Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

-ORANGE- [KageHina] por Midori-Hikari1312

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

•Nota: Basado en el cover español latino de Emanuel Santiago: Orange.

—Diálogos—

"Kageyama"

"Hinata"

"Otros"



 

.

.

.

.

Camino por las calles algo frías de la ciudad, con mis manos dentro de los bolsillos de mi abrigo. Ya casi era Otoño, el calor se empezaba a desvanecer para dar paso a frías ráfagas de viento.

Con mi miraba abajo, sólo observo mis pies avanzar por la acera, y algunas hojas en el suelo que se atraviesan en mi camino. Recuerdo cuando caminábamos junto, uno al lado del otro, de forma tranquila, estábamos tan cerca que nuestros hombros se tocaban de vez en cuando tímidamente, y ambos soltabamos una risa boba disculpandonos, pero no nos alejabamos el uno de otro.

Llego a aquella colina sin darme cuenta y me siento sin nada más, estaba solo, la soledad ya no me molestaba, me había acostumbrado a ella en poco tiempo... ¿O no? No lo sé, a veces es difícil. Frente a mi tengo un pequeño lago que separaba esta parte de la cuidad con la otra, el cual se veía realmente hermoso con la luz naranja del sol sobre el.

"Te amo mucho, Kageyama..."

Te escucho murmurar sobre mi oido, haciéndome tener un vuelco en el corazón, el cual se aceleró rápidamente, pero esta vez no volteo, no lo haré más, porque sé que no eres tú, tú no estás aquí, sólo es mi mente jugándome más bromas pesadas, tratando de hacer lo que tu ya no puedes.

Alzo mi mirada por fin, dejando ver mis ojos sin brillo propio, lo que se vé es el reflejar del sol en ellos. Un hermoso naranja cubre toda la cuidad, brillante, llamativo, hipnotizante, tan idéntico a ti. Vengo aquí cada vez que puedo, porque de alguna manera, aquí me siento más cerca de tí.

Después de todo ya no estas aquí, me dejaste solo, en éste mundo aburrido, sin nadie que comparta mis opiniones o me felicite en mis logros, nadie del que realmente me interese escucharlo. Mi labio inferior tiembla ligeramente, sin apartar la vista del cielo, mi corazon late tan rápido que duele, duele tanto recordarte.

Suelto una ligera risa, amarga, que se alarga de a poco sin durar demasiado y termina quebrándose en un sollozo inaudible. Estoy solo, metido hasta el fondo en mi propia soledad y no sé si quiero salir de ella; en este momento no rio con nadie, posiblemente debo parecer un demente, pero me alivia el pensar que quizás tu lo haces conmigo donde quiera que estés. Mis ojos se vuelven cristalinos, más no sueltan ninguna lágrima, estoy casi seguro de que ya no me queda ninguna, estoy seco.

Han pasado tantos días que ya perdí la cuenta, y aún el doloroso sentimiento se repite una y otra vez cada día, perforando mi alma, se siente fresco, vivo, como si acabara de pasarme, la imagen de la última vez que te vi está tatuada en mis retinas, tú, mi hermoso sol, dentro de una caja color blanco, tu piel palida, peinado y vestido bellamente cubierto por algunas rosas blancas, tan tranquilo, tan espléndido... Tan desesperante, tan impotente, tan malditamente doloroso.

Suplico al cielo ya en el silencio de la noche, pues no me di cuenta cuando el sol se había ido, sólo quiero poder tener paz en mi corazon, que tu recuerdo sea algo bueno, algo dulce que me llene de felicidad, porque hasta ahora solo me ha traído sufrimiento y pesar, arrepentimientos y dudas.

No te preocupes, por favor, no es tu culpa, nada de esto lo es, es mía solamente, por ser tan débil.

Mis lágrimas brotan mientras me abrazo a mi mismo, asi es como me doy cuenta de que aun me quedan más que soltar. En silencio, dejo que salgan, resbalando por mi rostro hasta acabar en el cesped debajo de mi, aprieto mis manos con impotencia, causando moretones en mis brazos que no se borraran hasta posiblemente unos días más.

Maldición, te necesito tanto...

Entonces ahí estas.

Llenando mi cabeza de momentos increíbles, los repito una y otra vez en mente: cuando eramos jóvenes y aún no habíamos dicho lo que sentíamos el uno del otro, de sentimientos inocentes completamente inexpertos en esto del amor, extrañandonos mutuamente durante las noches, anhelando el momento de volver a vernos al día siguiente. Tu tierna sonrisa llega fugaz, y los recuerdo se detienen en ella, como queriendo volverla real otra vez. Entre lamentables sollozos, sonrío, soltando una risa quebrada y me abrazo más fuerte, el sentimiento de nostalgia se mezcla mi llanto, ya no se si me siento alegre o destrozado.

El atardecer se había ido, la única cosa que me hacía sentir a tu lado, pero yo seguía ahí, extrañándote, dejando salir mi dolor de la forma más patética. Recuerdo que dijiste que si alguna vez esto pasaba, que sonriera cada día para ti, que fuera feliz siempre, y lo lamento, de verdad siento tanto no poder cumplirlo, pero todavía es tan doloroso que no se si pueda soportarlo más.

.

.

.

.

Abro la puerta de mi apartamento, no espero que nadie me reciba, pero la soledad y la oscuridad se encargan de hacerlo por alguien más. Sin encender las luces, dejo las llaves sobre la mesa a un lado de la puerta, camino por los pasillo hasta la ultima puerta, mi habitación, no tengo animos ni ganas de comer algo, nuevamente, me iré a la cama sin comer un bocado. Al llegar abro la puerta, de a poco voy quitándome las prendas mientras camino hacia la cama, mi habitación debe de ser un desastre, hace tanto que no hacía una limpieza a ese lugar...

Terminé en la cama, sentado en la orilla mientras quitaba mis zapato, me quedo ahí unos segundo, observando en el suelo mi propia sombra de la luz que lograba entrar por las ventanas a mis espaldasr03;. Suspiro con pesadez, el lugar estaba tan callado que cada mínimo sonido, cada crujido del techo o el piso se escuchaba clara y perfectamente. Volteo apenas hacia la foto a un lado de mi cama, era una donde estábamos tu y yo, sonriendo con toda felicidad, y la tomo entre mis mano, pero no para verla de cerca, sino para colocarla de una forma en la que ya no pueda volver a verla. Me acuesto en la cama mirando el techo, dispuesto a dormir.

 

"..."

 

Ya era muy entrada la noche, pero yo aun no lograba dormir, el insomnio volvía a atraparme como cada noche, ya me he acostumbrado, era una rutina. Me dije a mi mismo que no volvería a tomar pastillas, había tomado tantas cada noche, una tras otra para forzar a mi mente a descansar, pero aun así me sentía como si solo hubiera dormido una hora en tres días.

Una sonrisa irónica se forma en mis labios por lo que estaba a puto de hacer, aun mirando el techo, solo, comienzo a hablar en la oscuridad.

 

"Hey... Ha pasado tiempo ¿no?"

 

Estoy loco, completamente, lo sé, pero ¿Quién no lo estaría después de perder lo único que lo mantenía con viva?

 

"Te extraño demasiado ¿lo sabes, verdad?"

 

Me muevo un poco, volteandome para quedar frente al espacio vacío en la cama, ése que tu ocupabas antes. Mis ojos se abren asombrados al verte recostado justo a mí otra vez, con una de tus tiernas sonrisas asintiendo ligeramente con la cabeza en respuesta a mis preguntas. Mis ojos vuelven a poner aguados ante ti, pero no quiero volver a llorar.

De alguna u otra forma, siempre vuelves a mi.

 

"Cómo has estado? ¿Te tratan bien allá? No soportaría saber que la estas pasando mal..."

 

Tu haces un gesto parecido a soltar una pequeña risa, pero no se escucha nada. Levantas tu mano derecha, y la colocas sobre mi mejilla secando de esta forma la lágrimar03; rebelde que se había escapado. Con tu miras, y me das a entender que me preguntabas lo mismo.

 

"He estado... Bien."

 

Miento, mientras te sonrío con poco animo. Tu me miras, sonriendo apenas y entrecerrando un poco tus ojos, encoges tus hombros tomando aire y suspiras en silencio, sabes perfectamente que miento. Yo bajo mi mirada, mientras aun siento tu mano acariciar un cara, una caricia leve que apenas podía sentir, casi podía decir que es... La acaricia de una ligera ráfaga de viento.

 

"Estoy... Tan cansado."

 

Aprieto mis ojos con fuerza, aguantando mis lágrimas otra vez, realmente no aguanto más.

 

"Lamento mucho ésto, sé que quieres que sea feliz, pero no encuentro el modo de hacerlo... Me siento tal solo... Te quiero aquí, conmigo ahora..."

 

Ahora, al verme casi desesperado, con ambas mano alzas mi rostro, mirándome con dulzura, mueves tus labios de forma lenta prenunciando unas palabras, más tu hermosa voz no sale nuevamente.

 

"Estoy aquí."

 

Mi corazón casi se detuvo al leerlo tus labios, cierro mis ojos con fuerza mientras nuevamente vuelvo a estallar en llanto, tratas de sesar mis lágrimas, tu sonrisa no desaparece, pero puedo ver en tus ojos el dolor, estás sufriendo tanto como yo, no estás en paz, y todo por mi culpa.

 

"No llores, por favor..."

 

Suplicas. Trato de calmarme, respirar hondo un par de veces, no puedo estar si frente a ti, ya no más.

 

"...Es verdad, estás aquí, conmigo."

 

Me calmo rápidamente, hablar contigo me clama, tu sabes que decirme para estar en paz al menos unos minutos para poder volver a dormir. Y eso hago después, me dejo abrazar por ti, me acurrucó en tu pecho, y luego caigo rendido en un profundo sueño.

Viendolo desde el punto de vista de otra persona, yo hablaba con el aire en una habitación vacía, y me abrazaba a mi mismo mientras dormía.

 

.

.

.

.

Camino de nuevo en silencio por las calles, la misma historia de cada día, pero no, esta vez no iré a aquel lugar a ver el atardecer, iré a uno tal vez mejor, o peor. Miro mi reloj de pulcera después de frotarme un poco los ojos por el cansancio, marcaba las 4:57 PM, aun quedaba tiempo.

La puerta del lugar era muy grande, habían apenas personas en ese lugar, la mayoría sentados a un lado de un montón de ramos de flores, algunos más elaborados que otros. Tomo dinero de mi bolsillo, y se lo doy a una anciana mujer, ella me sonrie y yo trato de hacerlo mientras me entregaba una ramo de girasoles y otra flores.

Entro y camino casi mecánicamente por los senderos de aquel lugar, buscando entre las lápidas la tuya. Si, estoy en un cementerio.

Hoy se cumple 8 meses desde la ultima vez que te ví de frente, 8 meses desde que comenzaste a ser sólo iluciones que mi cabeza formaba para torturarme.

Entre ese mar de pensamientos, encuentro tu lápida, y sonrío apenas.

"Hinata Shouyou. 2000-2017. En memoria de su familia y amigos, descanse en paz."

Releo eso en mi mente, me lo sé de memoria, pero era una costumbre hacerlo.

Lo sé, eras muy joven todavía, pero así es el destino, y lo odio por eso.

Tu lapida está algo sucia, la limpio un poco de las hojas secas que estaban al rededor y coloco las flores cuidadosamente sobre la superficie de cemento. Me senté a tu lado y suspiré viendo al rededor, el lugar siempre fue bastante abierto, no hay tantos árboles, por lo que se puede ver muy bien como el sol comenzaba a esconderse.

Comienzo a hablar contigo, platicarte como estuvo mi día, mirándote de vez en cuando a mi lado. Estas escuchando atentamente, viéndome con esa intensa mirada llena de un brillo hermoso que nunca desaparecía, a veces asientes con la cabeza, o haces el ademán de soltar una risa.

 

"Ya no estoy para ti ahora... ¿Qué se supone que haras?"

 

Me preguntas, moviendo tus labios, extraño tu voz, de verdad lo hago.

 

"Yo... No lo sé, Shouyou.... No quiero dejarte ir... Aun no estoy listo."

 

"Pero nunca te dejaré solo Tobio. Siempre estaré aquí pero... Tienes que buscar a alguien más."

 

Alzas tu mano y vuelves a acariciar mi mejilla, yo apenas pude sonreir.

"Pero no quiero, si no eres tu yo... Yo no podría hacerlo."

Aparto mi vista, quitando tu mano lentamente de mi cara, no puedo creer que me dijeras eso, tu más que nadie sabes cuanto te amo. Volteas de nuevo tu rostro con tu mano, y nuevamente leí tus labios.

 

"Kageyama, por favor, verte sufrir me duele tambien... Debes seguir viviendo tu vida, sólo... hazlo por mi..."

 

"Lo sé, lo sé, lo lamento..."

 

Te sonrío apenas, y tu haces igual.

Eso no es una promesa, pero tampoco puedo decir que no lo cumpliré.

Te cuento más cosas con cierto toque de melancolia en mi voz, estoy feliz otra vez, pues estás conmigo, pero en medio de esa felicidad me siento muy mal por mi, pues en realidad es imposible que realmente estuvieras ahí... Otra vez.

Poco a poco el sol fue desapareciendo en el horizonte dejando todo ese hermoso color naranja atrás, y con el, la nitidez de tu reflejo a mi lado de a poco se esta desvaneciendo, hasta que no queda nada más de ti, simplemente desapareces, y yo sólo puedo ver con desesperación como ésto sucede lentamente, hasta estar solo, nuevamente en la oscuridad.

Me quedo ahí otro rato, pensando, miro el suelo abrazando mis piernas, no quiero irme, estoy cansado, no quiero levantarme y caminar a casa otra vez, donde estaría solo de nuevo, así que ¿Qué hay de diferentes en que me quede aquí o no?

De a poco una ligera luz llama mi atención, alzo la vista y noto como la pequeña luz se mueve de un lado a otro frente a mi, y a esa le siguen muchas más. Hermosas luciérnagas llenan el lugar, volando libremente haciendo gula de su brillo, danzando en el viendo, dejándose llevar por él.

Sonrío con nostalgia, este mismo escenario me recuerda mucho a cuando tuvimos nuestro primer beso, él día que decidimos dejar el resto del mundo en un segundo plano, a solas en aquella colina, te dije que te amaba, a la luz de las luciérnagas, que se reflejaban de forma tan hermosa en tus ojos llorosos, diciendo la palabras más hermosas que alguna vez salieron de tus labios, "Te amo tambien" dijiste, dandome la más hermosa sonrisa que alguna vez te vi regalarme antes de poder rozar tus labios con los míos en un beso de lo más tímido.

Mi corazón da un vuelco, recordar ese momento hace que tenga un cosquilleo en el estómago, y mi cara arda por mi sonrojo mientras que una boba sonrisa aparece en mi rostro. Pienso nuevamente en lo que dijiste, esta vez como en una posibilidad.

¿Tener a alguien más? ¿Otra pareja? ¿Comenzar de nuevo?

No podría, tener una vida sin tí es lo más difícil del mundo, pero... Si tu estas triste, me hace mucho más triste a mi.

No quiero hacerlo, de verdad no quiero reemplazarte sólo porque no estás...

Viendo a las luciérnagas, continuo pensando, en ti, en mi, lo que es mejor para todos, ya habían pasado 8 meses, todos estan preocupados por mi, lo sabé, aún tengo muchas llamadas que no contesté y millones de mensajes en la buzón del teléfono, aun es muy pronto para cambiar de golpe pero, tal vez, de a poco, con ayuda de los demás y de mi mismo, podría lograrlo.

Esa noche fue la ultima vez que te ví, no volviste a mi lado, fue una decisión que yo mismo tomé, debe dejarte ir y seguir con una nueva vida, así serás feliz, lo sé, tú me lo dijiste.

Las cosas estan cambiando, pero sé que estas feliz y orgulloso por mi, tanto como yo lo estoy ahora.

.

.

.

.

 

"Hey... Hey, Tobio, ¿a dónde me llevas?"

 

Escuché a mis espaldas, suelto una pequeña risa al escuchar su queja, pero no dejo de jalarlo, sosteniendo su mano con firmeza.

"Se paciente, ya estamos cerca."

Él hace un pequeño puchero que me causa gracia, pero permanezco en silencio. Yo sólo continuo sonriendo, estoy emocionado, mi corazón late muy rápido y creo que el se ha dado cuenta ya.

Ya han pasado poco más de dos años desde la última vez que hablamos, y te juro que no ha habido un sólo día que dejase de pensar en ti, por eso, hoy, se cumplen tres años desde que dejaste este mundo, y por eso te tengo una sorpresa. Éste a mi lado, el que me sigue casi de mala gana, es mi nueva pareja, Tatara Fujita.

Nombre un poco raro, lo sé, pero era muy simpático y estoy seguro de que a ti te hubiera caído de maravilla.

Lo conocí un día que iba caminando por calle, muy cliché ¿no? Estaba algo perdido buscando el lugar que había visto en Internet para mudarme un día hace como año y medio, y sí, me mude, pero no era el caso; choqué con él sin querer, iba saliendo apresuradamente de un lugar algo interesante y lo primero que me llamó la atención fueron sus grandes ojos marrón claro, eran totalmente penetrantes y me dejaron aun más perdido durante unos segundos, y lo siguiente que noté, fue ese inmenso parecido que tenía contigo, lo sé, fue algo egoísta elegirlo en parte porque tenía parecido contigo pero eso me cautivó.

Me vió perdido, y por ello me ayudó, indicándome a dónde ir con paciencia, su forma de hablarme y de sonreírme de vez en cuando en nuestra pequeña charla me hacía sentir muy bien, en calma.

Debí irme y no lo volví a ver por un tiempo, sin embargo, volví a buscarlo, algo que realmente no esperé hacer, y recordando el lugar donde lo había visto salir fue fácil localizarlo, entré sin problemas, escuchando así una suave música que me fue guiando a un salón, donde lo ví bailar, si, era bailarín, se movía con una gracia hermosa pero algo torpe, parecía que aun estaba aprendiendo, y no pude evitar reírme cuando cayó a causa de darse cuenta de que yo lo veía bailar el solo.

Y así comenzó todo.

Nos vimos más, salimos muchas veces, incluso estuvo enseñándome a bailar, y las cosas pasaron de a poco, lento, realmente lento diría yo...

 

"Llegamos."

 

Anuncio soltando su mano lentamente, el mira alrededor asombrado, y luego me mira a mí, yo compraba las mismas flores de siempre. Respiro hondo para calmar mis nervios de último momento y comienzo a caminar, hacía tanto que no entraba ahí. Fujita esta a mi lado, caminando al mismo paso que yo, mirando a todos lados como un niño pequeño. Le hablé sobre ti varias veces, le dije que te había conocido cuando era más joven y que por algunas circunstancias tuvimos que separarnos, sin embargo, no le dije lo que realmente sucedió contigo. Imagino que aun en éste momento, no se está haciendo la idea de eso.

Sonrío apenas cuando estamos frente a tí, como antes, releo lo que en tu lapida dice, esta limpia, parecía que alguien ya había ido antes que nosotros. Siento un picor en mis ojos y mi nariz algo irritada, pero solo dejo las flores en su lugar y volteo a ver a mi nuevo amor.

 

"¿Tobio?"

 

Fue lo que dijo, yo lo tomo de las manos y pego nuestras frentes, luego hablo.

 

"Te había dicho un tiempo atrás, antes había tenido una relación que había terminado antes de lo que esperé..."

 

"Si, Hinata Shouyou, lo sé."

 

Mensiona él, mirándome casi con preocupación. Dios, tienen casi la misma expresión, y eso realmente esta llevándome cada vez más cerca de él. Miro mis propios pies, buscaba las palabras para decírselo, pero el sólo mensionarlo después de tres años aun hace un vuelco nada agradable en mi corazón.

 

"¿Estás diciéndome que él está aquí?"

 

Yo solo muevo con la cabeza en forma afirmativa, respirando entrecortado con un nudo en mi garganta, desvío apenas la mirada abajo para ver tu nombre ahí escrito una vez más, escucho un apenas sollozo de su parte, realmente no esperé que llorara con que le dijera lo que pasó y esto hace que me sorprenda. Me suelto de él y me volteo, inhalo hondo, y estaba vez hablo, pero para ti.

 

"Hey, Shouyou... Hace mucho no hablamos ¿verdad?"



Sonrío apenas, me agacho y miro las flores sobre la lapida.

 

"Ya hoy son tres años... Lamento no venir antes... Estaba algo ocupado."



Miro atrás y noto a Fujita moviéndose de forma nerviosa, su rostro esta sonrojado y sus ojos rojos también.

 

"De verdad te extraño, Shouyou."



Murmuro apenas para mí pegando mi frente en la lápida, no creo que Fujita lo haya escuchado, además que tampoco haya visto la lágrima que bajó por mi mejilla que limpié casi de inmediato. Me levanto.

 

"Me dijiste que tratara de seguir con mi vida, y... Te juro que no fue fácil, en lo absoluto, pero, creo que lo hice."



Miro al pequeño manojo de nervios a unos pasos de mi, le extiendo mi mano temblorosa, la cual él tomó con la suya en las mismas condiciones, camina hasta estar a un lado de mi y mira la lápida conmigo.

 

"Shouyou, tengo a alguien que me hace feliz ahora."



Volteo a ver a mi pareja, y le hago una pequeña seña para que se presentara, que aún en nervios y palabras trabadas, hace.

 

"Ah... S-Soy Tatara Fujita, es todo u-un placer, Hinata-san."

 

Hace una reverencia y yo sonrío, vuelvo a tomar su mano sin dejar de mirarlo, él se veía realmente lindo cuando estaba nervioso.

 

"No me verás más sólo, ya no más porque..."



"Y-Yo cuidaré a él."

 

Abro mis ojos tanto como puedo, mientras siento como mi corazón palpita más rápido, luego suelto una ligera carcajada, Fujita me mira entre molesto y avergonzado, pensando que me estoy burlando de lo que acababa de decir.

 

"Si... El cuidará de mi"



Bajo la brillante luz de los últimos minutos del atardecer, nos comenzamos a alejarnos, en mi corazón nuevamente tengo el extraño sentimiento de melancolía y alivio mezclados entre sí, recuerdos van y vienen y cada vez me vuelvo más débil, se me hace más difícil permanecer con mi semblante relajado y, hago lo posibler03; por estar tranquilo.

 

"Kageyama..."

 

Volteo a ver a Fujita, pero él no me mira a mi, el mira atrás, y señala a ese lugar, volteo apenas mi cabeza para así poder ver lo que el ves. Lentamente y sin aviso, mis lágrimas bajan por mis mejillas hasta caer contra el suelo, el ligero lloriqueo se hace un mar de lágrimas al verte ahí parado a un lado de tu lápida, la luz naranja del sol te atravesaba y te hacen ver casi traslúcido, como siempre, nos sonríes dulcemente y haces un ligero movimiento con tu cabeza, nos quedamos completamente estáticos viéndote, aprieto con fuerza la mano de Fujita y él lo hace de vuelta, ambos sin poder creerlo, murmuró apenas tu nombre antes de verte desaparecer junto con el último rayo de sol del día.

Mis rodillas se vuelves débiles por la felicidad, por el regalo que me diste de volver a verte por última vez antes de seguir con mi vida. Fujita me abraza mientras aún derramó lágrimas, jadeo y rio al mismo tiempo aferrándome a su espalda, el llora conmigo, también asombrado de lo que acaba de pasar. Y entre mis lamentos, susurro una palabra que va tanto para ti como para la persona que está ahora entre mis brazos, que apenas es entendible por el manojo de nervios que me he vuelto.

 

"Gracias."

.

.

.

.



Notas finales:

Gracias por leer. <3

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).