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No me mientas. por Scheidl

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Notas del fanfic:

¡Hola! tenía esta idea rondando en mi mente hace mucho. Nunca pensé que saldría a flote, pero lo bueno es que ya lo hice.

Advertencias: Universo alterno, Soulmate AU, fallas de ortografía, un poco de comedia, lo normal.

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, esto esta hecho sin fines de lucro. Hecho para fans y por fans.

1.

Mentir era ocultar la verdad a alguien muy querido.

Hiro sabía que era una mentira para su edad, la tía Cass le había dicho que era demasiado grave, tan peligroso como el lastimar a alguien y más si se lo hacías a alguien tan amado.

Como ella o su hermano Tadashi.

Mentir hería a las personas, les agujeraba la confianza, eso le había dicho en su platica de adultos.

Hiro se preguntaba porqué simplemente no lo volvían a reparar, pero bueno.

Su mamá le había enseñado que decir mentiras era una grave falta hacia la persona. Una injusticia, y una burla a la cuál nadie debía someterse. Por más agravado que haya sido el acto, uno siempre debía ir por el sentimiento de la justicia y aceptar las consecuencias.

Cada mentira que él decía era hacerle daño al mundo, cada verdad salían de sus pequeños y bateados labios era ayudar al mundo.

Pequeñas telarañas solitarias que se envolvían para ensuciar un sentimiento.

Uno debía ser sincero, las mentiras sólo manchaban.

Decir la verdad era ser bueno, decir mentiras era ser un malo.

Y al ser malo, era un villano.

Era malo, tan malo como ser un villano de los programas de televisiones.

Y si él era un villano, Santa Clos no le traería regalos.

Y a él le gustaban los regalos.

Pero todavía no entendía, ¿qué era malo?

—¿Por qué decir mentiras es malo? —preguntó a su tía desde el sofá, ésta con una expresión dulce ha decidido cargar a su pequeño en sus brazos y darle un sonoro beso en las mejillas.

Hiro hizo una mueca cuándo el pegajoso labial de su tía mancharle la mejilla, se limpió con su brazo, ahora estaba sucio.

Recibió un beso en vez de una respuesta.

—Porqué lastimas a tu alma gemela —respondió ella, los ojos negros del pequeño hicieron una mueca rara.

¿Sólo por eso? ¿Por eso era malo mentir? ¿Lastimar a ese alma gemela?

Para empezar que es un alma gemela...

—¿Quien es ese alma gemela?

Ella rió, otro beso manchando su cachete fue dejado en vez de una ansiada oración.

—Lo entenderás cuándo seas mayor.

Se enojó por las dudas que había dejado su tía Cass en él, estás habían sido más grande y sólo empeoraron.

Bueno, tendría que descubrirlo por su cuenta.

Hiro no entendía que era un alma gemela, pero él no quería hacer daño.

Y sobre todo, no podía decir mentiras porqué haría llorar a su alma gemela.

A los cinco años, Hiro se enteró que las almas gemelas existían y que por supuesto, él lastimaría a la suya si decía mentiras.

2.

Hiro no entendió a que se refería su tía Cass con un alma gemela, ¿por qué no debía decir mentiras? Porqué su alma gemela llora.

Tu alma gemela

Hiro se seguía haciendo la misma pregunta desde que a su edad de cinco años descubrió lo que era un alma gemela y lo que consistía para su vida.

Alguien importante, alguien a qué Hiro no quería ver llorar.

Por eso no debía decir tantas mentiras, él no debía decir mentiras o eso era lo que aprendió.

Las mentiras son malas, se dijo, mordisqueando la delicada piel de su propio labio.

Hiró cerró los ojos, apretando las diminutas y blancas manos sobre el suéter azul. Su corazón estaba latiendo, tan fuerte que él sentía que éste iba a salir del techo. Su habitación se estaba helando y sus ojos contenían las lágrimas que querían emerger por sus errores, tratando de borrar la gravedad quiso limpiar el desastre que había ocasionado.

Frente a sus manos estaba el proyecto de su hermano, esparcido en papeles, manchado de color morado, seguramente jugo de uva que él derrapó al caer encima. Hiro gimió desesperado, sus manos empezaban a estar al borde del colapso.

¡Tadashi se enojaría mucho con él! ¡Ayyy!

¡No fue su intención! E-El sólo quería ver que tanto hacía su hermano y ...y...¡Fue culpa del proyecto por estar ahí!

Sus manos temblaban ante la posibilidad de ser castigado por su hermano mayor, ¡P-Pero fue un accidente! De verdad que lo fue.

Pero ya ha hecho estos accidentes, seguramente Tadashi no le creería y pensaba que estuvo jugando con sus experimentos, de nuevo.

Sorbió con la nariz, empezando a enrojecerse por el dolor de retener sus propias lágrimas. Perdió su mirada en el interesante suelo, en la alfombra vieja, y en las letras apenas legibles de la muy importante tarea de su hermano.

¿Qué hacía? ...Agh...

Estaba en un dilema, si decía la verdad iba a ser castigado, probablemente de por vida. Ya no saldría a jugar, aunque bueno no es como si tuviera muchos amigos ...

¡Pero no importaba! ¡Él aún era jovén! ¡Debía explorar el mundo!

Y todo eso se perdería por su castigo, pero aún podía estar salvo. Si él...si él...Mentía.

La otra era decir mentira, es decir, hasta su edad jamás había dicho una sola mentira...Podría ser que su hermano le creyera. Era una mentira piadosa, una que no haría daño a nadie. Su alma gemela tenía que entenderlo, él estaba en problemas.

Vas a hacer llorar a tu alma gemela.

Escuchó la voz de su tía Cass en su cabeza, picándole como un ángel que quería llevarle por el camino de la rectitud, pero él no podía hacer caso, ya era tarde. Ya estaba ocultando la evidencia bajo el sofá.

Lo siento mucho, ¡lo siento mucho alma gemela!

Se disculpó, esperando que dónde quiera que estuviera, no lo hiciera llorar. ocultó los papeles, metiendo cada uno y cubriéndolo con su cuerpo en un intento desesperado de poder ser creible,

¡Era una situación de vida muerte! ¡Seguramente él lo entendería!

—Hiro, ¿has visto mi tarea? —la voz de Tadashi se hizo más firme en la sala.

—¿Qué pasa Tadashi?

Asustado, Hamada escondió las pruebas de su horroroso actuar tras su espalda.

—¿Qué si has visto mi tarea? La he estado buscando todo el día y no la encuentro. Estoy seguro que lo dejé sobre la mesa.

Hiro lo pensó, oh, de veras que su corazón lo pensó, temblaba ante la posibilidad de ser descubierto en su pequeña fabula de mentiras.

Todavía podía salvarlo, todavía podía decir la verdad.

—¡N-No Tadashi!

¡Oh no! ¡Condenó a su alma gemela! Seguramente ahora debía odiarlo por hacerlo llorar.

Ya no querría conocerlo, él también se odiaría si alguien lo hiciera llorar.

—De acuerdo, quizá la deje en la habitación.

¿Nada? No pasa nada.

Sus ojos miraron alrededor, ni un rastro de caos negro. Estaban los sofás en su lugar, estaba el silencio e incluso la evidencia de sus leoninos actos seguían ahí, atascado bajo el sofá, no había nada malo.

Su mentira no había dicho nada malo, entonces, ¿su tía Cass también le había mentido?

Esperó unos segundos, ansiando escuchar algún grito de agonía como solía ver en las películas de terror. El lamento jamás apareció, siendo enterrado por un sepulcral silencio que gobernaba en el recinto.

Parpadeó, una vez más para corroborar su alegría.

¡Genial! Al parecer sí.

Porqué no había lamentos, gritos, ni siquiera un momento de desesperación.

Su alma gemela no estaba llorando, es más, estaba seguro que ni siquiera debía existir, debía ser de su tía Cass.

A la edad de ocho años Hiro Hamada descubrió que mentir no mataba su alma gemela.

Y qué quizá el mito de las almas gemelas también era mentira.

Pero, se arrepentía de decir una mentira.

3.

Su segunda mentira también había sido muy casual, demasiado impredecible que ni siquiera él la había detenido cuándo ésta salió proyectada de su boca, Hiro no la pudo suspender a tiempo y para desgracia de la tía Cass había sido tan ingenua para creerle.

—Hiro, recuerda que tienes que ayudarme después de la escuela —mencionó la tía Cass, dejándole el desayuno en la mesa.

El menor de los Hamada tomó la cuchara con resginación. Agh, limpieza con la tía Cass, trabajo, aburrimiento, y más trabajo. La idea le era tan atrayente como las hojuelas de colores que flotaban en su leche, Hiro miró desganado su plato de desayuno.

Entonces salió, sin pensar, de forma inocente, casi podía sonar sincera.

—Tengo una reunión de amigos después de la escuela, tía Cass, no creo poder ir —masculló, realmente lo después que siguió es que se tapó la boca con gesto miedoso.

¡Lo había hecho otra vez! Esperó el regaño de la tía, algún gesto de desaprobación o simplemente un regaño por haber vuelto a decir mentiras.

Recibió en cambio un chillido de emoción y un comportamiento comprensivo.

—¡Me alegra que estés haciendo más amigos Hiro! —halagó ella, mientras iba a darle un abrazo gigante —¡No te preocupes! —ella comenzó —lo haré yo sola, pero a cambio tendrás que decirme lo mucho que te divertiste con tus amigos —concluyó, guiñando el ojo.

Hiro tuvo que aplastar la culpa que sentía con la siguiente afirmación.

—Seguro...

Pero eso avivó algo en él; Al no ver consecuencias en sus actos, Hiro tuvo el impulso de hacerlo otra vez.

La tercera fue igual.

Y la cuarta tuvo el mismo resultado favorable.

4.

Al ver que una mentira no provocaba la destrucción de la ciudad, ni siquiera el fin del mundo, Hiro continuó con mentiras piadosas hacia Tadashi y su tía Cass.

No tenía arrepentimientos porqué éstas nunca provocaban grandes catástrofes. Eran pequeñas, fragmentos a medias de la verdad y otras veces algunas excusas nuevas que tenía.

Como cuándo no quería limpiar su habitación decía estar enfermo, mentía cuándo hacía alguna travesura o simplemente al hacer alguna labor decía que ya la había hecho, eran cosas insignificantes, pequeñas, indoloras y sin valor sentimental.

Puesto que había pensado que si las almas gemelas eran mentira, él también podría decirlas como la tía Cass.

—Hiro, tienes que hacer la tarea.

—No me siento muy bien —fingió una tos, y volvió a cubrirse con las pesadas colchas para ser más realista —he estado mal desde la mañana, no quiero ir a la escuela.

Esperó unos segundos, tal vez un minuto para variar.

Luego, su cabello fue desordenado por la mano de su hermano y el alejarse de él fue lo único que escuchó.

—De acuerdo, descansa.

¡Esto de las mentiras era oro puro! Jamás, jamás volvería a dudar del poder de sus mentiras.

Con sus nueve años, Hiro no creía un alma gemela y pensaba que había descubierto oro al pensar que decir las mentiras era muy sencillo.

5.

Le gustaba creer en lo desconocido, le gustaba descubrir nuevas cosas y experimentarlas por su propia rendición. Creía que era un hombre (Bueno niño) lo suficiente maduro para aceptar que todavía había cosas que él necesitaba encontrar, que había respuestas que debía hallar y que había preguntas que todavía debía plantearse.

Existía un mundo que el Hamada todavía debía descubrir.

A Hiro le encantaba descubrir el universo entre sus dedos, describirlo con los libros y comprobar que tan cierto era éste.

Que tan real podía ser, que tan efímero se podía volver.

Hiro creía en pequeños paradojas de la vida. En que había cosas que todavía estaban fuera de su conocimiento, en descubrimientos nuevos, en cosas que aún debía explicarse.

Hiro creía en los universos, en las ideas, en la ciencia.

En las estrella, en las mentiras y en la tía Cass.

Creía en Tadashi, en sus amigos e inclusive en su vecino.

Hiro creía en el misterio y la investigación.

Hiro creía que la vida aún tenía mucho que explicar.

Pero en lo que definitivamente no creía era el hecho de que brazo comenzaba a pintarse de colores oscuros y deformándose en palabras que él no entendía.

Definitivamente, él no entendía eso.

¡¿Qué demonios le estaba sucediendo?!

Estaba asustado.

¡Su brazo se estaba comportando de forma extraño! Tenía una sensación irritante sobre su piel, era comos si algo estuviera presionando suavemente él.

¡Ni siquiera entendía que idioma era ese!

Hiro aguantó la respiración, mintiendo de nuevo.

Estaba bien, estaba bien.

—Estoy bien, estoy bien —se dijo a si mismo —, no estoy asustado.

Se alentó, mirando de nuevo su brazo. Quizá era su imaginación, quizá la falta del sueño, el peso de la consciencia por haberle mentido de nuevo a la tía Cass (Nah, eso no)

Pero cuándo la oración comenzó a escribirse más rápido, el abandonó la habitación y fue al lugar más seguro que conocía.

— ¡Tadashi! —gritó, sacudiendo el cuerpo de su hermano —¡Tadashi! ¡Despierta! ¡Tadashi! —llamó, su voz se fragmentaba en pedazos de sollozos que él quería ocultar tras su otro brazo —¡Tadashi! ¡Tadashi despierta!

—¿Qué pasa Hiro? — su voz adormilada le trajo tranquilidad, Hiro observó, el mayor se levantó, estiró los brazos -sus adormilados brazos- y se acomodó mejor en la cama para verlo.

Hiro se subió encima de él, Tadashi siempre le traía protección y seguridad.

—¿Qué es esto? ¡¿Qué le está pasando a mi mano?! ¡Mira! —extendió el brazo, éste la cosquillaba, como si alguien estuviera escribiendo algo encima de él. Hiro se reiría por la sensación agradable, si no fuera porqué estaba asustado por el remolino de letras que había.

—¡Mi brazo se está pudriendo!

—Hiro, tú sabes mejor que nadie que eso no es cierto.

Tadashi entrecerró sus ojos en el brazo extendido por un muy aterrado Hiro. Las tintas negras comenzaba a formar una pequeña oración mal escrita, Tadashi la leyó la perfección, primero se mostró confundido, antes de soltar una risa.

—¡¿Qué pasa?! ¡¿Me voy a morir?!

—No, Hiro —lo tranquilizó, antes de continuar — A eso —Y por lo puedo ver el Hamada menor su hermano tenía la sonrisa más grande que había visto —Es una conexión, pequeño genio.

—¿C-Conexión?

—Sí, Hiro —soltó Tadashi —Ya sabes, si dices una mentira tu alma gemela llorará, su piel se marcará con la mentira que haya dicho, ya sabes, la tía Cass debió explicártelo hace mucho.

Hamada guardó silencio, con el poco orgullo que aún le quedaba.

—¿Alma gemela?

—Sí, tu alma gemela.

Hiro no entendía de que se trata, no, él NO quería saber de que se trataba.

—Tu alma gemela.

Tadashi dejó caminar algunas de sus dedos alrededor de la piel pálida del asiático, luego las dejó caer encima del mensaje escrito, provocandole una sensación agradable al Hamada y que aguantará otro sollozo.

—Y al parecer ha dicho su primera mentira.

Hiro enfureció, golpeando el pecho de su hermano mayor un par de veces, éste rió por sus vagos intentos de querer ganarle.

—¡No es gracioso Tadashi! —gimió el Hamada, limpiando esas lágrimas traicioneras que escurrían, avergonzado por haber llorado por algo tan tonto.

Tadashi estaba tácito, pero Hiro sabía a que se trataba.

—No lo hagas.

Tácito.

—¡Te lo advierto!

—El increible Hiro Hamada —soltó, Hiro se cubrió con ambos brazos para evitar la vergüenza — el futuro genio, se asustó por la mentira de su alma gemela —sonrió un poco, haciendo rabiar más al morocho —, esto es muy irónico considerando que fuiste tú el primero en mentir.

Hiro se levantó, dispuesto a volver a golpearlo.

—¡Basta! ...Espera...

Hiro intentó comprender que era lo que estaba diciendo su hermano, la sonrisa, la expresión de superioridad.

¡¿Qué?! ¡¿El primero?! Tenía un rostro de terror marcado en su rostro. Descubierto, expuesto, intrigado, así se sentía.

—¡¿Cómo lo supiste?!

—Piénsalo como un castigo por todas las mentiras que has dicho, bribón.

—¿D-De que estás hablando?

—Encontré mi ensayo manchado de jugo de uva un día después, pequeño mentiroso —Tadashi aplastó la náriz, provocándole más dolor al Hamada.

—¡Basta! ¡Te acusaré con la tía Cass! —se defendió, Tadashi tuvo piedad y lo soltó, pero antes, golpeteó su frente con sus dedos.

—Uy si claro, y yo le diré todas tus mentiras —soltó de forma arrogante, mientras Hiro cruzaba los brazos enfurecido.

—Parece ser que Hiro Hamada ya no podrá mentir tan bien como creía —los ojos de Tadashi fueron hacia el brazo marcado —, apareció alguien que va a saber todas tus mentiras —concluyó, sentenciando la vida del pequeño Hamada de ahora en adelante.

Hiro leyó el mensaje, mirandolo con un poco de resentimiento, echándole la culpa del nuevo cambio que hay en mi vida.

¡Yo no rompí ese juguete!

A la edad de doce años, él descubrió que las almas gemelas si existían.

Qué había alguien que podía leer sus mentiras (Literalmente) a parte de su hermano.

Y que él peso de sus acciones recaían en tinta mentirosa sobre el brazo de alguien.

Notas finales:

¡Hola!

Tenía muchas ganas de escribir de este AU y de meterles a ellos en esto de las almas gemelas xD. La idea no es completamente mía, lo leí en un fic TodoDeku en dónde las mentiras que dicen se pintan en el brazo de tu alma gemela.

Pero creí que sería interesante aplicarla con ellos.

Esto será más que OS, pero tampoco espero que sea tan largo. Aunque la idea da para tantos dramas (A palabras de Sora, nyahaha I love you) yo no me inclino por ese lado, aunque el capítulo uno parezca serio, lo demás será relajado en un amor dulce y bonito.

No se preocupen, no me tiro tanto al drama x'D No me gusta mucho el drama.

¡En fin! Espero que esto les guste.

Espero poder actualizar pronto, llevo la mitad del capítulo dos hecho, por lo que espero actualizar pronto. Si los exámenes de segundos me dejan para conquistar el alma.

¡Muchas gracias por leer hasta aquí!


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