eso por lo que no he podido cumplir mis tareas como chef de la tripulación de forma adecuada, nuevamente me disculpo, de ahora en adelante me concentrare totalmente en mis tareas de la cocina.

-Siempre tan Amable.

Robin salió de la cocina y Sanji se sintió patético, le acaba de mentir a Robin y aun peor, seguía pensando en aquella bola de musgo verde. Se permitió divagar un poco mas al respecto antes de retomar la cena, aquella noche…

Después de patear a Zoro en la cara y haberle gritado, el otro hizo como si nada hubiera pasado envolviéndole en sus brazos, besándole como nunca le habían besado y claro, haciéndole llegar a un éxtasis completamente nuevo para él, algo que ninguna mujer de ninguna forma podía ofrecerle. Sanji se sentía avergonzado por haberse sentido tan excitado solo porque el estúpido marimo lo tocara, ¿Cómo podía cambiar un par de pechos por unos brazos fuertes? Aquella mera pregunta le hacia sentirse como un idiota ya que finalmente, era eso mismo lo que lo había tenido tan distraído en los últimos días.

Para empeorar el cómo se sentía era como si el estúpido marimo le hubiera dado igual, cuando le observaba Zoro le trataba como de costumbre, con esa actitud tosca que a Sanji tanto le disgustaba ¿Acaso había sido solo eso? Una forma de matar el tiempo… Entonces Sanji comprendió que, aunque realmente eso era solo una pequeña actividad para aliviar lo aburrido que podía ser estar a la altamar, él lo había visto como algo mas y lo que mas le molestaba de la situación es que a Zoro le diera igual, realmente quería hacerlo de nuevo…

-MALDITO IDIOTA, ¡DEJA DE PENSAR EN ESO!

Sanji grito en la cocina, pensó que nadie le escucharía, realmente no contaba que Robin había usado su habilidad de la fruta del diablo para escucharle, simplemente sonrió y dejo que el cocinero continuara con la cena.

Una vez terminada la cena Sanji fue el único que se quedo en la cocina, esa noche le correspondía lavar los platos. Cuando ya había dejado aproximadamente la mitad de los trastes limpios volteo al escuchar el sonido de la puerta, entonces le vio, aquel con la cabellera verde estaba entrando en la cocina, sostenía una botella de Sake… de cierta manera era algo nostálgico para él.

Zoro simplemente entro y se sentó en una de las sillas que estaban en la cocina, lo único que hacia era observar a Sanji mientras bebía de aquella botella.

-¿Qué quieres marimo de mierda?

-Esta noche debo hacer guardia, pensé que nada tenia de malo beber lo que me quedaba de esta botella de Sake antes de tener que salir

Sanji pudo notar que Zoro sonreía, podía jurar que esa situación le estaba volviendo loco, pensó que el otro solo estaba ahí para joderle la existencia, ¿Acaso había notado lo distraído que había estado en esos últimos días? No, era algo imposible, realmente no había modo de eso pasara, Zoro era un idiota y no podía fijarse en algo como eso, aun así, el hecho de tenerlo allí tan cerca y observándole le hizo sentirse incomodo, lo suficiente como para dejar que un plato se le resbalara de las manos y callera al suelo rompiéndose en muchos pedazos.

Resignado, Sanji se puso en cuclillas para recoger los trozos del plato, había pasado demasiado tiempo desde que había dejado caer un plato, eso le hizo recordar los castigos que le daba Zeff cada vez que por equivocación rompía uno, no pudo evitar sonreír ante tal recuerdo y sin darse cuenta se había cortado el dedo con uno de los pedazos de porcelana, maldecía aquella noche.

Zoro se levanto de su sitio y en cuclillas al lado de Sanji lo tomo por la muñeca pasando de mirar el dedo del cual emanaban pequeñas gotas de sangre a verle fijamente los ojos. Era como si el tiempo se hubiera congelado para todos menos para ellos dos, quienes, se miraban fijamente a los ojos. La mano de Zoro estaba caliente y la podía sentir presionarle la muñeca, ese contacto no molestaba a Sanji para nada, aun así, era extraño; entonces Zoro hablo como rompiendo aquel hechizo que les impedía dejar de mirarse.

-Cocinero, esta noche debo hacer guardia. Cuando termines de lavar los platos podrías acompañarme.

Sanji aparto bruscamente el brazo del lado de Zoro y se puso en pie, camino al otro extremo de la cocina en busca de la escoba para facilitar su tarea y escucho como la puerta se cerró detrás de él. Su corazón no dejaba de latir, que se supone que debería hacer ante esa petición, en primer lugar, ninguno de los dos estaba ebrio y para Sanji, a Zoro todo ese asunto de matar el tiempo le había dado igual, quizás lo mejor seria terminar con los platos y dormir un poco.

Había pensado esto en un principio y se sorprendió cuando se encontró a él mismo buscando algunas pieles para subir a lo alto del mástil a acompañar a Zoro, ¿Qué se supone que estaba haciendo? No es como si el otro le fuera a recibir con los brazos abiertos, aun así, había sido una petición que estaba dispuesto a cumplir. 

Tomando aquellas pieles se situó delante del mástil, estuvo mas de 10 minutos pensando en si debería subir o regresar a la habitación de los hombres a descansar, fijo su mirada al cielo y pudo ver a Zoro en la pequeña cabina situada sobre el mástil mirado al horizonte, estaban en medio de la nada y no había mucho que observar mas que el cielo estrellado y la inmensidad del Grand Line. Entonces Sanji respiro hondo y comenzó a subir, sabia muy bien lo que le depararía la noche.

Una vez estuvo en esa pequeña cabina en el mástil vio que la respiración de Zoro era forzosa y que a cada exhalación salía una gran cantidad de vapor, el frio si que le sentaba mal.

-Maldito cocinero, realmente pensé que no vendrías.

Sanji no respondió, probablemente solo idioteces habrían salido de su boca. Le extendió el brazo a Zoro dándole una capa para que se cubriera, era una noche bastante fría por lo que decidió tomar uno de sus cigarrillos, pero cuando lo iba a introducir en su boca, Zoro se abalanzo sobre él tomándolo de ambas muñecas impidiendo que se llevara el cigarrillo a su boca, en lugar se sentir aquel cilindro que pensó le calentaría un poco, Sanji sintió los labios de Zoro en su boca, aquellos labios que se movían impacientes reclamando cada vez por más… Esa seria una noche muy larga.

-¿Aun te duele? -Zoro, quien aun tenia a Sanji tomado por ambas muñecas acerco el brazo en donde tenia la diminuta herida causada por el plato roto.

-Idiota, por supuesto que ya no duele. Solo es un pequeño corte.

Zoro tomo la mano de Sanji y dirigió el dedo que aun tenia un poco de sangre seca a su boca, introduciéndolo lentamente en sus labios. Sanji se sorprendió ante dicho contacto, nunca había considerado que alguien como Zoro pudiera hacer algo como eso, mostrando una expresión tan erótica en su rostro que le fue imposible no sentirse avergonzado. Debía dejar de subestimar al espadachín.

-¿Qué se supone que haces marimo?

-Acaso no es obvio, limpio la herida de tu dedo.

-¿Por qué harías algo como eso?

-Solo quería comprobar que eras real -Zoro soltó las manos de Sanji- Quería ver si no eras simplemente un sueño y no hay nada mas real que la sangre.

-Dame tus manos -Zoro extendió las manos y Sanji las tomo entre las suyas- Están frías.

-Bueno, ya que estas aquí podrías calentarlas.

Sanji apretó las manos de Zoro guiándolas a su pecho, era extraño, pero, aunque las manos del otro estuvieran frías y la noche estuviera casi congelada, Sanji podía sentir algo de calidez en todo eso, una calidez que hacia que su pecho latiera rápidamente. Zoro se le acerco un poco más para susurrar algo en su oído.

-Podrías calentar mis manos de otra manera.

Zoro se soltó del agarre de Sanji y llevo sus manos debajo de su camisa haciendo que Sanji se estremeciera al sentir el frio contacto de las manos de Zoro recorrer su espalda, nuevamente no era que este contacto le incomodara, pero era demasiado extraño. ¿Cómo podía dejar que el marimo de mierda le tocara de esa manera? En lugar de sentir algún tipo de repulsión aquella sensación le agradaba.

Aprovechando dicho contacto, se inclinó un poco hacia Zoro para besarle de nuevo, el sentir aquellos labios sobre los suyos le hacia querer nunca separase del abrazo del otro, a pesar de la fría noche que los rodeaba podía sentir como el calor que emanaba de su cuerpo y del cuerpo del Zoro llenaba aquel pequeño espacio de una calidez sinigual.

Las manos de Zoro, que parecían inquietas por tocar cada parte de la piel de Sanji se adentraron por sus pantalones para sentir como se formaba una erección que estaba siendo contenida por su ropa interior, sin pensarlo dos veces bajo los pantalones de Sanji de un solo tirón dejando al descubierto su sexo, el cual tomo entre sus manos para comenzar a acariciarlo, se sintió satisfecho al escuchar ligeros sonidos provenientes de la boca de Sanji lo cual le indicaban que eso le estaba gustando.

Por otro lado, Sanji no quiso quedarse atrás e intento poner sus manos sobre el vientre de Zoro para bajar hasta aquella erección que podía notar debajo de aquellos viejos pantalones, sin embargo, Zoro se lo impidió. Ambos forcejearon un rato hasta caer sobre le pequeña cabina quedando Zoro sobre Sanji, al igual que la otra vez. El rubio se molesto de tenerlo sobre él e intento dar la vuelta a la situación, pero marimo se lo impidió tomando sus muñecas con uno solo de los brazos, en esa situación era mas que evidente la diferencia entre su fuerza, siendo que Sanji había entrenado mucho más sus piernas y Zoro era un maestro en el uso de sus brazos.

 Zoro termino de retirar el pantalón del otro y retiro casi toda su camisa, le gustaba la idea de tener al estúpido cocinero debajo de él, de cierto modo siendo dominado por él. Todas aquellas peleas del pasado para demostrar quien de los dos era el mejor ahora estaban simplificadas a este hecho, el tener a Sanji debajo de él.

-Vas a hacer algo o simplemente te vas a quedar allí mirándome -Sanji hablo con un poco de incomodidad, de nuevo había podido sentir el frio del ambiente y lo único que hacia Zoro era mirar su cuerpo desnudo; realmente ese tipo podía ser todo un idiota.

Soltando las muñecas del otro dirigió sus manos hacia su pecho recorriéndolo totalmente hasta llegar a su pelvis, allí donde estaba todo ese vello color dorado como señal de advertencia de que si seguía bajando simplemente no se podía tener, y no es que quisiera hacerlo, no es que fuera a hacerlo. Tomo nuevamente el pene de Sanji entre sus manos haciéndole suspirar de una forma que hasta ahora nunca había escuchado y dejo que las manos de Sanji también hicieran lo mismo con el suyo.

Zoro se agacho para besar el rubio mientras el calor se le subía la cabeza, su respiración se mezclaba con la del otro, sus lenguas no podían separarse la una de la otra y por la posición en la estaba Sanji un poco de la saliva de ambos empezó a deslizarse por su labio inferior. Los vaivenes de sus manos eran cada vez más rápidos y estaba ansioso de podar darle tanto placer al cocinero como el que él mismo estaba sintiendo en ese momento, pensar que aquel delgado pero musculoso cuerpo le hacia excitar tanto por solo verlo.

Sanji fue el primero en acabar haciendo que, a su vez, Zoro terminar en su mano. El peliverde se tumbó al lado del cocinero con una respiración entrecortada, Sanji estaba manchado tanto por su esencia como por la de Zoro, teniendo no solo su mano si no también el vientre lleno de aquel liquido blanquecino. En ese momento pensó que estaba perdiendo la razón ya que en lugar de incomodarle podía decir que sentía bien.

Se incorporo para tomar su pantalón y sacando un pequeño azul se limpio totalmente y luego se lo dio a Zoro quien comenzó a hacer lo mismo. Tomo el cigarrillo que el otro le había arrebatado tan solo unos momentos atrás y encendiéndolo nuevamente comenzó a fumarlo mientras veía como el marimo de mierda se limpiaba. Ya había tomado una decisión al respecto y aunque no se lo diría directamente a Zoro se lo haría saber a su manera.

-Sanji, ¿Cuándo estas con mujeres siempre tiemblas antes de terminar?

-¡QUE TE JODAN MARIMO DE MIERDA!

-Y para mi que era una pregunta seria, que de malo tiene querer saber un poco más de cómo eres.

-Hacerme preguntas como esas, sabiendo que soy todo un caballero.

Zoro rio, a carcajadas. A Sanji le molesto un poco esta actitud infantil del otro y tomando su ropa se vistió lentamente. Sabia que Zoro no apartaba la vista de él, pero poco le importo, después de todo ya le había totalmente desnudo y no solo en esta ocasión. Dejando atrás la capa que le había dado a Zoro se dispuso a bajar hasta la cubierta cuando Zoro le agarro el brazo y le dijo:

-Se que pasado mañana tienes que hacer guardia, así que para matar el tiempo quizás podría venir a acompañarte.

Al principio Sanji pareció incomodarse un poco, pero entonces entendió que esto que había acabo de hacer y que también había sucedido hace unos días no seria cosa de una sola vez, había encontrado la forma mas efectiva de matar el tiempo.

-Me ofendería si no lo hicieras.

Dicho esto, le dio un fugaz beso a Zoro para luego bajar hasta la cubierta, de allí salió directamente hasta su habitación. Esa noche no pudo dormir mucho ya que no se podía sacar de la cabeza lo que había acabado de hacer, eran demasiadas cosas juntas como el hecho de disfrutar tanto al estar con un hombre y la realidad de que después de todo, ese hombre era el idiota de Zoro. Quizás debió haber bebido con él mucho antes.

Notas finales:

Al final me decidí por escribir un poco más de esta historia, me parece un poco complejo ya que no es un AU y debo tener muy en cuenta los sucesos ocurridos en el manga. Me disculpo de antemano si cometo algún error del modo que no concuerde con la historia original ya que hace mucho tiempo que vi esta parte de One Piece y no recuerdo del todo lo ocurrido.

Por otro lado, quiero agradecer a las personas que me dejaron comentarios en el primer capitulo de la historia y es una verdadera lastima que perdiera 2 de estos debido a el error que sufrió la página. ¡Hasta una próxima vez!


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