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Ruptura por Geo

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Notas del fanfic:

Hola! Pues este es el primer “caoitulo“ de una serie de 30 durables por el challenge que se creó en el grupo del Edén de DC. Solo estare subiendo aquellos que realmente me hayan gustado, así que espero Que también les gusten :)

Gotham era usualmente una ciudad podrida; de hecho, se atrevería a decir que era la peor de todas ellas. No sólo en América, sino en el mundo entero.

Claro, claro, habían incontables ciudades en Oriente que se encontraban en guerra, o incluso muchas otras ciudades con conflictos de mafia y corrupción también en Occidente y en su propio país, por supuesto; sin embargo, Gotham era distinta. Su ciudad tenía el crimen, tanto menor como organizado a mayor escala. Gotham tenía asesinatos, desde un simple ladrón arrebatándole el significado de vida a un niño en un callejón, hasta asesinos a sueldo expertos. Todo ello combinado, por supuesto, con sus maniáticos. Tal vez Dick se perdía alguna clase de regla de la ciudad que protegía; tal vez siempre hubo como condición a que existiera Gotham, el hecho de que existieran ahí los psicópatas. Ahora que lo pensaba tenía todo el sentido del mundo, casi podía leerlo en algún documento de la fundación: Por cada cien habitantes, uno debe de tener alguna enfermedad mental.

Pero a pesar de ello, desde una temprana edad Dick podía llamar a esa ciudad su Hogar.

Es verdad que su infancia la vivió en tour con el circo y sus padres, primero entrenando y después formando parte del show. Por ese entonces, ese era su hogar, lo amaba y era feliz. Luego del asesinato de sus padres, Dick conoció por primera vez la obscuridad. Sediento de justicia -y en el momento venganza- el niño creyó que jamás volvería a tener nada similar. Su alma se vio consumida por un tiempo por aquella obscuridad, y el niño alegre que saltaba de un trapecio a otro parecía haberse esfumado.

Pero todo cambió cuando Bruce lo tomó. Fue extraño en un principio, viviendo en una enorme y fría mansión, con un mayordomo británico bastante peculiar, y un padre ausente. Con el paso del tiempo, aquel mayordomo se convirtió en su amigo, su confidente... ¿su padre o abuelo? La mansión se hizo más pequeña conforme el crecía... Y Bruce había pasado a ser muchas cosas, menos un padre. Debido a ello, la mansión había dejado de ser tan fría.

Dick Grayson era feliz, desde que era el niño Maravilla luchando al lado de nada menos que Batman, al haber crecido y ganado nuevos amigos e incluso miembros de la familia. Y Bruce... bueno, no había sido todo tan fácil. Con ese hombre nada era fácil.

Por mas que Dick hubiera llegado a amar esa ciudad y todo lo que ella le dió, por más que haya sido capaz de aprender a vivir en ella, no podía negar que era todo por Bruce. El tremendo amor y admiración que sentía hacia él hacía que nada más importara; ni cuando se encontraban codo a codo luchando contra los criminales más retorcidos, y mucho menos cuando se encontraban en el suelo alfombrado de la mansión, ahogando sus pasiones. Dick haría cualquier cosa por seguir así, permanecer en aquella extraña y -quizá- ligeramente retorcida felicidad suya. De verdad que lo haría.

Pero como bien sabía, Gotham era cruel. La ciudad que le había regresado la felicidad y el sentido a su vida, estaba intentando arrebatárselo nuevamente.

Se encontraban en un callejón mugriento y, de no ser por ellos, completamente desolado. Dick llevaba su pequeña mascarilla anti-gas la cual le había protegido del reciente ataque. Batman no había corrido con la misma suerte pues su máscara se encontraba en mal estado, y el gas del miedo había llenado por completo sus pulmones.

"Bruce, ese no eres tú." Habló, tratando de convencer no sólo a su amante, sino a sí mismo. "Sé que no quisiste decirlo, es el gas del Scarecrow el que habla por ti".

El murciélago estaba frente a él, sin embargo le costaba encontrarle la mirada ya que la iluminación de la calle principal era lo suficientemente pobre y estaba lo suficientemente alejada para no alumbrarles bien. A pesar de ello, Nightwing pudo distinguir el temblor que se había apoderado del cuerpo del mayor. Hasta hace un par de segundos, ese temblor eran unos terribles espasmos, pero al pasar del tiempo pudieron ser reducidos tan sólo a ese temblor. Muy pocas veces había visto a Batman tan vulnerable, tan frágil.

Era el miedo. Era el terror. 

Y si Batman, el Caballero de la Noche, estaba aterrado ¿qué más podías hacer tú, sino cagarte encima del miedo?

"No, Nightwing. No es el gas. No te quiero volver a ver por Gotham." La voz del murciélago era más débil de lo usual, y al igual que todo su cuerpo, temblaba. Sin embargo era determinante.

"Bruce, no".

Batman podía ahora percibir el temblor en cada músculo del más joven, y al escuchar su voz quebrarse, supo que tenía que irse ya.

Dio media vuelta y comenzó a caminar.

Pero el ex Robin no iba a aceptarlo. Todo ocurrió muy rápido. Corrió a alcanzarlo y le tomó por el hombro, lanzándolo hacia la pared de ladrillos. Con la mandíbula apretada le dio un solo puñetazo y aún temblando, agachó la mirada, sin poder creerse lo que acababa de escuchar.

El mayor no se había movido hasta el momento, pues sabía que de cierta forma, lo tenía merecido.

"Dick".

Bruce continuaba sin tocarle, sin oponerse al aprisionamiento en el que se encontraba. Lo único que haría sería hablar. El sabía que si lo tocaba, si por tan sólo un instante acariciaba la tersa piel de la mejilla de Dick, podría flaquear en su desición. Y eso era algo que no podía permitirse.

"Tienes razón" admitió por fin. Nightwing continuaba con la mirada clavada en el suelo. "Tienes razón, es el gas lo que me ha hecho decirlo ahora, pero eso no quiere decir que no lo haya pensado antes".

Eso último generó un espasmo en el menor, quien aún se negaba a mirarle a los ojos.

"No voy a permitir que estos psicópatas te pongan un dedo encima. Tú puedes ayudar en Bludheaven, y yo me encargaré de mí ciudad".

"Es nuestra ciudad, Bruce".

El chico por fin alzó la mirada nuevamente, con los ojos cristalinos y el seño fruncido.

"Es mía también desde que me hiciste quedarme a vivir en ella, desde que me acogiste junto con Alfred y la defendimos juntos como Batman y Robin. La adopté y la amé en el momento en el que me enamoré de ti, Bruce Wayne" la voz se le quebró más gravemente con todo el peso de los sentimientos que impregnaban esas palabras.

"Esto se acabó, Dick... lo siento".

Gotham ciertamente era cruel y retorcida... ¿O lo era realmente su vigilante? Después de todo, había sido él quien le había devolvido sentido a su vida, y ahora se lo arrebataba.

 

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer! Apreciaría en demasía cualquier comentario.


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